miércoles, 29 de febrero de 2012

Cuando oscurece


Me gusta percibir como la luz se va debilitando cuando cae la tarde. Sentir como el ritmo del cuerpo se desacelera entregándose a la noche. Una sensación cada vez más difícil de vivir para aquellos que habitamos las ciudades. Algo tan natural como la oscuridad se ha convertido en el enemigo a combatir. Nos hacemos tantos enemigos que ya no encontramos el modo de vivir en la sencillez. 

haideé iglesias

En estas dos imágenes se aprecia el momento en el que la luz se va desvaneciendo, sumiendo todo en una amalgama indefinible. Y... poco dura la sensación... Aparecen las luces que nos ocultarán la magnifica visión del cielo estrellado. Ahora serán las luces las estrellas que con su artificio nos distraen de la verdadera luz. 

He leído una agradable noticia. En una población han realizado una auditoría para saber cuanta luz tenían de más. Consiguieron reducir hasta doce horas de luz artificial por la noche. Este lugar es un referente para la observación del cielo. Sería bonito poder realizar aquí esta misma opción para no vivir encarcelados por la luz. Una luz que nace del miedo. A menos miedo, más libertad.

martes, 28 de febrero de 2012

Confusión esclarecedora

haideé iglesias

En las confusas redes de la mente
se encuentras las mismas respuestas
esclarecedoras que tan ansiosamente buscamos. 
Dejándonos caer encontramos la Verdad.

lunes, 27 de febrero de 2012

Zen y depresión. Mente paternal


Un padre, con independencia de su pobreza o de circunstancias difíciles, ama y cría a su hijo con cariño. ¿Cuán profundo es un amor así? Sólo un padre pude entenderlo. Un padre protege a sus hijos del frío y los cubre del calor del sol sin preocuparse por su bienestar personal. Sólo una persona en la que está presente esa mente puede comprenderlo, y sólo una en quien esa actitud se haya convertido en un hábito my arraigado puede realizarlo completamente. Eso es lo esencial de ser padre. De la misma manera, cuando tratéis con agua, arroz o cualquier otra cosa, debéis tener la consideración y el cariño de un padre que cría a su hijo.
Dogen, instrucciones para el cocinero

En los últimos años se ha hablado mucho sobre encontrar el niño interior. En la depresión no tenemos ninguna dificultad a la hora de encontrar a esa persona dentro de nosotros. De hecho, en muchos sentidos la depresión es un regreso a los modos infantiles. Somos incapaces de cuidar de nosotros mismos. No queremos comer bien; queremos comer tarde; tal vez queramos comer helado por la mañana. No queremos hacernos cargos de las responsabilidades que entraña ser adulto. Nos asusta salir solos al mundo exterior. Si tenemos hijos nos es difícil tratarlos (o a nosotros mismos) con una mente paternal.
Necesitamos un padre o una madre para que nos guíe a tra´ves de la depresión. Necesitamos hallar a nuestro propio adulto interior, lo que podríamos denominar nuestra propia mente paternal.
¿Cuáles son las características de la mente paternal?
Los padres son pacientes y observan progresos en los pasos más pequeños. Los padres practican el amor y la aceptación incondicionales. Los padres se esfuerzan por ser ecuánimes, pero si se enfadan o frustra, la emoción tiene corta duración y no poden en peligro a nadie. Esta rabia desaparece rápidamente y es utilizada como una oportunidad para enseñar y aprender.
Los padres están vigilantes y alerta. Los padres están dispuestos a ceder su sitio. Los padres son siempre conscientes de la impermanencia (y si no lo son, su hijo es un recuerdo viviente). Los padres se dan cuenta de que no pueden controlas sus circunstancias sino sólo tratar de disponerlas de la mejor manera.
Los padres crean las oportunidades para que la alegría se manifieste en cualquier momento y para experimentarla en placeres sencillos y pasajeros, o bien disfrutando de ella en la presencia de otras personas.
Los padres saben que a veces deben adoptar un papel que les viene grande. Los padres siempre están dispuestos a aprender de cualquier situación o persona, incluso de alguien menos experimentado.
Los padres comprenden que los resultados de las acciones no siempre son visibles de una manera inmediata, ni tampoco predecibles. Y por ello los padres siguen adelante gracias a la fe. Pero el acto más verdadero y relacionado con el hecho de ser padres es tener fe, tanto en este momento como en cierto tipo de futuro, con lo que nos depare.
Adoptar ese estado mental mientras se atraviesa una depresión puede resultar de mucha ayuda, tanto para nosotros como para las personas con las que tratamos. De esa manera podemos llegar a comprendernos mejor y de paso a los demás. El resultado es que podemos actuar con mayor atención y compasión hacia todas las personas con las que entramos en contacto.
Los maestros budistas suelen utilizar el término "mente de mono" para describir el constante saltar de pensamiento en pensamiento. El término me recuerda a los libros sobre el personaje del mono George el Curioso que le leía a mi hijo. George es como un niño que empieza a andar, y va rebotando de una experiencia a otra, siempre en busca de emociones y nuevas experiencias. Nunca piensa en las consecuencias de sus actos.
Todos podemos llegar a ser como George el Curioso, pero estamos especialmente inclinados a adoptar la mente de mono cuando nos hallamos en las garras de la depresión. Y, al igual que George el Curioso descubre al final de cada historia, necesitamos una mano firme pero cariñosa que nos ponga firmes, que se mantenga al tanto de lo que hacemos y que nos salve de todo peligro.
Podemos hallar algo así en nosotros mismos cuando descubrimos nuestra propia mente paternal.

Exploración suplementaria

A lo largo del día, trátese a sí mismo del mismo modo que trataría a un niño pequeño del que tuviera que cuidar. Si comete errores o se confunde, o se enfada, o tiene miedo, piense en cómo respondería si ese niño hiciese lo mismo. A continuación, respóndase a si mismo de igual manera.
¿Reñiría a gritos, avergonzaría o chillaría a un niño pequeño? ¿O bien le hablaría con dulzura, paciencia y comprensión? Si el niño cometiese un error, ¿le diría que es un estúpido y un inútil, o bien que aprendemos gracias a cometer errores?
Considere sus necesidades físicas de la misma manera. ¿Permitiría que un niño durmiese poco, o que sólo comiese azúcar, o que no tuviese tiempo para jugar y relajarse? ¿Puede ofrecerse a sí mismo algo de ese mismo cariño y respeto?
También es cierto que necesita marcarle los límites, no permitiéndole las pataletas, o herir a otros, o actuar irrespetuosamente con usted o con los demás. Haga eso con usted mismo.
¿Puede mostrarse cariñoso consigo mismo y saber que cumplirá sus promesas?
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El Buda dujo que todos nosotros deberíamos tratar a los otros seres como si fuesen nuestras madres y nuestros hijos al mismo tiempo /y si cree en la reencarnación, puede que lo haya sido en alguna ocasión)
¿Qué Significa tratar de esa manera a las personas que le rodean? ¿Puede mostrarse comprensivo con las personas difíciles que encuentra en su vida a la vez que marca los límites y sabe decir no? ¿Puede tratar a los seres amados con el tipo de respeto y gratitud que sentiría por alguien que le ha cuidado, alimentado, protegido y enseñado?
¿Cómo le sienta actuar hacia otros de esa manera, incluso en pequeñas dosis? ¿Cómo responden con usted esas personas? ¿Le resulta difícil? ¿Le va resultando más fácil con la práctica? ¿Cómo afecta a su depresión ese comportamiento?
¿Cómo se siente cuando actúa de esa manera consigo mismo? ¿Le resulta más fácil con la práctica? ¿Cómo afecta a su depresión?

Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.

(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

viernes, 24 de febrero de 2012

Despistes :)


haideé iglesias

No, no los de la primera imagen, sino los que estoy viviendo :)
Ya van dos entradas sobre  Zen y depresión repetidas. Esto de vivir sin controlar es muy entretenido... y le ayuda a uno a soltar... :)

La primera imagen es el resultado de probar para captar el movimiento de la planta que estaba siendo movida por el aire... y me gustó ;) 

miércoles, 22 de febrero de 2012

Nada más valioso. Nada más urgente

haideé iglesias

Nada es más valioso en la naturaleza humana que la benevolencia; nada más urgente que la sabiduría. La benevolencia es la base; la sabiduría el medio de llevarla a la práctica. Con ambas cualidades como fundamento, se realiza todo lo que es beneficioso, con el añadido de la valentía, la fuerza, la inteligencia, la rapidez, la diligencia, la astucia, la agudeza, la brillantez y la perspicacia.
Pero si alguien no está desarrollado personalmente y goza de destrezas técnicas sin que éstas se vean acompañadas de sabiduría, es como si cabalgaran en una montura rápida sin saber que camino tomar. 
Aunque uno tenga talentos y habilidades, si los usa de manera impropia y los maneja inadecuadamente, ello sólo puede producir falsedad y error. En este caso es mejor tener pocas habilidades técnicas que el tener muchas.
Por tanto, al ambicioso no se le debe dar un poder práctico; al loco no se le deben proporcionar instrumentos afilados. 

El Tao de la política. Sobre la guerra. 

viernes, 17 de febrero de 2012

Paisaje emocional

haideé iglesias

Sin razón que lo entorpezca... 
Disfrútalo, vívelo. Siéntelo y
abandónate a la emoción que surge 
al contemplarlo...

Paisaje emocional
liberación espiritual.

jueves, 16 de febrero de 2012

El temor a la conciencia o ir contra corriente

haideé iglesias

El dominio del grupo sobre el individuo lleva a convicciones colectivas y a acciones colectivas que no resisten una observación concreta y que al mismo tiempo la impiden y la deniegan. Aquí se pone de manifiesto el grado de exigencia que se le reclama al individuo para liberarse de las garras de la conciencia de grupo y sus mandatos. Debe superar el temor a las sanciones con las que le amenazan y que aplican todos aquellos que permanecen en las convicciones y mandatos de su grupo. Sólo más allá de ese temor puede exponerse a la realidad tal como se muestra y más allá de la conciencia puede adquirir aquellas comprensiones que lo liberan de la ceguera y las imposiciones de la conciencia aunque quizás sólo parcialmente. 

Bert Hellinger

Ir contra corriente le hace a uno más vulnerable y más vivaz. La presión puede ser descomunal, mas, la presión interior es aún más fuerte cuando uno se traiciona a si mismo dejándose arrastrar por miedo, miedo que no es más que un invento mental alimentado por nosotros mismos, una y otra vez. 
Como he comprobado más de una vez, esos miedos pueden ser tan ficticios como lo quiera experimentar aquella persona, también niños, que necesite encontrar algo parecido a un apoyo emocional por parte de quienes le imponen otros miedos o carencias afectivas de no reconocimiento si no haces lo que el grupo quiere (familia, amigos, compañeros de trabajo, ... comentaristas, ahora en internet...) 
Digo que ir contra corriente le vuelve a uno más vivaz. Si, porque se despierta esa inteligencia natural que está tan ofuscada por las creencias. Así que: ¡ánimo!  :) El miedo no sólo sirve al grupo, también  nos ayuda a liberarnos del mismo miedo...

miércoles, 15 de febrero de 2012

Zen y depresión. No es lo que creemos



No puedes conseguirlo pensando; no puedes buscarlo sin pensar.
Poema Zen

A menudo, cuando iniciamos nuestra andadura en el camino espiritual, pensamos que seguirlo es sólo cuestión de hacer lo correcto. Esperamos que si simplemente nos decidimos a seguir las reglas o cierto código de comportamiento, podremos encontrar alegría, iluminación o paz.
Eso puede convertirse en un problema específico durante la depresión. A menudo estamos tan desesperados, con tanto dolor, que seguiríamos a cualquiera o cualquier cosa que nos ofreciera respuestas fáciles y resultados predeterminados.
Pero la verdad es que el camino espiritual nunca es tan simple como eso. No es lo que creemos que es. En su esencia nunca puede ser sencillamente cuestión de seguir las formas externas adecuadas. De hecho, la verdad no va a encontrarse por pensar en ella de una forma en particular, o por actuar de una cierta manera. No se encuentra por vestir un tipo particular de vestimenta, o por afeitarse la cabeza, o por dejarse el pelo largo.
No se trata de dejar de sentirse perturbado o fastidiado por el sufrimiento o las decepciones de la vida. No se encuentra en el hecho de colocarse una máscara de calma a todas horas. No se encuentra en no pensar en uno mismo y dedicarse a de manera incansable a hacer cosas para los demás. Ni tampoco se encuentra pensando sólo en uno mismo. De hecho, no se encuentra en nada de lo que se piensa.
Por el contrario, se encuentra al aceptar a todos y todo con compasión y atención. Se encuentra en el estar presente encuentra en el estar presente en nuestra vida junto con todo nuestro corazón y nuestra mente. Y, en lugar de en un conjunto de creencias o acciones –cualquier cosa que creemos saber–, se encuentra en la disposición a no saber, en mantener esa apertura y curiosidad con las que nacimos.

Exploración complementaria
¿De qué maneras ha tratado de hallar la verdad, la paz y la felicidad que busca? La mayoría de esos intentos han acabado en fracasos. Ha descubierto que la esperanza y las promesas que creyó haber hallado le han conducido a otro callejón sin salida.
Pero ha habido ocasiones en las que ha sentido que todo en el mundo estaba bien, cuando se ha sentido totalmente a gusto en su vida, una parte de todo lo que le rodea. Se ha sentido en paz, y ha sentido alegría en su vida, y se ha sentido agradecido de estar vivo.
Tal vez fue en una ocasión en que jugaba con su hijo, o cuando se hallaba sentado con una migo íntimo, o al mirar la luna llena. O tal vez no estaba haciendo nada. O puede que estuviese atravesando una temporada dolorosa, pero en la que todo pareciese ser exactamente como debía ser en esos momentos.
Piense en una o dos de esas ocasiones. Mire más allá de los detalles particulares de la situación, a lo que sintió que estaba más allá de esos detalles. ¿Puede identificar qué es lo que le permitió ver y sentir esa intimidad con usted mismo y con su vida? En eso es donde empezará a hallar su camino.

Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.

(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

martes, 14 de febrero de 2012

El arte de la paz XII

haideé iglesias

El arte de la paz no es un objeto que nadie posea, ni tampoco algo que puedas darle a alguien. Debes comprender el arte de la paz desde el interior y expresarlo en tus propias palabras.

Morihei Ueshiba

lunes, 13 de febrero de 2012

Verdadero interés

haideé iglesias

Si, verdadero interés, porque el estómago reclama alimento. No hay tiempo para distracciones. 
Y sin embargo, disfruta la vida. 
Sabe de lugares donde tomar baños de polvo o de agua. Donde tomar el sol y atusar el plumaje protegido por ramajes. Donde guarecerse en los días de lluvia, cuando no busca el escaso alimento que en esos días es posible encontrar. 
Siempre viviendo. 
En presente, con verdadero interés.
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No, no está bien expresado "y sin embargo"... Así se deriva en tiempo y no piensa en el tiempo el gorrión. Así pues, mejor digo: Sabe disfrutar de la vida. Y lo sabe porque no piensa en ello :)

miércoles, 8 de febrero de 2012

Fluir

haideé iglesias

Con la dulzura de un pincel invisible... 

martes, 7 de febrero de 2012

Zen y depresión. Comunidad



Puede parecer que me he apartado
de la gente del mundo, y sin embargo, ¿por qué
nunca he dejado de pensar en ellos?
Ryokan

La palabra sánscrita sangha hace referencia a la comunidad de personas que practican el budismo. En principio designaba a la comunidad de mojes, pero con los años su significado se amplió para incluir a la comunidad laica. Algunos maestros han extendido el término todavía más, hasta que ha llegado a incluir a todos los seres sintientes. No es ninguna exageración, pues como el mismo Buda dijo: "Me iluminé junto con todos los seres".
En el budismo, el sangha es considerado como una joya o tesoro precisamente porque puede sernos de ayuda al recorrer el camino espiritual. Claro está como ocurre con cualquier comunidad, también puede ser una fuente de frustración, y en ocasiones puede incluso parecer un obstáculo.
El sangha ha sido comparado con un rodillo de tambor lleno de piedras. Cuando todas las piedras dan vueltas entrechocan unas con otros, sus bordes más ásperos van siendo limados, y empiezan a ser más suaves. Cuando las sacamos del tambor, no se parecen en nada a lo que eran antes de meterlas. No sólo están más suaves, sino que revelan una nueva belleza, con colores y formas que antes no podían apreciarse.
Cuando nos encontramos sufriendo una depresión puede que nos sintamos separados de cualquier tipo de comunidad. Los gruesos cortinones que nos envuelven nos mantiene aislados y nos resulta difícil acercarnos a los demás. No resulta especialmente difícil conectar cuando los demás nos ofrecen consejo o nos dicen qué hacer.
Podemos tratar de hablar con amigos de lo que nos sucede, pero la mayoría de las personas sólo pueden escuchar nuestros pensamientos y miedos –y nuestra conversación acerca de la desesperación y el dolor– durante un corto espacio de tiempo, hasta que se sienten impelidos a detenernos o alejarse. Les resulta difícil escuchar, porque nuestras palabras ponen de relieve algunos miedos y aflicciones que existen en el interior de sus propias vidas.
Incluso aquellos que están dispuestos a escuchar, que tratan de estar presentes para nosotros, sienten que nuestras palabras son como mensajes que les llegan desde un país lejano. Les hablamos de las visiones y sonidos de una tierra que nunca han visto, y nuestras palabras nos limitan respecto a lo que podemos comunicarles. Resulta difícil poner nuestros miedos en palabras. Aunque necesitemos el contacto humano más que nunca, podemos acabar sintiéndonos frustrados y fracasados en nuestros intentos de hablar con los demás.
El ejemplo de los grupos de autoayuda –que redescubrieron el valor del sangha en este siglo– puede venir en nuestro auxilio en esos momento. Puede hacernos mucho bien el poder hablar con oras personas que conocen o han experimentado lo que nosotros estamos pasando. Podemos descubrir que no estamos solos, y que hay otras personas que han pasado por la depresión y han sobrevivido. Puede que incluso hayan tenido algunas revelaciones que nos pueden ser de ayuda. Cuando estamos en compañía de esas personas no necesitamos invertir un montón de energía en tratar de explicar qué nos sucede. Hallar por fin a alguien que nos entienda es un gran alivio.
A veces es posible encontrar a alguien –o a veces a varias personas– a las que unas pocas palabras basten para decirles todo lo que queremos que sepan. Entonces nos sentimos escuchados, y reconocidos, y comprendidos. A menudo, con dichas personas, ni siquiera necesitamos hablar. Sabemos que cuando estamos con ellas no sentimos ninguna ansiedad.
Una persona que ha pasado por una depresión puede ofrecernos ejemplo de valentía. Esas personas saben lo que es la depresión, y por ello la temen menos de lo que pueden temerla otros que no han pasado por dicha experiencia. Son una prueba viviente de que podemos sobrevivir a ella. Pueden hablarnos de lo que les fue de ayuda y explicarnos cómo nosotros podemos también utilizarlo. Sus palabras están imbuidas de la autoridad que confiere la experiencia.
Muchas personas dedicadas a profesiones de ayuda, y muchos maestros y consejeros espirituales, no han pasado por lo que usted puede estar experimentando. Pueden tener muchos conocimientos en sus áreas de experiencia, pero carecen de la comprensión, del terreno común, de la experiencia visceral, para poder conectar de verdad con alguien que se encuentra en las profundidades de una depresión.
La comunicación íntima con alguien que ha explorado el mismo paisaje interior puede darnos seguridad y esperanza. En ella podemos hallar la fuerza para volver de nuevo a una comunidad más amplia. Podemos empezar a sanar y atravesar la barrera de la depresión para alcanzar un lugar donde volver a formar parte de la comunidad de todos los seres.
Un amigo muy sabio, que compartió conmigo su propia lucha con la depresión, lo explicó muy bien: "Es como si ambos estuviésemos en puntos diferentes a medio camino de un peligroso y empinado acantilado. No estamos seguros de si seguir avanzando o volver abajo. Y debemos poner caso toda nuestra energía en la peligrosa situación en la que ambos nos encontramos, de manera que podemos ofrecernos muy poca ayuda. Pero qué alivio más grande poder hablar con alguien que también está en el mismo acantilado, con alguien a quien poderle preguntar: "¿Cómo es la ruta?" ¿Tienes miedo? ¿Te parece que hemos recorrido bastante trecho desde que empezamos a escalar?".
Contar con un compañero en cualquier camino no es poca cosa.

Exploración complementaria

Siéntese tranquilamente con un ser amado y observen juntos la respiración. Siéntense cara a cara. O si sienten la suficiente confianza, pueden sentarse uno frente al otro y mirarse directamente a los ojos.
Permanezcan en silencio, observando su propia respiración, compartiendo el momento. Tranquilícese y disfrute sintiendo la presencia de la otra persona, escuchando su respiración a la vez que la suya propia.
Si la otra persona se mueve, reconozca que está lidiando con la misma intranquilidad y desasosiego que usted mismo.
Continúen sentados, descansando en el conocimiento de que no siempre está solo sabiendo que hay otros que pueden acompañarle en su viaje, aunque ellos estén recorriendo su propio camino.
Cuando hayan acabado, háganse una reverencia mutua, o reconozcan de cualquier otra manera lo que acaban de compartir.
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Después de sentarse con esa persona, o más tarde,den un paseo o coman juntos en silencio y con atención. Vuelvan a compartir la tranquilidad y el disfrute de hacerlo en presencia del otro.
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Una de cada siete mujeres y uno de cada doce hombres están pasando por una depresión. Arriésguese a acercarse a alguien que sepa que está pasando por ello. Hágale saber que usted está también en la misma situación y pregunte si le gustaría reunirse con usted para compartir sus luchas. Puede que incluso quieran organizar reuniones periódicas con este fin. Hágale saber que como usted conoce lo que se la depresión, no se sentirá herido si no le responde de inmediato o no se siente dispuesto a reunirse con usted.


Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.

(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

viernes, 3 de febrero de 2012

El bosque y la soledad

haideé iglesias

Todos los maestros dicen que el tesoro espiritual es un descubrimiento solitario. 
–¿Entonces por qué estamos juntos? –preguntó uno de los discípulos a Nasrudín.
Ustedes están juntos porque un bosque siempre es más fuerte que un árbol solitario –respondió Nasrudín. El bosque mantiene la humedad del aire, resiste mejor el huracán, ayuda a que el suelo sea fértil.
Pero lo que hace fuerte a un árbol es su raíz. Y la raíz de una planta no puede ayudar a otra planta a crecer. 


miércoles, 1 de febrero de 2012

Tarde de frío y lluvia

haideé iglesias

Tarde de frío y lluvia
despejan los sentidos
y nos yergue 
para encontrarnos 
a nosotros mismos.

Se desdibujan
pensamientos
en las corrientes 
del viento
para hallarse
en las narices del
desconsuelo.

Quisiéramos
hacer todo perfecto
mas
comprobamos 
que cuanto más hacemos
menos logros obtenemos.
Y desilusionados
pretendemos culpar
por no sentir la culpa
en nuestro seno.
Dolores ajenos 
no curan las heridas
propias.
El amor derriba
armazones
inconexos
y hiela 
las malas artes
de la confusión 
que aterida
no sabe quitarse.

Delicioso viento
si... 
Sopla
y nos avisa
para que nos cobijemos
sin miedo
en las manos
sabias de la naturaleza.

Tarde de frío y lluvia
con viento.
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