jueves, 16 de octubre de 2008

SEWA bajo ataque (Asociación mujeres autónomas India)

Disculpar si esta entrada es un poco larga, me parece relevante ponerla, y máxime cuando hace una hora que me he enterado de que está amenazada.
La autoestima es física: las mujeres de Ahmedabad
En la India moderna, las mujeres que venden verduras en la calle, lían cigarrillos o tejen cestos para venderlos mientras amamantan a sus bebés, transportan materiales de construcción sobre la cabeza formando largas cadenas humanas y realizan otros miles de trabajos individuales a destajo, constituyen el sector de las llamadas “trabajadoras autónomas”, el escalón más bajo de la fuerza de trabajo. Sin embargo, su labor es indispensable. Además de fabricar y distribuir gran número de pequeños artículos, también remiendan y revenden cacharros de cocina, recogen desechos de papel en las oficinas y en los vertederos de basura, y enderezan los clavos usados para su reutilización: un sistema de reciclaje humano en un país donde todo se usa repetidas veces.
Además de ser las trabajadoras más pobres de la India, también están sujetas a penalidades especiales por el hecho de vivir en un cuerpo femenino. El valor atribuido a una niña es tan inferior al de un niño que dos terceras partes de la mortalidad infantil antes de los cuatro años corresponde a las niñas, como consecuencia del infanticidio y de la práctica de reservar los alimentos y la atención médica para los varones en caso de escasez. La probabilidad de que una niño asista a la escuela es muchísimo más baja, hasta el extremo de que las tasas de alfabetización femenina sólo representan la mitad del nivel masculino (y entre estas trabajadoras autónomas a menudo son aún muchísimo más bajas) y el reconocimiento de sus derechos humanos es tan ínfimo que el asesinato de la esposa para tomar otra –y conseguir de este modo otra dote- es uno de los principales sufrimientos contra los cuales se enfrenta el movimiento de mujeres de la India.
En un mundo que tan poco las valora, sus motivos, para la autoestima son escasos. De ahí la importancia de la lección que pueden enseñarnos sus éxitos.
La prensa y las instancias gubernamentales habían venido condenando durante años el duro trabajo físico que deben realizar estas mujeres, pero todo seguía igual. Hasta que en 1971 una joven organizadora laboral de orientación gandhiana llamada Ela Bhatt adoptó un nuevo enfoque: les preguntó a las propias mujeres cuales eran sus aspiraciones.
Descubrió que la insistencia por parte de especialistas sin callos e las manos en que ese trabajo no era propio de mujeres era motivo de burla e irritación entre ellas desde hacía tiempo. No estaban dispuestas a renunciar a un trabajo que contribuía a dar de comer a sus familias y les proporcionaba un pequeño grado de autonomía. Lo que querían era poder realizarlo en mejores condiciones: disponer de un lugar seguro donde poder dejar a sus hijos; recibir mayor remuneración por sus productos artesanales o reciclados y su trabajo en la construcción; no verse obligadas a pagar sobornos a la policía para que les permitiera vender sus productos en la calle; librarse de los prestamistas que les cobraban intereses usurarios por el puñado de rupias que debían pedir a crédito cada mañana para adquirir las verduras o materias primas y que devolvían al final de la jornada. Por último, también querían disponer de un lugar seguro para constar sus magros ingresos fuera del alcance de sus maridos, que de lo contrario se apropiaban de ellos considerando que les pertenecían.
Pero a la vez que expresaron todos estos deseos, también manifestaron su convencimiento de que nada podían hacer. No confiaban en los demás, ni en Ela Bhatt, y no tenían motivo para creer en la posibilidad de un cambio. ¿Quién querría escuchar a un grupo de mujeres pobres y analfabetas?
Cuando conocí a Ela y a algunas de estas mujeres de Ahmedabad en 1978, su Asociación de Trabajadoras Autónomas, cuyo acrónimo SEWA también significa “servicio”, contaba casi seis años de existencia. Habían denunciado la corrupción de la policía que les exigía sobornos, habían organizado guarderías y centros de atención infantil, e incluso habían conseguido el beneplácito del Banco de la India para establecer una oficina bancaria especial donde obtener sus pequeños créditos y depositar sus duramente ganados ahorros. Ellas mismas habían creado literalmente un banco. (El problema del analfabetismo se había resuelto incorporando una fotografía de cada una a su libreta de depósito. “Aunque no sepamos leer, sabemos pensar”, me explicó una de ellas con una sonrisa). Hasta el grupo que patrocinaba la labor de Ela Bhatt –un sindicato textil ganhdiano que no creía posible organizar a aquellas mujeres, por considerar que ellas eran demasiado pasivas y sus ocupaciones demasiado dispares-, comprobó con asombro los resultados conseguidos, muy superiores a los logrados por sindicatos más organizados con una afiliación más instruida.
¿Cómo explicaba esta diferencia? En primer lugar, habían contado con el respaldo de una mujer que conocía por experiencia propia los problemas de la condición femenina y que había escuchado como una hermana de lucha las opiniones de cada una. Por primera vez, alguien concedía importancia a sus palabras. En segundo lugar, habían contado con el apoyo mutuo y el respaldo de la pequeña pero creciente lista de éxitos conseguidos en sus enfrentamientos con las prácticas policiales corruptas y los abusos empresariales. Como abogada y organizadora experimentada, Ela conocía muy bien la importancia de escuchar y explicar las nuevas opciones, como manifestaciones, denuncias a través de la prensa e incluso el recurso a los tribunales.
Pero Ela Bhatt creía poder señalar un momento decisivo en el proceso.
Después de los esfuerzos en la creación de la asociación, Ela propuso celebrarlo con una excursión colectiva del grupo fundador. Aunque ninguna de las mujeres había salido nunca sin su familia y sus hijos, otros trabajadores a veces hacían excursiones. ¿Por qué no ellas?
Después de debatirlo, decidieron visitar varios santuarios hindúes próximos, pero aun así más distantes de sus hogares de lo que jamás se habían alejado aquellas mujeres. Tras muchos planes y preparativos para liberarlas de sus obligaciones familiares, cosa nada sencilla aunque sólo fuese por unas pocas horas, Ela alquiló un desvencijado autobús y se pusieron en camino.
Todo marchó sobre ruedas hasta que llegaron a un templo, para acceder al cual era preciso atravesar un río en barca. Las mujeres menstruantes tienen vedada la entrada en los templos y, como cabía esperar, algunas de ellas tenían la regla. Estaban convencidas de que si cruzaban el río, la barca se hundiría como castigo por haberse atrevido a desafiar la tradición y todas se ahogarían, puesto que no sabían nadar.
Apelando a todo la gama de emociones, desde curiosidad, hasta la rebeldía, Ela por fin logró persuadírlas para que se embarcasen, confiando su suerte al ancho río y al destino.
Completaron sanas y salvas la travesía. Depositaron sus ofrendas de frutas y flores en el templo y volvieron a cruzar el río, nuevamente sin ningún contratiempo. Por primera vez en sus vidas, habían desafiado unas normas que las denigraban y habían salido triunfantes de la prueba.
En cierto modo, todo lo que ocurriría después tuvo su origen en aquel primer desafío y aquella primera victoria. Si los cuerpos de las mujeres no eran en realidad tan “impuros” e inferiores como se decía, quizá su trabajo tampoco fuese tan inferior.
Ahora tras doce años de existencia, la Asociación SEWA es el sindicato de mujeres más poderoso de la India y uno de los más importantes del mundo, con organizaciones de base autónomas en otras nueve regiones. Ofrece créditos que permiten a las mujeres cultivar la tierra y establecer pequeños negocios, y así arañar un mínimo de seguridad en un sistema que brinda escasas salidas para quienes ocupan los estratos más bajos. Ela Bhatt, por su parte, ha colaborado con el Banco Mundial como consultora en temas de desarrollo económico de base y ha sido diputada en el Parlamento de la India. Pero ante todo es una organizadora y sigue dedicando la mayor parte de su tiempo a fomentar la autoafirmación y la iniciativa entre las mujeres más pobres.
La Asociación SEWA se ha convertido en un modelo de autoayuda y emancipación económica para las mujeres en todo el Tercer Mundo. E incluso en un país industrializado como el nuestro se la cita como ejemplo universal para cualquier iniciativa de autoorganización de las mujeres pobres o desprovistas de poder por cualquier otro motivo.
Pero el ejemplo de estas menospreciadas mujeres también debería servir de inspiración a cualquier persona, mujer u hombre, que en cualquier lugar del mundo sea víctima de una desvalorización tan profunda que parece ser inherente a la realidad de su propio cuerpo, ya sea de edad, o de cualquier otro tipo.
Si los sentimientos de inferioridad tienen sus raíces en nuestro cuerpo, la autoestima debe empezar también por él.
"La revolución desde dentro" Gloria Steinem

Las emociones son una de las respuestas-soluciones con las cuales se puede comprender como encontrar herramientas para poder ayudar y ayudarse. Lo que empecinadamente llamamos realidad tiene muchas facetas, cada ser humano ve la suya, por ello poner en cuestión esa pretendida realidad, interior o exterior es tan importante. Hay muchas historias que pueden romper los mitos, sean cuales sean. Algunas personas cercanas a la ciencia se ha empeñado en romper sólo una gama (las supersticiones, la religión, el pensamiento mágico), pero se olvidaron de dedicarse a las emociones (y cuando han hablado de ellas ha sido desde el ámbito de los animales y por pura supervivencia, dentro de la teoría de la evolución, aun en el cognitivismo que se circunscribe al ámbito del cerebro). Sería conveniente aprender a pensar por nosotros mismos y ver de que manera se puede derribar todo aquello que damos por hecho. No es bueno pensar que la palabra de alguien es infalible, incluida la de uno hacia si mismo. Saber discriminar donde puede estar esa verdad es difícil, y para muchos imposible. Y es curioso, porque precisamente cuando una persona ha logrado llegar más lejos en ese entendimiento, más se aleja de ponerse en posición de afirmar verdad alguna.

Un ejercicio saludable y recomendable, más que intentar ser objetivos y no tener prejuicios, consiste en intentar explicar, buscando razones para ello, como podrían no ser acertadas mis creencias.
Intentar explicar una teoría contraria a la nuestra, puede reducir e incluso eliminar el sesgo de perseverancia en la creencia.
Anderson (estudios en Psicología Social)
Las emociones están tanto para bien, como para mal. Ahora mismo esta asociación esta siendo atacada por un gobierno que la percibe como amenaza. Al final MIEDO. Siempre es el miedo el causante del egoismo y otras desdichas que provoca el ser humano. Es nuestro eterno compañero. Cuanto primero lo veamos, mejor podremos actuar para atajar las acciones de las personas que tanto miedo tienen. No hace falta sublevarse, no hace falta violentarse, sólo hace falta entender que estas personas tienen más miedo que todos aquellos a los que pretenden quitar de en medio. Lo pongan del color que lo pongan, sigue siendo miedo. Este siempre fue una de las más poderosas herramientas usadas por los regimenes totalitarios. Bien ¿encontraremos nosotros a través de entender que estas personas tienen aun mucho más miedo que nosotros, las herramientas para hacerles comportarse como seres humanos en armonía?No hace falta que creais mi versión, pensad por vosotros mismos. Granitos de arena, cada uno el suyo. Pongo el enlace a este blog (pinchar, por favor) en el que habla de la noticia y, donde trae los correos de esta Asociación para poder enviarles mensajes de apoyo. No piden más.

Aqui me parece que están reflejadas las dos caras de una realidad, entre las miles que hay. La autoestima (SEWA) y la falta de autoestima (este gobierno que se siente amenazado por la libertad de esta Asociación).

8 comentarios:

  1. Mi familia colabora con la Fundación Vicente Ferrer y su gran labor con los intocables.

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  2. Las desigualdades en el mundo están más extendidas que la gripe. Lo que tu nos cuentas es lo más evidente pero incluso en este primer mundo nuestro existen.

    Un abrazo.

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  3. ¡Hola!javier: es bueno que haya estas iniciativas, y que aquellos que no puedan o sepan como ayudar colaboren con ellas, del modo que sea. El caso es apoyar y poner algo de parte de todos. Recriminando y dejandose llevar por los pensamientos negativos, no se camina mucho, la verdad. Así lo veo yo al menos. Me alegra saber de ello :)
    Un fuerte abrazo

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  4. ¡Hola!juan carlos: si, muchas muy cercanas, mucho más de lo que las percibimos cotidianamente.
    Pero no he querido transmitir un mensaje negativo, todo lo contrario, aunque no sé si lo he logrado. Si tu crees en ti mismo, sales adelante. Unos discurriran por si mismos, otros necesitaran que les quiten el miedo, pero la autoestima es vital.
    Y del miedo de los que amenazan, ese es en el que quiero hacer incapié. Parece dificil de entender que nos mueve más el miedo que cualquier otra emoción, mas a través de los años he tenido constancia y tiempo suficiente para constatar esto que digo. Mas de poco importa que lo diga yo o cualquier otro, si los receptores del mensaje no lo ven. Por eso digo que poco a poco... como se dice: sin prisa pero sin pausa.
    Un fuerte abrazo

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  5. Haideé

    Hay mucha discriminación en el mundo, pero también hay mucha gente que lucha diariamente con escasos recursos y poca técnica para salir adelante.

    Pero si se unen, si encuentran a alguien que encauce su lucha, si se organizan pueden llegar a tener mucha fuerza, pueden llegar a tener sus pequeños negocios. Pero hace falta alguien que los lidere, que los organice y que los defienda, como es el caso de Ela Bhatt.
    Oajal que este sea un ejemplo que sirva de semilla en todo el mundo para mmuchas clases desprotegidas y que desean salir de la miseria en que viven.

    Salud Paz y Amor.

    Juan Antonio

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  6. ¡Hola!juan antonio: procurar ver siempre donde está la solución. En muchos momentos podemos estar perdidos pero algo o alguien puede encender una luz que nos abra los ojos, o bien lo físicos o bien los del alma. Tenemos demasiados prejuicios, y no precisamente de los que más se habla, por ello a mi me gusta hablar de la otra posibilidad, como es este ejemplo.MIorando y pensando en positivo. Efectivamente hay miles. Y nosotros con nuestra solidaridad, también podemos hacer mucho.
    Gracias amigo, también para ti.
    Un cariñoso abrazo.

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  7. Supongo que fue una experiencia muy bonita, no? Es muy admirable la creatividad y el valor de muchas personas como la del escrito, que es capaz de crear una sociedad digna donde antes solo había corrupción, pobreza y desigualdad. Muchas gracias por haberme dado la posibilidad de conocer esta asociación.

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  8. ¡Hola!josep: gracias a ti por compartir y tener sensibilidad para poder entender :)
    Un abrazo

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