haideé iglesias
La raíz
Los patriarcas Zen proclamaron que nuestra naturaleza esencial es intrínsecamente perfecta. Para practicar la Vía no hay que perseguir lo que nos gusta ni evitar lo que nos desagrada. Mientras te aferres a lo bueno y rechaces lo malo, mientras te obstines en dominar la concentración y contemplar el vacío, seguirás siendo esclavo del engaño. Si sigues persiguiendo objetos externos sólo conseguirás enajenarte cada vez más.
Abandona toda objetivación mental del mundo. Un sólo pensamiento errante basta para poner en marcha la rueda del nacimiento y la muerte. Cuando cesen los pensamientos te liberarás de la causa del nacimiento y de la muerte.
Maestro Mazu
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