III. PRACTICA.
A. Sonría a los órganos. Línea Frontal.
1. Relaje la frente. Puede imaginar que se encuentra con alguien a quien ama o que contempla una hermosa vista. Sienta esta energía de la sonrisa en los ojos.
2. Después, deje que la energía de la sonrisa fluya al punto central del entrecejo. Déjela fluir hacia la nariz, y después hacia las mejillas. Sienta cómo relaja la piel de la cara más tarde, pase a los músculos faciales: sienta cómo alienta toda la cara. Que fluya entonces hacia la boca, mientras usted levanta ligeramente las comisuras. Hágala pasar a la lengua. Mueva la punta de la lengua. Póngala contra el paladar y déjela ahí durante el resto del ejercicio; esto conecta los dos canales principales de energía: el "gobernador" y el "funcional". Lleve la energía de la sonrisa a la mandíbula. Sienta cómo se relaja, liberándose de la tensión que normalmente se almacena en ella.
3. Sonría al cuello y garganta, zonas típicas de acumulación de tensión. Aunque sea estrecho, es una zona de las principales vías de la mayor parte de los sistemas del organismo. Al aire, los alimentos, la sangre, las hormonas y las señales del sistema nervioso, todos circulan por el cuello, arriba y abajo. Cuando estamos stressados, los sistemas se encuentran sobrecargados; el cuello se agarrota por exceso de actividad, y se tensa. Piense en el cuello como los maestros taoistas, que lo ven como el cuello de una tortuga: deje que se hunda dentro de su caparazón; que descanse así de la carga de sostener su pesada cabeza. Sonríale al cuello y sienta cómo la energía le nutra la garganta y hace desaparecer la tensión.
4. Sonría a la parte delantera del cuello, donde se encuentran las glándulas tiroides y paratiroides. Esta es la sede de la capacidad del habla y, cuando está cerrada, el Chi no fluye libremente. Cuando está tensa y oprimida, no podemos expresarnos. Nos encontramos ante un grupo de personas, atemorizadas, invadidas por la cobardía, y la comunicación quedará destruida. Sonríale al tiroides y sienta la garganta abierta como una flor.
5. Deje que la energía de la sonrisa pase al timo, sede del amor, del fuego, del Chi y de la energía curativa. Sonríale, sienta cómo se hace grande como una bombilla y, poco a poco, llega a su plenitud. Sienta después cómo se desliza hacia el corazón la fragancia de su cálida energía, el Chi curativo.
6. Que la energía de la sonrisa fluya hacia el corazón, que es del tamaño de un puño cerrado y está situado en el centro del pecho, ligeramente desplazado hacia la izquierda. El corazón es la sede del amor, de la compasión, del respeto honesto y de la alegría. Agradezca al corazón su función constante y esencial de bombear la sangre a la presión adecuada para que circule a través de todo el cuerpo. Siéntalo abierto y relajado, como si realizara su trabajo con más facilidad.
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