viernes, 25 de enero de 2013

No hay que tirar el dinero

(Imagen de autor desconocido para mi)

Nasrudín llegó a la ciudad y se dispuso a pasear por una de sus enmarañadas calles cuando vio a un hombre que estaba en cuclillas vendiendo lo que Nasrudín creyó que eran dulces, pero se trataba de chiles picantes. 
Nasrudín era muy goloso y compró una gran cantidad de dulces, dispuesto a darse el atracón. Se sentó en un banco y comenzó a comer chiles. Cuando mordió el primero, sintió un verdadero incendio en su garganta. Aquellos dulces eran tan picantes que Nasrudín enrojeció hasta la punta de la nariz y comenzó a soltar lágrimas hasta los pies. Sin embargo, continuó comiendo.
Estornudaba, lloraba, chillaba, pero seguía devorando los chiles. Sorprendido, un transeúnte se aproximó a él y le dijo:
–¿No sabes que los chiles se comen en pequeñas cantidades?
Casi sin poder hablar, Nasrudín le contestó:
–Me han engañado, yo pensaba que estaba comprando dulces. 
Y Nasrudín seguía comiendo chiles. El transeúnte le dijo:
Bueno, está bien, pero ahora ya sabes que no son dulces. ¿Por qué sigues comiéndolos?
Tosiendo y sollozando, Nasrudín le contestó:
–Ya que he gastado en ellos mi dinero, no los voy a tirar.

2 comentarios:

  1. Algo así nos pasa con los políticos...creemos que van a ser buenos y aunque demuestren que no lo son, seguimos tragándolos.

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  2. Sé sincero y fiel a ti mismo. Tendrás muchas tribulaciones, pero cada una te acercará más a la madurez. Al ser sincero de obra y de palabra, te irás preparando para que la verdad descienda sobre ti. Cuando alcances una determinada madurez, la puerta se abrirá súbitamente. No hay otro camino. Osho

    Es posible que te resulte extraño que te conteste con esta frase, mas, no hay que tirar el dinero :)

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