martes, 25 de febrero de 2014

Eludiendo el problema

haideé iglesias


Una lechuza y una tórtola se habían hecho buenas amigas. Un día, la tórtola vio cómo su compañera se preparaba para marcharse, por lo que le preguntó:
–¿Es que te vas? ¿Adónde?
–Muy lejos de aquí –respondió apenada la lechuza.
–pero ¿por qué? –preguntó extrañada la tórtola.
–Porque a la gente de este lugar no les gusta mi graznido, se ríen de mi, se burlan, y me humillan –suspiró la lechuza.
Después de cavilar unos instantes, dijo la tórtola:
–Si puedes cambiar tu graznido, es buena idea que te marches, aunque, a decir verdad, ya no necesitarías hacerlo. Si, por el contrario, no puedes cambiarlo, ¿qué objeto tiene que te mudes? Allí donde acudas encontrarás también gente a la que no le guste tu graznido y te tratarán igual que aquí. Entonces, ¿qué harás?, ¿volver a huir de nuevo? 

Cuánta energía derrochada inutilmente. La mente, esa que algunos llaman pequeña, dando vueltas y más vueltas sin encontrar salida, cuando esta está delante de uno... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails