martes, 31 de diciembre de 2013

Sutil humedad. Apertura emocional desde el corazón en el 2014. ¡Feliz 2014!

haideé iglesias

Dulcemente bañada en sutil humedad.

Apertura emocional desde el corazón en el 2014. 
¡Entrégate sin miedo a la libertad en la que vives siempre! 
¡Libera la mente de la ilusión que crea una falsa prisión! 
¡Vive! 

¡Feliz 2014! 

lunes, 30 de diciembre de 2013

Expansión

haideé iglesias

Desde la contención y en la contención...

viernes, 27 de diciembre de 2013

En evasión

haideé iglesias

Lucecitas estrelladas... regalitos que recibo feliz :)
En evasión... sin pensar...

martes, 24 de diciembre de 2013

Verde y rojo. ¡Feliz Navidad! ¡Felices Fiestas!


No es el acebo. Y no sé su nombre. Si sé que el rojo está en la naturaleza y en el invierno acompaña en contraste diáfano al verdor en el que anida. 

haideé iglesias

Si uno mira sin prejuzgar, encuentra la belleza dispuesta a ser deleitada, a ser sentida, y a respetar cada uno de los ofrecimientos que nos brinda la vida. 

¡Feliz Navidad! -.-
¡Felices Fiestas! -.-

viernes, 20 de diciembre de 2013

Cambio

haideé iglesias

Mucho cambio para tan poco entendimiento. 
Cruces. Cruz. 
O ¿sólo interpretaciones? 
Mucho miedo entre tanta manipulación. 
Entender a medias y más problemas que libertad. 
Cambio, si. Mas... es el cambio para estos que tanto empeño han puesto en que fuera yo la que cambiara lo que no es posible cambiar.  ¿Acaso deja de existir la vida y la muerte en esa realidad que viven los que en el miedo están? Pues esta es la comprensión, saber reconocer el miedo para comenzar a vivir en libertad, libertad que es lúcida y creativa, libertad que no impone, e impone, libertad que sabe, si, aunque alguno pretenda acusar este saber como ego –tantos diciendo que ellos no saben pero luego enseñan a otros, si, paradoja, pero esta la he cuestionado, haciéndole caso a lo que más se dice que ha hecho hincapié Gautama Shakyamuni, mas... entiendo... si–, libertad que abre el corazón, libertad que es libertad, y no tanto cambio insustancial para seguir mudando trapos que visten una y otra vez los mismos viejos trastos.
Cambio -.-

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Estando en las nubes

haideé iglesias

Tropezar. Errar. Corregir.
Un paso tras otro se avecina.
Un poco de quietud en la errática nube.
Así está esa mente que no sabe como salir de sus dudas.
Ah, pero estando en las nubes, como ellas, desaparecen todas mis dudas. No sé las tuyas.

Casi es como una escalera esta escritura... 
Salta, salta,
 así bajarás los escalones que no supiste subir :)

lunes, 16 de diciembre de 2013

El amor no es un fenómeno de la mente

haideé iglesias

[…] Somos parte de la existencia. ¿Cómo vamos a saber el misterio último de la existencia? 
Hemos llegado tarde; no había nadie presente como testigo. Y no hay forma de separarnos completamente de la existencia y convertirnos simplemente en observadores. Vivimos, respiramos, existimos con la existencia; no podemos separarnos de ella. En el momento en que nos separamos, nos morimos. Y sin estar separado, sólo como observador, sin involucrarte, sin apego, no puedes conocer el misterio último; de ahí que sea imposible. Siempre habrá algo que sea incognoscible. Si, se puede sentir, pero no se puede conocer. Quizá se pueda experimentar de diversas maneras, pero no como conocimiento. 
Cuando te enamoras, ¿puedes decir que "conoces" el amor? Parece un fenómeno completamente diferente. Lo "sientes". Si intentas conocerlo, quizá se evapore en tus manos. No puedes reducirlo a conocimiento. No puedes convertirlo en un objeto de conocimiento porque no es un fenómeno de la mente. Es algo que haces con el corazón. Si, tus latidos lo sabe, pero ese es un tipo de conocimiento completamente distinto; el intelecto es incapaz de "aproximarse a los latidos del corazón. 
Sin embargo, hay algo más que corazón en tí; tu ser, tu fuente de vida. Al igual que conocer a través de la mente, que es la parte más superficial de tu individualidad, con el corazón conces algo que es más profundo que la mente. La mente no puede adentrarse ahí, es demasiado profundo para ella. Sin embargo, detrás del corazón, a mucha mayor profundidad, está tu ser, tu verdadera fuente de vida. Esa fuente de vida también tiene una forma de conocer.
Cuando la mente conoce, lo llamamos conocimiento. Cuando el corazón conoce, lo llamamos amor. Y cuando el ser conoce, lo llamamos meditación.
Sin embargo, los tres hablan lenguajes diferentes que no se pueden traducir entre si. Cuanto más profundizas, más difícil resulta traducirlo, porque en el verdadero centro de tu ser no hay más que silencio. ¿Cómo traducir el silencio en sonido? En el momento en que traduces el silencio en sonido lo has destruido. Ni siquiera la música puede traducirlo. Quizá la música se acerque más, pero sigue siendo sonido.
La poesía no se acerca tanto como la música, porque las palabras por muy bellas que sea, siguen siendo palabras. No tienen vida, están muertas. ¿Cómo puedes traducir la vida en algo muerto? Si, quizá entre palabras puedes vislumbrar algo de aquí y de allí; pero será entre las palabras, entre líneas, no en las palabras, no en las líneas.

Osho

viernes, 13 de diciembre de 2013

Contemplando

haideé iglesias

Ella, creciendo, en el escuchar, vive...
Él, en el pasear, siente el dominio de una compañera confundida. 
Hoy es feliz, ha sido comprendido y liberado del tirante que le quería dominar por miedo. 
Gracias :)

Que todos los seres sensibles puedan liberarse del sufrimiento. Que todos encuentren la paz.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Unos pasos

haideé iglesias

Recogiendo en sonido sin audición. 
Unos pasos perdidos en mi visión. 
El sol irradia... 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La enseñanza de lo cotidiano

haideé iglesias

Cuentan que, en cierta ocasión, un joven simple pidió entrar como novicio en un templo zen. El abad accedió, pero viendo su escasa capacidad para realizar incluso las tareas menos complejas, decidió encargarle que barriera bien el patio todos los días. Así pasaron las semanas, los meses y los años, y el joven simple se afanó en barrer minuciosamente el patio durante todos los días de su vida. Lloviera, nevara, hiciera calor o viento, estuviera enfermo o cansado, el joven simple no dejó jamás de barrer cuidadosamente el patio con su vieja escoba. 
Nunca se había visto el patio tan limpio. Una mañana, el abad percibió en "el monje de la escoba" como si algo apenas perceptible emanara de él, algo que provocaba respeto y reconocimiento, algo en lo que antes no había reparado, acostumbrado como estaba a verlo un día tras otro casi formando ya parte del paisaje del patio. Llegó ante él, lo invitó a dejar la escoba un momento, y le propuso algunas preguntas de hondo contenido espiritual. Minutos después, el abad unió las manos sobre su pecho y se inclinó ante el monje simple con una profunda reverencia: había descubierto a un iluminado. 
–¿Cómo has alcanzado este estado? –le preguntó el abad–. Tú no has recibido enseñanza de los maestros del templo ni siquiera has leído las escrituras, tampoco has meditado durante horas junto a los demás monjes, únicamente te has dedicado a barrer el patio todos los días, mañana y tarde. 
–Dices bien querido abad –contestó el monje–, pero mi mejor maestro ha sido la escoba, que me mostró el valor del silencio, de la humildad y del servicio; mis escrituras han sido el polvo seco del verano, las hojas del otoño, las lluvias de primavera y la nieve del invierno; y mi meditación ha estado siempre presente en la intención de barrer lo mejor que he sabido y he podido. 
Oídas aquellas palabras, el abad se retiró en silencio y el monje continuó barriendo con su escoba. 


lunes, 2 de diciembre de 2013

Danzando

haideé iglesias

En cabriolés evanescentes que se acaramelan en infinitas formas incontrolables... De la suavidad reflejada emana la vida sin tropiezo, sin causa... sucede... es todo... 

Si, alguien dirá que está porque hay algo que lo provoca... mas... ¿encuentras el comienzo de todo ello? ¿Encuentras el fin? Porque nunca es la misma imagen... días y días y... nunca es la misma... 

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