Cuentan que el abad de un templo era considerado por todos como un hombre piadoso, justo y erudito. A él se dirigían todos para buscar su ayuda y consejo en los más variados temas, tanto de índole espiritual, como filosófico o social. A ello dedicaba su vida el abad, atendiendo todo el tiempo a cuestiones de cualquier naturaleza.
Un día, una mujer del lugar que había perdido un hijo se encaminó al templo para cumplir con los ritos funerarios. Cuando encontró al abad, le preguntó:
-Señor, decidme por compasión, ¿A dónde ha ido mi hijo?
En ese momento, el viejo abad se dio cuenta de que no podía responder sinceramente a la mujer sin apelar a cualquier respuesta convencional. Se dijo a si mismo: “Yo creía haber alcanzado el grado de sabiduría y no sé responder a la pregunta esencial, ¿de qué me sirve ser abad de este templo?”.
Dicen que entonces dejó el templo y marchó en busca del verdadero conocimiento.
Es difícil no caer en la falsa seguridad, esta que te lleva a considerar la acumulación de conocimiento y méritos con sabiduría. Uno es sabio cuando se despoja de todo conocimiento, de la necesidad de ser necesitado, de dar consejos, cuando siente que las palabras sobran, que sólo queda el asombro y ya no hace falta más, comenzando a vivir completamente sereno en el presente aceptando aquello que está y no por ello dejando de vivir en sociedad con todo lo que ello conlleva; aparecen entonces las respuestas por si solas, ya que nunca han estado en ningún lugar que no fuera vivir presente. Humildad y honestidad, más, atención, atención, atención.
Un día, una mujer del lugar que había perdido un hijo se encaminó al templo para cumplir con los ritos funerarios. Cuando encontró al abad, le preguntó:
-Señor, decidme por compasión, ¿A dónde ha ido mi hijo?
En ese momento, el viejo abad se dio cuenta de que no podía responder sinceramente a la mujer sin apelar a cualquier respuesta convencional. Se dijo a si mismo: “Yo creía haber alcanzado el grado de sabiduría y no sé responder a la pregunta esencial, ¿de qué me sirve ser abad de este templo?”.
Dicen que entonces dejó el templo y marchó en busca del verdadero conocimiento.
Es difícil no caer en la falsa seguridad, esta que te lleva a considerar la acumulación de conocimiento y méritos con sabiduría. Uno es sabio cuando se despoja de todo conocimiento, de la necesidad de ser necesitado, de dar consejos, cuando siente que las palabras sobran, que sólo queda el asombro y ya no hace falta más, comenzando a vivir completamente sereno en el presente aceptando aquello que está y no por ello dejando de vivir en sociedad con todo lo que ello conlleva; aparecen entonces las respuestas por si solas, ya que nunca han estado en ningún lugar que no fuera vivir presente. Humildad y honestidad, más, atención, atención, atención.
Haideé
ResponderEliminarEste post nos hace reflexionar, como se lo permitió al abad, de lo limitados que somos, aunque nos creamos que lo sabemos todo y que podemos opinar de casi todo, muchas veces sin pararnos a pensar demasiado, es sólo palabrerío. Por lo tanto, debemos ser un poco más humildes y veremos cómo nos cambia la vida.
Me encantó leer este mensaje, siendo tan temprano y con la mente despejada.
Un abrazo.
Juan Antonio
Sembra un'immagine di un altro mondo, e sono certo, è un mondo migliore di questo. Un abbraccio amica mia...
ResponderEliminarCuando vos decis Atencion, algo anda pasando ;-)
ResponderEliminarLa humildad y la honestidad son buenos valores. Algo honesta soy, pero no sé si humilde. Y por supuesto, nunca al nivel que mencionas en el post!!!!!!!!!!!!
UN ABRAZO ENORME!!!!!!!!!!!!!!!
No no, no seré Abad.
ResponderEliminar¡Hola! juan antonio: pienso que no se trata de sentirnos culpables, sino más bien de ver que está detrás de toda esa necesidad... mientas haya una necesidad hay desequilibrio por llamarlo de alguna manera. Y si, los cambios irán apareciendo.
ResponderEliminarMe alegra que hayamos coincidido en la mañana :)
Un cariñoso abrazo
¡Hola! antonio: es el mismo mundo, no está separado, por eso algunos lo encuentran en este :)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo querido amigo :)
¡Hola! serhumana: atención :) para esa falta de humildad :) recuerda: ser conscientes...
ResponderEliminarUn abrazo con mucho cariño :)
¡Hola! gamar: jajaja... ya lo estás queriendo ser, por eso te viste reflejado, jajajaja...
ResponderEliminarUn abrazo con suavidad :)
Bonito escrito. Delante de todo el misterio que conlleva la vida, no hay nada que decir, sinó vivirlo. Muy bonito!!!! El tratamiento que le has hecho a la foto es muy interesante. Le transmite misterio. Saludos!!!
ResponderEliminarTe quiero preciosa!!!!!!!!!!! Gracias por estar ahi.
ResponderEliminarBESOS GRANDES!!!!!!!!!!!!
¡Hola! josep: así es vivirlo para poder entenderlo, es entonces cuando lo puedes contar. Gracias.
ResponderEliminarNo es mia, Josep, aunque gracias de parte de su autor que aunque es desconocido por el nombre su obra no lo es... no pude encontrar al autor. Es un monje ante la inmensidad de un mar.
Un abrazo
¡Hola! serhumana: gracias a ti por permitirme estar en tu corazón :))
ResponderEliminarUn abrazo!
Con la mirada en el pensamiento …
ResponderEliminar"uno es sabio cuando se despoja de lña necesidad de ser necesitado" una frase para una reflexión profunda
...ramitas de acebo.
CR & LMA.
____________________________
¡Hola! algial: si, pensamos que tenemos que ayudar, pero no nos preguntamos que hay detrás...
ResponderEliminarUn abrazo con muchas floritas de acebo.