miércoles, 30 de enero de 2013

Confía en ti mismo

haideé iglesias

El rey había convocado un concurso para reunir a los mejores nadadores de diferentes reinos. El día del concurso amaneció tempestuoso y ventoso, pero ya no hubo lugar para suspender el concurso, las aguas del río fluían violentes y arrolladoras. Los mejores nadadores dieron comienzo a la carrera. Nadaban con habilidad, pero las condiciones eran muy difíciles. Uno de ellos estuvo a punto de morir en un remolino y abandonó la competición; otro se golpeó con una roca y dejó la prueba; otro se enganchó en unas ramas y desistió de seguir en el concurso, y así sucesivamente todos iban abandonando... pero había uno que proseguía nadando hacia la meta. Su capacidad era prodigiosa. Nadaba con extraordinaria soltura, sabiendo cuándo dejarse llevar por la arrolladora corriente, cuándo decantarse a uno u otro lado, cuándo bucear o dejarse ir por la superficie de las tumultuosas aguas. Todas estaban sorprendidos por su magnífica manera de nadar, por su fantástica proeza. Y por fin llegó a la meta, sólo él, consagrándose como campeón indiscutible. Entonces el monarca le hizo llamar, le felicitó y luego le preguntó:
–¡Quién te ha enseñado a nadar así, apuesto joven?
–¡Oh, señor! –exclamó el muchacho–. Yo no sé nadar.
–Pero, ¿no eres uno de los nadadores del concurso?
–Ah, no, señor! Soy pastor e iba llevando el rebaño junto al río, di un traspiés y me vi sumergido en las aguas. Entonces sentí que ellas no tenían por que vencerme y me comporté como lo hago con mis ovejas: a veces soy suave, otras firme; a veces las dejo hacer y otras las controlo. Así fui dejándome llevar por las aguas y confiando en mí. Realmente es muy fácil eso de nadar; así que no sé por qué, señor, me dais este saquito de monedas de oro. 

"Cuando hay confianza en uno mismo, surgen aliados y recursos internos muy positivos." 

Ramiro Calle.


2 comentarios:

  1. Gracias por esta entrada.

    Mientras que no sabemos que sabemos, actuamos como sin saber... y en la entrega, en la confianza se resuelve esa ignorancia. Una confianza en el ser que sabe en nosotros deshace la mente...

    Un abrazo lleno de gratitud.

    pilar

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  2. ¡Hola! pilar: he entrado en tu blog y me encontrado con esta frase:" Los comentarios de este blog están limitados a los miembros del equipo" ¿Dónde está la "Una confianza –que dices se ha de tener– en el ser que sabe en nosotros..."?

    ¿Dónde la confianza en ti misma-o?

    Entiendo que actuamos sin saber, no "como sin saber"... Ya he vivido esta experiencia con alguien que soltaba palabras pero no entendía absolutamente nada de lo que decía (esto sería "actuamos como sin saber"... así, que distingo bien que es y que no es... esto es "actuar sin saber"... Una gran diferencia. La humildad y la inocencia son la diferencia.

    Cuando uno adopta una actitud de comprensión, y no ha llegado a la comprensión, todo se le vuelven pruebas... hasta comprender... ¿Puedes comprender esto? Porque es lo más importante para dejar de sufrir y encontrar la luz. Mientras tanto parece que... pero no es...
    Un abrazo -.-

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