domingo, 31 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (VII)


Aún cuando el texto no lo señala expresamente, el sistema de ocho rayos de luz es ya el país de Amitabha. Allí crecen árboles maravillosos, como conviene a un paraíso, que es lo que es. Al agua del país de Amitabha se le asigna una importancia especial. Se encuentra, en correspondencia con el octágono, en la forma de ocho lagos. La fuente de esta agua es una gema central, Sintamani, la perla del deseo, un símbolo de las "joyas difíciles de alcanzar", y el sumo valor. En el arte chino aparece como aquella imagen, semejante a la luna, ligada con frecuencia al dragón. Los "sonidos" maravillosos del agua están constituidos por dos pares de opuestos que expresan las verdades dogmáticas fundamentales del budismo, "el sufrimiento, la no existencia, la transitoriedad y el no ser uno mismo", lo que quiere decir que todo ser está lleno de sufrimiento y que todo lo relacionado con el yo es transitorio. De estos errores libera la no existencia y el no ser yo. El agua sonora es, en cierto modo, como la doctrina de Buda en general, un agua redentora de la sabiduría, una aqua doctrinae, para usar una expresión de Orígenes. La fuente de esta agua, la perla sin igual, es Tathagata, Buda mismo. A ello sigue ahora la reconstrucción imaginativa de la imagen de Buda, y en el momento en que se llega a realizar esta síntesis resulta la visión de que Buda de hecho no es otra cosa sino la psique del sujeto yogui en la meditación, del que medita. De la "propia conciencia" y del propio pensamiento, no solamente resulta la imagen de Buda, sino que también el alma que crea estas imágenes del pensamiento, es Buda mismo.
La figura de Buda está sentada sobre el loto redondo, en el centro del país octogonal de Amitabha. Buda se distingue por su gran misericordia, con la cual "acoge a todos los seres vivos", y así también al que medita, es decir, la esencia más íntima, que es Buda, aparece en la visión y se revela como el verdadero sí-mismo del que medita. Este se siente a sí mismo como lo único existente, como la conciencia más elevada, que es precisamente Buda. Para alcanzar esta última meta necesita recorrer todo el camino de la persona práctica de reconstrucción espiritual, a fin de liberarse de la ciega conciencia del yo, que tiene la culpa de la ilusión dolorosa del mundo, a fin de alcanzar aquel otro polo espiritual, en donde el mundo, como ilusión, ha sido suprimido.

Nuestro texto es pues una simple pieza del museo literario, puesto que en ésta y en otras formas vive en el alma del indio y penetra en su vida y en su pensamiento hasta en sus menores detalles, lo que para el europeo resulta excesivamente extraño. No es el budismo el que forma y educa esta alma, sino el yoga. El budismo mismo es un producto del espíritu yoga, que es más antiguo y universal que la reforma histórica del Buda. Quien pretenda entender íntimamente el arte, la filosofía y la ética indios, necesita familiarizarse con este espíritu. Nuestra comprensión habitual, desde fuera, fracasa aquí, porque es desesperadamente inadecuada al modo de ser de la espiritualidad india. Y especialmente quisiera yo advertir en contra de la imitación de las prácticas orientales y contra una actitud sentimental hacia ellas. De esto no resulta más que cierto embotamiento artificial de nuestra mente occidental. Yo sólo le concedería haber entendido el yoga en el sentido indio a aquel que hubiera logrado renunciar en todos los aspectos a Europa, que hubiera decidido no ser realmente sino un meditador del yoga, con todas las consecuencias éticas y prácticas, y estuviera dispuesto a languidecer en su asiento del loto, sobre una piel de gacela, bajo un polvoriento árbol de banyan, para terminar sus días en un no ser indescriptible. Quien no pueda hacerlo, no debe actuar como si entendiera el yoga. No puede ni debe prescindir de su mente occidental, sino, por el contrario fortalecerla, para, sin imitación ni sensiblería, tratar de entender honradamente del yoga lo más que le es dado a nuestro entendimiento. Ya que los misterios del yoga significan para el indio tanto o más que los misterios de la fe cristiana para nosotros, y nosotros prohibiríamos a los extraños que hicieran mofa de nuestro mysterium fidei, tampoco debemos menospreciar las raras imágenes y prácticas indias y considerarlas como un error absurdo. Con ello abriríamos el camino para una comprensión perfecta. En este sentido, en Europa hemos llevado ya las cosas tan adelante, que el contenido espiritual del dogma cristiano se ha perdido hasta un grado peligroso en una neblina racionalista y aclaratoria, y es muy fácil menospreciar lo que no se conoce ni se entiende.
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sábado, 30 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (VI)


La práctica comienza con la meditación sobre el sol poniente. En la latitud Sur, la intensidad de la radiación del sol poniente es tan fuerte, que es suficiente contemplarlo unos instantes para obtener una imagen posterior intensa. Entonces, aún con los ojos cerrados, se sigue viendo el sol por un lapso grande. Como es sabido uno de los métodos hipnóticos consiste en mirar fijamente un objeto brillante, por ejemplo, un diamante o un cristal. Es de supones que la contemplación fija del sol pueda producir un efecto hipnótico semejante. Sin embargo, no debe ser el efecto adormecedor ya que son la fijación está ligada también una "meditación" sobre el sol. Meditación significa una reflexión y un explicarse, una comprensión del sol, de su figura, sus características y sus significados. Debido a que lo circular desempeña un papel muy importante en los párrafos posteriores, es de supones que el disco circular del sol debe servir como antecedente para las posteriores imágenes circulares de la fantasía. Debe también preparar, gracias a su intensa luminosidad, las visiones radiantes sucesivas. En esta forma es como, según dice el texto, debe ser "creada la percepción".
La siguiente meditación, la del agua, no se apoya ya en ninguna impresión sensorial, sino que crea, por la imaginación activa, la imagen de una superficie de agua reluciente que, como se sabe por experiencia, refleja admirablemente la luz del sol. Es necesario imaginarse ahora que el agua se transforma en hielo "brillante y transparente". Por este procedimiento, la luz inmaterial de la imagen persistente del sol se transforma en la materia del agua y ésta finalmente en la materialidad sólida del hielo. Con ello se persigue evidentemente una concretización y materialización de la visión, de lo que resulta una materialización de la creación de la fantasía, que aparece en lugar de la naturaleza física, de este mundo conocido por nosotros Se llega a crear otra realidad en cierto modo de sustancia psíquica. El hielo, que por naturaleza tiene un color azulado, se transforma en el lapislázuli azul, en una figura sólido pétrea, que a su vez se transforma en un "suelo", que, sin embargo, es "resplandeciente y transparente". Con este "suelo" se ha creado una base inmutable, pos así decirlo, absolutamente real. Este suelo azul, transparente, es como un mar de vidrio a través de cuyas capas transparentes penetra la mirada hacia la profundidad.
Desde esta profundidad brilla ahora el llamado "estandarte dorado". Es de hacer notar aquí que la palabra sánscrita dhavaja, que significa "estandarte", tiene de hecho el significado de "signo" y "simbolo". Se podría hablar también, por lo tanto, de la aparición de un "símbolo". Resulta evidente que al extenderse el símbolo "en las ocho direcciones del compás", la base constituye un sistema de ocho rayos de luz. Como dice el texto, el estandarte llena totalmente "los ocho ángulos de la base". El sistema brilla como "1ooo millones de soles". La imagen brillante persistente del sol ha ganado considerablemente en energía de radiación y ha aumentado hasta ser una fuerza luminosa inmensa. La percepción singular de las "cuerdas doradas" que se extienden como una red sobre el sistema significa que este último está ligado y asegurado, a fin de que no se destruya. Desgraciadamente el texto no dice nada sobre la posibilidad de un fracaso del método y sobre los fenómenos de desintegración que pudieran sobrevenir a causa de alguna falla. Para el conocedor, tales trastornos en un proceso imaginativo no son nada inesperados; constituyen, por el contrario, un acontecimiento normal. Por lo tanto, no es sorprendente que en la visión yoga esté prevista una especie de sujeción de la imagen, por medio de cuerdas doradas.
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viernes, 29 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (V)


De quienes practican esta meditación se dice que ya no viven en un estado embrionario, sino que tienen libre acceso a las tierras extraordinarias y maravillosas de los Budas.
"Cuando hayas alcanzado esta percepción, deberás formarte una imagen de ti misma, de cómo nacerás en el mundo de la suma felicidad, en la región de Occidente y de cómo allí estarás sentada con las piernas cruzadas, sobre una flor de loto. Después fórmate una imagen de cómo esta flor te encierra en sí misma y de cómo después se despliega de nuevo. Cuando la flor se despliegue de nuevo, tu cuerpo estará rodeado por 500 rayos de colores. Tus ojos estarán abiertos, a fin de que veas a los Budas y a los Bodhisattvas, que llenan todo el cielo. Oirás el murmullo del agua y de los árboles, el canto de los pájaros y la voz de todos los Budas."
En seguida Buda dice a Ananda y a Vaidehi (la reina): "Aquellos que desean, por medio de sus pensamientos puros, renacer en el país de Occidente, deberían antes meditar sobre una imagen de Buda, de 16 varas de altura, sentada sobre el loto del agua del lago. Como antes se dijo, el cuerpo verdadero y su tamaño son ilimitados e incomprensibles para el entendimiento común y corriente. Pero por la eficacia de la antigua oración de este Tatahgata, seguramente que todos los que piensan en ella y la recuerdan, alcanzarán su meta."
El texto continua: "Cuando Buda terminó este discurso Vaidehi, la reina, junto con sus 500 acompañantes, pudo, guiada por las palabras de Buda, ver el espectáculo del mundo de la felicidad, que se extiende muy lejos, y pudo también ver el cuerpo de Buda y los cuerpos de los dos Bodhisattvas. Su corazón estaba henchido de alegría, y alabó aquello diciendo, ?nunca he visto una maravilla igual'. En este momento quedó totalmente iluminada y alcanzó el espiritu de la renunciación, dispuesta ahora a soportar todas las consecuencias, cualesquiera que fueran. Sus 500 acompañantes se alegraron también pensando que alcanzaban la máxima y total comprensión, y desearon renacer en aquel país de Buda. El Venerado por todo el mundo les anticipó que renacerían todas en aquel país y que estarían en condiciones de alcanzar el Samandhi (la paz sobrenatural) del presente de muchos Budas. "
En este fragmento sobre el destino del no iluminado dice Buda, haciendo una síntesis de la práctica yoga.
"Pero como está acosado por dolores, no encontrará tiempo para pensar en Buda. Un buen amigo dirá: Si no puedes practicar la memoria de Buda, debes cuando menos, pronunciar su nombre, "Buda Amitayus". Debería pensar continuamente en Buda puro y con voz costante. Deberá pensar continuamente en Buda hasta que haya completado diez veces el pensamiento, repitiendo 'Namo (A)mitayushe Buddhaya' (veneración de Buda, con cada repetición exterminará sus pecados, que de no ser así lo tendrán ligado al nacimiento y muerte durante 80 millones de kalpas. Cuando muera, verá un loto dorado, como el disco del sol ante sus ojos, y en un instante renacería en Sukhavati, el mundo de la máxima felicidad.
Estos son aspectos importantes en la práctica yoga y los que nos interesan aquí. El texto se divide en 16 meditaciones, de las que sólo he tomado algunos fragmentos. Pero son suficientes para describirnos la meditación que llega hasta el Samadhi, el máximo éxtasis y la máxima iluminación.
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jueves, 28 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (IV)


Esta agua se encuentra en siete lagos. El agua , en cada lago, está constituida por siete piedras preciosas, que son blandas y maleables. La fuente viene del rey de las gemas (Sintamani 'Perla del Deseo')... En el centro de cada lago hay 60 millones de flores de loto, cada una constituida por siete piedras preciosas. Todas las flores son redondas e iguales de tamaño. El agua que corre entre las flores produce sonidos melodiosos y agradables, que expresan todas las virtudes perfectas, como el sufrimiento, la no existencia, la transitoriedad y el no ser uno mismo. Expresan también una alabanza a los signos de perfección y a los signos menores de excelencia de todos los Budas. Del rey de las gemas (Sintamani) manan rayos dorados de extraordinaria belleza. Su resplandor se transforma en pájaros, que tienen los colores de 100 gemas. Cantan sonidos armónicos, dulces y hechiceros, alabando la memoria de Buda, así como la memoria de la ley y del Orden. Ésta es la percepción del agua de las ocho virtudes y ésta es la quinta meditación."
Sobre la meditación de Amitabha mismo, instruye Buda a la reina en la forma siguiente: "Configura la percepción de una flor de loto sobre el piso de siete piedras preciosas." La flor tiene 84000 pétalos, cada pétalo 84000 venas, cada vena 84000 rayos "cada uno de los cuales debe distinguirse por separado".
"En seguida necesitarás percibir a Buda mismo. Preguntas ¿cómo? Cada Buda Tathagata (el perfecto) es uno de aquellos, cuya emanción corporal es el principio de la naturaleza (Dharmahatu haya, dhaû = elemento) a fin de poder penetrar en la conciencia de todos los seres. Por eso, una vez que has percibido a Buda, tu conciencia posee de hecho aquellos 32 signos de la perfección y los 80 signos menores de las excelencia, que percibes en Buda. Al final, tu conciencia será Buda, o mejor, es tu conciencia la que realmente es Buda. El océano de la sabiduría verdadera y universal de todos los Budas tiene su origen en nuestra propia conciencia y en nuestros pensamientos. Por ello deberás dirigir tus pensamientos con una atención concentrada hacia una meditación sobre el Buda Tathagata, el Arbat, el santo y perfecto ilumiando. Cuando des forma a la percepción de este Buda, necesitarás primero percibir la imagen de este Buda, independientemente de que tus ojos estén abiertos o cerrados. Contémplala como un ídolo en oro de Jambunada [savia del árbol de Jambu. Jambunadi 0 río de savia de la fruta de Jambu, que fluye alrededor del meru y vuelve al árbol] sentado sobre la flor.
"Después de haber visto la figura sedente, descubrirás con claridad su rostro espiritual y estarás en condiciones de ver con claridad la hermosura de aquella tierra de Buda. Al mirar estas cosas haz que se te presenten claras y firmes, tan netas como la palma de tu mano."
"Tras de pasar por esta experiencia, verás al mismo tiempo a todos los Budas de los 10 mundos. De aquellos que han practicado esta meditación se dice que han completado los cuerpos de todos los Budas. Al haber meditado sobre le cuerpo de Buda habrán llegado a percibir también el espíritu de Buda. El espíritu de Buda se llama la gran misericordia. Por esta misericordia universal acoge a todos los seres. Aquellos que han practicado esta meditación, renacerán después de su muerte en presencia de los Budas, en otra vida, y alcanzarán un espíritu de renunciación, con el cual aceptarán todas las consecuencias de lo que les suceda después de ésta. Por ello, quienes poseen la sabiduría, deberán concentrar sus pensamientos en una meditación cuidadosa sobre este Buda Amitayus."
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miércoles, 27 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (III)


Tú y todos los demás seres (con el mismo propósito) deberían tener como único objetivo crear la percepción del reino de Occidente por medio de la concentración del pensamiento. Preguntas con razón cómo puede crearse esta percepción. Te lo voy a explicar. Todos los seres, de nos ser ciegos de nacimiento, tienen un sentido de la vista y todos ven el sol poniente. Debes sentarte en la posición correcta con la mirada dirigida al occidente y preparar tus pensamientos para una meditación concentrada sobre el sol. Obliga a tu conciencia a fijarse firmemente en el sol, a fin de obtener una percepción imperturbable del mismo por la sola concentración en él. Míralo cuando está a punto de ponerse y cuando se ve como un tambor suspendido. Después de haber visto el so en esta forma conserva su imagen clara y fíjala, ya estén tus ojos abiertos o cerrados. Ésta es la percepción del sol y es la primera meditación."
Como hemos visto, el sol poniente es la alegoría del Amitabha donador de la inmortalidad. El texto prosigue:
"En seguida debes crear la percepción del agua. Mira el agua clara y pura y trata de fijar esta imagen en forma inmutable y clara. No permitas nunca que tus pensamientos se dispersen y se pierdan." Como se ha señalado ya, Amitabha es también el donador de agua de la inmortalidad. "Después de haber visto el agua en esta forma deberás crear la percepción del hielo. Tan brillante y transparente como lo ves, deberás imaginar también el lapislázuli. Después de haberlo hecho, verás el suelo, como si fuera de lapislázuli, transparente y resplandeciente por dentro y por fuera. Bajo este piso de lapislázuli veras el estandarte dorado con las siete gemas, diamantes, y otras (piedras preciosas), que sustentan el suelo. Este estandarte se extiende en las ocho direcciones del compás, con lo cual se llenan los ocho ángulos de la base. Cada lado de las ocho direcciones consta de 100 gemas, y cada gema de 1000 rayos de luz, y cada rayo de 84000 colores reflejados sobre el suelo de lapislázuli, que parecen 1000 millones de soles y son difíciles de distinguir, separados unos de otros. Sobre la superficie de este suelo de lapislázuli se extienden cuerdas doradas, unidas en forma de cruz y los segmentos son cordeles con siete gemas cada uno, y cada porción es clara y precisa.
"Cuando esta percepción se haya formado, deberás meditar sobre sus componentes, uno después del otro. Fórmate las imágenes lo más claras posible, de tal manera que nunca se confundan y se pierdan, sea que tus ojos estén abiertos o cerrados. Con excepción del tiempo en que estés dormida debes tener esta imagen siempre ante tus ojos interiores. De aquel que ha alcanzado el estado de Samadhi, está en aptitud de ver en forma clara y precisa el país feliz. Ésta estado no puede ser explicado de modo preciso. Ésta es la percepción del país y ésta es la tercera meditación". Samadhi es "retraimiento", es decir, un estado en el que todo el conjunto del mundo es absorbido en el interior. Samadhi es el octavo del Noble sendero óctuple.
En seguida la meditación pasa a los árboles cubiertos de gemas del país de Amitabha y después a la meditación sobre el agua.
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martes, 26 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (II)


Esta extrema contradicción con el Occidente se expresa preferentemente en su práctica religiosa. Nosotros hablamos de edificación y elevación religiosas, Dios es para nosotros el Señor del Universo, tenemos una religión de amor al prójimo, en nuestras iglesias que se elevan hacia lo alto hay un altar mayor; la India, por el contrario, habla de Dhyana, meditación y ensimismamiento, la divinidad está en el interior de todas las cosas, especialmente en el hombre, se dirige de fuera hacia dentro, en los templos indios antiguos el altar está hundido 2 o 3 metros debajo de la tierra, y lo que nosotros cubrimos con la mayor vergüenza, es el símbolo más sagrado para el indio. Nosotros creemos en la acción, el indio en el ser estático. Nuestra práctica religiosa consiste en oración, adoración y glorificación; la práctica más común del indio es el yoga, el hundimiento en un estado que pudiéramos llamar inconsciente pero que él estima como conciencia suprema. El yoga es, por una parte, la expresión más fiel del espíritu indio, y por otra, el instrumento usado constantemente para obtener esta actitud espiritual especial.
Pero, ¿qué es el yoga? La palabra "yoga" significa textualmente uncir, para el yugo, o sea disciplinar las fuerzas anímicas instintivas, llamadas en sánscrito kleças corresponden a la superbia y a la concupiscenntia. Hay muchas formas diferentes de yoga, pero todas persiguen el mismo fin. No quiero mencionarlas todas, sino señalar que al lado de ejercicios psíquicos está también el llamado hathayoga, que consiste en una especie de gimnasia, especialmente en ejercicios respiratorios y en ciertas actitudes corporales. Me he propuesto describir en esta sección un texto yoga, que proporciona una visión profunda de los procesos del yoga. Se trata de un texto budista poco conocido, escrito en chino, pero que es una traducción del original en sánscrito. Proviene del año 424 d. c. Su nombre es, Amitâyurdhyâna-sûtra, en español Tratado de la Amitåbha. El Sûtra, altamente estimado en el Japón, corresponde al terreno del llamado budismo teísta, en el que se encuentra la doctrina del Adi Buddha o Maha Buddha, el Buda original, del cual proceden los cinco Dhyâni buddhas o bodhisattvas. Uno de estos cinco es Amitabha, el "Buda del sol poniente, de la luz inconmensurable", el Señor de Sukhavati, del "país feliz". Es el protector de nuestra era actual, como Sakyamuni, es Buda histórico, es el Maestro de la misma. En el culto de Amitabha se realiza, extrañamente, una especie de ceremonia eucarística con gran pan consagrado. Se le representa sosteniendo en la mano la vasija del alimento de la inmortalidad, que confiere la vida, o del agua sagrada.
El texto comienza con un relato marginal, cuyo contenido no interesa gran cosa. Un príncipe heredero conspira contra la vida de sus padres, y la reina, en un apuro, pide ayuda de Buda a fin de que le mande a sus discípulos Moggallana y Ananda. Buda cumple su deseo e inmediatamente se le aparecen los dos. También se presenta Sakyamuni, Buda mismo, delante de ella. Le muestra en una visión los diez mundos, para dejarla elegir aquel en que quiera volver a nacer. Elige el reino de Occidente, el de Amitabha. Le enseña entonces el yoga, que le permitirá su renacimiento en aquel reino. Después de diferentes consejos morales le comunica lo siguiente:
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lunes, 25 de octubre de 2010

Psicología de la meditación oriental (I)


Mi amigo Heinrich Zimmer, fallecido por desgracia tan prematuramente, puso de manifiesto, en su libro "Kunstform und Yoga", las profundas relaciones que existen entre la arquitectura hierática de la India y el yoga. Quien haya visto alguna vez el Borobudur o las Stupas de Barhut y Sanchi no puede dejar de sentir que en ellos han intervenido una actitud espiritual y una visión totalmente ajenos al europeo, si ya antes no lo hubiera advertido por otros miles de impresiones de la vida india. En las múltiples facetas de la exuberante riqueza de la espiritualidad india se refleja una visión interior del alma que resulta extraña e inaccesible para la mente del europeo, heredero del pensamiento griego. Nuestro entendimiento observa las cosas, nuestro "ojo bebe -según la expresión de Gottfried Keller- lo que las pestañas recogen de la opulencia dorada del mundo", y lo acogemos en nuestro interior tomándolo de la plenitud de nuestras impresiones externas. Deducimos su contenido de lo exterior, según la frase: "no hay nada en el entendimiento, que antes no estuviera en los sentidos". Esta frase no parece tener ninguna validez en la India. El pensamiento y las imágenes indias aparecen simplemente en el mundo de los sentidos, pero no derivan de él. A pesar de toda la frecuente sensualidad de la expresión, en su esencia última carecen de ella, por no decir que son suprasensuales. No es el mundo de los sentidos, de los cuerpos, de los colores, de los tonos, ni la pasión humana, los que, por la fuerza creadora del alma india, renacen en imágenes luminosas o emoción realista, sino que es un mundo superior o inferior de naturaleza metafísica del cual irrumpe una figura extraña en imagen del mundo terrena y conocida. Si se observa un solo gesto natural: todo es bizarro, supra e infrahumano, no caminan como hombres, sino que se deslizan, no piensan con la cabeza sino con las manos. Aún el rostro humano desaparece detrás de máscaras artísticas esmaltadas de azul. Nuestro mundo conocido no nos ofrece nada que pudiera compararse en los más mínimo con esta grandiosidad grotesca. Su vista nos transporta a un sueño, único lugar en que podemos hallar algo semejante. Pero no son fantasmas nocturnos, sino que las figuras que encontramos en Kathakali o en las imágenes de los templos, son intensamente dinámicas, regularmente conformadas hasta en sus últimos detalles u orgánicamente desarrolladas. No son esquemas o reproducciones de realidades de otros tiempos, sino más bien realidades que no han sido todavía realidades potennciales, que en cualquier momento pueden trasponer el umbral del ser.
Quien se entregue con el alma a tales impresiones, observa inmediatamente que estas figuras no se presentan al indio como sueños, sino como reales, y nota que a nosotros también nos hacen sentir, con intensidad aterradora, algo para lo que no encontramos palabras. Y al mismo tiempo se advierte que, mientras mas impresionado se está, más se transforma en sueño nuestro mundo sensible, y que nos despertamos en un mundo de dioses de la más inmediata realidad.
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( Extraído del libro "Simbología del espíritu". Autor Carl Gustav Jung)

viernes, 22 de octubre de 2010

Flores de Bach. Impatiens (III) y última


Síntomas en estado de bloqueo
  • Tensiones mentales por un elevado ritmo interior.
  • Todo debe ir rápido y sin freno.
  • Cuesta esperar que las cosas se desarrollen por sí solas.
  • Las personas que trabajan con lentitud les irritan, les frustran, y "les enloquecen".
  • Impaciente y nada diplomática con el prójimo que es lento.
  • La persona Impatiens le quita la palabra de la boca a los demás.
  • Por Impatien toma decisiones precipitadas.
  • Urge a los demás a darse prisa.
  • Prefiere trabajar sola a su propio ritmo.
  • Acentuada necesidad de independencia.
  • Se exalta con facilidad como una llama viva, es ruda, brusca, pero la ira se esfuma rápidamente.
  • Niños que no pueden estarse quietos en sus sillas.
  • Amenaza de accidentes por la alta tensión interior, a pesar de la rápida capacidad de reaccionar.
  • Movimientos nerviosos de las manos, parece estar azogado.
  • Su idiosincrasia le hace agotar rápidamente las reservas energéticas, por lo que se pueden dar breves estados de extenuación y repentinos dolores provocados por la tensión y por los nervios.
Potencial en estado transformado
  • La persona es rápida en la apreciación, en pensar y obrar.
  • Independiente interiormente.
  • Capaz por encima del término medio.
  • Paciencia, delicadeza.
  • Dulzura, compasión y comprensión hacia los demás.
  • Con diplomacia, hace útiles para la generalidad sus aptitudes.

jueves, 21 de octubre de 2010

Flores de Bach. Impatiens (II)


Las personas en estado Impatiens negativo se remontan mucho más alto en el plano mental que el término medio.
Son de visión más rápida, espetan sus frases como ametralladoras, reaccionan al instante, deciden sobre la marcha, y por supuesto también se agotan pronto. "¡Tengo tal apetito que podría atacar a la gente!". Cita estándar de una paciente Impatiens tres horas después del desayuno.
Con frecuencia los caracteres de tipo Impatiens evidencian también en lo exterior su disposición cambiante como el tiempo. En apenas unos instantes, el color encendido de ru rostro puede dar pasa la palidez. Así mismo, su tensión nerviosa interior es capaz de conducir a veces a repentinos dolores espasmódicos en distintas partes del cuerpo. Por naturaleza, son frecuentes las hiperfunciones de diversa índole. Su intensa intranquilidad interior hace a las personas típicamente Impatiens impetuosas, y por eso pesa sobre ellas una amenaza latente de accidentes. Pero, a pesar de ello, les pasen menos cosas que las que se temen, porque en virtud de sus reacciones rápidas saben salir al paso de muchas situaciones críticas.
El error en el estado Impatiens negativo reside en una gran porfía y autodelimitación de la personalidad. Olvidan que cada individuo es parte de un gran todo en el que finalmente cada uno aprende de cada cual, o sea que ella también depende del prójimo en apariencias menos capaz, y a la recíproca. La personalidad tampoco tiene en cuenta que precisamente el más capaz tiene el deber de poner al servicio de los demás sus talentos superiores y de este modo ayudarles en su desarrollo. Las personas en estado Impatiens deben aprender a hacer lo que más les cuesta: reprimir su actividad directa, dejar que las cosas sucedan, ejercitarse en la paciencia. Esto es más fácil cuando no se actúa desde su vigoroso plano mental. sino que se piensa con el corazón.
En individuos en estado Impatiens positivo se distinguen por su gran compasión, su delicadeza y una paciencia de santo. Siempre están llenos de comprensión respecto a la manera de ser diferente de su prójimo y pueden poner con diplomacia s su servicio y al del Gran Todo su prontitud, su fuerza de resolución y su inteligencia.
En la práctica Impatiens ha probado su eficacia en la vida familiar diaria. Los niños que lloriquean y tienen accesos de rabia cuando se les lleva de comprar o de visita, reaccionas bien rápidamente a Impatiens, al igual que los progenitores a los que de vez en cuando la educación de los hijos les hace perder la paciencia.
En general, el estado impatiens no pasa inadvertido desde fuera, pues estas personas son extrovertidas por naturaleza. Si no muestran su estado a través de la palabra, lo hacen por medio de ademanes: tamborilear con los dedos. balancearse en una silla, etc. Si el estado no se manifiesta con movimientos, puede evidenciarse en un repentina erupción cutánea de origen nervioso, prurito u otros fenómenos parecidos. A menudo, el estado Impatiens no es sino la punta del iceberg y no se resuelve sino a través de la eliminación de las posturas anímicas negativas más profundas, relacionadas con él.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Flores de Bach. Impatiens (I)


Impatiens está relacionada con las cualidades anímicas de la paciencia y la dulzura. En estado Impatiens negativo, el individuo se vuelve impaciente, y debido a la tensión interior reacciona contra el medio ambiente con una ligera irritación.
Como en la mente, todo se desarrolla a un timo vertiginoso, el entorno le parece demasiado lento. Se siente como un caballo de carreras obligado a tirar de un arado en yunta como un simple caballo de labranza. Interiormente frustrado, lo quiera o no, se adapta al ritmo de vida y trabajo más lento de su entorno, si bien este proceso de adaptación a un nivel energético más bajo provoca irritación, desgasta los nervios y lleva a una tensión mental permanente.
Las personas del tipo Impatiens no siempre son apreciadas en su calidad de superiores, porque en realidad todo lo saben mejor y a menudo se lo hacen saber a sus subalternos con muy poca diplomacia: "¡Bah, déjelo, explicárselo me llevará el tiempo que tardaría en hacerlo yo mismo!". A los patrones que tienen carácter Impatiens les resulta muy difícil observar impasibles y pacientes las torpezas de principiantes que cometen los aprendices: "¡Déme eso, me irrita los nervios...!", e inmediatamente se ponen ha trabajar en la confección de la pieza. Son igualmente rápidos en quitar a sus colegas la palabra de la boca.
Es peligroso hacer una crítica a personas en estado Impatiens, por diplomática que sea la observación. Su nivel de adrenalina sube como una llama viva, si bien su estallido de cólera se esfuma con la misma rapidez con que se origino. Los jefes Impatiens "impulsan las cosas las cosas hacia adelante", y algunos creen tener que acicatear a sus colaboradores para que trabajen a un ritmo más razonable, según piensan. Esta actitud les vale el título, no precisamente halagador, de negreros.
Lo que es casi trágico es que las personas en estado Impatiens no asumen este papel de buen grado. No ambicionan ser jefes, como por ejemplo un estado Vine, y preferirían trabajar solo para si mismos y hacer las cosas a su ritmo, sin interferencias desde el exterior. Su independencia les es muy importante. Los caracteres Impatiens conocen sus defectos y, por lo tanto, en una posición equilibrada se muestran abiertos a los consejos bien intencionados y los agradecen.

(Texto extraído del libro "La terapia floral de Bach". Autora Mechthild Scheffer)

martes, 19 de octubre de 2010

Unos ven y otros no

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Un discípulo se mostraba ansioso de recibir las más altas enseñanzas, por eso no dudó en preguntar a su maestro:
–Por favor, señor, ¿qué es la verdad?
–La verdad está en tu vida de cada día.
Decepcionado, el discípulo protestó:
–Pero en la vida de cada día sólo encuentro ruina y vulgaridad, pero no veo la verdad por ningún lado.
El maestro dijo:
–Esa es la diferencia: unos la ven y otros no la ven.

lunes, 18 de octubre de 2010

El arte de la paz VI

Creada originalmente por Haideé Iglesias

No es necesario poseer edificios, dinero, poder o posición para practicar el arte de la paz. El cielo está justo donde te hallas, y ese el el lugar de práctica.

Morihei Ueshiba

domingo, 17 de octubre de 2010

La comprensión del camino

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Cuando realices la vacuidad universal dominarás con naturalidad todas las situaciones, te hallarás en comunión perfecta con lo que está más allá del mundo y abrazarás los reinos más profundos de la existencia.
Si olvidas la esencia del Zen, no te preocupes. Después de todo, el Zen carece de esencia. Para gozar de los efectos del Zen sólo debes armonizarte con él.
El camino de la "no-mente" no es una enseñanza para gente mediocre.

Maestro Fenyang

viernes, 15 de octubre de 2010

No cambies

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Durante años fui un neurótico. Era un ser
angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el
mundo insistía en decirme que cambiara.
Y no dejaban de recordarme lo neurótico
que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo
con ellos, y deseaba cambiar, pero no
acababa de conseguirlo
por mucho que lo intentara.

Lo peor era que mi mejor amigo tampoco
dejaba de recordarme lo neurótico que
yo estaba. Y también insistía en
la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo,
y no podía sentirme ofendido
con él. De manera que me sentía
impotente y como atrapado.

Pero un día me dijo: "No cambies. Sigue
siendo tal como eres. En realidad no
importa que cambies o dejes de cambiar.
Yo te quiero tal como eres y no puedo
dejar de quererte".
Aquellas palabras sonaron en mis oídos
como música: "No cambies. No cambies.
No cambies... Te quiero..."
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo.
Y, ¡oh, maravilla! cambié.

Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
"¿Es así como Tú me quieres, Dios mío?

Anthony de Mello

jueves, 14 de octubre de 2010

Engañados por los maestros


Creada originalmente por Haideé Iglesias

El "sendero que conduce más allá" es diez veces más grande que el universo. No puede ser alcanzado con la mente ni sin ella. Las palabras no pueden contenerlo ni el silencio abarcarlo. Lo principal es que el individuo adquiera una fe sólida y pueda contemplar directamente el estado previo a toda concepción, el estado anterior a toda diferenciación.
Cuando alcances la liberación te hallarás en el camino que trasciende las alturas y las profundidades, no habrá trampa que pueda retenerte y alcanzarás la libertad para mantenerte plenamente independiente en cualquier momento, sin apego ni rechazo de ningún tipo.
Si sólo te fijas en las distinciones existentes entre los maestros y no ves más que las diferencias, serás una presa fácil de la ceguera de aquellos maestros que cosifican el Buda, el Tao, los misterios, las maravillas, los poderes y los estados, lo cual, de una forma u otra, terminará cosiendo tus labios, clavando tus párpados y apesadumbrando tu corazón.
Del mismo modo que la harina se amasa vertiendo aceite sobre ella, quizá termines alcanzando un punto en el que te conviertas en una especie de fantasma o demonio que irradia "luces", manifiesta "poderes psíquicos" y piensa que no tiene parangón en este mundo. Este es precisamente el significado del proverbio: "Nuestra comprensión era originalmente correcta, pero fue distorsionada por los maestros".

Maestro Yuansou

miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Qué es amar? ¿Y qué es un apego? Y un corazón dibujado en el mar

Creada originalmente por Haideé Iglesias

Un corazón dibujado por el movimiento de las olas en el agua del mar.
Un hermoso regalo de amor para toda la humanidad.

*** *** ***

Cuando tratas con personas ciegas, empiezas a comprender que sintonizan con unas realidades de las que tú no tienes ni idea. Su sensibilidad hacia el mundo del tacto, del olfato, del gusto y del oído es tal que, a su lado, el resto de los humanos parecemos torpes y desmañados patanes. Nos dan lástima las personas que han perdido la vista, pero rara vez tomamos en cuenta el enriquecimiento que les proporcionan los restantes sentidos. Por supuesto que es una pena el que dicho enriquecimiento se produzca al elevado precio de la ceguera, y es perfectamente concebible que se pueda tener la misma sensibilidad que tienen los ciegos hacia el mundo de los restantes sentidos sin necesidad de perder la vista. Lo que no es posible, ni siquiera sin desprenderte resueltamente de aquellas partes de tu ser psicológico que llamamos los "apegos".
Si te niegas a hacerlo, no experimentarás el amor, la única cosa que da sentido a la existencia humana, porque el amor es el pasaporte para el gozo, la paz y la libertad permanentes. Hay una solo cosa que te impide acceder a ese mundo, y esa cosa es el apego, producido por el ojo codicioso, que provoca el ansia en tu corazón, y por la mano avarienta, que intenta aferrar, poseer y hacer suyo lo que el ojo ve, y se niega a soltarlo. Ese ojo ha de ser extirpado, y esa mano cortada, si se quiere que nazca el amor. Con esos muñones por manos, no podrás apoderarte de nada más. Con esas cuencas vacías por ojos, no tardarás en hacerte sensible a ciertas realidades cuya existencia jamás habrías sospechado.
Ahora por fin, ya puedes amar. Hasta ahora, todo lo que tenías era una cierta cordialidad y benevolencia, una cierta simpatía e interés por los demás, que erróneamente considerabas que era amor, pero que tiene tan poco en común con el amor como la mortecina luz de una vela con la luz del sol.
¿Qué es amar? Es ser sensible a cada porción de la realidad dentro y fuera de ti y, al mismo tiempo, reaccionar con entusiasmo hacia dicha realidad, unas veces para abrazarla, otras para atacarla, otras para ignorarla, y otras para prestarle toda la atención, pero siempre respondiendo a ella, no por necesidad, sino por sensibilidad.
¿Y qué es un apego? Es una necesidad compulsiva que embota tu sensibilidad, una droga que enturbia tu percepción. Por eso, mientras tengas el más mínimo apego hacia cualquier cosa o persona, no puede nacer el amor. Porque el amor es sensibilidad, y la sensibilidad se destruye cuando resulta dañada, aunque sea mínimamente. Del mismo modo que el funcionamiento defectuoso de una pieza esencial de un sistema de radar distorsionan la recepción y falsea tu respuesta a lo que percibes.
No existe el amor defectuoso, incompleto o parcial. El amor como la sensibilidad, o lo es en plenitud o, simplemente, no es. O lo tienes íntegro o no lo tienes. Por eso, sólo cuando desaparecen los apegos accede uno al reino ilimitado de esa libertad espiritual que llamamos "amor" y queda libre para ver y responder. Pero no hay que confundir esta libertad con la indiferencia de quienes jamás han conocido la fase del apego. ¿Cómo vas a arrancarte un ojo o cortarte una mano que no tienes? Esa indiferencia, que tantas personas confunden con el amor (como no están apegadas a nadie piensan que aman a todo el mundo), no es sensibilidad, sino un endurecimiento de corazón originado por un rechazo, por una desilusión o por la práctica de la renuncia.
Es preciso atravesar las procelosas aguas de los apegos si se desea arribar a la tierra del amor. Sin embargo, hay personas que, sin haber zarpado jamás, están convencidas de haber arribado. Pero lo cierto es que hay que estar muy sano y ser perspicaz para que el bisturí amputador pueda hacer su labor y el mundo del amor pueda brotar en la conciencia. Y no te engañes: eso sólo se logra con violencia. Sólo los violentos arrebatan el Reino.
¿Por qué la violencia? Porque, por sí sola, la vida jamás podría producir el amor, sino únicamente conducir a la atracción, de la atracción al placer, y más tarde al apego y a la satisfacción, que finalmente conduce al cansancio y al aburrimiento. Viene a continuación una fase neutra o "de meseta"... y vuelve a empezar: la atracción, el placer, el apego, la satisfacción... Todo ello mezclado de ansiedades, celos, posesividad, tristeza, dolor, etc., lo cual convierte el ciclo en una especie de "montaña rusa".
Cuando se ha repetido una y otra vez el ciclo, llega un momento en que acabas harto y quisieras poner fin a todo el proceso. Si tienes la suerte de no topar con ninguna otra cosa o persona que atraiga tu atención, podrás al fin obtener una paz un tanto frágil y precaria. Eso es lo más que la vida puede darte, aunque es posible que lo confundas con la libertad y, consiguientemente, acabes muriéndote sin haber conocido jamás lo que significa ser realmente libre y amar.
No. Si deseas la libertad del ciclo y acceder al mundo del amor, deberás atacar mientras el apego siga vivito y coleando, no una vez que lo hayas superado. Y deberás atacar, no con el bisturí de la renuncia, porque esa clase de mutilación no hace más que endurecer, sino con el bisturí de la consciencia.
¿Y de qué debes ser consciente? De tres cosas: en primer lugar, debes ver el sufrimiento que esa "droga" está ocasionando, los altibajos, los estremecimientos, las ansiedades, las decepciones y el aburrimiento a que inevitablemente te conduce. En segundo lugar, debes darte cuenta de que esa "droga" está escamoteándote algo, a saber, la libertad de amar y disfrutar de cada minuto y cada cosa de la vida. En tercer lugar, debes comprender que, debido a tu adicción y a tu programación, has atribuido al objeto de tu apego una belleza y un valor que, sencillamente, no posee: aquello de lo que están tan enamorado tan sólo está en tu mente, no en la cosa o persona amada. Si logras ver esto, el bisturí de la consciencia deshará el hechizo.
Suele afirmarse que sólo cuando te sientes profundamente amada puedes abrirte con amor a los demás. Pero eso no es cierto. Un hombre enamorado se abre realmente al mundo, pero no con amor, sino con euforia. Para él el mundo adquiere un irreal color de rosa que se desvanece en cuanto desaparece la euforia. Su presunto amor no se debe a que perciba claramente la realidad, sino a que está convencido, acertada o equivocadamente, de que es amado por alguien; un convencimiento peligrosamente frágil, porque se basa en la persona por la que cree ser amado, que es voluble y tornadiza por naturaleza y que en cualquier momento puede pulsar el interruptor y acabar con su euforia. No es de extrañar que quienes así proceden no consigan jamás perder su inseguridad.
(Cuando te abres al mundo por causa del amor que otra persona siente por ti, estás radiante; pero lo que irradias no es tu percepción de la realidad, sino el amor que has recibido de esa otra persona, la cual controla el "interruptor", de tal manera que, cuando lo pulsa, hace que tu brillo e irradiación se desvanezca)
Cuando uses el bisturí de la consciencia para pasar del apego al amor, hay algo que debes tener en cuenta: no seas severo ni impaciente ni te detestes a ti mismo. ¿Cómo puede nacer el amor de semejantes actitudes? Mejor será que te muestres compasivo contigo mismo y conserves la flema con el que el cirujano maneja el bisturí. Puede que entonces descubras que eres maravillosamente capaz de amar el objeto de tu apego y disfrutar de él aún más que antes y, al mismo tiempo, disfrutar igualmente de cualquier otra cosa o persona.
Ésta es la piedra de toque para averiguar si lo que tienes es amor. Lejos de hacerte indiferente, ahora puedes disfrutar de todo y de todos como antes disfrutabas del objeto de tu apego. Ahora ya no hay más estremecimientos ni, consiguientemente, más sufrimiento ni incertidumbre. De hecho, podrías decirse que disfrutas de todo y no disfrutas de nada, porque has hecho el gran descubrimiento de que aquello de lo que disfrutas, con ocasión de cualesquiera cosas y personas, es algo que está en tu propio interior. La orquesta está dentro de ti, y las personas exteriores a ti no hacen sino determinar la melodía concreta que la orquesta debe interpretar. Y cuando no hay nada ni nadie que atraiga tu atención, la orquesta tocará su propia música, porque no necesita ningún estímulo externo. Ahora llevas en tu corazón una felicidad que nada ajeno a ti puede darte ni arrebatarte.
Y aquí radica la otra prueba del amor: eres feliz sin saber por qué. Pero ¿es duradero ese amor? La verdad es que no hay garantía alguna de que lo sea, porque, aun cuando el amor no puede ser parcial, sí puede ser de duración limitada. El amor viene y se va en la medida en que tu mente está despierta y consciente o, por el contrario, se ha vuelto a dormir. Ahora bien, aún así, una vez que has probado eso que llaman "amor", sabrás que ningún precio es demasiado elevado y ningún sacrificio demasiado grande, ni siquiera la pérdida de ambos ojos o la amputación de una mano, cuando a cambio se puede obtener la única cosa en el mundo por la que merece la pena vivir.

Anthony de Mello

martes, 12 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (X) y última. Nuevas opciones


En todas mis obras propongo soluciones y en la segunda parte de éste libro recorreremos paso a paso el amplio abanico de opciones que existen cuando alguien nos elige como blanco del chantaje emocional. Solemos funcionar con una visión limitada de las alternativa de que disponemos y en general existen otras. La capacidad de elegir nos da poder. Mostraré estrategias para resistir el chantaje incluso cuando nos sentimos intimidados o asustados y contribuiré a que te sientas bien. Te proporcionaré listas, ejercicios sencillos, guiones de práctica y técnicas específicas de comunicación no defensiva. En los últimos veinticinco años he enseñado y perfeccionado estas técnicas y te aseguro que dan resultado.
También te ayudaré a esclarecer las cuestiones éticas, morales y psicológicas decisivas que todos afrontamos cuando luchamos con el chantaje emocional, cuestiones como las siguientes:
  • ¿Cuándo soy egoísta y en qué momento soy leal a mis propias aspiraciones y prioridades?
  • ¿Hasta qué punto puedo dar o ceder sin resentirme o deprimirme?
  • Si capitulo ante el chantajista, ¿violo mi integridad?
Te proporcionaré los instrumentos para determinar, caso por caso, donde empiezan y terminan tus responsabilidades hacía los demás: una de las claves fundamentales para librarse de la manipulación.
Entre las grandes ventajas de esta obra figura que contarás con ayuda para reducir y manejar los sentimientos de culpa que los chantajistas provocan en ti. Te enseñaré a soportar el malestar inevitable que experimentas al cambiar tu comportamiento para liberarte de la culpa inmerecida. Te demostraré que la culpa decrece a medida que adoptas actitudes sanas y autoafirmativas. Comprobarás que sin culpa el chantajista se vuelve impotente.
Te acompañaré durante el proceso de realización de los principales caminos internos que te permitirán desprenderte de las reacciones automáticas ante el chantaje emocional y sustituirlas por elecciones conscientes y positivas acerca de hasta que punto estás dispuesto a llegar a fin de adaptarte a alguien a costa de tu bienestar.
Al ayudarte a rechazar el chantaje también te enseñaré a decidir en qué casos no vale la pena discutir o en cuáles acatar al chantajista se convierte en una estrategia inteligente. En contadas situaciones extremas el único recurso sano consiste en romper totalmente con el extorsionador, y analizaré las razones y el modo en que hay que hacerlo cuando todo lo demás fracasa.
Liberaremos un entusiasmo y una energía increíbles cuando accedemos a la comprensión y las estrategias de comportamiento que nos aparten del aplastante círculo del chantaje emocional.
Maggie, una de mis clientes, me comentó:
–Logré decirle que no a mi amigo y comprendí que sus exigencias eran irracionales. No lo herí, aunque pretendió fingir que le hice daño. Por primera vez no me enfadé ni lo llamé diez minutos más tarde para disculparme o ceder.
Mi libro va dirigido a todos los que luchan por permanecer junto a una pareja, un progenitor, un compañero de trabajo o un amigo que con la retorcida enredadera de la manipulación asfixia una relación importante y en otros aspectos buena.
Quiero que entiendas que, aunque no estaré a tu lado mientras vivas este proceso, te ofreceré apoyo moral a cada paso del camino para que pongas en práctica estos actos, a veces difíciles, que modificarán tu vida. Te ayudaré en la importante tarea de crear relaciones nuevas y sanas no sólo con los chantajistas de tu vida, sino contigo mismo.
Se necesita verdadero valor para hacer frente al chantaje emocional y este libro te dará fuerzas para encararlo.

lunes, 11 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (IX) Convertir la comprensión en actos


Hace más de veinticinco años que soy terapueta, he tratado a miles de personas y, si puedo hacer una generalización sin temor a contradecirme, ésta radica en que la palabra "cambio" es la que más miedo despierta. A nadie le gusta, aterroriza a casi todos y la mayoría de las personas –yo incluida somos capaces de volvernos rebuscadamente creativas con tal de evitarlo. Cabe la posibilidad de que nuestros actos nos hagan desgraciados, pero la idea de reaccionar de otra manera resulta aún peor.
Tanto personal como profesionalmente, sólo sé con absoluta certeza lo siguiente: nada modificará nuestras vidas a no ser que cambiemos nuestro comportamiento. No basta con la evaluación. Entender por qué realizamos actos contraproducentes no impide que los repitamos. Machacar al otro y suplicarle que cambie no da resultado tenemos que actuar. Hemos de dar el primer paso por un nuevo camino.

domingo, 10 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (VIII) El precio que pagamos


El chantaje emocional crece como la enredadera, y sus zarcillos en espiral pueden envolver todas las facetas vitales. Si en el trabajo capitulamos ante el chantaje emocional, es posible que al volver a casa lo descarguemos con los hijos. Si tenemos una mala relación con un progenitor podemos cargar de negatividad a nuestra pareja. Es imposible guardar el conflicto en una caja con el rotulo "jefe" o "Marido" y aislarlo del resto de la vida. Cabe la probabilidad de que imitemos la dinámica que nos hace sufrir, nos convirtamos en chantajistas y descarguemos nuestra frustración en alguien más débil o vulnerable.
La mayoría de las personas que apelan al chantaje emocional son amigos, compañeros y parientes con los que tenemos vínculos estrechos que deseamos preservar y reforzar. Tal vez se trata de seres queridos por los buenos tiempos vividos, por la intimidad que en ocasiones volvemos a compartir y las historias que hemos recorrido juntos. Aunque el chantaje las desvía, quizá pensamos que en su mayor parte nuestras relaciones con ellos son buenas. Es fundamental impedir que el chantaje arrastre en su remolino no sólo a nosotros, sino a nuestro entorno.
El precio que pagamos por ceder habitualmente al chantaje emocional es desorbitado. Las comentarios y el comportamiento del chantajista nos llevan a sentirnos desequilibrados, avergonzados y culpables. Sabemos que debemos cambiar la situación y no dejamos de repetir que la modificaremos, pero siempre acabamos burlados, superados estratégicamente o metidos en una trampa. Dudamos de nuestra capacidad de mantener las promesas que nos hacemos y perdemos la confianza en nuestra eficacia. La autoestima se resiente. Tal vez lo peor radica en que, cada vez que cedemos al chantaje emocional, perdemos el contacto con nuestra integridad: la brújula interior que nos ayuda a determinar nuestros valores y comportamientos. Pese a no ser un abuso brutal, nos jugamos algo importantísimo: la convivencia con el chantaje emocional nos carcome y va en aumento hasta que pone en peligro nuestras relaciones más importantes y el respeto a nosotros mismos.

sábado, 9 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (VII) El papel que desempeñamos


El chantaje no arraiga sin nuestra ayuda. Recuerda que para el chantaje hacen falta dos –se trata de una transacción– y el paso siguiente consiste en ver cómo colaboramos en tanto blanca del chantaje.
Cada ser humano incorpora a sus relaciones un poderoso conjunto de puntos candentes: la acumulación de resentimientos, pesares, inseguridades, miedos y cóleras. Se trata de nuestros puntos débiles y duelen cuando los tocan. El chantaje emocional sólo se produce si permitimos que los demás sepan que han descubierto nuestros puntos candentes y que saltamos si los aprietan. A lo largo de la obra veremos el modo en que las experiencias vitales modelan las respuestas emocionales automáticas que activan los puntos candentes.
Para mi ha sido fascinante observar la evolución de nuestra filosofía del comportamiento humano, desde la que nos considera víctimas hasta la que fomenta que asumamos la responsabilidad de nuestras vidas y problemas. En este sentido no hay faceta más importante que la del chantaje emocional. Es fácil centrarse en el comportamiento de los demás y pensar que todo saldrá bien si ellos cambian. Lo que de verdad necesitamos es encontrar el compromiso y el valor para entendernos a nosotros mismos y modificar nuestra relación con los supuestos chantajistas. Cuesta reconocer que, mediante la capitulación, realmente les enseñamos a chantajearnos. La verdad es la siguiente: nuestro acatamiento recompensa al chantajista y, nos demos cuenta o no, cada vez que gratificamos a alguien por una acción determinada le hacemos saber con toda claridad que puede repetirla.

viernes, 8 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (VI) Hacen falta dos para el chantaje


En la primera mitad del libro mostraré como funciona el chantaje emocional y por que algunos seres humanos somos tan vulnerables. Explicaré con todo lujo de detalles la transición del chantaje, qué busca cada uno, qué recibe y cómo lo recibe. Exploraré la psique del chantajista, tarea que al principio parece intrépido porque no todos tienen el mismo estilo o rasgos caracterológicos: algunos son pasivos y otros muy agresivos; algunos son directos y otros extremadamente sutiles; algunos revelas las consecuencias exactas que padecemos si los disgustamos y otros recalcan lo mucho que los hacemos sufrir. Por muy diferentes que parezcan, comparten características básicas que dan origen a su comportamiento manipulador. Mostraré la forma en que los chantajistas utilizan la niebla y otros instrumentos y te ayudaré a comprender qué los impulsa.
Demostraré que el miedo –sea a la pérdida, al cambio, al rechazo o a la pérdida de poder– es algo compartido por los que se convierten en chantajistas. En algunos casos los temores arraigados en una larga historia de ansiedad e insuficiencia. En otros podría ser la respuesta a incertidumbres y tensiones más recientes que han socavado su sentido de sí mismos en tanto seres seguros y competentes. Verás que el potencias de chantaje se dispara cuando en la vida del chantajista aumentan los temores. Comprobarás que los acontecimientos desencadenantes. como el rechazo amoroso, la pérdida del trabajo, el divorcio, la jubilación o la enfermedad pueden convertir fácilmente en chantajista a alguien próximo.
Los seres cercanos que recurren al chantaje emocional casi nunca son individuos que por la mañana se despiertan y se preguntan cómo pueden destruir a su víctima; más bien se trata de personas para las que el chantaje es la garantía de sentirse seguros y dominantes. Por muy decididos que parezcan, los chantajistas funcionan a partir de altos grados de ansiedad y se sienten fugazmente poderosos cuando chasquean los dedos y comprueban que damos un brinco. El chantaje emocional se convierte en la defensa para no sentirse heridos y asustados.

jueves, 7 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (V) El esclarecimiento


Antes de poner en práctica el cambio tenemos que esclarecer la confusión sobre el funcionamiento de nuestras relaciones con chantajistas. Necesitamos encender la luz. Se trata de un paso decisivo para poner fin al chantaje emocional porque, mientras nos esforzamos por despejar la niebla, el chantajista se dedica a colocar capas nuevas y densas. Pese a la complejidad desarrollada en los últimos años en lo que se refiere a nuestros estado de ánimo, psique y motivaciones, al hacer frente a la niebla nuestros sentidos están embotados y los sensores finos que suelen guiar nuestras emociones se cargan de estática. Los chantajistas son capaces de encubrir hábilmente la presión que ejercen, que a menudo experimentamos de maneras que nos llevan a dudar de nuestra percepción. Además, suele existir una diferencia abismal entre lo que los chantajistas hacen y la forma benigna e incluso amorosa en que interpretan sus actos. Nos sentimos confundidos, desorientados y resentidos, pero no estamos solos: el chantaje emocional es un dilema que afecta a millones de personas.
A lo largo del libro conocerás las dramáticas historias clínicas de personas que luchan con el chantaje emocional y que encuentran modos de ponerle fin. Son historias de seres de carne y hueso que experimentan sentimientos y conflictos reales. Se trata de personas con las que te identificarás: hombres y mujeres que funcionan con competencia, elegancia y eficacia en muchas facetas de su vida y que han caído en la trampa del chantaje emocional. Si abres tu corazón aprenderás mucho. Sus historias son fábulas modernas, relatos pedagógicos que pueden servir de guía y faro en nuestro viaje personal.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (IV) Perdidos en la niebla


¿Cómo es posible que tantos seres humanos inteligentes y capaces se muevan a tientas para comprender un comportamiento que parece obvio? Una de las razones radica en que los chantajistas prácticamente impiden que veamos cómo manipulan, ya que esparcen una espesa niebla que encubre sus actos. Si pudiéramos lucharíamos, pero se ocupan de que no percibamos lo que nos ocurre. Empleo la palabra "niebla" como metáfora de la confusión que los chantajistas provocan y como lupa que la difumina. Esta niebla sintetiza el miedo, la obligación y la culpa: los instrumentos que utilizan. Los chantajistas rodean sus relaciones con una bruma que garantiza que nos dará miedo atravesarla, que nos veremos obligados a ceder y que nos sentiremos espontáneamente culpables si no capitulamos.
Como cuando nos sucede –e incluso en retrospectiva– es tan difícil atravesar la niebla y reconocer el chantaje emociona, he elaborado la siguiente lista para que sepas si eres el blanco de un chantajista.

Piensa si las personas que consideras importantes:
  • amenazan con volverte difícil la vida si no haces lo que quieren;
  • amenazan constantemente con poner fin a la relación si no haces lo que quieren;
  • te dicen o dan a entender que se abandonarán, se harán daño o se deprimirán si no haces lo que quieren;
  • siempre quieren más por mucho que les des;
  • habitualmente dan por sentado que cederás;
  • habitualmente ignoran o no hacen caso de tus sentimientos y aspiraciones;
  • hacen generosas promesas que están supeditadas a tu comportamiento y rara vez las cumplen;
  • te tachan de egoísta, malo, interesado, insensible o descuidado cuando no cedes;
  • se deshacen en alabanzas cuando cedes y las retiran cuando te mantienes firme;
  • utilizan el dinero como arma para salirse con la suya.
Eres víctima del chantaje emociona si has respondido afirmativamente aunque sólo sea a una de estas opciones. Te garantizo que existen muchos cambios que puedes introducir de inmediato para mejorar tu situación y tus sentimientos.

martes, 5 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (III) ¿Qué es el chantaje emocional?


El chantaje emocional es una poderosa forma de manipulación en la que, directa o indirectamente, los seres próximos amenazan con castigarnos si no hacemos lo que quieren. En la base de cualquier clase de chantaje existe una amenaza fundamental que se expresa de maneras muy distintas: "sufrirás si no te comportas como quiero".El chantajista delictivo suele amenazar con usar información del pasado para difamar a una persona o pide dinero a cambio de guardar un secreto. El chantaje emocional golpea más íntimamente. Los chantajistas emocionales saben hasta qué punto valoramos la relación que sostenemos con ellos. Conocen nuestros puntos vulnerables y con frecuencia nuestros secretos más recónditos. Por mucho que se preocupen de nosotros, cuando temen no salirse con la suya utilizan esos conocimientos para formular las amenazas con las que consiguen el resultado deseado: nuestro acatamiento.
Como saben que buscamos afecto o aprobación, los chantajistas amenazan con retenerlos, quitarlos o nos hacen sentir que debemos ganarlos. Por ejemplo, si te enorgulleces de tu generosidad y de lo atento que eres, el chantajista puede tildarte de egoísta o desconsiderado si no acatas sus deseos. Si valoras el dinero y la seguridad, puede poner condiciones para proporcionarlos o amenazar con quitarlos. Si le crees, acabas adoptando la pauta de permitir que controle tus decisiones y tu comportamiento.
Bailamos una danza con el chantaje emocional, un baile con infinidad de pasos, movimientos y compañeros.

lunes, 4 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (II)


Trabajaron todo el día prácticamente en silencio y cuando por fin se sentaron a descansar Frank le entregó la sortija de pedida con un diamante enorme.
–Le pregunté qué pasaba –añadió Sarah– y replicó que quería saber si yo era buena chica, si echaría una mano y no esperaría que él se ocupara de todo en el matrimonio.
Como era de prever, ahí no acabó la historia.

Fijamos fecha y todo lo demás, pero nuestra relación subía y bajaba como un yoyó. Me hacía regalos y no dejaba de someterme a prueba. Si un fin de semana no me apetecía cuidar de sus sobrinos, Frank, comentaba que mi sentido de la familia dejaba mucho que desear y que tal vez deberíamos suspender la boda. Si yo hablaba de ampliar mi negocio, quería decir que no estaba realmente comprometida con él. Me fui cargando. La situación continuó y siempre era yo la que cedía. Me repetí hasta el infinito que era un buen hombre, que tal vez el matrimonio lo asustaba y que necesitaba sentirse más seguro a mi lado.

Aunque soterradas, las amenazas de Frank surtieron un poderoso efecto porque las alternó con una intimidad lo bastante tentadora para confundir lo que realmente ocurría. Como la mayoría de los seres humanos, Sarah siguió volviendo en busca de más de lo mismo.
Cedió ante las manipulaciones de Frank porque en aquel momento hacerlo feliz tenía sentido y era mucho lo que estaba en juego. Aunque resentida y frustrada por las amenazas de Frank, Sarah justificó su capitulación en nombre de la paz.
En las relaciones de esta clase nos centramos en las necesidades del otro a costa de las propias y nos relajamos en la transitoria ilusión de seguridad que hemos creado al ceder. Evitamos el conflicto, la confrontación... y la posibilidad de sostener una relación sana.
Aunque interacciones enloquecedoras como las planteadas figuran entre las causas más corrientes de fricción en casi todas las relaciones, casi nunca las identificamos y comprendemos. Estos casos de manipulación suelen etiquetarse como mala "comunicación". Nos convencemos de que funcionamos a partir de los sentimientos mientras él actúa desde el intelecto o ella tiene una mentalidad distinta. En realidad, la fuente de fricción no corresponde al modo de comunicación, sino a que una persona se salga con la suya a costa de la otra. Se trata de algo más que un simple malentendido: son luchas por el poder.
A lo largo de los años he buscado la forma de describir estas luchas y el perturbador ciclo de comportamiento a que conducen y he comprobado que casi todos los seres humanos se sienten identificados cuando digo que de lo que hablamos es de chantaje puro y duro: de chantaje "emocional".
Sé que la palabra "chantaje" evoca sombrías imágenes de delincuentes, miedo y extorsión. Es difícil pensar en el cónyuge, los padres, el jefe, los hermanos o los hijos en este contexto. Sin embargo, he comprobado que el vocablo "chantaje" es el único que describe con exactitud lo que sucede. La intensidad de la palabra nos permite despejar la negación y confusión que enturbian tantas relaciones, por lo que nos acerca a la claridad. Para tranquilizarte añadiré que la existencia del chantaje emocional no significa que la relación esté condenada. Simplemente quiere decir que necesitamos asumirlo sin ambages y corregir el comportamiento que nos provoca dolor para sentar las bases más sólidas.

domingo, 3 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (I)


Le dije a mi marido que una noche por semana asistiría a clase y, tranquilo como de costumbre, comenzó a disparar:
–Haz lo que quieras, siempre lo haces, pero no me esperes cuando llegues a casa. Siempre estoy por ti. ¿Por qué no haces lo mismo por mi?
Sabía que su razonamiento carecía de sentido, pero me sentí tan egoísta que pedí la devolución de la matrícula. LIZ

Pensaba dedicar las navidades a viajar con mi esposa. Hacía meses que sonábamos con unas vacaciones. Telefoneé a mi madre para comunicarle que por fin habíamos conseguido los billetes y estuvo a punto de echarse a llorar:
–¿Y la comida de Navidad? Para las fiestas nos reunimos todos. Sabes que si haces ese viaje nos aguarás la Navidad. ¿Por qué me haces esto? ¿Crees que viviré muchas navidades más?
Como es lógico, cedí. Mi esposa me mataría, pero hubiera sido incapaz de disfrutar de las vacaciones bajo el peso de tanta culpa. TOM

Le comuniqué a mi jefe que necesitaba ayuda o una fecha tope más realista para el gran proyecto en el que estoy trabajando. En cuanto le comenté que necesitaba descansar se lanzó sobre mi:
–Se que quieres estar en casa con los tuyos y, aunque ahora te echan de menos agradecerás el ascenso que pensamos darte. Necesitamos un miembro del equipo que se dedique en cuerpo y alma a la tarea... y había pensado que eras la persona adecuada. Pero haz lo que quieras, pasa más tiempo con tus hijos y recuerda que , si son tu prioridad, tendremos que reconsiderar lo que planeamos para ti.
Me dejó tan confundida que ya no supe qué hacer. KIM

¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué algunas personas nos llevan a pensar que hemos vuelto a perder, que siempre cedemos, que no decimos lo que sentimos, que nuestra opinión no cuenta y que nunca se acepta nuestra posición? Sabemos que nos han timado, que hemos renunciado a lo que queremos para satisfacer a otro y que no sabemos cómo actuar. ¿Por qué algunas personas nos dominan emocionalmente y nos hacen sentir derrotados?
Las personas con las que nos topamos en estas situaciones imposibles son hábiles manipuladores. Cuando se salen con la suya nos rodean de una reconfortante intimidad y, cuando no lo consiguen, apelan a las amenazas o nos hunden bajo el peso de la culpa y los remordimientos. Aunque parece que elaboran los medios para obtener lo que desean, a menudo ni siquiera son conscientes de lo que hacen. De hecho, muchas parecen encantadoras, sufridas y en modo alguno amenazadoras.
Casi siempre es alguien concreto –la pareja, un progenitor, un hermano o un amigo– quien nos manipula tan consistentemente que da la sensación de que olvidamos todo lo que sabemos sobre la eficacia adulta. Por muy capacitados y exitosos que seamos en otras facetas de nuestra vida, con estas personas nos sentimos desconcertados e ineficaces, nos llevan de las narices.
Valga como ejemplo Sarah, periodista judicial a la que he tratado. Morena animada, hace casi un año que sale con un constructor llamado Frank. Pareja treintona muy unida, se llevaron bien hasta que se planteó el tema del matrimonio. Según Sarah, en ese momento la actitud de Frank cambió, pues quiso que le diera pruebas de su valía. Quedó de manifiesto cuando Frank la invitó a pasar un romántico fin de semana en su cabaña en las montañas.
–Cuando llegamos, por todas partes había lonas y botes de pintura y me dio un pincel. Como no sabía qué hacer me dediqué a pintar.
...
(Texto extraído del libro "Chantaje emocional" Autora Susan Forward)
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