sábado, 14 de marzo de 2009

¿Emociones verdaderas?


Cuentan que, en China, un hombre ya anciano decidió regresar al lugar donde había nacido y del que salió muy joven. En el camino se unió a un grupo de viajeros que seguían la misma ruta y les explicó su deseo de volver a la tierra que lo vio nacer.
Después de varias monótonas jornadas, aquellos hombres decidieron divertirse a costa del viejo.
-Mira, anciano, estamos llegando a la tierra de tus antepasados, esas montañas que vemos las contemplaron tus ojos cuando eras niño.
El viejo, a pesar de no recordar nada, se sintió dichoso de ver aquellas cumbres.
Horas después llegaron a unas casas en ruinas.
-Mira, anciano, seguro que entre estas piedras jugaste en tu infancia.
El viejo, al ver aquel pueblo abandonado, no pudo dejar de emocionarse. Al rato, llegaron a un olvidado cementerio.
-Mira esas tumbas- le dijeron, continuando la broma-. Aquí con seguridad están enterrados tus padres, y los padres de tus padres.
Al oír estas palabras, el anciano no pudo contener la emoción, y estalló en lágrimas.
Arrodillado frente a aquellas tumbas, a aquel viejo le venían a la memoria mil y un recuerdos de su niñez, la inundaban el corazón viejas y añoradas sensaciones, la nostalgia invadía su alma con un caudal de emociones.
Pero viendo aquella escena, los viajeros se compadecieron del anciano y acordaron contarle la verdad.
-Sentimos decirte esto, pero la verdad es que queda aún mucho camino hasta que lleguemos a la patria de tus antepasados. Decidimos gastarte esta broma sólo por entretenernos. Te rogamos aceptes nuestras disculpas.
El anciano se levantó en silencio, recogió sus cosas y reemprendió el camino.
Llegada la noche, y ante el mutismo del viejo, sus compañeros de viaje volvieron a expresarle su pesar por la broma.
-Apreciado amigo, tu silencio nos produce hondo pesar, volvemos a pedirle perdón por nuestra conducta.
-Mi silencio nada tiene que ver con vuestra conducta que ya he olvidado –contestó el anciano-, se debe a que no he encontrado respuesta a una pregunta que me atormenta: ¿Cómo es posible que haya emociones verdaderas cuando éstas provienen de hechos falsos?

No hay pasado, no hay futuro, estos son producto de la mente. Confundimos la función de pensar con el pensamiento. No hay nadie que piense en y por uno. Presente: esto es lo único real.

miércoles, 11 de marzo de 2009

El trono


Sentado en su trono
Contempla un mundo.
Dicho mundo pertenece
A lo irreal.
Percepción distorsionada
Del aguijón confuso
De una mente alimentada
Por espejos sin cromo.
Dice saber de cómo ayudar
Simulando humildad.

Escondidas tras las rendijas
Viven las malezas
Esas que esconden su vanidad.
No hay siembra.
No hay cosecha.
Se pierden las verdades
En las mismas puertas.
Todo conviene a lo vano
Como la ilusión del perfume
Embriaga pero confunde.
¿Quién habita la percha?
¿Dónde se esconde la vida?

Perdidos los vivos sentidos
Humillado
Querido mal
Se pierde en el devenir
De superfluos sentires,
Aspavientos incoherentes,
Vanos intentos.

Soy en la mentira
Pero hablo sobre verdad.
Valor perdido antes de comenzar.
Ya no existe cama
Dónde aquietar tu temor,
Llena está de flojas hojas
Ni resuenan ya.
Pajas ajenas,
Visiones cegadas
Sobre si y de si mismo

Lleno de vacío
Habla el que sentado está
Y no percibe de si mismo
Ni la mitad de su falsedad,
Esa que vende a los demás
Llamándola experiencia
En su trono falto de seguridad

domingo, 8 de marzo de 2009

Inquieta

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Capas inundando el caudal del pensamiento.
Capas importunando el sosiego.
Sotavento.
Barlovento.
Sopla con furia el viento que tras él ha de traer la calma.
Azarosa y perpleja se convierte en triste reflejo de si misma.
Siente el zozobrar de sus noches, hambrientas de paz.
Todo gira confuso en un vaivén infernal.
Ahí está,
silencioso,
tormentoso,
harapiento y perverso.
No habla, no dice,
sólo enreda todo cual alambre espinoso.
Tapia que oscurece la vida.
Tejado que gotea sin fin.
Árbol doblado y desgajado, doliéndose, callándose, bebiéndose
su polvoriento dolor.
Un grito surge acerado y cortante
Mas a nadie corta, a nadie hiere.
Porfía, porfía, en un intento de claridad,
no hay perdón y si hay perdón.
Siempre hubo perdón encendido en el interior.
Su fe se tambalea, su fe se retuerce ante la vil perfidia.
Quedan tantos retoños por brotar…
Quedan tantas estrellas por brillar…
Quiero sentir el dulce aroma del amor.
Quiero sentir el fragante aroma de la honestidad.
Quiero que penetre hasta las más mínimas fibras de mi ser y alimente esa energía que me hará brotar en miles de armoniosos colores.
Quiero unirme en el sendero del universo para viajar al delicioso silencio en la quieta y dulce serenidad que todo lo entiende.
Por ello me abandono, inquieta si, mas en plácida fe, al devenir del viento...

jueves, 5 de marzo de 2009

Verdadero maestro. Verdadero discípulo


Dos viajeros, uno que venía del norte y otro que venía del sur, se encontraron casualmente en un punto del sendero y decidieron continuar juntos para hacer más llevadero el camino. Uno de ellos preguntó al otro:
- ¿Hacia dónde te diriges?
-Voy a donde pueda encontrar un maestro, un auténtico maestro, llevo años de búsqueda incansable viajando por el mundo –contestó el hombre que venía del sur- pero no desespero, sé que encontrar un auténtico maestro es muy difícil, su aparición en el mundo es muy rara y por tanto la posibilidad de encontrarlo es también muy escasa.
- ¿Y qué harás cuando lo encuentres? –volvió a preguntar el compañero.
-Oh, qué gran momento será ese! Me postraré a sus pies, mi corazón se estremecerá y mis ojos seguramente derramaran lágrimas. Dios quiera que algún día pueda vivir ese momento –contestó.
Pasaron las jornadas y ambos compartieron diversas vivencias cotidianas, además de la comida de cada día y el fuego por las noches.
Una mañana, el hombre que venía del norte, dijo:
-Ha llegado el momento de separarnos, tú sigue tu camino, que yo seguiré el mío.
-¿A dónde irás? –preguntó su compañero.
-Continuaré con la búsqueda.
-¿Qué búsqueda?
-La de un autentico discípulo. Encontrar una persona así en el mundo es algo extraordinariamente raro. Es verdaderamente raro que alguien sea capaz por sí, primero de reconocer a un auténtico maestro, y después de mostrar el comportamiento y la actitud correctas que le permitan aprender.
Instantes después, el hombre que venía del sur, pudo ver como el Maestro de su época se alejaba por el camino.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Observaciones de los médicos en el siglo XX (Conclusiones)


Buscando sobre bioplasma
Si definimos el campo energético humano como todos los campos o emanaciones del cuerpo del individuo, procedemos a ver que muchos componentes bien conocidos del CEH han sido medidos en laboratorio. Son los componentes electrostáticos, magnéticos, electrónicos, sónicos, térmicos y visuales del CEH. Todas estas mediciones concuerdan con los procesos fisiológicos normales del cuerpo, superándolos para aportar un vehículo al funcionamiento psicosomático.
Las mediciones de la doctora Hunt muestran frecuencias definidas para colores de aura igualmente precisos. Dichas frecuencias pueden tener sobretonos más altos que no fueron registrados a causa de las limitaciones del equipo de laboratorio utilizado.
Las mediciones de las que se ha hablado muestran también que el CEH se compone de partículas y que tienen un movimiento semejante al de un fluido, como las corrientes de aire o de agua. Estas partículas son diminutas, incluso subatómicas según algunos investigadores. Cuando dichas partículas ínfimas se desplazan juntas formando nubes, los físicos suelen denominarlas plasmas. Estos se atienen a determinadas leyes físicas, lo que ha llevado a los físicos a considerarlos como un estado entre la energía y la materia. Muchas de las propiedades del CEH medidas den laboratorio sugieren un quinto estado de la materia, denominado “bioplasma” por algunos científicos.
Estos estudios demuestran que el modelo corporal ordinario formado por sistemas (como el sistema digestivo) resulta insuficiente. Es necesario desarrollar un modelo adicional basado en el concepto de un campo energético organizador. El modelo de un campo electromagnético complicado (CEC) no satisface por completo este fin. Muchos fenómenos psíquicos asociados con el CEH, como la precognición o la conciencia de información sobre la vida pasada, no se pueden medir con el modelo CEC.
Según la doctora Valerie Hunt, “se puede considerar el cuerpo desde un concepto cuántico de energía que surge de la naturaleza celular atómica del cuerpo en funcionamiento y que atraviesa los tejidos y los sistemas”.
Marylin Ferguson declaró en el Brain Mind Bulletin que “el modelo holístico ha sido descrito como paradigma emergente”, una teoría integradora que atraerá a toda la maravillosa fauna silvestre de la ciencia y el espíritu. He aquí, por fin, una teoría que casa la biología con la física en un sistema abierto”.

martes, 3 de marzo de 2009

Observaciones de los médicos en el siglo XX (III)


El estudio más extraordinario del aura humana que he visto fue realizado por la doctora Hunt y sus colaboradores en UCLA. En un estudio acerca de los efectos del rolf sobre el cuerpo y la psique (“A Study of Structural Neuromuscular Energy Field and Emocional Approaches”) la doctora registró la frecuencia de las saeñales de bajo milivoltaje emitidas por el cuerpo durante una serie de sesiones de rolf. Para registrarla utilizó electrodos elementales construidos con plata/cloruro de plata que se colocaban sobre la epidermis. Al mismo tiempo que se registraban las señales electrónicas, la reverenda Rosalyn Bruyre, del Healding Light Centre (Glendale, California), observaba las auras tanto de la persona que aplicaba el rolf como de la que lo recibia. Sus comentarios fueron grabados en el mismo magnetófono que recogió los datos electrónicos. Ofreció un informe completo sobre el color, tamaño y movimiento energéticos de los chakras y de las nubes aurales que intervenían.
A continuación, los cientificos analizaron matemáticamente las pautas de las ondas registradas por medio de un análisis Fourier y otro de frecuencia de sonograma. Ambos revelaron resultados notables. Las formas y frecuencias de onda consistentes se relacionaban específicamente con los colores, según informo la reverenda Bruyere. Dicho de otro modo. Cuando la reverenda Bruyere observaba un color azul en el aura en un lugar específico, las mediciones electrónicas mostraban siempre la forma y la frecuencia características de la onda azul en el mismo lugar. La doctora Hunt repitió el mismo experimento con otros siete lectores de aura. Todos ellos vieron colores aurales correlacionados con las mismas pautas de frecuencia/onda. En febrero de 1988, los resultados del estudio en curso mostraban las siguientes correlaciones de color/frecuencia (Hz = Hertz, o ciclos por segundo)

Azul 250-275 Hz más 1200 Hz
Verde 250-475 Hz
Amarillo 500-700 Hz
Naranja 950-1050 Hz
Rojo 1000-1250 Hz
Violeta 1000-2000, Hz más 300-400 Hz;
600-800 Hz
Blanco 1100-3000 Hz

Estas bandas de frecuencia, excepto por lo que se refiere a las bandas adicionales de azul y violeta, se encuentran en orden inverso a la secuencia de color del arco iris. Las
frecuencias medidas constituyen señal identificativa de la instrumentación y de la energía que se mide.
La doctora Hunt afirma lo siguiente:”A lo largo de los siglos, los sensitivos han visto y descrito las emisiones aurales, pero ésta es la primera evidencia electrónica objetiva sobre frecuencia, amplitud y tiempo, lo que supone un espaldarazo para sus observaciones subjetivas de la descarga de color”.
El hecho de que las frecuencias de color descubiertas en estos experimentos no dupliquen las de la luz o la pintura no resta validez al descubrimiento. Cuando comprendemos que lo que vemos comos colores son frecuencias captadas por el ojo, que hemos de diferenciado y a las que hemos adjudicado un símbolo verbal, nada hay que indique que los centros de proceso del ojo y del cerebro deban interpretar el color únicamente en altas frecuencias. El criterio definitivo para la experiencia del color es la interpretación visual. Sin embargo, contando con instrumentos más afinados y técnicas perfeccionadas de registro y reducción de datos, éstos principalmente hasta 1.500 Hz, pueden contener hoy con toda facilidad frecuencias mucho más altas.
La doctora Hunt añadido que “los chakras solían tener los colores que se habían consignado en la literatura metafísica, es decir, rojo-kundalini, naranja-hipogástrico, amarillo-bazo, verde-corazón, azul-garganta, violeta-tercer ojo y blanco-corona. El chakra del corazón era, con mucho, al más activo. Los sujetos tenían muchas experiencias emocionales, imágenes y rememoraciones conectadas con las distintas áreas del cuerpo sometidas al rolf. Estos hallazgos avalan la creencia de que el recuerdo de las experiencias se almacena en el tejido corporal”.
Por ejemplo, cuando se someten al proceso de rolf las piernas de alguien, caba que vuelva a vivir la experiencia de aprender a usar el orinal en su primera infancia. No sólo la recordará, sino que volverá a vivirla emocionalmente. Con frecuencia, los padres intentan enseñar al niño a usar el orinal antes de que su cuerpo haya establecido la conexión del cerebro con los músculos para controlar realmente el esfínter que regula las deposiciones. Como el niño no está fisiológicamente capacitado para controlar el esfínter compensará esta carencia apretando los músculos de los muslos. Esto supone someter el cuerpo a una gran tensión y fatiga, que tienen hasta la puesta en práctica de intensas sesiones de rolf o bioenergéticas. Cuando se han aliviado la tensión y la fatiga musculares, el alivio llega también a la memoria. Otro ejemplo de mantenimiento de la memoria de la tensión es la rigidez de hombros que sufren muchas personas. Procede de haber sostenido sobre los hombros el miedo o la ansiedad. El lector se puede preguntar a si mismo: ¿qué es lo que temo no ser capaz de lograr?, o ¿qué creo que pasará si no tengo éxito?

lunes, 2 de marzo de 2009

Observaciones de los médicos del siglo XX (II)


La doctora Dora Kunz, presidenta de la sección estadounidense de la Theosphical Society, lleva muchos años trabajando en la profesión médica y como sanadora. En “The Spiritual Aspects of the Healing Acts” dice que “cuando el campo vital es saludable hay un ritmo autónomo natural en su interior”,y añade: “Cada órgano del cuerpo tiene su ritmo energético correspondiente en el campo etéreo. Los distintos ritmos interactúan entre las esferas de los diversos órganos como si se estuviera produciendo una función de transferencia; cuando un cuerpo es saludable, estos ritmos se transfieren fácilmente de un órgano a otro. Sin embargo, en estado patológico los ritmos cambian, como sucede con los niveles energéticos. Por ejemplo, en el campo se puede percibir el residuo de una apendicectomía: los tejidos físicos adyacentes ahora entre sí tienen una función de transferencia energética distinta de la previamente modulada por el apéndice. Es lo que en física se denomina equiparación de impedancia o falta de equiparación. Cada tejido adyacente esta “equiparado en impedancia”, lo que significa que la energía puede fluir fácilmente por todo el tejido. La cirugía o la enfermedad cambian la equiparación de impedancia, de manera que, hasta cierto punto, la energía se disipa en vez de transferirse”.
El doctor John Pierrakos ha desarrollado un sistema de diagnóstico y tratamiento de las alteraciones psicológicas basado en observaciones visuales y operaciones con péndulo sobre el CEH. La información a partir de sus observaciones de los cuerpos energéticos, se combina con los métodos psicoterapéuticos corporales desarrollados en el ámbito de la bioenergética y con el trabajo, que se denomina energética de núcleo, es un proceso unificado de curación interna que se concentra en las defensas del ego y la personalidad para desbloquear las energías corporales. La energética de núcleo busca el equilibrio de todos los cuerpos (físico, etéreo, emocional, mental y espiritual) para llevar a cabo la curación armónica de la persona en su totalidad.
De lo anterior, y de otros trabajos, deduzco que las emisiones de luz del cuerpo humano, están íntimamente relacionadas con la salud. Subrayo que es muy importante hallar la forma de cuantificar estas emisiones luminosas por medio de instrumentos de medición lumínica fiables y normalizados, ya que así es posible poner esta información al alcance de la profesión médica para sus diagnósticos clínicos y hacer que la propia energía sea útil para el tratamiento.
Mis colegas y yo hemos realizado una serie de experimentos para medir el CEH. En un de ellos, las doctores Richard Dobrin y John Pierrakos midieron conmigo en un cuarto oscuro el nivel de luz de una longitud de onda de unos 350 nanómetros, antes, durante y después de la estancia en él de varios individuos. Los resultados muestran un ligero aumento de la luminosidad en el cuarto oscuro cuando hay personas presentes. El nivel lumínico descendió realmente en un caso: en el cuarto oscuro había una persona muy cansada y llena de desesperación. En otro experimento, realizado en colaboración con el ParaPsychology Club de las Naciones Unidas, pudimos mostrar, en un televisor en blanco y negro, parte del campo aural utilizando un artilugio denominado colonizador. Este aparato permite amplificar en gran medida las variaciones de intensidad lumínica que se producen cerca del cuerpo. En un nuevo experimento, esta vez realizado en la Universidad Drexel con el doctor William Eidson y Karen Gestla (una sensitiva que trabajó durante años con el doctor Rhine en al Universidad Duke), logramos alterar con energía aural, doblándolo o atenuándolo, un pequeño rayo láser de dos milivatios. Aunque no fueron concluyentes, todos estos experimentos contribuyeron a confirmar la evidencia de que existen campos energéticos. Los resultados se dieron a conocer en Estados Unidos por la cadena televisiva NBC, pero no se pudo continuar la investigación por falta de fondos.
En Japón, Hiroshi Motoyama ha logrado medir niveles bajos de luz producidos por personas que han practicado yoga durante muchos años. Realizó este trabajo en un cuarto oscuro con ayuda de una cámara cinematográfica de bajo nivel lumínico.
El doctor Zheng Rongliang, de la Universidad de Lanzhou (Republica Popular China), midió la energía (denominada “Qi” o “Ch’i”) irradiada del cuerpo humano mediante un detector biológico formado por la nerviación de una hoja conectado a un dispositivo de fotocuanto (aparato para medir la luz de baja intensidad). Estudió las emanaciones del campo energético de un maestro de qigong (un antiguo método chino de ejercicios para conservar la salud), así como las del campo de un vidente. El resultado de sus estudios demuestra que el sistema detector responde a la radiación en forma de impulso. La que emana de la mano del maestro de qigong es muy distinta a la del vidente.
En el Instituto Nuclear Atómico de La Academia Sinica, en Shanghai, se demostró que parte de las emanaciones de fuerza vital de los maestros de qigong parece tener una onda sónica de muy baja frecuencia que se presenta como una onda portadora que fluctua a baja frecuencia. En algunos casos, también se detectó la energía qi como flujo de micropartículas, con un tamaño de unas 60 micras de diámetro y una velocidad de unos 20-50 cm/seg.
Hace algunos años, un grupo de científicos soviéticos del Instituto de Bioinformación de A.S. Popow anunció el descubrimiento de que los organismos vivos emiten vibraciones de energía a una frecuencia de entre 300 y 2.000 nanómetros. Los científicos soviéticos denominaron a dicha energía biocampo o bioplasma. Descubrieron que las personas capaces de realizar con éxito la transferencia de bioenergia poseían un biocampo mucho más ancho y fuerte. Estos hallazgos han sido confirmados por la Academia de Ciencias Médicas de Moscú y están refrendados por las investigaciones realizadas en Inglaterra, los Países Bajos, Alemania y Polonia.

domingo, 1 de marzo de 2009

Observaciones de los médicos del siglo XX


En 1911 el doctor William Kilner dio cuenta de sus estudios sobre el campo energético humano contemplado a través de pantallas y filtros coloreados. Descubrió una neblina brillante dispuesta en tres zonas alrededor de todo el cuerpo: a) una capa oscura de unos 60 mm. pegada a la piel, rodeada por otra capa más vaporosa de unos 2,5 cm. que fluía desde el cuerpo en sentido perpendicular, y c) una delicada luminosidad externa de contornos indefinidos, algo más separada, con una anchura de alrededor de 15 cm. Kilner comprobó que el aspecto del “aura”, como la denominó, difiere considerablemente de un sujeto a otro, dependiendo de la edad, el sexo, la capacidad mental y el estado de salud. Determinadas enfermedades producían manchas o irregularidades en el aura, lo que movió a Kilner a desarrollar un sistema de diagnóstico basado en el color, la textura, el volumen y el aspecto general del envoltorio. De esta forma diagnosticó algunas enfermedades, como las infecciones hepáticas, el apendicitis, la epilepsia y alteraciones psicológicas como la histeria.
A mediados del siglo XX, los doctores George De La Warr y Ruth Drown construyeron nuevos instrumentos para detectar las radiaciones de los tejidos vivos. El primero desarrolló la radíónica, un sistema de detección, diagnostico y curación a distancia que se servía del campo energético biológico humano. Sus trabajos más importantes son unas fotografías que fueron tomadas utilizando el cabello del paciente como antena. En ellas se muestran formaciones internas de enfermedades del tejido vivo, tales como tumores cerebrales malignos. Incluso logró fotografiar un feto vivo de tres meses en el interior del útero.
El doctor Wilhelm Reich, psiquiatra y colega de Freíd a principios del siglo XX, se interesó vivamente por una energía universal a la que denominó “orgánica”. Estudió las relaciones entre las alteraciones en el flujo de orgones del cuerpo humano y las enfermedades físicas y psicológicas. Reich desarrolló una modalidad psicoterapéutica que integraba las técnicas analíticas freudianas para desvelar el inconsciente con técnicas físicas destinadas a desbloquear el flujo natural de la energía orgánica en el cuerpo. Al liberar estos bloqueos energéticos, Reich pudo aclarar los estados mental y emocional negativos.
En el periodo comprendido desde la década de los treinta hasta los años cincuenta, Reich experimentó con estas energías empleando el instrumental electrónico y médico más avanzado de la época. Observó que esta energía latia en el cielo y alrededor de todos los objetos orgánicos e inanimados. Observó, con ayuda de un microscopio de alta resolución especialmente construido, que los microorganismos irradian pulsaciones de energía orgánica.
Reich construyo diversos aparatos físicos para estudiar el campo orgánico. Uno de ellos fue un “acumulador” capaz de concentrar energía orgánica, que utilizó para descargar objetos. Observó que una válvula de descarga al vacío podía, después de tiempo prolongado conducir una corriente eléctrica a un potencial considerablemente más bajo que el suyo normal de descarga. Además, afirmó que la velocidad de descomposición nuclear de un radioisótopo aumentaba si se situaba en un acumulador orgánico.
El doctor Lawrence Bendit y Phoebe Bendit realizaron en los años treinta amplias observaciones del CEH (campo energético humano) y relacionaron estos campos con la salud, la curación y el desarrollo del alma. El trabajo que realizaron subraya la importancia de conocer y entender las poderosas fuerzas formativas etéreas que son la base de la salud y la curación del cuerpo.
Más recientemente, el doctor Schafica Karagulla ha puesto en correlación las observaciones visuales realizadas por personas sensibles a las alteraciones físicas. Por ejemplo, una vidente llamada Dianne fue capaz de observar las pautas energéticas de algunos enfermos y describir con gran precisión sus trastornos médicos: desde alteraciones cerebrales hasta obstrucciones del colon. Estas observaciones del campo etéreo revelan un cuerpo o campo de energía vital que forma una matriz capaz de interpretar el cuerpo físico denso como si fuera una trama destellante de rayos de rayos luminosos. Esta matriz energética es la pauta básica en la que cobra forma y está anclada la materia física tisular. Los tejidos sólo existen como tales merced a este campo vital que los respalda.
El doctor Karagulla relacionó también las alteraciones de los chakras con la enfermedad. Por ejemplo, la sensitiva Dianne describió el chakra de la garganta de un paciente como hiperactivo y de color rojo y gris mate. Cuando Dianne observó el tiroides, observó que su textura era demasiado esponjosa y blanda y que el lado derecho no funcionaba tan bien como el izquierdo. Mediante técnicas médicas comunes se diagnosticaron al paciente la enfermedad de Graves, cuya principal consecuencia fisiológica es un considerable agrandamiento del tiroides, especialmente en el área del lóbulo derecho.
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