En cierta ocasión, un anciano maestro no abrió la boca en todo un retiro. Uno de los participantes dijo: “¡Qué manera de perder el tiempo! No esperaba que el maestro enseñara totalmente el Budismo, pero hubiera bastado con que dijera un par de palabras. Verdad Absoluta”
Al escucharlo el anciano replicó: “¿Por qué te quejas? Es imposible decir una sola palabra sobre la Verdad Absoluta”. Luego, rechinando los dientes, agregó: “Hasta lo que acabo de decir es absurdo”
En la habitación contigua, un anciano que había escuchado casualmente la conversación exclamó: “Una exquisita olla de caldo echada a perder por los excrementos de dos ratas”.
¿Qué caldero no contiene uno o dos excrementos de rata?
Al escucharlo el anciano replicó: “¿Por qué te quejas? Es imposible decir una sola palabra sobre la Verdad Absoluta”. Luego, rechinando los dientes, agregó: “Hasta lo que acabo de decir es absurdo”
En la habitación contigua, un anciano que había escuchado casualmente la conversación exclamó: “Una exquisita olla de caldo echada a perder por los excrementos de dos ratas”.
¿Qué caldero no contiene uno o dos excrementos de rata?
¿Solo dos?
ResponderEliminar¿Tienes un día optimista?
Felicidades.
Las buenas ollas han de estar lejos de "maestros" y "alumnos".
Un beso
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Creo que son tiempos diferentes, que a veces uno está para aprender, y no sabe lo que se está perdiendo cuando la impaciencia lo gana y en vez de dejar que lo que sea ,sea, uno se pone a reclamar lo que supone que se le está debiendo...
ResponderEliminarCariños,
Lidia
Hola Haidée.
ResponderEliminarTe he conocido en mi blog, jejeje.
Bueno, he leído esta entrada y la verdad es que no me ha gustado mucho esas palabras del anciano al llamar ratas a los otros dos. No me ha parecido compasivo. Creo que el camino que nos lleva a Dios, pasa por el amor. Todos los seres de conciencia superior, lo son porque no distinguen entre ellos mismos y los demás. No ven la separatividad, así que un maestro siempre entiende la luz o la sombra del otro, como su propia luz o su propia sombra.
A lo mejor debí quedarme callado. Casi siempre lo hago, pero esta vez se me fue la lengua. Espero que no te lo tomes a mal. Besitos:
Tadeo
Efectivamente, en silencio es, generalmente, sintoma de inteligencia, prudencia, temo mas al que calla que al que habla mucho. En cuanto al comentario de mi post, tienes toda la razon, habitualmente intento hacer las cosas asi, pero no puede reprimir la vena revolucionaria de vez en cuando...
ResponderEliminarComo decia Prot, que raros sois los humanos.
un abrazo.
Mi querida Haydeé ,a veces parece que no estoy pero sigo aquí!!Con tu anterior entrada me he quedado sin palabras,nada que decir, ni preguntar,ya sabes.Y digo yo,experta en esto de estropear ollas de caldo...¿acaso ese viejo que considera ratas a los otros no es víctima de una extraña soberbia?.
ResponderEliminarBesinos guapetona!!
Cuando llegue el momento de tomar decisiones sobre tus alumnos, sé justo. Piensa en lo que podías haber dado y en lo que realmente diste, en la faz de los conocimientos y como ser humano, y aplica el mismo criterio para evaluar a quienes debes evaluar.
ResponderEliminarCuando debas decidir si un alumno aprueba o no, sé sincero... Examina aquello de lo que es capaz y toma nota de lo que no pudo lograr. Luego pregúntate con honestidad si dependía sólo de él o también de ti aquello que no alcanzó, y si todo lo que podía hacerse fue hecho por todos los que podían...
Cuando defiendas tu derecho a reclamar y lo ejerzas, recuerda que eres un modelo para tus alumnos, de manera que ellos también tienen ese derecho.
Cuando te sientas injustamente tratado por tus superiores, recuerda qué tú eres el "superior inmediato" de tus alumnos.
Sé conciente de cuántas cosas te fueron sugeridas para poner en práctica; de cuántas de ellas realmente te ocupaste; cuántas te dieron resultado... y nota que al menos un porcentaje de lo que sucede a y con tus alumnos también refleja esas magnitudes.
Si has sido capaz de escuchar, reclama por lo que no fuiste escuchado... sólo si has sido capaz de escuchar.
Si tu compromiso ha ido más allá de la lección y la instrucción, reclama en la justa medida el reflejo de ello... pero toma en cuenta el enunciado condicional de la primera parte de esta frase.
Si tu conciencia te dice que puedes tener un sueño tranquilo cada noche en lo que hace a tu desempeño al frente de tus alumnos, trata de seguir teniendo esa paz una vez que los hayas evaluado.
Juzga por lo que tus alumnos evidencian, no por lo que crees que sabes de ellos. Y dales la oportunidad de evidenciar lo que saben, lo que pueden, lo que intentan... y lo que no saben, no pueden o aún no están seguros de intentar...
Si no has podido encontrar en el año al menos cinco maneras diferentes de explicar un tema complicado de tu materia, seguramente tus alumnos no podrán desarrollarlo de la única manera posible que estuvo a tu alcance.
Si no has podido encontrar esas cinco maneras... algo anda mal con tu dominio de tu propia asignatura.
Si al final del año tus alumnos no "se han corrido un poco hacia adelante" con respecto a tu evaluación diagnóstica inicial, algo falla en alguna evaluación. Y si no tomaste en cuenta tu evaluación diagnóstica inicial a lo largo del año... ¡algo falla en tu manera de evaluar!
Si entrar a un aula te significa una situación de disgusto... analiza qué les sucede a tus alumnos.
Si consideras que aún no está dicha la última palabra... vas por el buen camino (pero no dejes de buscarla) (...entre varios es más fácil...)
Si entiendes que el "dar oportunidades" tiene un límite... ¡defínelo con claridad para todos los implicados!
Sé tan humano con tus alumnos como con los miembros de tu familia, aunque la relación, indudablemente, sea distinta; reclámales como a tus hijos y prémialos del mismo modo, o al menos como quisieras que otros reclamen y premien a tus hijos.
La cordialidad no está reñida con la laboriosidad ni con la eficiencia; por el contrario, una sonrisa o un gesto amable a tiempo (es decir, siempre) suelen mejorar la laboriosidad y la eficiencia ajenas, del mismo modo que cuando eres tú quien los recibe, estás mejor predispuesto al esfuerzo.
Si quieres que tu palabra sea tomada en cuenta, presta atención a quienes te dirigen la palabra.
Si pretendes cambiar algo en los demás, comienza por predisponerte a tu propio cambio.
No es la persistencia la mejor estrategia. Sí lo es la perseverancia, pero ésta acepta caminos alternativos y la primera los descarta de plano.
alejandra www.escuela-inclusiva.com.ar
Jajajaja...si, si que lo tengo...jajajaja...me encanta el encomillado :)
ResponderEliminarGracias
Un abrazo
¡Hola!lidia: así es, la mente, siempre la mente...
ResponderEliminarUn abrazo :)
¡Hola!tadeo: bien, al menos nos hemos conocido... por supuesto las interpretaciones pueden ser multiples... cada uno aplicara la que esté en su nivel de evolución y conocimiento... el zen es zen...y esto que hablamos ahora mismo son excrementos de rata también ¿comprendes?
ResponderEliminarPor cierto, bienvenido.
Un cordial saludo :)
¡Hola!kpax: buenos días :) me alegra que nos encontremos en nuestros respectivos planetas... la revolución desde el interior... ya sé, la tentación acecha,jajajaja...
ResponderEliminarBueno, los que callan no siempre son peligrosos... aunque entienda lo que dices...
Un beso :)
¡Hola!deva: esta bien descansar de vez en cuando... excrementos...
ResponderEliminarAbrazos
¡Hola!alejandre: ¡qué impetu!jajaja... esta bien, ya me he enterado...bienvenida, si es que quieres volver de nuevo y enseñarme a ser buena maestra-enseñante...estoy dispuesta a aprender por el bien de todos incluido el mio y el tuyo... es bueno que haya personas con iniciativas para formar a personas comprensivas y dedicadas desde la humildad, ánimo y adelante.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un cordial saludo :)
Bueno al final no lo entendí, con esa manía tuya de hacerme pensar,ja,ja!!te juro que lo intento pero estoy un poco espesa.Y a pesar de la risa no tengo un buen día
ResponderEliminarResumen:el zen no es lo mío.
Gracias de igual manera.
Abrazos!!
¡Hola!deva: asi es, o así será... de nada...
ResponderEliminarCariños