Para quedarnos con el ejemplo antes citado: el individuo no ha aceptado su papel de extraño y paciente, ni ha superado las experiencias dolorosas de la discriminación. En lugar de ello, la personalidad ha desarrollado un código de conducta propio, en el que ha incorporado determinados mecanismo de defensa destinados a ayudarla a contrarrestar la voz de su Yo Superior. En nuestro ejemplo desarrolla crítica y arrogancia para poder proyectar, con ayuda de ambos, los sentimientos humillantes sobre el medio.
Estas proyecciones negativas no sólo dañan a la personalidad en sí misma. sino también a la gran unidad. Los pensamientos negativos afectan al entorno, repercuten en la personalidad y pueden reflejarse en una cantidad de síntomas somáticos de irritación. La personalidad se endurece y entumece más y más, ya que no intercambia energía con su propio Yo Superior ni con su entorno.
Tan pronto como la personalidad se libera de sus limitadas escalas de valores y se abre respecto a su Yo Superior, se le manifestarán a través de su energía anímica escalas de valores más elevados y mayores posibilidades de conocimiento y conciencia. de la individualidad. Su crítica restringida se transformará en comprensión, su susceptibilidad respecto a otras personas, en auténtica sensibilidad respecto a los impulsos de su Yo Superior. La arrogancia dará paso a un amor genuino y a la tolerancia, esa tolerancia --escribió Bach– que hizo rogar a Jesús, clavado en la cruz, por sus verdugos: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen".
Cuando uno se inclina hacia estados Beech negativos, hay varios conocimientos primordiales que deberíamos mover en nuestro corazón. A esto se suma la certeza de que como pequeña ruedecita en un mecanismo de relojería más grande o como pequeña célula, sólo somos capaces de vivir en un ser más grande, cuando vibramos en la corriente respiratorio o la conciencia ser más grande no estamos separados, de él. También debiéramos entender que en calidad de pequeña célula, sólo podemos reconocer de manera muy deficiente las leyes del Gran Ser, y que por esto nada justifica las propias escalas absolutas de dictaminación.
Por último, también debemos saber que todos nosotros no somos, en definitiva, más que reflejos de proyecciones reciprocas. Por esto no se debieran seguir proyectando los propios temores y mecanismos de defensa negativos en otras personas, y tratar de reencontrar en uno mismo las proyecciones positivas de los otros. Así, la delimitación será reemplazada por una sensación de unidad, parentesco de lamas y armonía que en el fondo también busca la persona en estado Beech negativos a pesar de su plan de críticas. Cuando encontramos en nosotros esta sensación de unidad, el entorno también se torna, de pronto, más armónico. Ya no nos irritan las pequeñeces, porque estamos en situación de reconocer más y más la unidad en la multiplicidad.
La flor de Beech ayuda a restablecer este contacto con el Yo Superior y la unidad. Mitiga el rigor interior y, de acuerdo con las manifestaciones de los sensitivos, devuelve el gozo, la jovialidad y el color al sistema energético. En estado Beech positivo somos algo así como "el diagnosticador tolerante": podemos emplear nuestra mirada radiográfica humana y buen caudal de juicio de manera constructiva no sólo para nosotros mismos, sino también para cumplir misiones en la comunidad.
Síntomas clave del estado Beech (Haya)
Afán de crítica, arrogancia, intolerancia. Condenamos a los demás sin intuición alguna.
Síntomas en estado de bloqueo
- La persona repara enseguida en los errores de los demás.
- Carece de compresión e indulgencia para con las deficiencias de otras personas.
- No logra introducirse afectivamente en los otros, pues los propios sentimientos están bloqueados.
- Interiormente, se sitúa ante los demás como un juez, ve sus faltas y las condena.
- Sólo ve lo digno de objeción y lo precario de una situación, pero no percibe lo positivo que podría surgir de ella.
- La estupidez de otras personas les fastidia.
- Reacciona en determinados momentos con mezquindad, pedantería e inflexibilidad.
- Le molestan los pequeños ademanes y las muletillas en el lenguaje de otras personas; la magnitud de la irritación no guarda relación con alguna con el motivo.
- Interiormente muestra tensión y endurecimiento.
- Se aísla de los demás debido a su postura crítica exagerada.
Potencial en estado transformado
- Perspicacia intelectual, comprensión para los diversos patrones de conducta humana y caminos de desarrollo individual.
- Buenas aptitudes para el diagnóstico.
- Actitud tolerante, reconocimiento de la unidad en la multiplicidad.
Recomendaciones para la persona en estado Beech (Haya)
- Ser más agradable y cariñosa para consigo misma a fin de poder ser agradable y cariñosa con los demás.
- Realizar ejercicios de yoga que estimulen la tiroides y el corazón.
- Buscar el equilibro físico frente a la rigidez interior: movimientos juguetones, bailar y actividades semejantes.
Frases de programación positiva
"Celebro la paz conmigo mismo y los demás";
"Yo estoy en el otro; el otro está en mí".
"Detrás de todo reconozco el proceso de crecimiento positivo";
"Sólo sé que nada sé".
(Texto extraído del libro “La terapia floral de Bach". Autora Mechthild Scheffer)
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