lunes, 23 de abril de 2012

Trastornos de aprendizaje



Una de las satisfacciones que se reciben luego de escribir suficientes libros, es que la sociedad permite cosas que uno quería realizar, pero no podría. Típicamente, a esas alturas uno ya no recuerda bien cuáles eran, pero yo había anotada algunas. Cuando se me pidió que trabajara en un distrito escolar, había ciertas ideas que me motivaban. Una de ellas es la noción total de "trastornos de aprendizaje", "disfunción cerebral mínima", "dislexia" o "handicap educacionales". Son palabras llenas de prestigio, y lo que todas describen es que la enseñanza no está funcionando. 
Cada vez que un niño no aprende, los expertos rápidamente diagnostican un "trastorno de aprendizaje", aunque nunca aclaran "quién lo padece". Quizás se hayan fijado en que nunca lo llaman "problema de enseñanza". Siempre se supone que la explicación del fracaso es que el cerebro del niño es débil o está dañado, a menudo por presuntas causas genéticas. Cuando la gente ignora cómo cambiar algo busca una manera de justificar el fracaso, en vez de pensar cómo podrían patentar algo diferente que funcionara bien. Si parten del dogma que el chico tiene el lóbulo del aprendizaje cojo, entonces no hay remedio hasta que se perfeccionen las operaciones de transplantes de cerebro. 
Yo prefiero no explicar el fracaso de esta forma. Prefiero catalogarlo como una "disfunción de la enseñanza", y al menos dejo abierta la posibilidad de que podamos aprender a cambiarla. Si postulamos que se puede enseñar cualquier cosa a cualquier persona, averiguaremos donde esto no es verdad (aún). Pero si creemos que cuando alguien no aprende significa que no se le puede enseñar, entonces nadie ni siquiera lo intentará.
En el siglo pasado, todos sabían que el hombre podría volar. Y cuando los aviones llegaron a formar parte de la rutina diaria, la mayoría consideraba imposible enviar  a un hombre a la luna. Si uno adopta la actitud de que todo es factible, encontrarán que miles de cosas que antes se rotulaban como imposibles devienen en posibles. 
La totalidad de la idea de los "transtornos de aprendizaje" se basa principalmente en viejos estudios neurológicos de "estirpación", que obedecen a un esquema bastante primitivo del funcionamiento del cerebro: que puedes imaginar lo que algo aporta, observando qué sucede cuando se ha roto. Encontraban una lesión enuna parte del cerebro de alguien privado del lenguaje, y afirmaban "Ahí es donde reside el lenguaje". Esa e la misma lógica implícita en cortar un cable del televisor. Para algunas de las áreas más primitivas del cerebro hay un cierto grado de localización de funciones. Sin embargo, también se constato hace años que un niño puede perder un hemisferio cerebral completo y aprender todo lo nuevo, perfectamente, con el otro. 
Evidencias recientes tienden a sepultar una enorme cantidad de dogmas neurológicos. En un reciente estudio de tomografía con rayos X descubrieron a un graduado universitario, muy inteligente, con ventrículos cerebrales tan agrandado ¡que su corteza sólo tenía un espesor de un centímetro! La mayor parte de su cabeza estaba llena de líquido, y de acuerdo al dogma no debería haber sido capaz ni de levantarse en las mañanas, menos de soñar siquiera con matricularse en la universidad. 
Otro viejo dogma es que en los vertebrados no se forman nuevas neuronas después del nacimiento. El año pasado se comprobó que el número de neuronas en la parte del cerebro que usa el canario macho para cantar, se duplica en la parte del cerebro que usa el canario macho para cantar, se duplica cada primavera y en seguida muere la mitad de ellas durante el resto del año.
En otro estudio encontramos que si se le corta un dedo a un mono, la parte del cerebro encargada de activar el dedo faltante es usada por los dedos próximos dentro de unas pocas semanas, y esto determina que los restantes dedos sean más sensibles que antes. Toda la información última apunta a que el cerebro es mucho más flexible y adaptable de lo que presumíamos. 
Nunca compartí la idea de que los niños exhiban "déficits educacionales", porque nunca supuse que el leer fuera primariamente genético. Un niño puede aprender a hablar en tres años, ¡incluso en la selva, sin padres doctorados! ¿Por qué debería demorar diez o más años el enseñarle a leer lo mismo que ya sabía hacer? Los niños en los ghettos comprenden tres idiomas a la vez, y pueden escribir toda clase de cosas en códigos secretos. Pero el método de enseñanza en los colegios produce una situación en la que algunos niños no aprenden a leer. Más de alguno de ustedes recordará clases en las que no aprendían mucho a raíz de la forma atroz en que se presentaba la materia. 
Aprender a leer no es realmente tan complicado. Todo lo que se requiere es conectar la imagen de la palabra con el sonido de la palabra que ya conocen. Si saben la palabra hablada, ya han conectado el sonido con una experiencia de lo que la palabra significa. Cuando niños, probablemente aprendieron bien temprano que el sonido "gato", significaba una cosita suave, peludita, que se movía, que tenía garras y maullaba. El cómo logran eso en su cerebro es oír la palabra "gato", al mismo tiempo que evocan su experiencia de la vista, sonido y sensaciones de un gato. Entonces, si alguien pronuncia la palabra, esa experiencia está ahí en su mente, y si oyen, ven o tocan un gato ahí está el sonido adecuado. La lectura, pues, agrega una imagen de la palabra a lo que ya conocen. Cuando ven la palabra "perro". obtienen en su mente un sonido y una imagen diferente que cuando ven la palabra "gato".
Esto parece bastante elemental, y lo es. Sin embargo, hay una enorme cantidad de artificios escritos sobre problemas de lectura, y una impresionante cantidad de esfuerzos se dedican a procurar resolver problemas de lectura. Por el contrario, hay un grupo entrenado en PNL, en Denver que trabaja con toda clase de problemas educacionales. Garantizan la superación del nivel de lectura de un niño, medido por test standard, en un mínimo de un grado en 8 sesiones de una hora. Generalmente pueden progresar más en un tiempo más corto. 
En los últimos tres años sólo han pagado la garantía en una ocasión. El único prerrequisito es que el niño posea estabilidad muscular para usar sus ojos, de modo que pueda ver lo que está leyendo. 

Richard Bandler


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Si, difícilmente se reconoce que puede ser uno el que no encuentra el modo de comunicarse con el otro. Viví esa experiencia en la facultad. Pienso que es una nefasta forma de comportarse ante las dificultades que surgen en un mundo tan cambiante, y más, si hablamos de la enseñanza en niños, y no sólo. (Pienso en acontecimientos que han ido surgiendo según vivo la experiencia de escribir en un blog.) Un mundo tan cambiante en unos aspectos, mas... que poco en otros... La fragmentación y el miedo. O miedo y fragmentación. El uno antecede a la otra.

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