Cuentan que un hombre llegó a la conclusión de que vivía muy condicionado tanto por los halagos y aceptación de los demás, como por sus críticas y rechazo. Dispuesto a afrontar la situación, visitó a un sabio. Este, oída la situación, le dijo:
-Vas a hacer, sin formular preguntas, exactamente lo que te ordene. Ahora mismo, irás al cementerio y pasarás varias horas vertiendo halagos a los muertos; después vuelve.
El hombre obedeció y marchó al cementerio, donde llevó a cabo lo ordenado. Cuando regresó, el sabio le preguntó:
-¿Qué han contestado los muertos?
-Nada señor, ¿cómo van a responder si están muertos?
-Pues ahora regresarás al cementerio de nuevo e insultarás gravemente a los muertos durante horas.
Cumplida la orden, volvió ante el sabio, que lo interrogó:
-¿Qué te han contestado los muertos ahora?
-Tampoco han contestado en esta ocasión; ¿cómo podrían hacerlo? ¡están muertos!
-Como esos muertos has de ser tú. Si no hay nadie que reciba los halagos o los insultos, ¿cómo podrían éstos afectarte?
Decir que es difícil, es hacer exactamente lo contrario de hablar con los muertos. ¿Por qué razón tenemos tanto miedo a las palabras de los demás? Si nosotros no les damos significado más allá de lo que son –palabras-, y además no nos hemos deshecho de nuestros prejuicios o inseguridades antes, el campo de cultivo está servido para caer en las redes de los halagadores o de los improperios que nos suelten algunos. En el halago, se rinde nuestro débil ego, lleno de carencias y muy baja autoestima. En el insulto, se rinde nuestro soberbio ego, lleno de arrogancia y prepotencia. Ni más ni menos que aquello que nos agrada o molesta en el otro es aquello que tengo que mirar dentro de mí. El otro es el espejo que refleja mis carencias.
Sin solucionar antes estos condicionamientos, nos costará poder evolucionar hacia una mejor y más comprensiva sociedad, además de libre. Y la sociedad la constituyen los individuos, no al contrario.
Qué vivir en un determinado marco cultural puede condicionar el pensamiento, cierto, pero pienso que tenemos un hermoso cerebro que nos permite reflexionar, entre otras muchas capacidades. Entonces no me parece que estar siempre echando balones fuera nos beneficie en nada.
Hacernos responsables de nosotros mismos. Esto lleva siglos diciéndose, sólo hay que aprender a escuchar y pensar que todos somos capaces de llevarlo a cabo, no sólo unos pocos privilegiados, sino todos.
Alcanzar la libertad duele, y más cuando se desconoce lo que significa. Al realizar este camino de autoconocimiento descubriremos en nuestro interior algo muy valioso que ha estado confuso y perdido sin saber que ese ser en realidad somos nosotros; alguien que ha estado construyendo carcasas para poder protegerse del dolor. Esta actitud nos ha hecho olvidarnos de quien heramos en realidad, confundiéndolo con nuestra libertad, queriendo protegerla a toda costa y no es más que miedo. Este dolor es el que nos lleva a necesitar los halagos o a sentirnos ofendidos. Todo son constructos mentales erróneos de nosotros mismos y que son una gran cárcel. ¡Cuánto derroche de energía para perdurar en el error! ¡Cuánto ego que nos convierte en ciegos! La libertad te hace respirar hondo y sentirte ligero.
-Vas a hacer, sin formular preguntas, exactamente lo que te ordene. Ahora mismo, irás al cementerio y pasarás varias horas vertiendo halagos a los muertos; después vuelve.
El hombre obedeció y marchó al cementerio, donde llevó a cabo lo ordenado. Cuando regresó, el sabio le preguntó:
-¿Qué han contestado los muertos?
-Nada señor, ¿cómo van a responder si están muertos?
-Pues ahora regresarás al cementerio de nuevo e insultarás gravemente a los muertos durante horas.
Cumplida la orden, volvió ante el sabio, que lo interrogó:
-¿Qué te han contestado los muertos ahora?
-Tampoco han contestado en esta ocasión; ¿cómo podrían hacerlo? ¡están muertos!
-Como esos muertos has de ser tú. Si no hay nadie que reciba los halagos o los insultos, ¿cómo podrían éstos afectarte?
Decir que es difícil, es hacer exactamente lo contrario de hablar con los muertos. ¿Por qué razón tenemos tanto miedo a las palabras de los demás? Si nosotros no les damos significado más allá de lo que son –palabras-, y además no nos hemos deshecho de nuestros prejuicios o inseguridades antes, el campo de cultivo está servido para caer en las redes de los halagadores o de los improperios que nos suelten algunos. En el halago, se rinde nuestro débil ego, lleno de carencias y muy baja autoestima. En el insulto, se rinde nuestro soberbio ego, lleno de arrogancia y prepotencia. Ni más ni menos que aquello que nos agrada o molesta en el otro es aquello que tengo que mirar dentro de mí. El otro es el espejo que refleja mis carencias.
Sin solucionar antes estos condicionamientos, nos costará poder evolucionar hacia una mejor y más comprensiva sociedad, además de libre. Y la sociedad la constituyen los individuos, no al contrario.
Qué vivir en un determinado marco cultural puede condicionar el pensamiento, cierto, pero pienso que tenemos un hermoso cerebro que nos permite reflexionar, entre otras muchas capacidades. Entonces no me parece que estar siempre echando balones fuera nos beneficie en nada.
Hacernos responsables de nosotros mismos. Esto lleva siglos diciéndose, sólo hay que aprender a escuchar y pensar que todos somos capaces de llevarlo a cabo, no sólo unos pocos privilegiados, sino todos.
Alcanzar la libertad duele, y más cuando se desconoce lo que significa. Al realizar este camino de autoconocimiento descubriremos en nuestro interior algo muy valioso que ha estado confuso y perdido sin saber que ese ser en realidad somos nosotros; alguien que ha estado construyendo carcasas para poder protegerse del dolor. Esta actitud nos ha hecho olvidarnos de quien heramos en realidad, confundiéndolo con nuestra libertad, queriendo protegerla a toda costa y no es más que miedo. Este dolor es el que nos lleva a necesitar los halagos o a sentirnos ofendidos. Todo son constructos mentales erróneos de nosotros mismos y que son una gran cárcel. ¡Cuánto derroche de energía para perdurar en el error! ¡Cuánto ego que nos convierte en ciegos! La libertad te hace respirar hondo y sentirte ligero.
Halagos y criticas. Primero hay que empezar entiendo eso, que nosotros somos los que tenemos que saber que halago aceptamos y cual no. Ese es primer parametro a cambiar, que quizas tambien viene mal entrazado de entradam y que nos hace pensar que todo halago es bueno, y encima que de eso dependemos para ser aceptados o reconocidos, y que toda critica es cierta y encima que eso signfica que no merecemos ningun otro halago o reconocimiento ni siquiera d enosotros mismos y ni siquiera en cuanto a otra cuestion. Asi pensamos a veces, asi crecimos muchos pensando. Y es momento de empezar a tamizar todas esas creencias y entender que no es asi. El que no critica bien, nos hara una critica constructiva que no menoscabara nuestra personalidad ni nos hara sentir menos o mas. Pero tambien depende de uno, de saber que ninguna critica nos juzga y si alguna lo hace no deberiamos prestarle atencion. Las criticas son para crecer. Y los halagos son mimos, y tambien debemos saber que si nos lo tenemos, nosotros mismos debemos mimarnos. De ahi parte el quererse a uno mismo, de querer y confiar en lo que uno hace. De hacerlo con el alma. Con la mejor intension. Y luego el mimo, claro que es lindo, pero no como pilar para construir, y que si no lo tenemos todo se derrumba porque nadie vio fantastico algo que hicimos, no.
ResponderEliminarQUERERSE A SI MISMOS, ASI IMPERFECTOS COMO SOMOS; HUMANOS COMO SOMOS, Y TRATANDO DE SER MEJOR; PRINCIPALMENTE MEJOR PERSONA, QUE LO DEMAS ES SOLO VESTIMENTA.
BESOS!!!!!!!!!!!
donde dice "el no critica bien" debe decir "el que NOS critica bien". Aclaro porque el sentido cambia. je. que siempre me olvido alguna que otra letra, y ni hablar de las faltas, ya sabes!!!!!!!
ResponderEliminar.
ResponderEliminarSiempre recibimos halagos e insultos.
Debemos desarrollar la habilidad de detectar cuántos se corresponden con nuestra realidad y saber vivir con la misma, aún cuando nos cueste.
No es necesario visitar los cementerios aunque algunos son muy fotogénicos.
Besos
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Es complicado, aun sabiendo lo que nos perjudica darle más importancia a las palabras ajenas, quitarse el sayo de la inseguridad y la dependencia. Crecemos con él, sobre todo necesitando los halagos para reforzar nuestras decisiones. Y aprendemos a buscarlos y a evitar las críticas. Al menos, gran parte del mundo crece así.
ResponderEliminarPero nunca es tarde ¿no? Encontrándome estoy siempre.
Besos
Es posible desprenderse de ello aunque también sé que es difícil,cambiando uno cambia el mundo y esa es parece ser a estas alturas ,la única manera de lograr que algo se mueva.
ResponderEliminarVivimos en una sociedad que premia la apariencia válida para los otros,que juzga como correcto e incorrecto según los patrones establecidos.
Gracias por despertar conciencias.
Un abrazo!!
Me gusta...si señora: ¡Me gusta!
ResponderEliminarUn abrazo.
Haideé
ResponderEliminarEste es un mensaje con mucha luz.
Cuando vivimos el aquí y el ahora ya no nos hacen mover de nuestro camino ni los halagos, ni las críticas.
Vemos todo con los ojos del alma, observando todo tal como es sin los condicionantes del pasado, sin ponerle el color de nuestra educación, de nuestra experiencia.
¡Caminamos y lo conseguimos!
Que Dios te siga bendiciendo para siempre.
Juan Antonio
Los halagos y las críticas hay que tomárselas en su justa medida, sobre todo porque aunque no lo parezca no dependen de nosotros para nada; las habrá sinceras, pero las habrá muy interesadas.
ResponderEliminarTenemos que centrarnos en que nuestros éxitos no vendrán dados por los halagos, como tampoco los fracasos por las críticas. Algo habremos hecho bien, o mal, para que nos suceda.
Un abrazo.
¡Hola!serhumana: hay palabras que expresarian mejor lo que dices, elogiar o encomiar, y que ciertamente son mimos que te pueden hacer sentir bien, pero hasta de eso es bueno huir, por no caer en la necesidad de alimentar el ego, como tan bien lo expresas tú al darte cuenta de que las críticas bien hechas son para hacerte crecer... y con ello también nos obliga a reflexionar, pues podemos hacernos dependientes hasta de nosotros mismo. En realidad estamos diciendo lo mismo, así mejor callo, ¿verdad? :) pues igual estoy incurriendo en lo que quiero evitar,jeje...
ResponderEliminarEl autoconocimiento da paso a la humildad, que es para mi el logro de la honestidad, y no hay mayor libertad que esto. No depender ni de ti mismo...el espejo, esto es lo importante, que es lo que no te gusta en el otro para saber que es lo que esta en ti que no te gusta de ti mimso, hablar con los muertos, este espejo te responde pero si lo sabes mirar... bueno, y como nota de humor, el señor este debio quedar bien agusto al despachar toda su bilis allí, jajajaja ¿o no? Bendito sentido del humor, que no me abandone nunca. Así al menos no ofendió ni alabó a nadie, pero quizá sacó su veneno,¿verdad? y de esto también se aprende. ¿Por qué hay esa necesidad de descargar?
TÚ ya sabes que no hay problema, que te entiendo, pero es mejor para tí, así como lo he comprobado para mi misma, pues la conciencia plena trabaja mejor, ¿si?
Besos, besos y besos!!
Ya ves que aún así, se me escapa algún fallo :)
ResponderEliminar¡Hola!algial: cada uno ha de encontrar su simbolismo... y la libertad se gana siendo honesto, y dejando de mentir...y mentir también es ocultar... entonces, ¿para qué todo lo demás? demasiado peso a soportar... y nada de libertad... y si, me encantan los cementerios, son parte de la vida de un pueblo...hablan mucho de su idiosicrasia...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola!ego: así es, nos van adoctrinando para que seamos obedientes, en su afan por domarte, te convierten en sirviente al necesitar la apobación de los demás,y por supuesto, a no sentirte bien si te dicen algo que te molesta, así obedeces...
ResponderEliminarsaber porque molesta... saber porque necesitamos tanto a los otros...
la respuesta esta en nuestra alma, no en las palabras de los demás... ella siempre nos habla... se que esto que digo no es nada fácil, pues se mezclan muchas cosas, culpa, prejuicios, estereotipos, y el ego,ese ciego embaucador de lo que somos... encontrandote,si,y sintiendo :)El espejo...
Un cariñoso abrazo
¡Hola!deva: atención, atención, atención, honestidad, honestidad, honestidad... los demás son el espejo,esto lo sabes... es malo imitar, porque entonces uno ya no sabe quien es...encontrar ese ser que es uno, ese ser que es la esencia de nuestra alma...lo demás son palabras huecas de contenido, por muy bien que suenen...y otra vez estamos con los halagos y las ofensas... ego... perverso ego...
ResponderEliminarCariños
¡Hola!juan antonio: caminando pues...gracias, que las bendiciones nos acompañen a todos...
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo
¡Hola!juan carlos: y nuestros miedos que también son acompañantes que nos hacen incurrir en muchas equivocaciones... por eso mirar para adentro, todo ocurre por algo... y lo más importante, que es para aprender...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola!cornelivs: disculpa... espero que te ayude a mirar para adentro, es donde está nuestra verdad...
ResponderEliminarUn abrazo
Suspenso.
ResponderEliminarBuhos y caballitos super...
Sin matemáticas... Sin política...Sin filosofía
Me encanta tu silencio...
Lo social... (por la web, no llegará a nada - hazme caso)
Puto capitalismo, sin perdón...
reconozco que soy una persona a la que no le importa en demasía lo que piensen los demás de mí, ya que para gustos los colores y de opiniones hay mil.. pero conozco a una persona que trabaja conmigo que no le iría nada mal ir a visitar a ese sabio, ya que tiene el ego tan sumamente subido que se cree perfecta... en fin, un caso irreparable... Besos
ResponderEliminarOstras pues es verdad, yo hubo un tiempo que visité lso cementerios, alguno incluso de noche
ResponderEliminarsaludos brujos.
¡Hola!chupi: ¡bien!:),mismos gustos por lo que veo...bueno, pues te haré caso :)
ResponderEliminarMenos negatividad...mucha menos, si no vencedores ellos...
Un abrazo y bienvenido :)
¡Hola!hawkeye: ese personaje que sigue siendo el mismo de siempre... te atormenta... no le mires a él, mira en tú interior que es lo que hace que esta persona te haga sentir así, los que menos nos gustan son nuestros mejores maestros... mira dentro de ti...todo sucede por algo... hay algo que tienes que aprender y superar...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
¡Hola!santiago:a ti también te gustan los cementerios... pero más bien... querias comprobar... y no te respondió nadie... porque nada tenias que escuchar de afuera, sólo de tu interior has de estar atento...
ResponderEliminarUn abrazo brujo
Creo que me has leido la mente.
ResponderEliminarHace días he venido pensando esto que has escrito.
Nunca he ido a un cementerio y la verdad no planeo pisar alguno, de hecho espero que me cremen cuando me muera (=
¡Hola!mengana: sincronicidad... no son malos lugares... sólo son tus propias fantasías, aliemtandas por los miedos de otros... todo es dar el primer paso...y ¿quién sabe? a lo mejor descubres algo importante de ti misma :)
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo...
Vaya...
ResponderEliminarY ahora... ¿Qué digo?
:-)
¡Hola!gabi:¿qué la vida merece la pena vivirla? di que si...se puede y tu puedes...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
Yo me callaré como un muerto,
ResponderEliminareso sí,
con media-sonrisa de macabra calavera
eso sí,
después de haber vivido una vida largando
eso sí,
dejando el silencio para aquellos que viven.
Suyo, Z+-----
Ciertamente dependemos en exceso de las opiniones de los demás, pero este es un mundo en el que desgraciadamente todo se vasa en las apariencias, en la superficie más que en el fondo. Yo no he logrado todavía quitarme la coraza y salir a la calle a pecho descubierto a enfrentarme al mundo sin más armas que las mías más sé que sería mucho más feliz y viviría más tranquilo si pudiera más de mi y no tanto de lo que piensen de mi.
ResponderEliminarPero, ai!, el halago debilita y la crítica, aún más, así que no es un camino sencillo. Más sigo caminando...
Gracias Haideé por tus palabras. Romántica imagen la del cementerio, aunque confieso que no se me había ocurrido. Aunque sea como ejercicio para desahogarse, a veces es conveniente.
Un mensaje muy valioso Haydeé. En realidad, solo resuena lo que proyectamos de regreso.
ResponderEliminarCuidate mucho!
¡Hola!de la vega: te veo muy combativo contra lo que no te gusta... el mejor ejercicio es mirar hacia adentro e intentar encontrar en uno aquello que tanto detesta en los demás... y si es posible encontrar el Amor... se comprende mucho mejor las debilidades de los demás... hay demasiados contra y pocos a favor...tanto peca el que grita como el que calla, el que grita porque necesita ser oido, y el que calla porque piensa que no puede hacer nada.
ResponderEliminarUn cordial saludo
¡Hola!jubal:pensar que no nos podemos deshacer del mundo en el que vivimos es un -para mi- grave error de apreciación e interpretación, basado en los condicionamientos a los que ya me he referido; pero uno ha de saber que para conseguir la libertad (de criterio, y personal) a de enfrentarse a sus miedos. Como digo hechar balones fuera no resuelve nada y agrava el conflicto o problema. ¿Duele? Pues si, de eso se trata de aprender que a pesar del miedo -porque dicho dolor no es más que los espejismos del miedo- que uno puede superar aquello que ve ahora imposible. Tú
ResponderEliminarmismo lo dices no es sencillo, nos hacemos comodos -curiosamente- y sobrevivimos malamente y en ocasiones enfermando, por el gasto de energía que supone aguantar semejante castillo, y nunca mejor dicho.
Si, así al menos no molestas a nadie y tú puedes quedar muy agusto... :)
Un cordial saludo y bienvenido.
Y de la vega: disculpas, bienvenido :)
ResponderEliminar¡Hola!yansidara:si, y pocos se dan cuenta...
ResponderEliminargracias :)
Un abrazo