haideé u iglesias
Engañosas metáforas nos conducen a la etiquetación -no muy consciente- de aquello que creemos haber comprendido. La flor no es el nombre. Así como el nombre (narciso) no es aquello que queremos indicar con ese nombre. Imposible comparar, por lo que, observar en silencio... sin juzgar... a la flor y al ser humano...
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