haideé iglesias
Los estudiantes de hoy en día no se percatan en absoluto de la verdad. Son incapaces de diferenciar entre el señor y el sirviente, entre el anfitrión y el invitado, y parecen cabras que devoran todo cuanto hallan a su paso.
Gente con una mente tan distorsionada no puede participar eficazmente en la dinámica de las situaciones y, aunque haya quienes los consideren verdaderos iniciados, son, en realidad, personas totalmente mundanas.
Si quieres llegar a cortar todas tus ataduras, debes alcanzar la percepción verdadera, la percepción que permite distinguir al iluminado del obcecado, al íntegro del impostor y al embustero del sabio.
Sólo cuando logres ese grado de discernimiento podrás decirse que has superado toda dependencia.
Los monjes profesionales, incapaces de distinguir entre obsesión e iluminación, no hacen sino abandonar un grupo social para ingresar en otro. En realidad son tan esclavos como los demás.
También puede presentarse la ilusión de que el Budismo es la verdad absoluta. Pero cuando eliges lo sagrado y desprecias lo profano todavía te hallas inmerso en el océano de la ilusión. Quienes alcanzan una compresión clara van más allá de la ilusión y del Budismo.
Maestro Linji
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