jueves, 29 de abril de 2010

Lo que pienso de Pablo (Picasso) y más...


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Para comenzar quiero señalar algo que considero un privilegio: nunca he tenido, ni sufrido, un adoctrinamiento sobre cultura artística. Con esto quiero decir que lo que me gusta, me gusta porque siento que me gusta, no porque alguien me haya dicho que tiene que gustarme o porque le gusta a la mayoría. Y así ha sucedido con este señor, que nunca me gustó. Esto fue censurado por un, por entonces, amigo, poniéndome en la picota de los ignorantes... vaya, vaya... ¿quién de los dos lo era? Esto era por los años 80. Yo ya había aprendido que si dices lo que piensas en un grupo (o a una persona que se siente afín con un determinado grupo), sea éste el que sea, que no piensa igual, la discriminación es un hecho automático, así que me sonreí ante su comentario. Es curioso, porque si uno no fomenta su propio criterio puede ser fácilmente engañado por cualquiera, si, muy fácilmente. Las palabras son muy engañosas (y no me cansaré de repetirlo), y hay personas que son verdaderos magos en su utilización, pero son una máscara, una fachada que puede, y digo puede, encubrir un Mr. Hyde tras ese Dr, Jenkyl encantador. ¿Embaucadores en el arte? Pues si. Mientras sigamos pensando que para ser artista se ha de tener un grado de locura, neurosis o de aberración o de cualquier otro comportamiento disociado y/o malvado, vamos de camino al precipicio. Si, como las ovejas: si al borde de un acantilado hay un rebaño de ellas y una se cae por él, todas van detrás. Si, se tiran todas por dicho acantilado. Muchos de nosotros no nos diferenciamos mucho de ellas...

Bien, a lo que voy. Nunca me gusto lo que pintaba este señor. Después de un tiempo, en los noventa, vi en el centro Reina Sofía una exposición de algunos de sus cuadros. Si ya desde siempre sentí rechazo, en aquel momento lo sentí más aún. Habían sucedido acontecimientos en mi vida que me abrieron mucho más los ojos del alma y esta me decía que había algo oscuro. Me diréis que era a mi a quien veía en esos cuadros por eso no me gustaban. Si, podríais estar en lo cierto, pero no es así. Una de mis peculiaridades es que veo lo que para otros está oculto. Esto también es para mi, o sea, que no puedo autoengañarme por mucho que quiera. Lo bueno de esto es que he podido ayudar a muchas personas y espero seguir haciéndolo si así tiene que ser.
Hasta aquí también está en el blog de "mirando"

No mucho después de ver esta exposición me entero de que este señor había sido déspota y cruel. Vaya, vaya... Como nunca tuve mayor interés en él no me había interesado por leer algo de su biografía. Hace pocos días entré en la Wiki, que no siempre puede ser fiel informando, pero me llamó la atención un dato, mejor dicho dos. Uno es que se hizo comunista y pacifista. ¿Pacifista? ¿Puede un pacifista ser cruel y déspota con las personas, aunque sea sólo con una? Algo que dudo. Qué fáciles son de utilizar las palabras y qué poco de llevar a la práctica la esencia de lo que denotan.
Aquí queda la pregunta, cada uno que le ponga su respuesta, yo ya tengo la mía. El otro es que en el cuadro titulado Guernika la mujer que muestra sufrimiento es precisamente una de las que maltrató, Dora Maar (pincha sobre el nombre si quieres leer sobre ella). Y yo me pregunto: ¿Cuando uno necesita inspirarse busca cualquier excusa para encontrar esa inspiración? Y no siempre es inconsciente, más bien lo contrario, se busca a propósito. ¿Cuántas veces esto ha ocurrido en el ámbito que se llama artístico? (Qué paradójico, como no, que la Musa sea una mujer). Esto para mi no es más que ego, un ego ignorante y lleno de vanagloria y arrogancia que ha de mantener un status a toda costa. La grandeza de una persona reside en su bondad, en su honestidad y en su ética, aunque no realice una sola obra de arte, él en si mismo ya es una obra de arte, un ser humano (aquel que se ha liberado). Lo demás son banderillas de colorines. Como siempre esta es mi opinión no la verdad.
Comparto esta reflexión sobre lo que pienso de aquellos a los que se considera artistas pasando por encima de cualquier otra premisa. Pero lo pienso yo, claro, no hago doctrina para que todos piensen igual. Reflexiono en voz alta para dejar constancia del machismo (y del clasismo) imperante en la sociedad; un machismo (y clasismo) rampante, unas veces, otras mucho más sutil, pero machismo, cuando no misoginia.
Para mi si hubo un cambio de siglo. Mas no para la gran mayoría. Y con ello, lo más pernicioso de todo esto que comento es que muchas mujeres aún son machistas y ni siquiera son conscientes de ello. Anteponen siempre al hombre en sus criterios, despreciando a una mujer por muy inteligente, creativa o competente que esta sea, sobre todo porque demuestra su libertad. Todavía siguen pensando que el hombre tiene que ser el "fuerte" y protegernos. De nosotras mismas parece ser... de nuestra propia incapacidad para ver que cada uno de nosotros somos especiales y únicos, y complementarios. ¿Por qué entonces maltratar? ¿Qué es lo que no está resulto dentro de uno para que necesitemos hacer sentirse inferior al otro con nuestras puyas, intelectuales o físicas? ¿Tan enferma esta la sociedad? Si, aún si. Mucho. Pero seguimos admirando y cerrando los ojos del alma. No nos gusta esa sensación de desasosiego que aparece cuando lo que ves reflejado de ti mismo en el espejo no te gusta (y el espejo puede ser un cuadro, otra paradoja, porque el "artista" busca precisamente eso, mover emociones, eso dicen, menos las suyas, me parece; estas serían las que le liberarían de su arrogancia y sufrimiento para poder entonces ser en verdad pacifista), cuando te das cuenta de lo mucho que dejas de hacer para cambiar aquello que se convierte en un bla, bla, sin sentido por la incapacidad de tener el arrojo suficiente para decir basta. Y tantas y tantas otras actitudes que nos hacen esclavos inconfesables del maltrato hacia cualquier ser vivo, persona o animal, tanto da, ya que no hay nada que esté separado. El daño que le haces a otros te lo haces, ineludiblemente, a ti mismo. cuántas veces el comportamiento en sociedad es uno y en la intimidad otro. Pero seguimos admirando. Incluso se disculpa a los que se admira aquello que no perdonamos ni permitimos a los allegados, amigos, familia, pareja...

La admiración es un velo, sutil velo de esclavitud, que encubre tu inseguridad ante ti mismo.

No es casualidad que esta imagen esté ahí, en una calle de Gijón y que precisamente yo la haya fotografiado y no otras personas que sé que también pasan a menudo ante ella pero la obvian ¿será que les recuerda algo de si mismos? o ¿que su actitud gregaria y amante de la autoridad (ajena y propia) no les dejó libertad para exponerla o tan siquiera verla para hacerla(condicionamiento)?. Todos los elementos -hasta ese pequeño trocito de árbol, muy significativo de mi amor por la naturaleza- se han colocado, por diferentes autores (entre ellos yo), y necesidades, para expresar visualmente lo que siempre sentí acerca de la confusión en la que vivimos respecto al arte, y particularmente sobre este señor.
Cuando personas, y sobre todo mujeres, a las que nunca se les ha dicho que lo que hacen no es arte, sienten que si lo son, que son grandes artistas por realizar sus obras artesanales, por crear traduciendo lo que sienten en sus objetos, sean estos los que sean. Y lo más importante, sin maltratar a nadie, y menos a si mismas. Espero que el mundo comience a comprender que no es bueno confundir una traducción inconsciente de problemas personales con arte. En todo caso es un apéndice de tal concepto. Porque como ya he señalado un gato también puede pintar, y un elefante también. Aquí dejo un vídeo, este en particular me ha encantado porque siento su libertad al expresarse :). Y no sólo imitando o de aprendizaje, sino también de su propia cosecha. (Pinchar en la palabra vídeo para verlo, hay otros muchos en la misma página. Merecen la pena)

Nadie es superior o inferior a nadie. NADIE. Todos somos únicos y especiales. TODOS.

Pero, insisto, es mi personal reflexión, no necesito acólitos que la secunden. Qué cada uno se responsabilice de su criterio y conciencia.

martes, 27 de abril de 2010

Harto del mundo


Ocurrió que una vez un joven perteneciente a una familia muy rica y aristocrática acudió a un maestro zen. Había conocido todo, satisfecho todos sus deseos; no le faltaba el dinero, de modo que no tuvo problema en hacerlo. Pero luego ser hartó; se hartó del sexo, se hartó de las mujeres, se hartó del vino. Acudió al maestro zen y dijo:
-Ahora estoy harto del mundo. ¿Existe alguna forma en la que yo pueda ser transformado? ¿Existe alguna forma en que me pueda conocer a mí mismo, saber quién soy?
El joven agregó:
-Pero antes de que me digas nada, deja que te cuente una cosa acerca de mí. Soy inconstante y no puedo hacer la misma cosa durante mucho tiempo seguido, de modo que si me das alguna técnica o sí me dices que medite, tal vez lo haga durante unos días, pero luego escaparé, aunque sé bien que no hay nada en el mundo, aunque se bien que allí sólo me esperan la infelicidad y la muerte. Pero así es mi mente. No puedo continuar, no puedo persistir en nada, de modo que, antes de escoger cualquier cosa, ten eso en cuenta.
-Si eres incapaz de persistir, la cosa será difícil, porque se necesitará un esfuerzo sostenido para deshacer todo lo que hiciste en el pasado. Debes viajar hacía atrás; será una regresión. Debes regresar al momento en que naciste, cuando eras fresco, joven. Debes recuperar esa frescura. No debes avanzar, sino retroceder, debes volverte niño otra vez. Pero si dices que no puedes persistir y que en pocos días escaparás, la cosa será difícil. Pero déjame que te haga una pregunta: ¿alguna vez te interesó algo tan profundamente que te absorbió por completo? -explicó el maestro.
El joven pensó y dijo:
-Si, lo único en que me he interesado mucho es en el ajedrez, el juego de ajedrez. Lo amo y es la único cosa que me salva. Todo lo demás ha caído; sólo el ajedrez sigue conmigo, y con él aún puedo pasar mi tiempo.
-Entonces, algo se puede hacer. Espera.
Llamó a su asistente y le dijo que le trajera a un monje que llevaba doce años meditando en el monasterio, y que le dijera al monje que trajera consigo un tablero de ajedrez.
Le tablero llegó, el monje acudió. Conocía un poco de ajedrez, pero había pasado los últimos doce años meditando en una celda. Había olvidado el mundo, el ajedrez, y todo lo demás.
El maestro le dijo:
-¡Oye!, monje Esta será un partida peligrosa. Si este joven te derrota, aquí está la espada, y te cortaré la cabeza, porque no me gustaría que un monje meditativo -que lleva doce años meditando- sea derrotado por un joven ordinario. Pero te prometo, si mueres por mi mano, irás al más alto cielo. De modo que no te preocupes.
El joven se sintió un poco incómodo al oír esto, y entonces el maestro se volvió a él y comentó:
-Mira, dices que te absorbes en el juego de ajedrez, así que ahora absórbete del todo.; porque es cuestión de vida o muerte. Si sales derrotado, te cortaré la cabeza y, recuerda, a ti no puedo prometerte el cielo. Este hombre está bien, de todas maneras irá al cielo, pero a ti no puedo prometerte cielo alguno. Si mueres, tu lugar será el infierno, irás de inmediato al séptimo infierno.
Durante un momento, el joven pensó en escapar. Iba a ser una partido peligrosa, y no había ido allí para eso. Pero habría sido deshonesto huir; era un samurái, hijo de un guerrero, y escapar sólo por la muerte, por la muerte inminente, no estaba en su sangre. Así que aceptó:
-Muy bien.
Comenzó la partida. El joven comenzó a temblar como una hoja en un viento fuerte, todo su cuerpo temblaba. Comenzó a transpirar, su cuerpo se cubrió de transpiración fría; comenzó a sudar desde la cabeza hasta la planta de los pies. Era un asunto de vida o muerte y su pensamiento se detuvo, porque ante una emergencia como ésa, no puedes permitirte pensar. El pensar es para el ocio. Cuando no hay problema, puedes pensar; cuando realmente hay un problema, el pensamiento se detiene porque la mente necesita tiempo, y cuando hay una emergencia, no hay tiempo. Debes hacer algo de inmediato.
La muerte se aproximaba más y más. El monje abrió el juego, y se le veía tan sereno y calmo que el joven pensó:
-¡Bueno, es seguro que moriré!
Pero cuando los pensamientos desaparecieron, quedó totalmente absorto en el momento. Cuando los pensamientos desaparecieron, también olvidó que la muerte aguardaba; porque la muerte también es un pensamiento. Se olvidó de la muerte, se olvidó de la vida, sólo se convirtió en parte de la partida, absorto, totalmente inmerso en ella.
De a poco, cuando la mente desapareció del todo, comenzó a jugar hermosamente. Al comienzo, el monje ganaba, pero en pocos minutos, el joven quedó completamente absorto, comenzó a hacer jugadas hermosas y el monje comenzó a perder. Sólo existía el momento, el presente. Entonces, no había problema, el cuerpo se pudo bien; el temblor se detuvo, la transpiración se evaporó. Se sentía ligero como si pudiera volar. Su mente ya no estaba allí. La percepción se volvió clara, absolutamente clara, y podía ver hacia adelante en el tiempo, cinco jugadas adelante. Nunca había jugado con tanta belleza. El juego del otro se comenzó a desmoronar; en pocos minutos, el monje quedaría derrotado y la victoria del joven estaría asegurada.
Luego, de pronto, cuando sus ojos quedaron despejados, cuando fueron como espejos, cuando su percepción fue profunda, honda, miró al monje. Era tan inocente. Doce años de meditación, había llegado a ser una flor, doce años de austeridad: había llegado a ser absolutamente puro. NI el deseo, ni el pensamiento, ni las metas, ni el propósito existían para él. Era lo más inocente que se puede ser... ni un niño es así de inocente. Su hermoso rostro, sus ojos, claros como el azul del cielo... El joven empezó a sentir compasión por él; tarde o temprano, le cortarían la cabeza. En el momento en que sintió esa compasión, se abrieron puertas desconocidas, y algo absolutamente desconocido comenzó a llenar su corazón. Se sintió colmado de beatitud. Comenzaron a llover flores sobre todo su ser interior. Se sentía tan lleno de beatitud... nunca había conocido esa beatitud, esa bienaventuranza, esa bendición.
Entonces, comenzó a jugar mal a sabiendas, porque a su mente llegó este pensamiento: "Si me matan, nada será destruido; no tengo nada que valga. Si este monje muere, algo bello será destruido; pero, si yo muero, sólo se perderá una existencia sin valor...". Comenzó a mover mal conscientemente, para que el monje ganara. En ese momento, el maestro volcó la mesa de juego, comenzó a reír y dijo:
-Nadie será derrotado aquí. Ambos habéis ganado.
El monje ya estaba en el cielo, se había realizado, no había falta cortarle la cabeza. No se preocupo en absoluto cuando el maestro dijo: "Te deberé cortar la cabeza" Ni un sólo pensamientos surgió en su mente. No era una cuestión en la que pudiera escoger; si su maestro dice que así debe ser, está bien. Dijo que sí con todo su corazón. Por eso no transpiraba ni temblaba. Estaba jugando al ajedrez; la muerte no era un problema:
-Has ganado, y tu victoria fue mayor que la de este monje. Ahora te iniciaré. Puedes estar aquí, y pronto te iluminarás.
Las dos cosas fundamentales habían ocurrido: meditación y compasión. Buda ha dicho que esas dos son las cosas fundamentales: pragya y karuna., meditación y compasión.
El joven dijo:
-Explícame. Ha ocurrido algo acerca de lo cual no sé nada. Ya estoy transformado; no soy ese mismo joven que acudió a ti hace unas pocas horas. Ese hombre ya ha muerto. Algo ha ocurrido; has hecho un milagro.
-Como la muerte era inminente, no pudiste pensar. La muerte estaba cerca, pensar no era posible. La muerte estaba tan cerca que no había nada que te separara de ella, y los pensamientos necesitan un espacio donde moverse. No había espacio, el pensar se detuvo. La meditación ocurrió espontáneamente. Pero con eso no alcanzaba, porque el tipo de meditación que se produce como resultado de una emergencia se pierde. De modo que no podía dar la vuelta al tablero en ese momento, tuve que esperar -le explicó el maestro.
Si la meditación realmente ocurre, sea cual sea el motivo, la compasión llega. La compasión es el florecer de la meditación. Si la compasión no llega hay algo en tu meditación que no está bien.
-Entonces, miré tu rostro -prosiguió el maestro-, estabas colmado de beatitud y tus ojos se volvieron como los de un buda. Miraste a este monje, pensaste y sentiste: "Será mejor sacrificarme yo a sacrificar a este monje. Este monje es más valioso que yo".
"Esto es compasión: cuando el otro se vuelve más valioso que tú mismo. Esto es compasión: cuando puedes sacrificarte por el otro. Cuando tú te conviertes en el medio y el otro en la meta. es amor. Cuando tu eres la meta y el otro es el medio, es lujuria. La lujuria siempre es cruel y el amor siempre es compasivo.
"Entonces. vi en tus ojos como relucía la compasión, y comenzaste a hacer malas jugadas sólo para ser derrotado, sólo para que fueras muerto tú y este monje se salvara. En ese momento, debí volcar el tablero. Habías ganado. Ahora sabes estar aquí. Te he enseñado tanto la meditación como la compasión. Ahora sigue esa senda y deja que se vuelvan espontáneos en ti; que no sean eventuales, que no dependan de ninguna emergencia, sino que sean una calidad de tu ser.


¡Es tan hermosa esta historia!. Me trae tanto recuerdos... ya desde mi niñez experimenté la compasión con esa tremenda fuerza...
El otro es la meta. Si, volver a ser ese niño. Si :)

Recordarla y llevarla cerca de vuestro corazón siempre. Os ayudará en el camino.

lunes, 26 de abril de 2010

Atrapado en el engaño

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Un hombre fue al mercado y llegó a una tienda donde vio un pollo colgado.
-¿Cuánto pesa? -preguntó.
Dos quilos y medio -contestó el pollero.
¿No tiene uno más grande? -volvió a preguntar el cliente.
-Voy a mirar -respondió el pollero.
El tendero sólo tenía aquel pollo, pero no deseaba perder la venta, así que entró en la trastienda y al minuto volvió con el mismo pollo en las manos.
-Señor, éste otro pesa tres kilos -anunció.
-Muy bien, -dijo el cliente, satisfecho-. ¡Póngame los dos!

Piensa en cuantas ocasiones has sido atrapado en un engaño y en como te has sentido. ¿Mereció la pena el sufrimiento? ¿Merecía la pena la supuesta ganancia material o espiritual que pensabas obtener con el engaño?
Nada hay más importante que la honestidad. Esta siempre te hace libre.

viernes, 23 de abril de 2010

Y no hay nadie

Creada originalmente por Haideé Iglesias

¿Por qué es usted infeliz?
Porque el 99,9 por ciento
de todo lo que piensa
y de todo lo que hace
es para usted.
Y no hay nadie.

Wei Wu Wei

jueves, 22 de abril de 2010

Tierra, agua y sol

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Vida

Las respuestas de Dios


Un hombre muy devoto vivía en una casa alejada de una aldea. Llegada la época de las lluvias, éstas aparecieron con una fuerza desacostumbrada. Al cabo de una semana de llover sin parar, vio cómo algunos aldeanos con sus pertenencias se alejaban del lugar pasando frente a su puerta.
-Vecino -le dijeron-, dicen que todavía lloverá más, y esta es una zona que puede inundarse fácilmente. Sube a nuestro carro y nosotros te ayudaremos a cargar tus cosas.
-Gracias amigos -contestó el hombre devoto-, pero no estoy preocupado. Dios me ayudará si llega el caso. Y como acostumbraba, esa noche rezó, pidiendo a Dios que lo mantuviera fuera de peligro.
Pero continuó lloviendo dos semanas más. El agua ya había penetrado en su casa y le llegaba hasta las rodillas. Los últimos habitantes de la aldea le gritaron desde sus barcas al tiempo que remaban apresuradamente.
-Vecino, no te demores ni un instante en venir con nosotros, no pierdas tiempo en recoger nada. Las aguas amenazan con subir aún más.
-Gracias, pero no os preocupéis por mí. Marchad tranquilos, que Dios no me dejará desamparado, seguro que mañana deja de llover -contestó desde el armario donde estaba subido. Y esa noche la pasó rezando y pidiendo a Dios que no le abandonara en aquella situación, sin duda ya angustiosa.
Durante la semana siguiente las aguas fueron subiendo indefectiblemente, de tal modo que nuestro hombre terminó encaramado en el punto más alto del tejado. Aún así, no dejó de rezar ni un instante solicitando la ayuda de Dios, confiando ciegamente en la divina providencia. Estando en esta situación se acercó por allí un equipo de salvación perfectamente pertrechado.
-Prepárese, que vamos a salvarlo. Ha tenido suerte que pasáramos por aquí, las lluvias no amainan y la situación es cada vez peor; pero no se preocupe, aquí estamos nosotros para salvarle la vida -gritó el jefe del equipo.
-Se equivoca, buen hombre -contestó el devoto-, mi vida está en manos de Dios y él no permitirá que muera, seguro que mañana mismo deja de llover y en unos días todo vuelve a la normalidad. Esto es una prueba que Dios me manda para probar mi fe, pero yo confío en su infinita sabiduría.
Oído esto, aquellos hombres decidieron dar media vuelta, pensando que no merecía la pena esforzarse en ayudar a un loco que no quería salvarse.
Como continuó lloviendo, el hombre devoto murió ahogado al día siguiente y su alma llegó ante la presencia de Dios.
-Señor estoy frustrado, defraudado y desconcertado. ¿Por qué te negaste a socorrerme? Sabes que recé sin parar pidiéndote que no me abandonaras. ¿Por qué lo hiciste? -preguntaba aquel alma entre desconsolados sollozos. -Mi confianza en tu ayuda era absoluta.
La voz de Dios resonó como un trueno.
-¿Cómo que me negué a ayudarte? Nadie tiene la culpa de que seas un completo idiota.
¿Quién crees que te envió a los vecinos del carro, a los de las barcas y al equipo de salvamento?.

En ocasiones nuestra fe -tanto como la falta de ella- nos vuelve ciegos a los milagros que ocurren permanentemente a nuestro alrededor, pretendiendo que con esa fe -o la falta de ella-se nos demuestre con algún hecho fuera de lo común lo especiales que somos. Y lo somos, pero no lo vemos, así que de poco sirve rezar si no logramos ver y entender las señales -que por ser tan "comunes" se nos pasan desapercibidas- con las que siempre se nos está tendiendo la mano.

Y esto sirve tanto para un devoto como para un escéptico, pues éste también está pidiendo algún hecho fuera de lo común para creer que algo existe (en realidad también reza aunque no sea consciente de ello), pero no ven lo que tienen delante, o lo que les está sucediendo, que les habla constantemente de esos hechos poco "comunes".

miércoles, 21 de abril de 2010

La flecha envenenada


Creada originalmente por Haideé Iglesias

En cierta ocasión se acercó un monje a Buda
y le dijo: "¿Sobreviven a la muerte las
almas de los justos?".

Como era propio de él, Buda no respondió.

Pero el monje insistía. Y todos los días
volvía a hacerle la misma pregunta; y un
día tras otro recibía el silencio como
respuesta. Hasta que no pudo soportarlo
y amenazó con abandonar el monasterio
si no le era respondida aquella pregunta
de vital importancia para él; porque
¿a santo de qué iba él a sacrificar todo
para vivir en el monasterio si las almas
de los justos no iban a sobrevivir?

Entonces Buda, compadecido, rompió su
silencio y le dijo: "Eres como un hombre
que fue alcanzado por una flecha envenenada
y al poco tiempo estaba agonizando. Sus
parientes se apresuraron a llevar a un
médico junto a él, pero el hombre se negó
a que le extrajera la flecha o se le
aplicara cualquier otro remedio mientras
no le dieran respuesta a tres importantes
preguntas: Primero, el hombre que le
disparó ¿era blanco o negro? Segundo,
¿era un hombre alto o bajo? Y tercero,
¿era un bracmán o un paria? Si no le
respondían a estas tres preguntas
el hombre se negaba a recibir todo
tipo de asistencia".

El monje se quedó en el monasterio.

Es mucho más placentero hablar del camino que recorrerlo; o discutir acerca de las propiedades de una medicina que tomarla.
Anthony de Mello

Y por la boca se nos va la fuerza...

martes, 20 de abril de 2010

El espejo mágico


Iriku había querido mucho a su padre. Ahora, el anciano se había reunido con los antepasados. A menudo, cuando trenzaba una cesta de bambú, Iriku pensaba:
"Si mi mujer no hubiese sentido tanta aversión por mi honorable padre, él hubiera sido más feliz en la vejez. Yo no hubiera vacilado en mostrarle mi afecto, mi respeto filial. Habríamos tenido largas y dulces conversaciones. Me habría contado cosas de la gente y las cosas del pasado..."
Y lo embargaba la melancolía.

Un día de mercado, Iriku el cestero terminó su reserva de cestas más rápido que de costumbre. Se paseaba desocupado entre los puestos, cuando vio que había un comerciante chino que solía vender objetos extraños:
"Acércate, Iriku -dijo el comerciante-, mira qué cosa más extraordinaria tengo". Y con aire de misterio sacó de un cofre un objeto redondo y plano, cubierto de paño de seda. Lo puso entre las manos de Iriku y, con cuidado, quitó el paño. Iriku inclinó la cabeza sobre una superficie pulida y brillante. Reconoció en su interior la imagen de su padre, tal como la había visto en sus tiempos juveniles.
Emocionado, exclamó:
"¡Este objeto es mágico!
-¡Sí -dijo el comerciante-, lo llaman espejo, y es valiosísimo!
Pero la fiebre poseía a Iriku:
"Te ofrezco todo lo que llevo encima -dijo-. Quiero este "espejo mágico" y llevarme la imagen de mi amado padre".
Tras largas discusiones, Iriku dejó en el puesto del comerciante todo lo que había ganado aquella mañana.
En cuanto llegó a casa, Iriku se fue al granero y ocultó la imagen de su padre en un cofre. Los días siguientes, desaparecía, subía al granero y sacaba del cofre el "espejo mágico". Se quedaba largos momentos contemplando la imagen venerada y se sentía feliz. Su mujer no tardó en darse cuenta de su extraña conducta. Una tarde, cuando él dejó un cesto a medio hacer, ella le siguió. Vio que subía al granero, buscaba un cofre, sacaba un objeto desconocido y lo miraba largamente adoptando un aire de misterioso placer. Luego lo cubría con un paño y volvía a guardarlo con gestos amorosos. Intrigada, esperó hasta que se fue, abrió el cofre, encontró el objeto, apartó el paño de seda, miró y vio: "¡Una mujer!" Furiosa, bajó e increpó a su marido:
"¡Así que me engañas yéndote al granero a contemplar a una mujer diez veces al día en el granero!
-¡Qué no! -dijo Iriku-, no te quería hablar de eso porque tú no apreciabas mucho a mi padre, pero lo que voy a ver es su imagen, y eso apacigua mi corazón.
-¡Miserable mentiroso! -vociferó su mujer-. ¡La he visto con mis ojos! ¡Lo que tienes escondido en el granero es una mujer!
-¡Te aseguro que..."
La discusión se fue envenenado y estaba haciéndose infernal, cuando llamó a la puerta una monja. La pareja le pidió que hiciese de árbitro. La monja subió al granero, volvió y dijo:
"¡Es una monja!"

*

"Toda la desdicha de los hombres proviene de que no viven en el mundo, sino en su mundo."
Heráclito.

lunes, 19 de abril de 2010

Fuga

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Fuga al infinito paseando la mirada por tu interior
Siéntate ó lánzate en ese interior, pero sin miedo
Entonces volarás

La distorsión se produce en nuestra mente como consecuencia de que todo se acerca o se aleja en función de nuestra capacidad de comprensión. Y la compresión tan sólo acontece una vez que el miedo desaparece. Mientras el miedo sea nuestro compañero, seremos los eternos fugitivos de nosotros mismos pensando que en ésta fuga consiste la vida, y no es más que una ilusión.

sábado, 17 de abril de 2010

La autoestima, su impacto. Resumen (VI) y última


¿Sufrirá cambios en sus relaciones con la gente, el trabajo y las aficiones? Será casi inevitable. ¿Conocerá momentos de conflicto, crisis, decisiones difíciles? Desde luego; son inseparables de la vida. ¿Se sentirá dueño de mayores recursos para responder a esos desafíos? Rotundamente, si.
Incluso en el nivel físico, pueden producirse cambios notables a medida que desarrolla su autoconfianza y su autorrespeto:
  • Sus ojos estarán más alertas, brillantes y vivaces.
  • En algún momento su rostro se volverá más relajado y (salvo en caso de enfermedad) tenderá a mostrar un color natural y un mejor aspecto del cutis.
  • Es probable que su mentón adquiera una postura más natural, más en línea con su cuerpo.
  • Su mandíbula tenderá a estar más relajada.
  • Sus manos estarán más relajadas, elegantes y tranquilas.
  • Sus brazos colgarán de una forma natural y relajada.
  • Su postura será relajada, erecta, bien equilibrada.
  • Su modo de caminar será resuelto (sin ser agresivo ni arrogante).
  • Su voz adquirirá modulaciones adecuadas a las diversas situaciones, y su pronunciación será clara.
* * *
Lo más probable es que exhiba estos rasgos cada vez en mayor medida, como se ha observado en numerosos hombres y mujeres que gozan de una alta autoestima, en los cuales se advierte la presencia de estas características.
Advertirá que el tema de la relajación se repite una y otra vez. Relajarse implica que no se esconde de usted mismo y que no está en guerra con quien es, mientras que la tensión crónica transmite un mensaje acerca de alguna suerte de escisión interna, alguna especie de autoevasión o autorrepudio, algún aspecto de un sí mismo rechazado o constreñido.
Si los rasgos psicológicos y físicos que he mencionado llegasen a convertirse en una parte natural de usted, pregúntese como cambiarían su experiencia de estar vivo. Pregúntese como le afectarían en su capacidad de amar y ser amado. Pregúntese cómo modificarían su visión del trabajo, sus proyectos para el futuro, las metas que aspira a alcanzar.
El aumento de la autoestima hace las cosas diferentes. Cuando usted tenga claro en qué consiste esa diferencia, sabrá que obtenerla merece la pena.
Y al comprometerse a realizar el viaje, descubrirá que en realidad ya ha comenzado.

viernes, 16 de abril de 2010

La autoestima, su impacto. Resumen (V)


A medida que usted desarrolle su autoestima:
  • Su rostro, sus gestos y su manera de hablar y de moverse tenderán naturalmente a proyectar el placer que le causa estar vivo.
  • En algún momento notará que es más capaz de hablar de sus logros o de sus imperfecciones de manera directa y sincera puesto que mantendrá una buena relación con los hechos.
  • Quizá descubra que se siente más cómodo al hacer y recibir elogios, expresiones de afecto, aprecio etcétera.
  • Estará más abierto a la crítica y a sentirse bien al reconocer sus equivocaciones, pues su autoestima no estará ligada a una imagen de "perfección"
  • Sus palabras y movimientos tenderán a ser desenvueltos y espontáneos ya que no estará en guerra con usted mismo.
  • Habrá cada vez más armonía entre lo que usted digo y haga, y su aspecto, su modo de hablar y de moverse.
  • Descubrirá que tiene una actitud cada vez más abierta y curiosa hacia las ideas y experiencias nuevas, las nuevas posibilidades que le ofrece la vida, puesto que para usted ésta se ha convertido en una aventura.
  • Los sentimientos de angustia o inseguridad, si se presentan, tendrán menos posibilidades de intimidarlo o abrumarlo, ya que controlarlos y superarlos le parecerá más fácil.
  • Es muy probable que descubra que disfruta de los aspectos más alegres de la vida, tanto en usted como en los otros.
  • Será más flexible al responder a situaciones y desafíos, movido por un espíritu de inventiva e incluso una capacidad lúdica, ya que confiará en su mente y no verá la vida como una fatalidad o una derrota.
  • Se sentirá más cómodo con una conducta energética (aunque no beligerante); será más rápido para defenderse y hablar por usted mismo.
  • Tenderá a preservar la armonía y la dignidad en situaciones de estrés, ya que cada vez le resultará más natural sentirse equilibrado.
...

jueves, 15 de abril de 2010

La autoestima, su impacto. Resumen (IV)


Tal vez la manifestación más elocuente sobre este problema sea la de un paciente de terapia, que decía hace muchos años: "Nathaniel, hace una semana que no me siento angustiado, y eso me está poniendo nervioso".
He visto muchos pacientes que, después de practicar las técnicas que presento en este libro, se liberaron de su depresión o de gran paste de ella, pero al cabo de un tiempo volvieron a caer en la autotortura porque aún se hallaban apegados a un concepto de sí mismos anticuado, que se quedó atrás ante su nueva experiencia. Durante años se vieron como seres atormentados. Organizaron sus vidas alrededor de este concepto de sí mismos, incluso en sus relaciones. "¿Qué diré o haré?. ¡No tengo experiencia de lo que es ser feliz! Además, si no soy feliz, no tengo nada que perder, no tienen nada que quitarme, mientras que si lo soy..."
Este es un ejemplo de lo "desconocido" de lo que hablaba hace un momento: el territorio no familiar en el cual penetramos cuando elevamos nuestra autoestima.
Y aún hay más: las reacciones de los otros a medida que van viendo nuestros cambios. Si estamos más seguros de nosotros mismos que antes, si transmitimos un mayor respeto por nosotros mismos -o si nos mostramos más abiertos, espontáneos, joviales, o estamos menos a la defensiva-, las formas en que nos traten los demás ya no se adecuarán, ya no serán apropiadas para quienes somos ahora, y ellos pueden desorientarse. Entonces, o bien adaptarán sus conductas al nuevo concepto de nosotros mismos que proyectamos o bien (a sabiendas o no) tratarán de manipularnos para que volvamos a nuestro viejo concepto de nosotros mismos. Una vez más, nos enfrentamos con lo no familiar, lo desconocido.
Quizá nuestra resistencia a estos cambios nos vuelva reacios a participar en los ejercicios o practicar las nuevas conductas. Es preciso que combatamos tanto la inercia como el miedo. ¿Cuáles son las recompensas, si aceptamos estos sentimientos, pero sin ceder a ellos, y en cambio mantenemos nuestra determinación a avanzar en la autoconfianza, el autorrespeto y el goce de la vida?
En el nivel de la experiencia directa, interna, ahora la respuesta está clara: mayor confianza en sí mismo y amor por sí mismo, mayor satisfacción con nuestro propio ser, mayor orgullo por lo que hemos logrado con nuestra propia persona.
...

miércoles, 14 de abril de 2010

La autoestima, su impacto. Resumen (III)


  • La autoconfianza y el autorrespeto se obtienen viviendo auténticamente. En esto consiste el coraje de ser quienes somos, preservando la coherencia entre nuestro sí-mismo interior y el sí-mismo que presentamos al mundo. En sentido literal, significa vivir autoafirmativamente: que manifestamos al mundo aquello que pensamos, valoramos y sentimos. Que no nos entregamos al submundo de lo inexpresado y de lo no vivido.
-A medida que aprendo a ser más sincero acerca de lo que pienso y siento...
-A medida que aprendo a ser sincero acerca de mis deseos...
-Cuando pienso en algunas de las mentiras según las cuales he vivido...
-Cuando esté preparado para abordar esas mentiras...
-Si necesito tiempo para aprender a vivir con integridad...
-Si estuviera dispuesto a darme el tiempo que necesito para aprender...
-Si estuviera dispuesto a comunicar a la gente lo que siento por dentro...
-Si estuviera dispuesto a mostrar a la gente quién soy...
-A medida que aprendo a ser sencillamente yo mismo...
  • Al apoyar la autoestima de los otros, apoyamos la nuestra. Así, el hecho de vivir con benevolencia es necesario para la autoestima.
-Si trato a los demás con respeto y benevolencia...
-Si ofrezco a los otros la buena voluntad que pretendo de ellos...
-Si me permito comprender lo que he estado leyendo...
-Si acepto que quizás aún no esté preparado para asimilar todos estos conocimientos...
-Si me doy permiso para evolucionar a mi propio ritmo...
-Si éste es el principio de una nueva aventura...
  • Necesitamos comprender que, como ideal ético-psicológico, la autoestima implica y presupone el supremo valor de una vida individual. Descansa sobre una visión moral que ve un cada persona un fin en sí misma y -en oposición a la doctrina de la autorrenuncia y el autosacrificio- defiende como principio rector el interés racional por uno mismo.
-Si vivo para servir a los otros...
-Si los otros no viven para servirme...
-Si mi vida me pertenece a mí...
-Su realmente tengo derecho a existir...
-Si el autosacrificio no me brinda la autoestima...
-Si hace falta coraje para ser honradamente egoísta...
-Comienzo a darme cuenta de...

[...] cada una de las conductas que acabo de resumir es a la vez fuente y manifestación de una buena autoestima -causa y consecuencia de ella-. según el principio de la causalidad recíproca.
¿Cómo podemos elevar nuestra autoestima? Practicando estas conductas. Viviendo conscientemente, aceptándonos a nosotros mismos, con responsabilidad, autenticidad, benevolencia e integridad.
Esto proporciona grandes recompensas, pero también exige afrontar desafíos. Cualquiera que sea su nivel actual de autoestima y la vida que haya creado para reflejarlo, quizás en este mismo momento usted esté experimentando la comodidad de lo familiar -la comodidad de lo conocido- y quizá sienta intuitivamente que desarrollar la autoestima es abandonar esa zona confortable y entrar en lo desconocido.
"Si elevo mi autoestima -me dicen los pacientes-, ¿cómo sé qué aspecto tomarán las cosas? ¿Seguiré amando a mi cónyuge? ¿Seguiré soportando mi trabajo? ¿Cambiarán mis intereses? ¿Mis amigos se resentirán conmigo? ¿Me quedaré solo?"
"Quizá no siempre me guste lo que siento - confiesan-, pero es algo familiar. Estoy acostumbrado, incluso a los momentos de angustia y depresión. De algún modo, yo mantengo el control. Pero con una autoestima significativamente más alta, no me conocería a mí mismo. ¿Me sentiría seguro en ese caso?"
* * *

A medida que usted vaya haciendo los ejercicios de este libro y practique en su vida las conductas que reflejan esos ejercicios y el análisis que hemos hecho, experimentará un aumento de sus autoconfianza y su autorrespeto, pero quizás también una cierta desorientación. Siempre sobreviene algo de angustia al efectuar la transición de un viejo a un nuevo concepto de sí mismo. Si persevera en sus nuevos aprendizajes y conductas, pronto se sentirá cómodo con su nuevo sentido de sí mismo, y la ansiedad desaparecerá.
Ahora bien, este proceso se aplica a la autoestima en general y también a cualquiera de las prácticas específicas que la hacen aumentar. Por ejemplo, a medida que aprendamos a vivir más conscientemente, o aceptándonos más a nosotros mismos, podemos disfrutar de la experiencia y a la vez hallarla extraña, como si estuviéramos viviendo en nuestro cuerpo pero con una persona que no estamos seguros de conocer. Ser capaz de aceptar cierto grado de desorientación como un aspecto inevitable del crecimiento, y estar dispuesto a tolerarlo hasta que alcancemos un nuevo sentido de lo "normal", es condición indispensable para obtener un cambio satisfactorio.
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martes, 13 de abril de 2010

La autoestima, su impacto. Resumen (II)


  • Para proteger nuestra autoestima, es necesario que sepamos evaluar nuestra conducta de la manera apropiada. Esto incluye, primero, tener la certeza de que los parámetros con los cuales juzgamos son verdaderamente nuestros, no los valores de los demás, con los cuales nos sentimos obligados a aparentar que estamos de acuerdo. Segundo, necesitamos efectuar nuestras evaluaciones con una actitud no sólo de honestidad sino de compasión, una voluntad de tener en cuenta el contexto y las circunstancias de nuestras acciones, así como las opciones o alternativas que percibimos como accesibles. En aquellos asuntos en los que nos sentamos verdaderamente y justificadamente culpables, es preciso que tomemos las medidas específicas para eliminar la culpa en lugar de limitarnos a sufrir pasivamente.
-Si vivir con sentimiento de culpa es una claudicación...
-Si estuviera dispuesto a perdonarme...
-A medida que trato de comprender porqué actúo como actuó...
-A medida que aprendo a vivir según mis propios parámetros...
  • Debemos aprender a no disculparnos nunca por nuestras virtudes, ni hacernos reproches por ellas, ni tratar de rechazarlas. Debemos tener el coraje de reconocer nuestros puntos fuertes y nuestros aciertos. De otro modo, inevitablemente traicionaremos a nuestra autoestima.
-Si me niego a disculparme por mis virtudes...
-Si soy honesto con respecto a mis aciertos...
-Si disfruto de mí mismo...
-Si admito que me gusto a mí mismo...
  • Es necesario que reconozcamos a nuestros sub-si-mismos o subpersonalidades, que intimemos con ellos, dialoguemos con ellos y, en definitiva, que los admitamos, para poder sentirnos completos, no divididos, sino integrados.
-A medida que aprendo a admitir a mi sí-mismo niño...
-A medida que aprendo a admitir a mi si-mismo adolescente...
-Si rechazo a la persona que fui alguna vez...
-Si intimo con todas las partes de mí mismo...
-Estoy comenzando a ver que...
  • Necesitamos vivir activa y no pasivamente, asumir la responsabilidad de nuestras elecciones, sentimientos, acciones y bienestar -asumir la responsabilidad del cumplimiento de nuestros deseos- para así hacernos responsables de nuestra propia existencia. Como la independencia, la productividad es una virtud básica de la autoestima, y el trabajo es una de las formas prácticas de manifestar la autorresponsabilidad.
-Si me hago plenamente responsable de mis acciones...
-Si me hago plenamente responsable de las cosas que digo...
-Si insisto en culpar a los demás...
-Si insisto en verme como una víctima...
-Si acepto que sólo yo puedo lograr mi felicidad...

lunes, 12 de abril de 2010

La autoestima, su impacto. Resumen (I)


¿Cómo desarrollamos la autoestima? Resumamos algunos puntos clave.
  • Debemos recordar que la autoestima no viene determinada por el éxito social, el aspecto físico, la popularidad o cualquier otro valor que no se halle directamente bajo el control de nuestra voluntad. Al contrario, depende de nuestra racionalidad, honestidad e integridad, que son procesos volitivos, operaciones de la mente de las cuales somos responsables.
El siguiente ejercicio de completar oraciones lo ayudará a situar bien en que lugar se halla, en este aspecto, en el presente. En realidad, este ejercicio y los posteriores [...] quizá le indiquen los puntos que necesita elaborar más.

-Si considero los criterio con los que me juzgo a mí mismo...
-Si nadie más que yo puede proporcionarme una buena autoestima...
-Si quisiera comprender de qué depende la autoestima...-
-Una de las cosas que puedo hacer para elevar mi autoestima es...
  • Ya que la autoestima positiva es el sentimiento, la experiencia y la convicción de ser apto para la vida y sus desafíos, y ya que la mente es nuestra herramienta básica de supervivencia, el pilar central de una autoestima saludable es la política de vivir conscientemente (lo cual incluye racionalidad, honestidad e integridad -y reconocer, sentir y entender las emociones- añado yo). Vivir conscientemente es vivir responsablemente la realidad, respetando los hechos, el conocimiento y la verdad con la intención de generar un nivel de conocimiento apropiado a nuestras acciones.
-Si me permito entender el significado de vivir conscientemente...
-Si todavía no estoy plenamente preparado para vivir conscientemente...
-Si estuviera dispuesto a entender lo que hago cuando actúo...
-Si estuviera dispuesto a ver lo que veo y saber lo que sé...
  • La autoaceptación es un rechazo a negar o desestimar cualquier aspecto del sí-mismo: nuestros pensamientos, emociones, recuerdos, atributos físicos, subpersonalidades o acciones. La autoaceptación es la negativa a mantener una relación de rivalidad con nuestra propia experiencia. Es la base de todo desarrollo y de todo cambio. Es, en su sentido último, el coraje de ser para nosotros mismos. El nivel de nuestra autoestima no puede ser más alto que el nivel de autoaceptación.
-A medida que aprendo a aceptarme...
-Una de las cosas que necesito aprender a aceptar es...
-A medida que dejo de luchar contra mi mismo...
-A medida que acepto mis sentimientos en lugar de resistirme a ellos...
-A medida que aprendo a admitir mis acciones como propias...
-Comienzo a darme cuenta de...

(Texto extraído del libro "Cómo mejorar la autoestima". Autor Nathaniel Branden)

domingo, 11 de abril de 2010

La autoestima (La cuestión del egoísmo) (III) y último


Por desgracia muchos hombres y mujeres que se esfuerzan por alcanzar la autorrealización se sienten indefensos e intimidados antes estas acusaciones de egoísmo. Si "egoísta" significa "preocupado por los intereses del sí-mismo", por supuesto que la búsqueda de la autoestima y el desarrollo personal es egoísta. También lo es la búsqueda de la salud física. Y de la salud mental. Y de la felicidad. Y también la búsqueda de la próxima bocanada de aire que uno va a respirar.
Si esto es malo, ¿qué haremos para existir? No podemos repudiar el sí-mismo sin repudiar la vida
Para vivir con éxito, pues, necesitamos una ética que predique un interés racional por uno mismo. Mientras no estemos preparados para respetar el derecho de un individuo a su propia vida, mientras no comprendamos que cada persona (incluidos nosotros mismos) es un fin en sí misma y no un medio para obtener los fines de los otros, no podremos pensar con claridad en nuestra propia existencia o en las exigencias de la felicidad humana.
Mientras no estemos dispuestos a honrar al sí-mismo y proclamar con orgullo nuestro derecho a hacerlo, no podremos luchar por la autoestima, y no podremos alcanzarla.

sábado, 10 de abril de 2010

La autoestima (La cuestión del egoísmo) (II)


No puedo imaginar que ninguna persona racional sugiera que la autorrealización -es decir. la realización de nuestros potenciales positivos- deba perseguirse sin verse involucrada y comprometida en relaciones personales. "¿No entra dentro de mi propio interés -pregunté a los que me entrevistaban- encontrar gente a la que pueda amar, respetar y admirar?" Y por lo general, sus rostros se iluminan con una sonrisa. "¿No entra dentro de mi propio interés vivir en un mundo más seguro, más sano, mejor, y tratar de dar forma a ese mundo?"
La polarización del sí mismo y los otros, o del sí-mismo y el mundo, no tiene una base válida en la realidad, existen pruebas abrumadoras de que cuanto más alto sea el nivel de autoestima de un individuo, más probable será que trate a los demás con respeto, amabilidad y generosidad. La gente que no experimenta amor por si misma tiene poca o ninguna capacidad de amar a otros. La que padece de profundas inseguridades y dudas sobre si misma suele sentir que los demás seres humanos son temibles y hostiles. Quien posee poca o ninguna autoestima no tiene nada que aportar al mundo.
En razón de todo esto, debemos pregunta: ¿por qué los conceptos de autoestima y autorrealización (es decir, las metas personales) causan en algunos una impresión tan ominosa? ¿Por qué sólo las metas "sociales" son respetables?
La respuesta, creo, reside en que muchos no han conseguido liberarse de una noción autoritaria de la ética, que la aplican a todo lo que está fuera de uno mismo. Nos encontramos con este punto de vista, bajo diversas formas, en las familias, las escuelas, las iglesias y, claro está, en los gobiernos.
En realidad, casi todos los sistemas éticos que han alcanzado algún grado de influencia han sido variaciones del tema de la autorrenuncia y el autosacrificio. Se ensalza el altruismo como virtud y el egoísmo se lo considera sinónimo de maldad. En estos sistemas, el individuo siempre se convierte en la víctima: se le enseña a volverse contra si mismo y se le ordena "no ser egoísta" y ponerse al servicio de algún valor presuntamente superior: el faraón, el emperador, el rey, la tribu, el país, la familia, la verdadera fe, la raza, el Estado, el proletariado, la sociedad (o "el planeta")
Comprenderíamos mejor la voluntad de tantas personas de someterse a una u otra clase de figura autoritaria, bajo cuyo dominio a veces se cometen atrocidades, si recordáramos cómo nos presentaron: a casi todos nosotros, la palabra bueno. "Es una buen chico, se preocupa por mí, se porta bien." "Es una buena chica, hace lo que le dicen." Desde el principio se nos inculca que la virtud consiste, no en honrar las necesidades, los deseos y las máximas posibilidades del sí-mismo, sino más bien en satisfacer las expectativas de los demás. "Vivir para los demás" es una frase que traduce textualmente la esencia de la moral, y los que la predican están más interesados en la obediencia que en la autoestima. Como psicólogo, no puedo recordar un solo caso en que esta doctrina no fuera, a mi parecer, desastrosa para el bienestar mental y emocional de mis pacientes.
Hoy con la expansión del feminismo, las mujeres empiezan a despertar al hecho de que ésta es una doctrina manipuladora y explotadora. Imaginen la reacción de un grupo de mujeres modernas si un conferenciante le dijera: "No piensen en sus propios deseos y necesidades, piensen solamente en las necesidades y deseos de aquellos a quienes ustedes sirven. El autosacrificio es la mayor virtud". Los hombres también necesitan revisar esta doctrina, pues afecta a sus vidas. No es un problema de un solo sexo. Es global.
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viernes, 9 de abril de 2010

La autoestima (La cuestión del egoísmo) (I)


Con frecuencia se confunde la autoestima con ciertas nociones falsas de "egoísmo".
La tendencia cultural a la que me refiero es notoria en todas partes: yo tropecé personalmente con esta mala interpretación mientras realizaba una gira promocional para"Honoring the Self". Prevalece hoy una irreflexiva tendencia a desechar por "narcisista" a cualquier individuo activamente interesado en su desarrollo personal, lo que constituye una suerte de violenta reacción contra el movimiento en favor del potencial humano. Parece ser que "sí-mismo" se ha convertido en una palabra candente, al menos en algunos círculos.
La autoestima, la autorrealización, incluso la búsqueda de la autonomía, se están volviendo moralmente sospechosas. ¿No hemos tenido ya bastante de la "generación del yo"?, preguntan los periodistas. "¿Usted no está alentando el egoísmo?".
A mi me trataron con aprecio, pero no pude dejar de notar la inquietud que parecían evocar frases tan simples como "honrar al sí-mismo". "¿Y que sucede con las relaciones? ¿Acaso no tienen ya la mayoría de las personas un ego muy desarrollado?".
Dada la frecuencia con que se formulan estas preguntas es razonable suponer que reflejan las presunciones de un gran número de individuos. Son estas presunciones las que es necesario discutir.
Permítanme mencionar que ni en "Honoring the Self" ni en ninguno de mis libros anteriores mi mensaje ha sido "Primero yo, sin considerar los derechos de los otros". Por el contrario, me ha preocupado de examinar la relación entre la autoestima y el bienestar humano, en lo individual y en lo social. En el curso de esta búsqueda he visto con claridad que los valores del individualismo y el comprensivo interés por uno mismo ofrecen la mejor base posible para la cooperación social, la benevolencia y el progreso.
Pregúntense con quién le gustaría compartir el mundo. ¿Con gente que respete su derecho a existir y no le pida que actúe en contra de sus interés por sí mismo, o con gente que lo trate como un objeto de sacrificio? ¿Con gente que goza de un fuerte sentido de su identidad personal, o con quienes esperan que usted cree ese sentido para ellos? ¿Con los que asumen la responsabilidad de su propia existencia, o con los que intentan traspasarle esa responsabilidad a usted? Estas son, desde luego, algunas de las consecuencias sociales tanto de la alta como de la baja autoestima.
Es bastante fácil detectar a algunos narcisistas que hablan de "alcanzar mi desarrollo personal" o "elevar mi autoestima". Es fácil, porque el narcisismo existe por doquier. Pero el individualismo, la autoestima, la autonomía, el interés por el desarrollo personal... estos rasgos no son narcisistas. El narcisismo es un estado de autoabsorción excesiva, nada saludable, que tiene su origen en una profunda sensación de insuficiencia y de carencia interior. Aunque resulte irónico, los vicios típicamente atribuidos a personas con egos muy desarrollados -mezquindad, competitividad, beligerante, predisposición para el ataque- son, en realidad, las aflicciones peculiares de los egos débiles.
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(Texto extraído del libro "Cómo mejorar su autoestima". Autor Nathaniel Branden)

jueves, 8 de abril de 2010

La autoestima (Los seis pilares) (III) y último


Integridad personal
  • Yo debo hacer lo que predico
  • Yo debo mantener mis promesas
  • Yo debo cumplir mis compromisos
  • Yo debo tratar a los demás de forma equitativa, justa, benévola y compasiva
  • Yo debo perseguir la congruencia moral
  • Yo debo esforzarme por hacer que mi vida sea un reflejo de mi visión interior del bien
  • Mi autoestima es más valiosa que cualesquiera recompensas a corto plazo derivadas de traicionarla
Creencias acerca de la realidad que apoyan la autoestima
  • Lo que es, es; los hechos son los hechos
  • La ceguera elegida por uno mismo no vuelve real lo irreal ni irreal lo real
  • El respeto a los hechos reales (de la mejor manera que pueda comprenderlos) arroja resultados más satisfactorios que desafiar los hechos reales
  • La supervivencia y el bienestar dependen del ejercicio adecuado de la consciencia. El evitar la responsabilidad de la consciencia no es adaptativo
  • En principio, la consciencia es fiable, el conocimiento es posible; la realidad es cognoscible
  • Los valores que fomentan y apoyan la vida y satisfacción de una persona en la tierra son superiores a los valores que la ponen en peligro ola amenazan
  • Los seres humanos (y haideé piensa que los seres vivos en general) son fines en sí mismos, y no medios para los fines de los demás, y deben ser tratados como tales. Un ser humano individual no pertenece ni a la familia ni a la comunidad ni a la Iglesia ni al Estado ni a la sociedad ni al mundo. Un ser humano no es propiedad de nadie. Todas las asociaciones humanas adultas deberían ser electivas y voluntarias.
  • No debemos sacrificarnos a los demás ni sacrificar los demás a nosotros; deberíamos descartar la idea de sacrificio humano como ideal moral
  • Las relaciones basadas en el intercambio de valores son superiores a las basadas en el sacrificio de unas personas a otras
  • Un mundo en el que nos consideramos a nosotros mismos y a los demás responsables de nuestras elecciones y acciones funciona mejor que un mundo en el que negamos esta responsabilidad
  • La negación de la responsabilidad no sirve para la autoestima de nadie, y menos la de la persona que la niega
  • Lo moral, entendido racionalmente, es lo práctico
Comentario del propio autor
Decir a cualquiera de estas ideas: "Yo estoy de acuerdo con eso" no indica aún que formen parte del sistema de creencias de quien lo dice. Como indiqué antes, las ideas sólo pueden considerarse creencias en el sentido a que aquí nos referimos si se experimentan como verdaderas a un nivel muy profundo y se manifiestan en la conducta.
Esta lista de creencias no se ofrece con carácter exhaustivo. Probablemente hay otras que son tan relevantes para la salud de la autoestima. Las que he identificado son las que conozco que apoyan más claramente las seis prácticas. En la medida en que se experimenten de forma genuina tienden a inspirar la consciencia, la aceptación de uno mismo, la responsabilidad de uno mismo, la autoafirmación, la vida con propósito y la integridad.
Confío que quede claro que considero que estas creencias están justificadas racionalmente. No son meros "postulados" arbitrarios. Pero como no estoy dispuesto en este contexto a ofrecer una defensa rigurosa de cada una de ellas, simplemente indicaré que son poderosos motivadores del tipo de acciones que apoyan el bienestar psicológico. Consideradas desde la perspectiva de los seis pilares, tienen claramente una utilidad funcional. Son adaptativas; son la energía de la autoestima.

(Idem)

miércoles, 7 de abril de 2010

La autoestima (Los seis pilares) (II)


Responsabilidad de uno mismo
  • Yo soy responsable de mi existencia
  • Yo soy responsable de la satisfacción de mis deseos
  • Yo soy responsable de mis elecciones y acciones
  • Yo soy responsable del nivel de consciencia que aporto a mi trabajo y a otras actividades
  • Yo soy responsable de mi conducta con los demás colaboradores, socios, clientes, cónyuge, hijos, amigos
  • Yo soy responsable de cómo jerarquizo mi tiempo
  • Yo soy responsable de la calidad de mis comunicaciones
  • Yo soy responsable de mi felicidad personal
  • Yo soy responsable de elegir o aceptar los valores de acuerdo con los cuales vivo
  • Yo soy responsable de elevar mi autoestima; nadie puede darme autoestim
  • En definitiva, acepto mi soledad. Es decir, acepto que nadie va a venir para enderezar mi vida, o para salvarme, para salvar mi niñez, o para salvarme de las consecuencias de mis elecciones y acciones. En determinadas cuestiones algunas personas me pueden ayudar, pero nadie puede asumir la responsabilidad primaria de mi existencia. Al igual que nadie puede respirar por mí, nadie puede asumir ninguna de mis restantes funciones vitales básicas, como la de ganar la experiencia de la eficacia personal y del respeto a mí mismo
  • La necesidad de ser responsable de uno mismo es natural; no la considero una tragedia
Autoafirmación
  • En general, es adecuado que exprese mis pensamientos, convicciones y sentimientos, a menos que me encuentre en un contexto en el que estimo que no es objetivamente deseable hacerlo
  • Yo tengo derecho a expresarme por mí mismo de forma adecuada en los contextos adecuados
  • Yo tengo derecho a defender mis convicciones
  • Yo tengo derecho a considerar importantes mis valores y sentimientos
  • El percibir y conocer quién soy yo redunda en beneficio de los demás
Vivir con propósito
  • Sólo yo puedo elegir las metas y propósitos para los cuales vivo. Nadie puede diseñar mi vida
  • Si quiero triunfar, tengo que aprender a conseguir mis metas y propósitos. Tengo que elaborar y luego aplicar un plan de acción.
  • Si quiero triunfar, tengo que prestar más atención al resultado de mis actos.
  • Yo fomento mis intereses con un alto nivel de comprobación en la realidad, es decir, buscando la información y retroalimentación relacionada con mis creencias, acciones y propósitos
  • Yo debo practicar la autodisciplina no como "sacrificio" sino como una condición previa natural de ser capaz de conseguir mis deseos

martes, 6 de abril de 2010

La autoestima (Los seis pilares) (I)


En esta entrada continuo con lo ya expuesto en el otro blog (pinchar para ver) sobre creencias que ayudan a conseguir y concebir una buena y positiva autoestima.

Vivir de manera consciente
Cuanto más consciente soy de lo que atañe a mis intereses, valores, necesidades y metas, mejor me irán las cosas.
  • Es agradable ejercitar mi mente
  • Me conviene más corregir mis errores que pretender que no existen.
  • Me conviene más mantener mis valores consciente que inconscientemente y examinarlos en vez de mantenerlos acríticamente como "axiomas" incuestionables.
  • Tengo que estar atento a las tentaciones para evitar hechos desagradables; tengo que hacer frente a mis impulsos de evitación y no ser gobernado por ellos.
  • Si yo comprendo el contexto más amplio en el que vivo y actúo, seré más eficaz; vale la pena que intente comprender mi entorno y el mundo general que me rodea.
  • Para ser eficaz tengo que ampliar mi conocimiento; el aprendizaje tiene que ser una forma de vida.
  • Cuanto más me conozco y comprendo, mejor será la vida que puedo crear. El autoexamen es un imperativo de una existencia consumada.
Aceptación de uno mismo
  • Al nivel más fundamental yo estoy a mi favor.
  • Yo me acepto a mi mismo al nivel más fundamental.
  • Yo acepto la realidad de mis pensamientos, aún cuando no pueda aceptarlos y no decidiera obrar según ellos; yo no los niego ni desautorizo.
  • Yo puedo aceptar mis sentimientos y emociones sin que necesariamente me gusten, sin aprobarlos o ser controlado por ellos; yo no los niego ni desautorizo.
  • Yo puedo aceptar que he hecho lo que he hecho, aún cuando lo lamente o condene. Yo no niego o desautorizo mi conducta.
  • Yo acepto que lo que pienso, siento o hago es una expresión de mí mismo, al menos en el momento en que sucede. Yo no estoy limitado por pensamientos, sentimientos o acciones que no puedo sancionar, pero tampoco me sustraigo a su realidad o pretendo que no son míos.
  • Yo acepto la realidad de mis problemas, pero no me defino por ellos. Mis problemas no son mi esencia. Mi temor, dolor, confusión o mis errores no están en el núcleo de mi ser.
(Texto extraído del libro "Los seis pilares de la autoestima". Autor Nathaniel Branden)

lunes, 5 de abril de 2010

El segundo chakra: El desafío de administrar la energía sexual (VII) y último


Las violaciones de energía de este tipo podrían ser incluso más comunes que la violación física y el incesto. Cuando la violación y el incesto se definen en el sentido de violaciones de energía, hombres y mujeres reconocen por igual haber sido violados. Cuando en los seminarios pregunto a los participantes: "¿Cuántos de vosotros habéis sentido violada vuestra dignidad o estima propia en el ambiente laboral o familiar?", casi todo el mundo levanta la mano.
Cuando pregunto: "¿Cuántos de vosotros sois o habéis sido violadores de energía?", la respuesta es, comprensiblemente, algo más moderada. Sin embargo, cuando las habilidades físicas de otra persona nos intimidan adoptamos actitudes negativas hacia ella o nos enzarzamos en un combate verbal, lo que realmente hacemos es intentar violar a esa persona, despojarla de su poder. El cuerpo físico alberga las intenciones negativas en los órganos sexuales: los actos de violación de energía dañan tanto al violador como a la víctima. La violación de un ser humano envenena el sistema energético del violador y, por tanto, contamina su sistema biológico. Las violaciones de la energía tienen una cualidad kármica de juticia inherente que trasciende la justicia física, es decir, aunque parezca que la persona queda impune después del comportamiento delictivo, sobre todo en los casos de violación o incesto, siempre se hará justicia en el plano de la energía, haya o no testigos presenciales. Por este motivo, las enseñanzas espirituales subrayan la importancia del perdón y animan a las personas a continuar con su vida. Espiritualmente, se entiende que el orden divino es una fuerza que está en constante funcionamiento para restablecer el equilibrio cuando logramos desprendernos de la necesidad de determinar un resultado justo. El hecho de que veamos o no la acción de la justicia es irrelevante, pero se trata de una "realidad" que suele costarnos digerir.
La sexualidad es una forma de canje y, en ciertas circunstancias, incluso un tipo de moneda. Muchas personas utilizan la relación sexual como un medio para lograr un fin, y acaban sintiéndose víctimas de violación cuando sus esfuerzos por manipular fracasan. Una persona que canjea relación sexual por un puesto o un trabajo ambicionado, o la utiliza para acercarse a alguien que detenta poder, se queda con la sensación de haber sido violado. Sin embargo, utilizar la relación sexual para lo que la persona llama un "canje justo" no deja la vibración energética de violación en el cuerpo.
La forma más antigua de moneda sexual es, ciertamente, la prostitución, el acto más discapacitador en que puede participar un ser humano. La prostitución de la propia energía es una violación más común que la prostitución física; muchísimos hombres y mujeres permanecen en situaciones que representan seguridad física, sintiendo al mismo tiempo que al hacerlo están vendiendo una parte de sí mismos.

domingo, 4 de abril de 2010

El segundo chakra: El desafío de administrar la energía sexual (VI)


Las ideas culturales sobre la sexualidad varían de una sociedad a otra. La historia puritana de la cultura estadounidense combinada con el valor que damos al control sexual, contribuye enormemente al sentimiento de vergüenza por nuestro cuerpo y nuestra naturaleza sexual. En la mayoría de mis seminarios, las personas que cuentan sus caos de vida sexual insatisfactoria son tan numerosas como las que acuden por motivos de salud. Muchas dicen haber estado casadas años e incluso décadas, sin haber tenido ni una sola conversación con su cónyuge acerca de sus respectivas necesidades sexuales. Los motivos dados varían desde la vergüenza a la simple ignorancia de lo que significa tener necesidades sexuales.
Esta vergüenza sexual, tan predominante en nuestra mente tribal, influye en la necesidad de la sociedad estadounidense de generar leyes que establezcan el comportamiento sexual correcto o incorrecto. Dado que la energía natural del segundo chakra sale del yo y va hacía el "otro", su miedo característico produce la necesidad de controlar el comportamiento sexual. Así, la tribu da validez a las parejas casadas y monógamas y trata de avergonzar a las otras. Algunos estados no sólo consideran incorrectos, sino delictivos, ciertos tipos de conducta sexual, prescindiendo del hecho de que, entre adultos que han llegado a un mismo acuerdo, la actividad sexual es voluntaria. Esta condena legal se dirige en particular a los homosexuales.
La vergüenza por la sexualidad se extiende a las enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, el herpes y el sida. Inevitablemente, las personas que padecen una enfermedad de transmisión sexual se sienten obligadas a ofrecer un perfil de su vida sexual, para que nadie piense que han contraído la enfermedad por mantener relaciones sexuales indiscriminadas.
Las conductas sexuales delictivas, como la violación, el incesto y el acoso sexual a los niños, son algo más que violaciones físicas; son también violaciones de la energía. Se puede violar el campo energético de una persona maltratando verbalmente o adoptando una actitud destructiva, discapacitadora.
Bill, participante en un seminario, tuvo una relación con su padre que ilustra la violación emocional o de actitud. Cuando era niño, su padre le manifestaba constantemente su desprecio diciéndole que "nunca sería nada en la vida". Él dedicó a tratar de demostrarle a su padre que estaba equivocado, pero jamás lo consiguió. Cuando murió su padre, sin haberse retractado nunca de su condena, Bill quedó paralizado emocionalmente. Sufría de depresión crónica, no era capaz de conservar un empleo y era impotente. Aunque el desprecio de su padre iba dirigido a la potencia de su hijo en el mundo material, no a su sexualidad, la productividad económica y la sexualidad son energías del segundo chakra y, como tales, están estrechamente ligadas.
La violación de un campo energético están motivados por el deseo de mutilar la capacidad de la persona para ser independiente y prosperar. Los órganos sexuales albergan el daño infligido por esas creencias y actos negativos. Numerosas personas que sufren de problemas sexuales, desde la impotencia y la infertilidad hasta el cáncer en los órganos reproductores, recuerdan haber sido criticadas constantemente por sus habilidades profesionales, ambiciones y logros, así como también por su apariencia física. En realidad, los padres "violaron" a sus hijos, despojándolos del poder personal que necesitaban para la salud y el éxito.
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