lunes, 28 de febrero de 2011

Al caer la noche

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Damos pasos ensimismados en pensamientos y el mundo no sabe nada. Paseamos ante la luz que se apaga poco a poco, en ese azul que regala la naturaleza cuando el sol ya no se ve pero aún se adivina su presencia. Hora azul, la llaman algunos. Yo no sé si es un lapso de una hora lo que dura esa presencia azul, pero si sé lo que infunde en mi alma: una inmensa paz... y una mente libre de pensamientos... Me gustaría poder contagiarle a todos esa paz, mas el mundo agitado de su mente en ocasiones no les permite saber que está ocurriendo en esa hora azul. Nos guarecemos del frío y posiblemente del vacío también... Respirar y sentir la vida. Pues es atendiendo a la respiración que se toma conciencia de que estamos vivos. Y cuántas veces se nos olvida al dejarnos llevar por pensamientos que poco nos alimentan. Tenemos tanta vida... Y... lo sentimos tan poco...
Al caer la noche, respira... y deja que te inunde la vida...

viernes, 25 de febrero de 2011

El alma se revela cuando...

Creada originalmente por Haideé Iglesias

  • Te sientes centrado.
  • Tu mente es clara.
  • Tienes la sensación de que el tiempo se ha detenido.
  • Te sientes repentinamente liberado de los límites.
  • Te encuentras muy consciente de ti mismo.
  • Sientes que te has fusionado con otra persona, ya sea por el amor o en comunión silenciosa.
  • Te sientes inmune al envejecimiento y al cambio.
  • Te sientes dichoso o en éxtasis.
  • Tienes una intuición instantánea que resulta ser cierta.
  • De alguna manera sabes lo que va a ocurrir.
  • Sientes la verdad.
  • Te sientes muy amado o completamente seguro.
(Texto extraído del libro "Jamás moriremos". Autor Deepak Chopra)

El alma se revela cuando todo se conjuga a tu alrededor para que la belleza la inunde sin miedo y no opones resistencia...

miércoles, 23 de febrero de 2011

Zen y depresión. Detenerse a escuchar


"Cuando hay que escuchar un sonido extraño, ¿verdad que de forma natural dejamos de hacer ruido? No se puede escuchar con atención mientras se habla, piensa o nos movemos sin poner atención. La necesidad de escuchar con atención crea su propia quietud. Cuando nos damos cuenta de lo poco atentos que estamos y empezamos a preguntarnos acerca de lo que sucede dentro y fuera, ¿verdad que hay que mirar y escuchar en silencio?"


Toni Packer


El agujero gris que es la depresión puede resultar aterrador y desorientador. Tanto si ya se ha estado allí otras veces como si es la primera, siempre es diferente. A veces da la impresión de que se está en un desierto frío, carente de vida y solitario. En otras ocasiones puede parecer un bosque oscuro y lleno de maleza, repleto de animales terribles que acechas en las sombras, fuera de la vista. O bien se puede tener la impresión de hallarse en el fondo del océano; el agua nos mantiene cautivos, la presión es insoportable, y no se puede respirar,. Sea cual fuere el lugar o terreno, uno siente que no hay salido. Se está perdido sin remedio.

Cuando estamos perdidos, asustados o enfrentados a algo nuevo y desconocido, nuestro primer impulso suele se correr o luchar. Esto es resultado de años de evolución. Aunque en ocasiones, dependiendo del momento, se requiere de una de dichas respuestas, en otras, huir de nuestra condición o luchar contra ella sólo aumenta nuestro dolor y nuestra sensación de estar atrapados. El ir a ciegas, llenos de miedo y pánico no hace sino aumentar nuestra sensación de estar perdidos. En la depresión solemos correr hasta que nos traga la oscuridad en que se ha convertido nuestra vida. Algo que puede ser crucial para nuestra curación es, en primer lugar, no hacer nada.

Esta práctica puede resultar difícil, porque parece ir en contra todo lo que creemos. Y no obstante, no hacer nada –sentarse y cerrar la bo boca", como diría Katagiri Roshi– es la práctica esencial del budismo. En realidad ésa fue la experiencia del mismo Buda. Se sentó bajo el badhitaru y prometió no moverse hasta que hubiese resuelto la pregunta que se había hecho durante muchos años.

Esta decisión suele se considerada como algo heroico, y cuando una persona observa de esa manera una situación hasta el final, puede serlo. El Buda ya había probado todo lo que era posible probar en su tiempo. Había pasado por los extremos de los placeres sensuales, la autonegación y la automortificación. Ninguno de esos caminos le reportó la compresión que ansiaba. Y por ello decidió detener su búsqueda y sentarse.

En su decisión había un auténtico elemento de desesperación, de hallarse contra la pared. Quería descubrir lo que en realidad era la vida humana. En lugar de estudiar diversas filosofías y tratar de hacer que encajasen son las circunstancias que hallaba en su vida, realizó un estudio por sí mismo. Prometió enfrentarse a sí mismo y a su vida sin temor y llevar a cabo dicha investigación hasta el fin, le llevase donde le llevase (eso es lo que en principio nos ha conducido a muchos de nosotros al camino espiritual, una combinación de desesperación y curiosidad).

En la depresión nos encontramos a menudo frente a una pared. En realidad, nada describe mejor lo que es la depresión como la sensación de no tener ningún lugar al que regresar, nada que tengamos que hacer. Y no obstante, estar en un sitio así resulta increíblemente maduro, repleto de posibilidades. Cuando lo hemos hecho todo, cuando nada de lo que sabemos o creemos parece encajar, entonces existe por fin la oportunidad de poder ver las cosas de nuevo, de mirar de forma diferente a lo que se ha convertido en rancio y familiar para nosotros. A veces, cuando nos hallamos frente a una pared, lo mejor que podemos hacer es sentarnos y permanecer tranquilos.

Cuando nos perdemos en el bosque, podemos detenernos, contemplar nuestra situación y mirar dónde nos hallamos. Y cuando estamos en medio de la depresión, podemos detenernos y mirar dónde nos hallamos y cómo hemos llegado hasta allí. Podemos mirarnos serenamente y sin miedo a nosotros, nuestra vida y nuestro dolor, sin albergar ningún pensamiento sobre cómo remediarlo.

Los budistas zen desarrollan un método para trabajar con el corazón y la mente durante la meditación utilizando lo que llaman koans. Los koans suelen ser descritos como herramientas destinadas a detener nuestro pensamiento de manera que podamos experimentar algo más profundo en nuestro interior. La palabra koan proviene de un término chino que hace referencia a un anuncio público o mensaje real. Los koans nos proporcionan una oportunidad para paladear nuestra mente cotidiana, así como un vislumbre de lo que es la mente iluminada.

La depresión también nos llega como un mensaje real. El detenernos y escuchar la depresión, podemos oír el mensaje que nos trae. El escrito más conocido del maestro zen Dogen es el Genjokoan, o "Koan de la vida cotidiana". Dogen sintió que las preguntas más importantes de la vida –¿Por qué nacemos? ¿Por qué debemos sufrir y morir? ¿Quienes somos? ¿Cómo deberemos vivir en este momento?– proporcionan todo lo que necesitamos para ayudarnos a encontrar la libertad que buscamos.

La drepresión hace más patentes todas esas preguntas, que, junto con el intenso sabor del dolor y sufrimiento que las acompañan, son las semillas de nuestra libertad.

Aunque enfrentar la depresión suele ser doloroso y amenazador, podemos hacerlo. Podemos mantenernos en pie y no echar a correr. Incluso podemos permitir que entre y dejarnos enseñar qué es lo que tiene que decirnos.

El Buda buscaba la base fundamental de su vida, se enfrentó a ella con sinceridad y le puso nombre. Nosotros podemos hacer lo mismo con nuestra depresión. Hacerlo no significa rendirse a ella, sino más bien dar el primer paso para curar nuestro dolor y sufrimiento.

La depresión no es sólo un paso más a lo largo de un flujo continuo de aflicción y tristeza. Cualquiera que la haya experimentado sabe que es cualitativamente diferente de nuestra conciencia cotidiana. La depresión nos aporta intensos sentimientos de desesperanza, una sensación de inutilidad y una insistente conciencia de la muerte. Pero antes de buscar soluciones debemos echar un vistazo a esas sensaciones. Enfrentarnos a la depresión os permite mirar más de cerca, quizá por primera vez, los problemas y sentimientos más profundos de nuestra vida.

Contamos con una elección fundamental. Podemos echar a correr, alejándonos de esos sentimientos, lo cual sólo conseguirá hacerlos más intensos. Podemos tratar de encajarlos en un sistema de creencias, tanto propio como ajeno. Podemos considerar la depresión en términos morales y creer que es un símbolo de debilidad. Podemos verla en términos médicos y buscar tratamiento con un especialista. Podemos creer que es algo psicológico y rebuscar en nuestro pasado en busca de respuestas.

O bien, antes de echar mano de cualquier concepto o explicación, podemos hacer como hizo el Buda y mirar las cosas tal como son. Podemos mirar compasivamente lo que nos sucede en la depresión. Podemos examinarnos a nosotros mismos sin echar a correr, sin luchar, sin prejuicios, antes de pensar en soluciones.


Exploración complementaria


Busque un lugar tranquilo, siéntese con las piernas cruzadas sobre un cojín, o bien en una silla de respaldo recto. Repose ambas manso sobre el regazo y permita que su mirada recaiga sobre un lugar en el suelo situado a entre 1 m y 1,5 m por delante de usted. Siéntese derecho, con la columna vertebral cómodamente asentada en las caderas, y meta la barbilla un poco hacia dentro. a continuación permita que su atención se traslade de la cabeza, a través del cuello, hombros y pecho, para asentarse en el vientre. Sienta hincharse y deshincharse el vientre según inspira y espira. Si lo desea, puede pensar "inspirar" y "espirar" al respirar.

Sea consciente del espacio que le rodea. Sienta que es su espacio, su terreno, su hogar. Sienta que es como una piedra que se hunde en el fondo de un río, donde las olas y las corrientes no pueden alcanzarle. Imagínese a sí mismo sentado en un trono, o en la cima de una montaña, en cualquier lugar que le parezca cargado de poder. Dígase a si mismo tres veces: "Aquí es donde mantengo una postura fuerte". Ahí se siente inamovible. En ese lugar se siente seguro y a salvo. Todos los miedos, toda la aflicción, todo el dolor del mundo pueden manifestarse y llegar e inundarle, pero sin arrastrarle.

A continuación regrese a la respiración, siguiéndola al inspirar y respirar, mientras su vientre se eleva y desciende. La respiración es el ancla que siempre está ahí, lo que le mantiene firme en ese lugar. Hágase consciente de que ese lugar donde se sienta es inmenso y que se extiende en todas direcciones. Es lo suficientemente grande para contener cualquier cosa que quiera incluir. Acoja sus sensaciones de miedo, su dolor y su depresión en ese lugar. Dígale la depresión que no necesita sentirse excluida de ese lugar, que en ese lugar recibirá compresión y compasión. Invite a ese lugar a cualquier divinidad, o energía, que desee. Sobre todo a aquellos que le proporcionen fortaleza,pero también, si quiere, a aquellas que pudieron asustarle. Regrese de nuevo a la respiración, y sienta la inmensidad del lugar interior en el que se sienta como una montaña.

Cuando se sienta listo para regresar, recuerde a todos aquellos a quienes ha invitado que regresen de nuevo cuando usted lo haga. Recuérdese a usted mismo que este lugar está aquí para usted, para que vuelva a él siempre que lo desee. Siéntese, disfrutando del lugar que ha creado. Permita que su atención suba a través del pecho, hombros y cuello, y abra lentamente los ojos.


Realiza la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndolo. (Recomendación del propio autor)


(Texto extraído del libro "El camino de Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

martes, 22 de febrero de 2011

Engranaje


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Fluyendo

lunes, 21 de febrero de 2011

Diseño


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Diseño natural en cebras y en arena mecida por el agua. Curiosa paridad. Patrones dibujados por el universo. Unos en apariencia fijos; otros, cambiantes con el movimiento de cada onda de agua. En este caso en el mar. 
Me impresiona –y me enseña– cada vez más la naturaleza...

Para tener capacidad de autodominio es necesario ser flexible. 
El Tao de la política. (Enseñanzas de los Maestros de Huainan)

viernes, 18 de febrero de 2011

Cobijado


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Duerme
la paz en su letargo
Asiento de vida
en un refugio donado.
Dones de ambos
en pasivo y activo.
Yin Yang

jueves, 17 de febrero de 2011

Tao Te Ching XLVIII

Creada originalmente por Haideé Iglesias

El que estudia,
aumenta su conocimiento día a día.
El que practica el Tao, lo abandona día a día.
Lo reduce y reduce, hasta llegar al no hacer.
No hace falta nada y nada queda por hacer.
Se debe de renunciar a todo y a toda actividad,
para alcanzar el reino.
Los activos no son los sabios, no alcanzarán el reino.

Comentario de Norberto Tucci

El conocimiento en exceso interfiere con la sabiduría. El exceso de estudios racionarles, muchas veces producido por el miedo a lo que pueda suceder, interfiere con la posibilidad de alcanzar el estado de felicidad y conocimiento verdadero.
El conocimiento de lo exterior, muchas veces es un estorbo para el conocimiento del Tao. El no hacer, la no intervención de los de deseos particulares, en el desarrollo de las cosas, del Ego particular de cada uno, en el fluido de los acontecimientos, es la forma adecuada de actuar, o de no actuar. La persona está observando pero manteniéndose al margen, no interviene como voluntad propia en los acontecimientos, pero si es un vehículo para que estos se produzcan.
Sólo de esta manera, sin intereses personales que interfieran en los acontecimientos, puede lograrse el estado de desapego que lleva a a la felicidad. Dejando que las cosas sigan su curso y contribuyendo a ello, por encima de los intereses personales.
Cuando se refiere al activo que no es sabio, se refiere al que actúa siguiendo sus deseos, pero no al que es activo siguiendo los principios del Tao. Éste último si puede moverse sin problemas, el error no está en el movimiento, en la actividad, sino en la actividad promovida por los deseos personales, cuando son contrarios al Tao. El movimiento no es malo si se hace de acuerdo al Tao.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Que tus palabras están llenas de amor

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Porque, si horneáis el pan con indiferencia,
estáis haciendo un pan amargo
que no alcanza para mitigar el hambre.
Y, si protestáis al pisar las uvas,
vuestro murmurar destila veneno en el vino.
Y si cantáis, aunque fuera como los ángeles,
pero no amáis el cantar, estáis entorpeciendo los oídos
de los hombres para las voces del día y las voces de la noche.

Jalil Gibran

Hace mucho que no leía nada de J. Gibran y ayer a llegado a mi desde un libro que hace hincapié en ser constructivos mas, siempre desde el corazón, habiendo abandonado la sombra. Conocemos muy poco el lenguaje del corazón. Tenemos demasiado miedo... 

Como ella, volando libre, sin pensarlo, sólo haciendo...  Tao

martes, 15 de febrero de 2011

Pensar que otro actúa "como si..."


Hace un tiempo vivían en una aldea unos buenos amigos. Uno de ellos conoció a una bella joven de una ciudad lejana y se enamoraron. La joven había ido a la aldea con su acaudalado padre para hacerse cargo de una casa y sus tierras que ella había heredado de una hermana de su madre ya fallecida. Por ese motivo, la joven Jasmín y Rahib, su padre, fueron a la aldea, ya que el viejo Rahib no dejaba sola a su bella hija ni a sol ni a sombra.
No obstante durante la estancia en la aldea Rahib se relajó pensando que a su refinada hija no le gustarían los toscos jóvenes de la aldea.
Sin embargo, mientras él se dedicaba a sus negocios,  Yasmín se fijó en el joven Fabián. El buen amigo de Fabían, Alí, le advirtió de las dificultades de aquella relación. Era poco menos que imposible que aquel viejo potentado admitiera como pretendiente para su hija a un hombre pobre. También cabía la posibilidad de que una joven rica y mimada se encaprichara del aldeano por simple entretenimiento.
Cada vez que Alí prevenía a su amigo del posible dolor que iba a sufrir cuando Yasmín se fuera, Fabían pensaba que su amigo parecía como si no se alegrara de que él tuviera un gran amor. Además, estaba seguro de que, en realidad,  Alí se sentía celoso porque pasaba mucho más tiempo con Yasmín que con él. 
Llegó el día en el que el viejo Rahib terminó sus gestiones y junto con su hijo partió a la ciudad.
Fabían sintió como su corazón se rompía de dolor porque no pudo tan siquiera despedirse de ella. El justificaba a Yasmín diciendo que seguramente su padre se la llevó sin previo aviso, pero Alí argumentaba que llevaban días preparando la marcha y Yasmín debía saberlo. 
Fabían defendía a Yasmín y Alí le intentaba hacer ver que sólo había sido un capricho, un entretenimiento y que intentara olvidarla. 
La discusión fue cada vez más airada, hasta que los dos buenos amigos se pelearon.
Pasaron los días sin hablarse, pero Alí veía a Fabían destrozado y le volvió a ofrecer su amistad. Fabían estaba loco de amor y lo único que quería era recuperar a Yasmín. No le importaba la posibilidad de perder a su amigo para siempre. 
Alí intentó una y otra vez que Fabían entrara en razones, sin lograr que su amigo entendiera que sólo había sido una manera de pasar el tiempo para Yasmín.
Una noche Fabían fue medio enloquecido a la casa de Alí. Al abrir la puerta mantuvieron la siguente conversación: 
–a no puedo más, me estoy volviendo loco. Quiero ir a la ciudad para recuperar a Yasmín. Tú dices ser mi amigo y que harías cualquier cosa por mí. Pues bien –dijo Fabían–, necesito que me dejes tu caballo. Así me demostrarás tu amistad.
Verdaderamente entristecido Alí le respondió:
–No sabes cómo lo siento, pero mi viejo caballo está enfermo y no soportaría un viaje tan largo. Además creo que es un error que vayas porque si Yasmín te quisiera, hace tiempo que hubieras tenido noticias de ella. 
Visiblemente enojado, Fabían se fue sin decir nada. Su única despedida fue un portazo al salir de casa. Fabían creyó que la enfermedad del caballo era un invento de su amigo porque no quería que fuera con Yasmín. Su amigo era un ser egoísta que no quería su felicidad. Estaba decidido: iría en busca de Yasmín fuese como fuese.
Al amanecer partió a pie con unas cuantas provisiones para el camino. Atravesó el bosque y caminó desesperadamente durante diez días y diez noches. Se detenía apenas unas horas cuando caía exhausto. Luego se levantaba y seguía su camino. 
Por fin llegó a la ciudad en unas condiciones penosas. Consiguió acceder al palacio en el que vivía Yasmín y cuando estuvo frente a ella la vio más hermosa que nunca. Unas jóvenes damas la rodeaban y la ayudaban a ponerse un precioso vestido que le estaban confeccionando. 
Entre risas una de las damiselas dijo:
–Serás la novia más bella  que ha visto esta ciudad.
Yasmín estaba radiante con su traje de bodas cuando se giró y vio a Fabían, mugriento, agotado y decepcionado. Yasmín le preguntó enfadada que quién le había permitido pasar y con una risa burlona dijo a sus damas de compañía:
–Mirad, éste es el pobre necio con el que me divertí mientras estuve con mi padre en la aldea.
Fabían salió dolido y humillado. Apenas tenía fuerza para volver a su aldea. Ahora comprendía que su gran amigo sólo quería evitarle tanto sufrimiento. Por culpa de aquella mujer se empecinó en ver segundas intenciones en su amigo que actuaba como si no quisiese que él fuera feliz. Ahora se daba cuenta de lo equivocado que había estado. Y aún iba a tener una muestra más de su error porque cuando, por fin, llegó a la aldea Alí le recibió con los brazos abiertos.
En el tiempo que transcurrió entre la ida y la vuelta de Fabían le había añorado mucho. También había muerto su viejo caballo al que quería especialmente.
Fabían se dio cuenta de que cegado por otros sentimientos no había creído en lo que su amigo le decía porque él adivinaba otras intenciones. Estuvo a punto de perder una valiosa amistad por su error de creer saber lo que el otro pensaba o cría de verdad.

La ofuscación nos obnubila el entendimiento.

lunes, 14 de febrero de 2011

Tienes razón

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Dos monjes discutían acerca de la una cuestión filosófica cuando su maestro pasó junto a ellos. Le detuvieron pidiéndolo que dirimiese su desacuerdo. El primer monje expuso su comprensión, a lo que el maestro respondió: "Tienes razón". El segundo monje protestó, y presentó sus argumentos, que eran justo los contrarios de los que el primer mojen expusiera. El maestro respondió al segundo monje: "Tienes razón". Un tercer monje que había estado escuchando preguntó lleno de frustración: "Pero maestro, les ha dicho a ambos que tenían razón cuando sus explicaciones eran opuestas y no es posible que ambos están en lo cierto". El maestro respondió: "Tienes razón". 

Historia Zen

viernes, 11 de febrero de 2011

Espíritu turbado


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Todo el mundo vive en la abundancia,
sólo  yo parezco desprovisto.
Mi espíritu está turbado
como el de un ignorante.
Todo el mundo está esclarecido, 
sólo yo estoy en tinieblas.

Lao Tsu

jueves, 10 de febrero de 2011

Gozo

Creada originalmente por Haideé Iglesias

¿Qué nos hace depositar la mirada sobre algo? ¿Qué nos empuja a empaparnos de aquello que nos motiva? 
Por qué preguntar si todo es gozo...

miércoles, 9 de febrero de 2011

Siente


Creada originalmente por Haideé Iglesias

¿Visión o emoción?

martes, 8 de febrero de 2011

Falsos tránsitos


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Falsos tránsitos
Palabras huecas

Dependencias escondidas
escinden llamas

Pierden todo decoro

Dentro
Fuera

Se abrasan llamaradas de
emociones como pólvora
inútil sino se dispara

Nada nos es ajeno

En lo ajeno está lo que somos

Hablar, dice
Callar, dice

Imposible esconderse

En todo somos

lunes, 7 de febrero de 2011

El león sediento que venció su miedo


Un gran león se despertó de madrugada con una sed enorme. La tarde anterior había participado en una casa de cebras. Nuestro león se encontraba sediento, agotado del esfuerzo del día anterior. Al despuntar el sol, decidió ir en busca de algún lugar con agua. Caminó un rato hasta que finalmente pudo distinguir una pequeña laguna donde saciar su terrible sed. La mañana estaba muy tranquila, no  había ni una pizca de viento y la superficie del agua semejaba un espejo. Cuando el león fue a beber, retrocedió de inmediato con pavor, pues en la superficie del agua vio un gran león con aspecto amenazante. El estaba cansado, no tenía ninguna intención de luchar, por lo que decidió esconderse tras unos matorrales y esperar a que el otro león saliera del agua. Así lo hizo. El sol en la sabana subía más en la bóveda celeste, el calor era cada vez mayor. El león se quedó unas horas amodorrado y al despertar su sed había aumentado. Se acercó sigilosamente a la laguna. Había pensado que en el caso de que el otro león estuviera aún en el agua, él haría uso de su potente rugido, ese que hacía que todos los animales salieran despavoridos. Así lo hizo. Al asomarse al agua rugió con todas sus fuerzas. Para su sorpresa, el otro fiero león también rugió. Unas montañas cercanas le devolvieron su rugido multiplicado por el eco y el león huyo despavorido.
Estaba demasiado cansado para volver a recorrer grandes espacios en búsqueda de otra laguna. De nuevo se escondió en espera de que se fuera su enemigo.
Al cabo de unas horas el sol brillaba impasible, arrasador, implacable. El calor era insoportable. El león notaba cómo su lengua se estaba secando e inflamando. Llegado ese punto pensó: "Eres el rey de la selva, sería indigno de ti morir de sed por pura cobardía. Si has de morir que sea luchando".
En ese momento hizo acopio de todas sus fuerzas y con paso firme se dirigió al agua. Estaba ciego de sed; sin embargo, al primer lengüetazo el otro león se deshizo en mil añicos. Así el león venció de golpe su sed y su miedo.

Muchos de nuestros miedos son espejismos,tal como el reflejo en el agua que asustaba al león. Y como él, todos tenemos ese coraje para vencerlos. Sólo nuestros pensamientos nos dicen que no podemos. En nuestra mano queda cambiarlos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Flexibilidad


Creada originalmente por Haideé Iglesias

Hay quienes no soportando su flexibilidad, 
deciden cortarla,
para doblegarla.
No son conscientes
 de que también cortan o doblegan
 una parte de si mismos.

No importa, 
al igual que ella,
se sustenta de la raíz, y,
aunque ésta también sea arrancada
las semillas ya se han esparcido
y cumplen su misión.

Por cada semilla
una nueva vida brotará
llena de flexibilidad.

miércoles, 2 de febrero de 2011

El gato del guru

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Cuando, cada tarde, se sentaba el guru

para las prácticas del culto, siempre

andaba por allí el gato del ashram

distrayendo a los fieles. De manera

que ordenó el gurú que ataran al gato

durante el culto de la tarde.


Mucho después de haber muerto e guru,

seguían atando al gato durante el

referido culto. Y cuando el gato murió.

llevaron otro gato al ashram  para poder 

atarlo durante el culto vespertino.


Siglos más tarde los discípulos del 

guru escribieron doctos tratados

acerca del importante papel que 

desempeñaba el gato en la realización

de un culto como es debido.


Anthony de Mello

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