haideé iglesias
Varias pueden ser las causas por las que una persona no logra la iluminación a pesar de llevar a cabo una práctica intensiva.
Quizá se hayan hecho adictos a los aforismos Zen.
Quizá se aferren a un tipo de meditación que los transporta a un reino de supuestas maravillas.
Quizá conciban el vacío como mera ausencia de forma.
Quizá sólo cultivan el Zen y el Budismo en su propia mente.
Quizás su búsqueda de iluminación no sea más que un intento de escapar de la ilusión.
Quizá en su momento no encontraron un maestro realmente iluminado y permanecen engañados en la trampa de la imitación.
Pero los principiantes no son los únicos que padecen este tipo de problemas. También ha habido maestros que experimentaron la mente esencial, vislumbraron su naturaleza original y lograron acceder al estado original sin llegar a comprender, no obstante, la verdad completa.
Maestro Mi-an
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