En una de la etapas de mi vida, en cierta ocasión mi abuelo y yo discrepamos en algo. Habían comprado un reloj, era fabricado en Japon, y señalé que el cuatro en números romanos no se escribía con cuatro palotes. Rapidamente saltó mi abuelo: "¿qué vas a saber tú más que los japoneses?". Me quedé de piedra, yo me sabia poseedora de la verdad, pero era cuestionada por alguien con más autoridad que yo, que no conocimiento. A día de hoy me doy cuenta de que esa reacción tan furibunda de mi abuelo, no era sino la respuesta a un impulso interno, el de sentirse tonto ante una niña. Y mi reacción automática fue ponerme a la defensiva con la misma rapidez, diciendo que yo habia estudiado y que sabia más que él. Los dos queriamos tener razón, lo necesitabamos a toda costa, pero no nos dabamos cuenta de que así ninguno la tenia, aunque uno estubiera más acertado que otro. Cada cual tiene sus razónes para decir lo que dice, y en muchas ocasiones nos olvidamos de las formas, o sea asertividad (antes era educación), olvidando que lo importante es escuchar al otro. ¿Y que quiero decir con escuchar? Pues poner todos los sentidos en lo que el otro esta intentando decirme, escuchar con el alma, en vez de con la razón, puesto que la razón siempre quiere tener la sartén por el mango para demostrar que sabe más que nadie, o que no la engaña nadie. Esto me ha evitado un sinfin de situaciones incomodas, ya no pretendo tener razón, sólo entender al otro y hacerme entender por él. Ya no tengo miedo de que me puedan engañar o manipular , con lo cual tampoco tengo necesidad de engañar ni de manipular, viajando así mucho más ligera.
Por cierto sigo sin saber por qué los relojes con números romanos traen el cuatro con cuatro palotes.
También pienso que los verdaderos motivos por los que hacemos las cosas no suelen ser las razones aparentes y obvias.
ResponderEliminarSeguiré tu blog. Un saludo.
Respecto al IIII de los relojes con números romanos, estas explicaciones ofrece la Wiki:
"Un relojero suizo entregó un reloj que su soberano le había encargado, pero cometió el error de representar el número 4 como IIII y no usando el IV. El monarca, indignado, hizo ejecutar al desafortunado artesano, y desde ese momento, a modo de protesta y homenaje, todos sus colegas comenzaron a usar el IIII en vez de IV.
El conjunto de cuatro caracteres IIII crea una simetría visual con su opuesto en la esfera VIII, cosa que el IV no logra.
Poniendo IIII, el número de símbolos sobre el reloj es: 20 símbolos I, 4 símbolos V y 4 símbolos X, estos números son múltiplos de 4, por lo que es posible, para los fabricantes de reloj, hacer un molde para la fabricación de 5 símbolos I, una V y una X, con lo que esto supone de ahorro en la fabricación de los símbolos. También es posible hacer los moldes siguientes para su uso una sola vez:
V IIII IX
VI II IIX
VII III X
VIII I IX
IIX invertido proporciona el XII. Además tenemos dos IX uno de los cuales, invertido, proporciona el XI.
IIII fue preferido por los romanos en la antigüedad.
También se sugería que el IV corresponde a las dos primeras letras de Júpiter, (IVPITER en latín), el dios romano, su uso, por tanto, no era apropiado.
El símbolo I es el único que aparece en las primeras cuatro horas, el V aparece las siguientes cuatro horas y el X las siguientes cuatro, proporcionando una simetría rota usando el IV.
IV es más difícil de leer con la inclinación en la esfera del reloj.
Luis XIV, rey de Francia, prefería IIII sobre IV, por lo que ordenó a sus relojeros producir relojes con IIII en lugar de IV, instituyendo una costumbre que perdura."
Nunca me había preguntado eso del reloj, es más ni me había preguntado ese hecho (ya leí el comment de arriba y entendí :))..., pero también voy aprendiendo a ser así, escuchar y tratar de ser entendido, a veces pierdo los estribos no miento, pero mejor es tener quietud y escuchar las razones de otros para un mejor entendimiento.
ResponderEliminarFijate, muchos geminis siempre quieren tener la razón, quizas por la edad también!