lunes, 17 de enero de 2011

El destino de una moneda





















El gran general japones Nobunaga decidió

atacar, a pesar de que sólo contaba con

un soldado por cada diez enemigos. El

estaba seguro de vencer, pero sus soldados

abrigaban muchas dudas.


Cuando marchaban hacia el combate, se

detuvieron en un santuario sintoísta

Después de orar en dicho santuario, 

Nobunaga salió afuera y dijo: "Ahora

voy a echar una moneda al aire. Si sale

cara, venceremos; si sale cruz, seremos 

derrotados. El destino nos revelará 

su rostro".


Lanzó la moneda y salió cara. Los soldados

se llenaron de tal ansia de luchar que

no encontraron ninguna dificultada para vencer.


Al día siguiente, un ayudante le dijo a

Nobunaga: "Nadie puede cambiar el rostro

del destino".


"Exacto", le replicó Nobunaga mientras le

mostraba una moneda falsa que tenía

cara por ambos lados.


***


¿El poder de la oración?


¿El poder del destino?


¿O el poder de una fe convencida de que algo va a ocurrir?


Anthony De Mello

3 comentarios:

  1. Ojalá supiéramos la respuesta.

    Un abrazo.

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  2. ¡Hola! alas: la respuesta siempre la tenemos, sólo es una cuestión de confianza, de perder esos miedos que llevamos en la memoria desde niños y todo comienza a cambiar. Y el mejor modo de dejar atrás cualquier miedo es haciendo precisamente lo que no lo provoca :)
    Un cariñoso abrazo :)))

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  3. Gracias por tus palabras, las agradezco de corazón.

    Fuerte abrazo para ti.

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