Hace bien poquito hablaba de la capacidad de algunas personas para deducir por si mismas conocimiento, asociándolo con situaciones de necesidad y pocos recursos, en este caso el tema que se trataba era el de la enseñanza en la universidad. Bien, pues hoy me encuentro con una noticia que me alegró la mañana. Una persona en el paro y con una hipoteca que no podía pagar, decide hacer algo al respecto, y seguro que no necesitó de mucho tiempo para tomar tal decisión, rifar el piso. Cada papeleta costará cinco euros, sacando para pagar, y con ganancia, la hipoteca, y si se queda con una papeleta y tiene suerte, hasta con el piso también. Creatividad.
Estamos tan inmersos en un mundo en el cual todo parece estar ofertado por alguien, que te quedas, engañosamente, inválido de recursos, cuando estos están siempre a tu alcance, dentro de ti. Saturados los sentidos con bombardeos constantes de "lo necesitas", se te hace difícil ver por donde puede aflorar esta capacidad innata de supervivencia, y todos la tenemos, todos. Nos cuentan demasiadas e inecesarias mentiras.
Los animales salvajes, no los de laboratorio, viven hacia adelante, el ser humano, y mucho me temo que también los animales de laboratorio, esperamos-esperan a ver que pasa, hasta que un acontecimiento inesperado quita las gafas de la ofuscación. Entonces la perspectiva del mundo se transforma totalmente, uno quiere responderle como siempre, pero es imposible, ya no hay marcha atrás. O caminas o te mueres. Por favor, no seamos como esos pobres animales de laboratorio, no lo somos, por suerte para nosotros. Es aquí donde aparece ese instinto innato, algo que estaba ensordecedoramente apagado por las sirenas sutilmente sordas de los peligros anunciados, los que te inculcaron y los que tú fuiste alimentando a base de frustraciones dolorosas, sin ver que precisamente éstas son las que te están dando la señal de que no haces algo bien. ¡Pero, Dios, cuánto tiempo puedes tardar en ver esto, cuánto!. Por eso mismo hoy se me alegró el alma, sabiendo de la vitalidad creativa de ese hombre, que no se derrumbó ante la apabullante insulsia del "debes pagar". Otra falacia más. Pero quedará para otro momento.
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