haideé iglesias
En cierta ocasión, a Nasrudín le tocó juzgar un caso en el que el demandante expuso tan locuazmente sus razones que Nasrudín le dijo que tenía la razón.
Cuando le llegó el turno al demandado, logró convencer a Nasrudín de que también tenía la razón.
Los miembros del tribunal le dijeron que no podían aceptar que diera la razón a ambas partes, a lo cual Nasrudín les dijo:
–Creo que ustedes también tienen razón. Todo depende de cómo se dicen las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario