viernes, 30 de diciembre de 2011

Arrumacos para el 2012


¡Feliz


Año

haideé iglesias

2012!

¡Deja que el miedo se vaya y que tu corazón se abra!

***
"Si un hombre conquista a miles y miles en una batalla y otro se conquista a si mismo, la victoria del último sería mayor pues la mayor victoria es la de vencerse a si mismo."
Buda

***
Gracias a estas amorosas palomas y a la magia que existe para que yo pueda ahora compartirlas con todos vosotros. Enormemente agradecida, si...

viernes, 23 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!

haideé iglesias

Alguien dijo que todo es del color de cristal a través del cual se mira.
En mi caso aprendí que con cristal o sin él,
el amor es la fuerza generadora de todo.
Y que soltar los apegos, sean estos cuales sean,
es la liberación.

¡Feliz Navidad!
-.-

jueves, 22 de diciembre de 2011

Historia de la investigación científica en el campo energético humano (IV) Conclusiones


Conclusiones


Si definimos el campo energético humano como todos los campos o emanaciones del cuerpo del individuo, podremos ver que muchos componentes bien conocidos del CEH han sido medidos en laboratorios. Son los componentes electrostáticos, magnéticos, electrónicos, sónicos, térmicos y visuales del DEH. Todas estas mediciones concuerdan con los procesos fisiológicos normales del cuerpo, superándolos para aportar un vehículo al funcionamiento psicosomático.

Las mediciones de la doctora Hunt muestran frecuentemente definidas para colores de aura igualmente precisos. Dichas frecuencias pueden tener sobretonos más altos que no fueron registrados a causa de la limitaciones del equipo de laboratorio utilizado.

Las mediciones relacionadas más arriba muestran también que el CEH se compone de partículas y que tiene un movimiento semejante al de un fluido, como las corrientes de aire o de agua. Estas partículas son diminutas, incluso subatómicas según algunos investigadores. Cuando dichas partículas ínfimas se desplazan juntas formando nubes, los físicos suelen denominarlas plasmas. Éstos se atienen a determinadas leyes físicas, lo que ha llevado a los físicos a considerarlos como un estado entre la energía y la materia. Muchas de las propiedades del CEH medidas en laboratorio sugieren un quinto estado de la materia, denominado "bioplasma" por algunos científicos.

Estos estudios demuestran que el modelo corporal ordinario formado por sistemas (como el sistema digestivo) resulta insuficiente. Es necesario desarrollar un modelo adicional basado en el concepto de un campo energético organizador. El modelo de un campo electromagnético complicado (CEC) no satisface por completo este fin

Según la doctora Valorie Hunt, "se puede considerar el cuerpo desde un concepto cuántico de energía que surge de la naturaleza celular, atómica del cuerpo en funcionamiento y que atraviesa los tejidos y los sistemas". Sugiere que sería conveniente contar con una visión holográfica del CEH. "El concepto del holograma que surge en la investigación física y del cerebro parece aportar una visión auténticamente unificadora y cósmica de la realidad que exige la reinterpretación de todos los hallazgos biológicos en otro plano".

Marylin Feguson declaró en el Brain Mind Bulletin que "el modelo holístico ha sido descrito como "paradigma emergente", una teoría integradora que atraerá a toda la maravillosa fauna silvestre de la ciencia y el espíritu. He aquí, por fin, una teoría que casa la biología con la física en un sistema abierto".


(Texto extraído del libro "Manos que curan" Autora Barbara Ann Brennan)

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Historia de la investigación científica en el campo energético humano (III) Observaciones de los médicos del siglo XX


Observaciones de los médicos del siglo XX


En los párrafos anteriores hemos visto cómo hasta el siglo XX se realizaron estudios tendentes a la observación de las distintas características de un campo energético que rodea a los seres humanos y los objetos. Muchos médicos se han interesado también por este fenómeno desde los albores del siglo XX.

En 1911 el doctor William Kilner dio cuenta de sus estudios sobre el campo energético humano contemplado a través de pantallas y filtros coloreados. Describió una neblina brillante dispuesta en tres zonas alrededor de todo el cuerpo: a) una capa oscura de unos 60 mm pegada al a piel, rodeada por b) otra capa más vaporosa de unos 2,5 cm que fluía desde el cuerpo en sentido perpendicular, y c) una delicada luminosidad externa de contornos indefinidos, algo más separada, con una anchura de alrededor de 15 cm. Kilner comprobó que el aspecto del "aura", como la denominó, difiere considerablemente de un sujeto a otro, dependiendo de la edad, el sexo, la capacidad mental y el estado del salud. Determinadas enfermedades producían manchas o irregularidades en el aura, lo que movió a Kilner a desarrollar un sistema de diagnóstico basado en el color, la textura, el volumen y el aspecto general del envoltorio. De esta forma diagnosticó algunas enfermedades, como la infecciones hepáticas, la apendicitis, la epilepsia y alteraciones psicológicas como la histeria.

A mediados del siglo XX, los doctores George De La Warr y Ruth Drown construyeron nuevos instrumentos para detectar las radiaciones de los tejidos vivos. El primero desarrolló la radiónica, un sistema de detección, diagnostico y curación a distancia que se servía del campo energético biológico humano. Sus trabajos más impresionantes son una fotografías que fueron tomadas utilizando el cabello del paciente como antena. En ellas se muestran formaciones internas de enfermedades del tejido vivo, tales como tumores cerebrales malignos. Incluso logró fotografiar un feto vivo de tres meses en el interior del útero.

El doctor Wilhelm Reich, psiquiatra y colega de Freud a principios del siglo XX, se interesó vivamente por una energía universal a la que denominó "orgónica". Estudió las relaciones entre las alteraciones en el flujo de orgones del cuerpo humano y las enfermedades físicas y psicológicas. Reich desarrolló una modalidad psicoterapéutica que integraba las técnicas analíticas freudianas para desvelar el inconsciente con técnicas físicas destinadas a desbloquear el flujo natural de la energía orgónica en el cuerpo. Al Liberar estos bloqueos energéticos, Reich pudo aclarar los estados mental y emocional negativos.

En el periodo comprendido desde la década de los treinta hasta los años cincuenta, Reich experimentó con estas energías empleando el instrumental electrónico y médico más avanzado de la época. Observó que esta energía latía en el cielo y alrededor de todos los objetos orgánicos e inanimados. Observó, con ayuda de un microscopio de alta resolución especialmente construido, que los microorganismos irradian pulsaciones de energía orgónica.

Reich construyó diversos aparatos físicos para estudiar el campo orgónico. Uno de ellos fue un "acumulador" capaz de concentrar energía orgónica, que utilizó para descargar objetos. Observó que una válvula de descarga al vacío podía, después de haberse cargado en un acumulador durante un periodo de tiempo prolongado, conducir una corriente eléctrica a un potencial considerablemente más bajo que el suyo normal de descarga. Además, afirmó que la velocidad de descomposición nuclear de un radioisótopo aumentaba si se situaba en un acumulador orgónico.

El doctor Lawrence Bendit y Phoebe Bendit realizaron en los años treinta amplias observaciones del CEH y relacionaron estos campos con la salud, la curación y el desarrollo del alma. El trabajo que realizaron subraya la importancia de conocer y entender las poderosas fuerzas formativas etéreas que son la base de la salud y la curación del cuerpo.

Más recientemente, el doctor Schafica Karagulla ha puesto en correlaci´pon las observaciones visuales realizadas por personas sensibles a las alteraciones físicas. Por ejemplo, una vidente llamada Dianne fue capaz de observar las pautas energéticas de algunos enfermos y describir con gran precisión sus trastornos médicos: desde alteraciones cerebrales hasta obstrucciones del colon. Estas observaciones del campo etéreo revelan un cuerpo o campo de energía vital que forma una matriz capaz de interprenetrar el cuerpo físico denso como si fuera una trama destellante de rayos luminosos. Esta matriz energética es la pauta básica en la que cobra forma y está anclada la materia física tisular. Los tejidos sólo existen como tales merced a este campo vital que los respalda.

El doctor Karagulla relacionó también las alteraciones de los chakras con la enfermedad. Por ejemplo, la sensitiva Dianne describió el chakra de la garganta de un paciente como hiperactivo y de color rojo y gris mate. Cuando Dianne observó el tiroides, observó que su textura era demasiado esponjosa y blanda y que el lado derecho no funcionaba tan bien como el izquierdo. Mediante técnicas médicas normales se diagnosticó al paciente le enfermedad de Graves, cuya principal consecuencia fisiológica es un considerable agrandamiento del tiroides., especialmente en el área del lóbulo derecho.

La doctora Dora Kunz, presidenta de la sección estadounidense de la Theosophical Society, lleva muchos años trabajando en la profesión médica y como sanadora. En "The Spiritual Aspects of the Healing Acts" dice que "cuando el campo vital es saludable hay un ritmo autónomo natural en su interior", y añade:"Cada órgano del cuerpo tiene su ritmo energético correspondiente en el campo etéreo. Los distintos ritmos interactúan entre las esferas de los diversos órganos como si se estuviera produciendo una función de transferencia fácilmente de un órgano a otro. Sin embargo, en estado patológico los ritmos cambian, como sucede con los niveles energéticos. Por ejemplo, en el campo se puede percibir el residuo de una apendicectomía: los tejidos físicos adyacentes ahora entre si tiene una función de transferencia energética distinta de las previamente modulada por el apéndice. Es lo que en física se denomina equiparación de impedancia o falta de equiparación. Cada tejido adyacente está "equiparado en impedancia", lo que significa que la energía puede fluir fácilmente por todo el tejido. La cirugía o la enfermedad cambian la equiparación de impedancia, de manera que, hasta cierto punto, la energía se disipa en vez de transferirse".

El doctor John Pierrakos ha desarrollado un sistema de diagnóstico y tratamiento de las alteraciones psicológicas basado en observaciones visuales y operaciones con péndulo sobre el CEH. La información, a partir de sus observaciones de los cuerpos energéticos, se combina con los métodos psicoterapéuticos corporales desarrollados en el ámbito de la bioenergética y con el trabajo conceptual realizado por Eva Pierrakos. Este trabajo, que se denomina energética de núcleo busca el equilibrio de todos los cuerpos (físico, etéreo, emocional, mental y espiritual) para llevar a cabo la curación armoniosa de la persona en su totalidad.

De lo anterior, y de otros trabajos, deduzco que las emisiones de luz del cuerpo humano están íntimamente relacionadas con la salud. Subrayo que es muy importante hallar la forma de cuantificar estas emisiones luminosas por medio de instrumentos de medición lumínica fiables y normalizados, ya que así es posible poner esta información al alcance de la profesión médica para sus diagnósticos clínicos y hacer que la propia energía sea útil para el tratamiento.

Mis colegas y yo hemos realizado una serie de experimentos para medir el CEH. En uno de ellos, los doctores Richard Dobrin y John Pierrakos midieron conmigo en un cuarto oscuro el nivel de la luz a una longitud de onda de unos 350 nanómetros, antes, durante y después de la estancia en él de varios individuos. Los resultados muestran un ligero aumento de la luminosidad en el cuarto oscuro cuando hay personas presentes. El nivel lumínico descendió realmente en un caso; en el cuarto oscuro había una persona muy cansada y llena de desesperación. En otro experimento, realizado en colaboración con el Parapsychology Club de las Naciones Unidas, pudimos mostrar, en un televisor en blanco y negro, parte del campo aural utilizando un artilugio denominado colorizador. Este aparato permite amplificar en gran medida las variaciones de intensidad lumínica que se producen cerca del cuerpo. En un nuevo experimento, esta vez realizado en la Universidad Drexel con el doctor William Eidson y Karen Gestla (una sensitiva que trabajó durante años con el doctor Rhine en la Universidad Duke), logramos alterar con energía aural, doblándolo o atenuándolo, un pequeño rayo láser de dos milivatios. Aunque no fueron concluyentes, todos estos experimentos contribuyeron a confirmar la evidencia de que existen campos energéticos. Los resultado se dieron a conocer en Estados Unidos por la cadena televisiva NBC, pero no se pudo continuar con la investigación por falta de fondos.

En Japón, Hiroshi Motoyama ha logrado medir niveles bajos de luz producidos por personas que han practicado yoga durante muchos años. Realizó este trabajo en un cuarto oscuro con ayuda de una cámara cinematográfica de bajo nivel lumínico.

El doctor Zheng Rongliang, de la universidad de Lanzhou (República Popular China), midió la energía (denominada "Qi" o "Ch'i" irradiada del cuerpo humano mediante un detector biológico formado por la nerviación de una hoja conectado a un dispositivo de fotocuanto (aparato para medir la luz de baja intensidad). Estudió las emanaciones del campo energético de un maestro de qigong (un antiguo método chino de ejercicios para conservar la salud), así como las del campo de un vidente. El resultado de sus estudios demuestra que el sistema detector responde a la radiación en forma de impulso. La que emana de la mano del maestro de qigong es muy distinta a la del vidente.

En el instituto Nuclear Atómico de Academia Sínica, en Shanghai, se demostró que parte de las emanaciones de fuerza vital de los maestros de qigong parece tener una onda sónica de muy baja frecuencia que se presenta como una onda portadora que fluctúa a baja frecuencia. En algunos casos, también se detectó la energía qi como flujo de mícropartículas, con un tamaño de unas 60 micras de diámetro y una velocidad de unos 20-50 cm/seg.

Hace algunos años, un grupo de científicos soviéticos del Instituto de Bioinformación de A.S. Popow anunció el descubrimiento de que los organismos vivos emiten vibraciones de energía a una frecuencia de entre 300 y 2.00 nanómetros. Los científicos soviéticos denominaron a dicha energía biocampo o bioplasma. Descubrieron que las personas capaces de realizar con éxito la transferencia de bioenergía poseían un biocampo de mucho más ancho y fuerte. Estos hallazgos han sido confirmados por la Academia de Ciencias Médicas de Moscú y están refrendados por las investigaciones realizadas en Inglaterra, los Países Bajos, Alemania y Polonia.

El estudio más extraordinario del aura humana que he visto fue realizado por la doctora Valorie Hunt y sus colaboradores en UCLA. En un estudio acerca de los efectos del rolf sobre el cuerpo y la psique /"A Study of Structural Neuromuscular Energy Field and a Approeches") la doctora registró la frecuencia de las señales de bajo milivoltaje emitidas por el cuerpo durante una serie de sesiones de rolf. Para registrarla utilizó electrodos elementales construidos con plata/cloruro de plata que se colocaban sobre la epidermis. Al mismo tiempo que se registraban las señales electrónicas, la Rosalyn Bruyere, del Healing Light Center (Glendale, California). observaba las auras tanto de la persona que aplicaba el rolf como de la que lo recibía. Sus comentarios fueron grabados en el mismo magnetófono que recogió los datos elect´ronicos, Ofreció un informe completo sobre el color, tamaño y movimientos energéticos de los chakras y de las nubes aurales que intervenían.

A continuación, los científicos analizaron matemáticamente las pautas de las ondas registradas por medio de un análisis Fourier y otro de frecuencia de sonograma. Ambos revelaron resultados notables. Las formas y frecuencia de onda consistentes se relacionaban especialmente con los colores, según un informó la reverenda Bruyere. Dicho de otro modo, cuando la reverenda Bruyere observaba un color azul en el aura en un lugar específico, las mediciones electrónicas mostraban siempre la forma y la frecuencia características de la onda azul en el mismo lugar. La doctora Hunt repitió el mismo experimento con otros siete lectores de aura. Todos ellos vieron los colores aurales correlacionados con las mismas pautas de frecuencia/onda. En febrero de 1988, los resultados del estudio en curso mostraban las siguientes correlaciones de color/frecuencia (Hz = Hertz, o ciclos por segundo):


Azul 250-275 Hz más 1200 Hz

Verde 250-475 HZ

Amarillo 500-700 HZ

Naranja 950-1050 Hz

Rojo 1999-1250 Hz

Violeta 1000-2000, más 300-400 Hz;

600-800 Hz

Blanco 1100-200 Hz


Estas bandas de frecuencia, excepto por lo que se refiere a las bandas adicionales de azul y violeta, se encuentran en orden inverso a la secuencia de color del arco iris. Las frecuencias medidas constituyen una señal identificativa de la instrumentación y de la energía que se mide.

La doctora Hunt afirma lo siguiente: "A lo largo de los siglos, los sensitivos han visto y descrito las emisiones aurales, pero ésta esa la primera evidencia electrónica objetiva sobre la frecuencia, amplitud y tiempo, lo que supone un espaldarazo para sus observaciones subjetivas de la descarga de color".

El hecho de que las frecuencias de color descubiertas en estos experimentos no dupliquen las de la luz o la pintura no resta validez al descubrimiento. Cuando comprendemos que lo que vemos como colores son frecuencias captadas por el ojo, que hemos diferenciado y a las que hemos adjudicado un símbolo verbal, nada hay que indique que los centros de proceso del ojo y del cerebro deban interpretar el color únicamente en altas frecuencias. El criterio definitivo para la experiencia del color es la interpretación visual. Sin embargo, contando con instrumentos más afinados y técnicas perfeccionadas de registro y reducción de datos, éstos, principalmente hasta 1.500 Hz, pueden contener hoy con toda facilidad frecuencias mucho más altas.

La doctora Hunt añadió que "los chakras solían tener los colores que se habían consignado en la literatura metafísica, es decir, rojo-kundalini, naranja-hipogástrico, amarillo-bazo, verde-corazón, azul-garganta, violeta-tercer ojo y blanco-corona. El chakra del corazón era, con mucho, el más activo. Los sujetos tenían muchas experiencias emocionales, imágenes y rememoraciones conectadas con las distintas áreas del cuerpo sometidas al rolf. Estos hallazgos avalan la creencia de que el recuerdo de las experiencias se almacena ene l tejido corporal".

Por ejemplo, cuando se somete al proceso de rolf las piernas de alguien, cabe que vuelva a vivir la experiencia de aprender a usar el orinal en su primera infancia. No sólo lo recordará, sino que volverá a vivirlo emocionalmente. Con frecuencia, los padres intentan enseñar al niño a usar el orinal antes de que su cuerpo haya establecido la conexión del cerebro con los músculos para controlar realmente el esfínter que regula las deposiciones. Como el niño no está fisiológicamente capacitado para controlar el esfínter, compensará esta carencia apretando los músculos de los muslos. Esto supone someter el cuerpo a una gran tensión y fatiga, que en muchas ocasiones perduran de por vida, o se mantienen hasta la puesta en práctica de intensas sesiones de rol o bioenergéticas. Cuando se han aliviado la tensión y la fatiga musculares, el alivio llega también a la memoria. Otro ejemplo de mantenimiento de la memoria de la tensión es la rigidez de hombros que sufren muchas personas. Procede de haber sostenido sobre los hombros el miedo o la ansiedad. El lector se puede preguntar a sí mismo: ¿Qué es lo que temo no ser capaz de lograr?, o ¿qué pasará si no tengo éxito?


(Texto extraído del libro "Manos que curan" Autora Barbara Ann Brennan)

martes, 20 de diciembre de 2011

Historia de la investigación científica en el campo energético humano (II) La tradición científica: desde el 500 a. C. hasta el siglo XIX


La tradición científica: desde el 500 a. C. hasta el siglo XIX


Muchos pensadores científicos occidentales han sostenido, a lo largo de la historia, la idea de una energía universal que penetra en la naturaleza de forma global. Esta energía vital percibida como un cuerpo luminoso fue registrada por los pitagóricos, por primera vez en la literatura occidental, alrededor del año 500 a. C. Afirmaban que su luz podía producir muy diversos efectos sobre el organismo humano, incluyendo la curación de enfermedades.

Boirac y Liebeault., eruditos de principios de siglo XII, vieron que la energía que poseemos los seres humanos puede dar lugar a la interacción de los individuos separados por grandes distancias. Según sus informes, una persona puede producir sobre otra un efecto saludable o patológico con su mera presencia. Paracelso, sabio de la Edad Media, llamó a estas energía "Illiaster" entidad compuesta por una fuerza vital y una materia vital. El matemático Van Helmont percibió a comienzos del siglo C¿XIX un fluido universal que penetra toda la naturaleza; no se trata de una materia corpórea o condensable, sino de un espíritu vital puro que invade todos los cuerpos. Otro matemático, Leibnitz, escribió que los elementos esenciales del universo son centros de fuerza que contienen su propia fuente de movimiento.

Van Helmont y Mesmer observaron, en el siglo XIX, otras propiedades de los fenómenos de energía universal que dieron lugar al mesmerismo, que se convertiría luego en el hipnotismo. Según estos autores, los objetos animados e inanimados se podían cargar con este "fluido", y los cuerpos materiales podían ejercer muchas influencias a distancia, lo que sugería la posible existencia de un campo, análogo en siglo XIX, el conde Wilhelm Von Reichnbach dedicó treinta años a experimentar con el "campo" al que denominó fuerza "´ódica". Comprobó que mostraba muchas propiedades similares a las del campo electromagnético descrito anteriormente, en el mismo siglo, por James Clerk Maxwell.

También descubrió numerosos propiedades exclusivas de la fuerza ódica. Determinó que los polos de un imán no sólo presentan una polaridad magnética, sino también una polaridad exclusiva relacionada con este "campo ódico". Otros objetos, los cristales, por ejemplo, también presentas esa polaridad única sin ser magnéticos por si mismos. Los polos de la fuerza ódica presentan las propiedades subjetivas de resultar "calientes, rojos y desagradables" o bien "azules, fríos y agradables" a las observaciones de individuos sensibles. Determinó, además, que los polos opuestos no atraen como en el electromagnetismo. Comprobó que, con la fuerza ´ódica, los polos semejantes se atraen (es decir, el igual atrae al igual). Se trata de un fenómeno aural muy importante, como tendremos ocasión de ver más adelante.

Von Reichenbach estudió la relación entre las emisiones electromagnéticas del Sol y las concentraciones afines del campo ódico. Descubrió que la mayor concentración de esta energía radica en las gamas rojas y azul-violeta del espectro solar. Von Reichenbach especificó que las cargas opuestas producían sensaciones subjetivas de calor y frío en grados variables de potencia que pudo relacionar con la tabla periódica de los elementos químicos mediante una serie de ensayos ciegos. Todos los elementos electropositivos proporcionaban a los sujetos desagradables sensaciones de calor; todos los elementos electronegativos pertenecían a la parte fresca, agradable, con un grado de intensidad de las sensaciones paralelo a su posición en la tabla periódica, yendo del calor al frío de acuerdo con la variación de los colores espectrales del rojo añil-

Von Reichenbach descubrió que era posible conducir el campo ódico a través de un alambre, que la velocidad de conducción era muy lenta (de aproximadamente 4 metros/segundo) y que ésta parecía depender de la densidad de masa del material más que de su conductividad. Además, era posible cargar los objetos con esta energía de forma similar a como se hace mediante un campo eléctrico. Otros experimentos demostraron que se podía enfocar parte de este campo a través de una lente, como si fuera luz, mientras que otra parte fluiría alrededor de dicha lente de forma semejante a como pasa la llama de una vela alrededor de los objetos situados en su camino. Esta porción desviada del campo ódico reaccionaría también como la llama de la vela cuando está sometida a corrientes de aire, lo que sugiere que su composición es similar a la de un fluido gaseoso. Todos estos experimentos demuestran que el campo aural posee propiedades que permiten pensar que su naturaleza es, a un tiempo, particulada como un fluido y energética como la ondas luminosas.

Von Reichenbach comprobó que la fuerza del cuerpo humano producía una polaridad similar a la que presentan los cristales a lo largo de sus ejes principales. Basándose en tal evidencia experimental, describió el lado izquierdo del cuerpo como polo negativo y el derecho como positivo. Un concepto similar al de los antiguos principios chinos del yin y yang antes mencionados.


(Texto extraído del libro "Manos que curan" Autora Barbara Ann Brennan)

lunes, 19 de diciembre de 2011

Historia de la investigación científica en el campo energético humano (I) La tradición espiritual


Si bien los místicos no hicieron mención de los campos energéticos ni de las formas bioplasmásticas, sus tradiciones en todos los lugares del mundo a lo largo de 5. 000 años concuerdan con las observaciones que recientemente han empezado a realizar los científicos.


La tradición espiritual


Adeptos de todas las religiones afirman haber experimentado o visto luces alrededor de las cabezas humanas. Mediante prácticas religiosas tales como la meditación y la oración alcanzan estados de conciencia ampliada que activan sus capacidades latentes de percepción sensorial elevada.

La tradición espiritual india, que cuenta con más de cincuenta siglos de antigüedad, habla de una energía universal denominada Prana, considerada el constituyente básico y la fuente de toda vida. El Prana o hálito vital fluye por todas las formas, a las que ha dado vida. Los yoguis practican la manipulación de esta energía mediante técnicas respiratorias, meditación y ejercicios físicos cuya finalidad es mantener unos estados alterados de conciencia y de juventud mucho más allá de su alcance normal.

En el tercer milenio a. C. los chinos propugnaban la existencia de una energía vital a la que denominaban Ch´i: toda materia, animada o no, está compuesta y transfundida por esta energía universal. El Ch' i contiene dos fuerzas polares, el yin y el yang. Cuando están equilibradas, el sistema vital muestra salud física; si se desequilibran, el resultado es la enfermedad. Un yang demasiado poderoso tiene como consecuencia un exceso de actividad orgánica. Si el que predomina es el yin da lugar a un funcionamiento insuficiente. Ambos desequilibrios provocan enfermedad física. La antigua técnica de la acupuntura se centra precisamente en equilibrar el yin y el yang.

La Cábala, teosofía mística judía surgida alrededor del año 538 a. C., denomina a esta misma energía luz astral. En la iconografía religiosa cristiana, Jesús y otras figuras espirituales aparecen rodeados por campos luminosos. El Antiguo Testamento contiene numerosas referencias a la luz que rodeaba a la gente y a la aparición de luces, pero estos fenómenos perdieron su significado original con el transcurso de los siglos. Por ejemplo, el Moisés de Miguel Angel muestra el karnaeem en forma de dos cuernos, en vez de los dos rayos de luz a los que ser refería originalmente dicho término. La razón es que, en hebreo, dicha palabra significa indistintamente cuernos y luz.

En su obra Future Sciencie, John White relaciona 97 culturas distintas en las que el fenómeno aural recibe otras tantas denominaciones diferentes.

Muchas enseñanzas esotéricas (como las de los antiguos textos védicos del hinduismo, los teósofos,los rosacruces, los miembros de la Native American Medicine People, los budistas tibetanos e indios, los budistas japoneses, madame Bablasky y Rudolf Steiner, por citar sólo a unas pocas) describen detalladamente el campo energético humano. En fechas recientes, muchas personas con formación científica moderna han sido capaces de añadir observaciones sobre un nivel físico concreto.



(Texto extraído del libro "Manos que curan" Autora Barbara Ann Brennan)

viernes, 16 de diciembre de 2011

Zen y depresión. El valor de la inutilidad




Hui Tzu dijo a Chuang Tzu:
–Tengo un gran árbol llamado ailanto. Su gran tronco está tan lleno de nudos que no se le puede acomodar cuerda y tinta; y tampoco compás y escuadra a sus retorcidas ramas. Está al borde del camino, más no hay carpintero que le considere. Tales son las razones que enseñáis: grandes por demás y sin provecho,y todo el mundo se concierta a la hora de rechazarlas.
A lo que Chuang Tzu dijo:
–¿Por ventura no habéis visto a la comadreja? Se agazapa y aguarda el paso de algún animalillo; brinca hacia el este, brinca hacia el oeste, sin dársele lo quebrado del terreno: y así hasta que cae en una trampa o muere dentro de una red. En cuanto a vos, con vuestro árbol grande sobremanera, os lamentáis de que no tiene provecho. Pero, ¿por qué no la plantáis en el país donde nada existe, en la desolada vastedad? Así podrás pasear sosegadamente junto a él, y tumbaros debajo con todo regalo. Y el árbol mismo no sufrirá los golpes del hacha, ni cosa alguna le podría maltratar. Al no ser de ningún provecho, ¿por qué habría de ser ocasión de tanta aflicción o dolor?
Chuang Tzu, En placentera libertad

En realidad, la meditación y la práctica espiritual no sirven para nada.
Dainin Katagiri Roshi

En la depresión solemos sentirnos inútiles, que nada de lo que hacemos importa. Nos sentimos apaleados y gastados, como un pedazo de tela vieja que ni siquiera sirve como trapo.
Pocas cosas de las que hacen los seres humanos carecen de propósito. Así que la sensación de inutilidad que experimentamos durante la depresión golpea el centro de nuestra humanidad.
hace un par de generaciones, la mayoría de las comunicaciones contaban con un trapero que iba por ahí recogiendo trapos usados. Nunca comprendí cuál era su papel. Entonces me di cuenta de que esos pedazos de tejido viejos, rotos y sucios, que ya no tenían utilidad en ninguna casa, seguían teniendo valor.
No obstante, primero necesitaban pasar por una transformación. En primer lugar tenían que romperse. Eran destrozados, convertidos en un amasijo y mezclados con agua hasta que eran poco más que barro. Sólo entonces podía iniciarse el milagro. En las manos de un artesano consumado, esos trapos se convertían en los papeles más hermosos. Ahora eran frágiles, ligeros y limpios.
Conservaban cierta parte de sus resistencia, pero podían romperse con más facilidad. Ya no eran sólidos, dejaban que la luz los traspasara de hecho, algunos tenían una luminosidad que parecía venir de su interior.
Esos trapos, que antaño fueron desechados, se convirtieron en algo valioso, algo que podía utilizarse. Eran vehículos de los pensamientos, poesía e historias de una cultura.
Lo que consideramos inútil puede que sea útil de una manera que no llegamos a comprender. Y demasiado a menudo, confundimos utilidad con valor.
En la inutilidad hay un gran valor. De hecho, los maestros budistas suelen insistir en que para practicar meditación de manera adecuada, debemos hacerlo sin pensar en obtener nada. Simplemente hacerlo.
Sumergidos en nuestras sensaciones de inutilidad y desesperanza, hacer algo sin propósito puede ser un gran alivio. En la meditación nos damos un respiro respecto a tener que hacer lago o ser algo, para sólo ser.
Las ideas sobre valor y utilidad, mérito e inutilidad, son sólo eso, ideas que los seres humanos añades a las cosas de nuestro mundo.Existe un mundo más grande que podemos empezar a ver, un mundo más allá de las nociones de utilidad e inutilidad.
Cuando dejamos de buscar ganancias, cuando simplemente vemos la verdad de ser en lugar de hacer, podemos llegar incluso a descubrir nuestro propio y auténtico valor.

Exploración complementaria

Tómese el día para abandonar sus ideas acerca de la utilidad. Entréguese a la posibilidad de no hacer nada, pero no se eche atrás. No haga nada en todo el día, sólo aquellas cosas que quiera realmente hacer: hacer volar una cometa, ver la misma película tres veces, o tumbarse en el suelo y ver cómo posan las nubes por el cielo durante todo el día.
¿Se siente culpable? ¿Autoindulgente? ¿Teme no hacer nada y que llegue a gustarle?
¿Puede disfrutar de todas esas cosas inútiles, de simplemente ser? ¿Puede incluso dejar de creer que eso sería bueno para usted y simplemente dejárselo hacer?
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Hay un dicho que afirma que deberíamos "cometer actos de bondad al azar". Aunque sólo sea durante un día, lleve a cabo actos al azar. ¿Hay cosas que le parecen una tontería y que quisiera hacer? ¿Qué sucede si las hace? ¿Es difícil hacer algo sin esperar resultados o efectos?


Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.

(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La vaca sagrada


Hoy en día los estudiantes creen que el debate constituye un elemento esencial del Zen pero no se dan cuenta de que esa actitud engendra apego, rechazo y estimula la fantasía.


Maestro Foyan

lunes, 12 de diciembre de 2011

Tao Te Ching XXVIII

haideé iglesias

Quien conoce su virilidad
y conserva su feminidad,
es como el arroyo del mundo.
Quien conoce su pureza,
y mantiene su debilidad,
será un modelo para le mundo.
Quien es un modelo para el mundo,
sigue el sendero del Tao,
no pierde la vida eterna
y retorna al infinito.

Quien conoce la gloria, pero se mantiene humilde,
es el Valle del mundo.
Vuelve a la simplicidad inicial,
y se hace eterno.
Cuando se pierde la simplicidad,
aparecen las personas "útiles",
que el sabio transforma en funcionarios.
El sabio necesita de pocas personas útiles.

La ausencia de sombra te libera, dándote a conocer la suavidad de la feminidad, fluyente como el agua...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Zen y depresión. Compasión y acción


Mi religión es la bondad.

Dalai Lama


El conocimiento del vacío da paso a la compasión.

Milarepa


Cuando luchamos con la depresión, la bondad y la compasión pueden parecernos tan ajenas como el agua al desierto. Estamos rabiosos, asustados y somos críticos. Apenas contamos con la energía para ampararnos en la bondad y la compasión, por lo que resulta mucho más difícil hacerlas extensivas a los demás. Al mismo tiempo, nos puede resultar difícil imaginar que alguien pudiera mostrarse cariñosamente con nosotros. Nos sentimos abandonados por nosotros mismos y por el mundo.

Sin embargo, la capacidad de compasión sigue estando en nuestro interior. De hecho, las dificultades por las que atravesamos en la depresión pueden conducirnos a comprender más profundamente nuestra vida, así como a una mayor compasión hacia los demás y hacia nosotros mismos.

Al empezar a descubrir que la vida está llena de sufrimiento para todos los seres, empezamos a sentir que ya hay mucho dolor en el mundo. Nos preguntamos por qué deberíamos añadir más sufrimiento a este mundo. Nuestra cada vez mayor conciencia de que la vida es impermanencia también nos aporta una mayor compasión por los demás y por nosotros mismos. Se trata de una compasión que surge de nuestra comprensión de nosotros mismos y de la naturaleza de nuestra relación con el mundo.

La depresión nos hace bajar a ritmo y nos permite entrar en contacto con nuestros sentimientos más desnudos, hacia nosotros mismo y hacia los demás. Si nos hacemos conscientes de lo que nos sucede, entonces la semilla de la compasión podrá crecer en nuestras vidas. La compasión natural que existe en nuestro interior podrá así manifestarse en nuestras relaciones y actividades (la compresión y la compasión deben ser puestas de manifiesto, de otra manera se tratará de una realización vacía).

Decir que antes de ocuparnos de los demás debemos hacerlo de nosotros mismos puede ser una frase hecha, pero resulta muy cierta durante la depresión. Hasta que no empecemos a poder ver más allá de las sensaciones de inutilidad y autodesprecio que nos invaden en la depresión, nos será difícil actuar con amor en nuestra relación con los demás. Al ir viéndonos más claramente mediante la atención y la meditación, podemos ser más clementes y compasivos con nosotros mismos.

En la oscuridad de la depresión, da la impresión de que nunca llegará el fin de nuestro sufrimiento. Nos resulta difícil creer que podemos ayudarnos y mucho menos ayudar a los demás. Pero nuestra depresión,, el servir a los demás se convierte en una práctica muy importante.

La depresión puede ser una enfermedad del yo, en la que nos sentimos tan envueltos en nuestro sufrimiento que no nos concentramos en nada fuera de nosotros. Darnos cuenta de cómo podemos ayudar a los demás puede sacarnos del pequeño universo en el que vivimos.

Ser de ayuda para otros seres humanos es también un fuerte antídoto frente a la sensación de inutilidad que nos inunda durante la depresión. Además, mediante la ayuda al prójimo obtenemos una cierta perspectiva, de manera que dejamos de creer que somos los únicos individuos en el mundo que sufrimos.

Para ayudar a los demás no necesitamos llevar a cabo grandes hechos. Toda palabra amable o positiva sirve para convertir el mundo en un lugar más agradable. Las ondas que provocan dichos actos tienen un efecto que está más allá de nuestra intención.

Se nos ha dado un medio por el que podemos ser de gran valor para los demás. Al sobrevivir a nuestra depresión, podemos ofrecer dulzura, compresión y esperanza a otros que luchan con ella. Podemos hablar claramente de nuestra experiencia y cambiar algunos de los prejuicios de la gente. Podemos marcar una diferencia.

Hay una escritura budista que pregunta: "Sólo hay uno que ha venido al mundo para ayudar a los demás y aliviar su sufrimiento. ¿Quién es ese uno?" Ese uno no puede ser otro que usted.


Exploración complementaria


Sentado tranquilamente, inspire y espire, observando la respiración.

Sienta cómo la inspiración calienta y nutre su corazón. Al respirar, oriente su atención hacia usted mismo. Manténgase en la calidez del corazón, y dígase en silencio. "Que pueda liberarme del sufrimiento. Que pueda sentirme en paz".

Continúe inspirando y continúe manteniéndose en el corazón. Al respirar, dígase: "Que pueda liberarme del sufrimiento" y al espirar: "Que pueda sentirme en paz". Reconozca que ha sentido y continúe ampliando ese amor hacía si mismo.

Tras unos minutos, piense en una persona amada que necesite sus pensamientos. Llévelo a su corazón. Imagine su rostros frente a usted, y al inspirar, dígale: "qué puedas liberarte del sufrimiento, y al expirar: "Que puedas sentirte en paz".

Sienta cómo crece el espacio de su corazón que le ha dedicado, y sienta cómo desea que se cure. Envíele sus pensamientos de cariño, siéntalos en su corazón abierto y diga: "Que puedas liberarte del sufrimiento. Que puedas sentirse en paz".

Cuando tu corazón se haya ensanchado, extiende todavía más esos pensamientos llenos de cariño. Tenga presente a todas las personas de su vida en su corazón, y al inspirar, dígales: "Que podáis liberaros del sufrimiento", y al expirar: "Que podáis sentiros en paz". Continúe sintiendo amor y cariño por ellos.

Ahora abra su corazón a todo el sufrimiento del mundo, y al extender ese amor de manera infinita, diga: "Que todos los seres puedan liberarse del sufrimiento". Permanezca ahí, extendiendo su amor hacia sí mismo y hacia todos los seres que sufren: "Que todos los seres puedan liberarse del sufrimiento. Que todos los seres puedan sentirse en paz".


Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.


(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Cómo pensamos? Las preguntas son la respuesta


Las preguntas son la respuesta


Aquel que se hace preguntas, no puede evitar las respuestas

Proverbio del Camerún


No necesitaban ninguna razón. Llegaron, simplemente, porque él rea de descendencia judía. Los nazis asaltaron su hogar y le detuvieron, a él y a toda su familia. No tardaron en ser conducidos como ganado, metidos en un tren atestado, y enviados al infame campo de la muerte de Auschwitz. Ni sus pesadillas más pertubadoras le habían preparado para ver a su familia asesinada antes sus propios ojos. ¿Cómo podía seguir viviendo con el horror de haber visto a otro niño llevar las ropas de su hijo porque éste estaba muerto como resultado de una de aquellas "duchas"?

De algún modo, se las arregló para seguir viviendo. Un buen día, miró la pesadilla que le rodeaba y se enfrentó a una verdad insoslayable; si se quedaba allí un sólo día más, ,se hallaba destinado a morir. Tomó la decisión de escapar, y supo que la evasión tenía que producirse inmediatamente. No sabía cómo, sólo sabía que tenía que hacerlo. Llevaba semanas preguntando a los otros prisioneros: "¿Cómo podemos escapar de este lugar horrible?" Las respuestas que recibía siempre parecían ser las mismas. "No seas estúpido –le decían–. No hay forma de escapar de aquí. Hacer esas preguntas no hará más que tortura tu alma. Limítate a trabajar duro y a rezar, para sobrevivir". Pero él no pudo aceptar esa respuesta; no estaba dispuesto a aceptarla. Llegó a sentirse obsesionado por la idea de escapar, y aunque sus preguntas no parecían tener ningún sentido, siguió preguntándose una y otra vez: "¿Qué puede hacer?Tiene que haber una forma. ¿Cómo puedo salir de aquí hoy mismo, sano y salvo?".

En la Biblia se dice: "Pedid y se os dará". Y por alguna razón, ese mismo día encontró una respuesta. Quizá fue la intensidad con que se hizo la pregunta, o su sentido de la certidumbre de que "ahora ha llegado el momento". O posiblemente sólo fue el impacto de enfocar continuamente la atención sobre la respuesta a una pregunta que le quemaba. Fuera cual fuese la razón, el poder gigantesco de la mente y el espíritu humanos consiguió despertar a este hombre. La respuesta le llegó a través de una fuente improbable; el olor nauseabundo de la carne humana corrompida. Allí, a sólo unos pocos pasos de distancia de donde realizaba su trabajo, observó un enorme montón de cuerpos que habían sido amontonados en la cada de un camión: hombres, mujeres y niños que habían sido gaseados. Se las habían quitado los empastes de oro, todo aquello que poseían, cualquier joya, y hasta las ropas. En lugar de preguntarse: ¿Cómo pueden los nazis ser tan despreciables, tan destructivos? ¿Cómo puede Dios haber permitido algo tan maligno? ¿Por qué me ha hecho Dios esto?", Stalislav Lec se hizo una pregunta diferente. Se preguntó: "¿Cómo puede utilizar esto para escapar?" Y obtuvo instantáneamente la respuesta.

Al acercarse el final del día y cuando el grupo de trabajo se disponía a regresar hacia los barracones, Lec se ocultó detrás del camión. Se quitó las ropas en un santiamén y se metió, desnudo, entre el montón de cuerpos, sin que nadie le viera. Aparentó estar muerto y permaneció totalmente quieto, a pesar de que más tarde estuvo a punto de ser aplastado cuando el montón de cuerpos cayó sobre él.

El olor fétido de la carne corrompida y los rígidos restos de los muertos le rodeaban por todas partes. Esperó y esperó, confiando en que nadie se diera cuenta de que había un cuerpo vivo en aquel monto de muertos, confiando en que el camión emprendería su marcha tarde o temprano.

Finalmente, oyó el ruido del motor al ponerse en marcha. Sintió el estremecimiento de la caja del camión. Y en un momento experimentó un atisbo de esperanza mientras yacía allí entre los muertos. Al cabo de un rato, el camión se detuvo y descargó su fantasmal cargamento de docenas de muertos y un hombre que aparentaba ser uno de ellos, dejándolo caer sobre una fosa gigantesca abierta en el exterior del campo. Lec permaneció allí durante horas, hasta que cayó la noche. Cuando estuvo finalmente seguro de que no había nadie por los alrededores, salió de entre la montaña de cadáveres y recorrió desnudo sesenta kilómetros, hasta la libertad.

¿Cuál fue la diferencia entre Stanislav Lec y los muchos otros que perecieron en los campos de concentración? Aunque, desde luego, hubo numerosos factores, una diferencia crítica fue que él se planteó una pregunta diferente. Se la hizo persistentemente, con la expectativa de encontrar una respuesta, y su cerebro halló una soluci´pon que le salvó la vida. Las preguntas que se hizo a sí mismo aquel día, en Auschwitz, le indujeron a tomar decisiones en una fracción de segundos, lo que le condujo a acciones que impactaron su destino de forma muy significativa. Pero, antas de encontrar la respuesta, tuvo que tomar decisiones, y para emprender aquellas acciones, tuvo que hacerse las preguntas correctas.

[…] las creencias afectan nuestras decisiones, acciones, la dirección de nuestras vidas y, en consecuencia, nuestro destino. Pero todas esas influencias no son más que producto de nuestro pensamiento, de la forma en que nuestro cerebro evalúa y crea significados a través de toda su vida. Así que, para llegar al fondo de cómo creamos nuestra realidad sobre una base cotidiana, necesitamos responder a la pregunta: "¿Cómo pensamos?".


Anthony Robinns


Somos lo que pensamos.

Para aquellos que pudieran pensar que con la anterior entrada puede haber en mi resignación, añado esta –aunque ya hay otras muchas el los inicios del blog, y algunas de ellas escritas desde mi propia experiencia– porque una cosa es la aceptación, tal y como yo la entiendo a día de hoy, y otra bien distinta la resignación en la que puede quedar anulado el potencial que todo ser humano tiene en la vida que está viviendo. Cierto que cada ser humano es un mundo y por ello todas las respuestas son válidas, aunque no siempre acertadas. Y también es cierto que si uno sabe de que modo se puede encontrar como liberarse, como curarse, o como salvarse ha de poner todo de su parte para compartirlo en el mundo para beneficio y enriquecimiento de toda la humanidad. Queda de cada uno recoger de la siembra, la semilla que prenderá en sí, para que crezca una nueva visión, y por tanto unos nuevos pensamientos, y de este modo una nueva vida.

Somos muchos a decirlo, y cada vez más. Ánimo pues. La puerta de la libertad está ante ti. Aprende a mirar y la verás con toda claridad.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Los frutos adquiridos

haideé iglesias

Oh, Señor, no te acuerdes sólo de los hombres y mujeres
de buena voluntad, sino también de los de mala voluntad.
Pero no te acuerdes del sufrimiento que nos han infligido;
acuérdate de los frutos que hemos adquirido gracias a ese
sufrimiento: camaradería, lealtad, humildad, valentía,
generosidad y la grandeza de ánimo que ha surgido en
nosotros por ellos; y cuando les juzgues a ellos,
que esos frutos que hemos recibido sean su perdón.

Prisionero anónimo del campo de concentración de Ravensbruck

"Camaradería, lealtad, humildad, valentía, generosidad y grandeza de ánimo que han surgido en nosotros".
.¿Cómo conocer estos frutos si no conoces el alcance de tu fuerza? La violencia genera violencia; y también compasión en aquellos que no ceden a esa violencia.
Gracias a este ser anónimo por recordarme cuan ricos somos en nuestro interior...

Sol, sombra, piedras, arena... fortaleza y cambio en constante evolución...
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