lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Lloro?

Transito el mundo en busca de un ser interiormente alejado de si mismo, para poder ver ya desde esa llanura, un rubor de entrega en la sima de los dedos rotos. Me dijo un mago que tenía por fortuna encontrarlo. Si, si, estas ahí, lo sé. Se que te conozco y te ignoro al mismo tiempo. Siempre lo he sabido y a medida que pasa el tiempo, construyen mis células el mismo tejido que en su nicho encontraron al dejarlo. Desde aquí veo el lloro interno del que partí. Lloro si, de alegría y suspiros en entrega fructífera. Lloro si, la simple flecha que descubrí un día -tan lejano y de otra galaxia- que por entonces era feliz embelesada murmurando. Lloro si, en entrega arrebatada para no perderme en mi agonía, inventada por un viejo de carcomida alma. Llórame y será la música que nos encuentre. Dile al mar que ya hemos llegado a buen puerto de nuevo, díselo de mi parte. ¿Lloro? No, pues hace tiempo que sé del sabor tan delicioso del beso enamorado en aquel día tan azorado.
Ya fui y seré de nuevo, seremos los dos, embriones de una misma carcasa, metamorfosis o magia, ya no importa, los dos lo sabemos…

viernes, 26 de septiembre de 2008

El mejor reconstituyente del ánimo

Todo lo que puedes esperar de un amigo, de la a a la z:

a) Cree en ti.
b) Te llama para decirte “hola”.
c) No se rinde contigo.
d) Te admira tal como eres.
e) Perdona tus errores.
f) Se entrega incondicionalmente.
g) Te ayudará complacido siempre que lo necesites.
h) Te anima a reintentarlo.
i) Simplemente, está contigo.
j) Te tiene en su corazón.
k) Te quiere por quién eres.
l) Marca una diferencia positiva en tu vida.
m) Nunca te juzga.
n) Te ayuda a levantarte.
o) Calma tus temores.
p) Eleva tú espíritu.
q) Habla siempre bien de ti.
r) Es sincero contigo.
s) Te dice la verdad cuando necesitas escucharla.
t) Te comprende.
u) Te valora.
v) Camina a tu lado.
w) Grita, si es necesario, cuando no quieres escuchar.
x) Te ofrece su apoyo.
y) Te trae de vuelta a la realidad.
z) Te guarda lealtad.

La amistad es el más perfecto de los sentimientos del hombre, pues es el más libre, el más puro y el más profundo. Lacordaire.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tao Te Ching XXIII

Las palabras adecuadas, simples y tranquilas,
son las únicas que tienen efecto.
Un ciclón no dura toda una mañana,
ni un chaparrón dura todo un día.
A ambos los origina el cielo y la tierra
y ni siquiera ellos pueden conseguir que duren eternamente.
¡Cómo un ser humano lo podría lograr,
si el cielo y la tierra no pueden!

Si actúas de acuerdo al Tao, te haces uno con Él.
Si practicas la virtud, te haces uno con la virtud.
Si te abres a la pérdida, te haces uno con ella.

Compartirás la vida con quien la tiene
y la pobreza con quien la tiene.
La gente confiará en ti y
te recibirá con alegría.

La falta de confianza en ti mismo,
te acarreará la falta de confianza de los demás.

Los colores del otoño

Erik Satie, un compositor que me acompaña en cualquier momento: si alegre, me tonifica; si triste, me llena de paz...
Según he leído, sus maestros en el conservatorio le calificaron como falto de talento las dos veces que acudió al mismo...
Ya que en este país entramos en el otoño, y para aquellos que tengan tiempo y les guste disfrutar con los colores de esta estación, pongo este vídeo, acompañado por la pieza "Gymnopedie" de Eric Satie. ¡Qué lo disfrutéis!

domingo, 21 de septiembre de 2008

La desconocida

Ni fragor, ni estrépito.
Vive imaginando la consecución
del improbable sable que hiera,
¿acertará a definirlo? ¿acertará a plasmarlo?

Dudas crueles alojadas en palabras infantiles,
repletas de signos intrincados de países en maravilla.
Reinas, conejos, tazas, se escabullen de lo tan bien planificado.
¿Sólo este oteador ve el tinglado acrobático?

Remedo, remiendo, de trozos atravesados por tijeras ensangrentadas
en sangre eterna y deslavazada.
Tigres de conocimiento y llantos de desengaños
¿vais a decirle que se deslice al sudario y rompa a llorar su desengaño?

Entonces la batalla sería ganada sin fragor ni estrépito,
adormecida por la quietud de la verdad desnuda y tranquila.
Dile a ese cuco entrampado que vuele lejos del nido ocupado.
Qué vuele lejos, al desván del universo, encerrado para siempre en el engaño.

(A una gran desconocida, la soberbia)

viernes, 19 de septiembre de 2008

La reyerta

Cuatro hombres de distintos países, se reunieron para efectuar juntos una peregrinación por los lugares más sagrados de la India. Uno era persa, otro turco, otro griego y otro árabe.
Llevaban ya varias semanas de peregrinación, cuando los cuatro se acercaron a un río sagrado para descansar en su orilla. Entonces llegó un devoto a efectuar sus abluciones espirituales y advirtió a los peregrinos, que tenían muy mal aspecto. Pensó, “estos peregrinos no deben de tener apenas dinero. Les daré unas rupias para que coman algo”.
-Amigos- les dijo-, aquí tenéis un billete de diez rupias para que os toméis un buen desayuno.
Cuando el devoto se hubo alejado, el persa dijo: “Con este dinero compraré augur y todos comeremos”; pero el turco protestó; “No, nada de eso, compraremos uzum”; el griego replicó: “Compraremos stafyllia, si señor”. Y el árabe aseveró: “Ni soñarlo, compraremos inab”. Empezaron a discutir cada vez más indignados y acalorados, hasta llegar a las manos. Por fortuna, pasaba por allí un maestro de escuela, que logró separarles a duras penas y les calmó, preguntándoles que les ocurría. Los hombres se lo explicaron y entonces el profesor dijo:
-Yo os traeré a cada uno lo que queráis, luego me daréis el dinero.
El profesor partíó y regresó al cabo de unos minutos. Traía un gran cesto de uvas. Al verlo, el persa dijo encantado: “¡mi ungir!”, y el turco: “¡mi uzum!”, y el griego: “¡mi stafyllia!”, y el árabe: “¡mi inab!”. Y de repente se dieron cuenta, sintiéndose avergonzados de que habían llegado a golpearse entre ellos cuando todos deseaban simplemente lo mismo: uvas.

La dificultad para escuchar al otro es la que pone las trabas a una comunicación fluida. El miedo a ser engañados o manipulados nos llevan en muchas ocasiones a perder de vista lo más importante: que podemos estar diciendo lo mismo con distintas palabras. También el empeño en creerse en el dominio absoluto de la verdad hace que las palabras sean cárceles, haciendo del dialogo un infierno y no una dinámica conversación en la que dos personas comparten sus opiniones.
La postura egoísta llega a convertir en enemigos a los que antes fueron amigos, guerras entre paises o ciudades, familias enteras en discordia por una pequeña frase pronunciada equivocadamente o en el momento menos oportuno, a la que todos se aferraron para construir un muro de enemistad.
Saber lo que quiero decir, es para mi importante, esto me permite encontrar las herramientas que puedan hacerle comprender al otro aquello que quiero decir, creando de este modo una comunicación fluida y sin roces. También muy importante para mi, es preguntar al otro que es lo que quiere decir. No interpretar a mi modo lo que dijo, sino tener claro –explicado por sus palabras- que quiso decir realmente. Así se generan los menores roces posibles y también los menores equívocos en la comunicación. En definitiva: humildad. No sentir que por preguntar uno es menos inteligente o tiene menos conocimiento. Y también no entrar en juegos de adivinación cuando el otro no es claro en sus planteamientos o utiliza frases hirientes o fuera de contexto. Y para esto, pienso, es importante saber escuchar. Escuchar como lo haría un niño. Con la mente limpia de ideas propias y conceptos adquiridos en ese momento en el que se escucha, siempre abiertos a las ideas y opiniones de los otros, sin perder por ello el propio criterio, sino que puede ser enriquecido con la opinión o ideas del otro. Puesto que de todo y de todos se aprende.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El dinero puede comprar...

Una CAMA, pero no el SUEÑO

Un LIBRO, pero no la INTELIGENCIA

Una CASA, pero no el HOGAR

MEDICINAS, pero no la SALUD

EL PLACER, pero no el AMOR

La DIVERSION, pero no la FELICIDAD

EL CRUCIFIJO, pero no la FE

Un PANTEON, pero no el CIELO

El PODER, pero no el BUEN GOBERNAR

Un TITULO, pero no la EFICIENCIA

La CONCIENCIA, pero no la VOLUNTAD

Una BUENA IMAGEN, pero no el HONOR

INFLUENCIAS, pero no la HONRADEZ

A CORRUPTOS, pero no la INTEGRIDAD

Encontrado en una tienda de Burgos (España)

lunes, 15 de septiembre de 2008

La verdad y la sabiduría

El sabio comprende la verdad apenas la escucha. Si vacilas un sólo instante, perderás la cabeza.

Maestro Xeudou

sábado, 13 de septiembre de 2008

Gaviotas volando

Cuándo por primera vez me hice consciente del gusto que estas aves tienen por el placer de volar, algo en mi interior se transformo. Lo que se transformó fue el hecho de comprobar que los animales, y en particular estas aves, sienten emocionalmente, algo que para muchas personas es imposible de ver, debido a un condicionamiento social, una creencia, que han aprendido en algún momento de su vida y les ha sido, parece ser, imposible tomar conciencia y contacto con este hecho; motivo por el cual les hacemos tantas barbaridades a los animales. A día de hoy, que aún siga imperando esta creencia habla bastante mal del ser humano en esta sociedad llamada avanzada. El haber dejado de lado las emociones en la investigación, parece poner de relieve que hay una gran cojera en el acercamiento a nosotros mismos. Una dualidad que los animales están pagando cara, y nosotros a su vez. Las paradojas ponen siempre de relieve los puntos flacos.
Este hecho ocurrió hace ya unos cuantos años en Galicia, en la Costa da Morte. Las había observado en muchas ocasiones viendo sus movimientos y otros comportamientos, pero nunca como en ese momento entendí que sentían placer al volar, que lo hacían por buscar placer, verdadero placer. El lugar, creo recordar, era el faro de Finisterre (Finisterrae). Soplaba el viento con tanta fuerza que nos obligaba a empujarnos, caminando inclinados contra él para poder avanzar un poco de cada paso. Cuando me aproxime al final del pasillo que separaba el edificio del faro del acantilado, observe a varias gaviotas planeando, más o menos como nosotros en tierra, intentaban sostenerse quietas en el espacio, un solo movimiento en falso y las derivaba peligrosamente hacia sabe Dios donde. Así que hacían equilibrios aéreos perfectos para disfrutar del intenso viento.
Si querían bajar hacia las rocas plegaban un poco las alas y poquito a poco se iban dejando empujar por el viento para posarse como con miedo de ser levantadas otra vez, hasta situarse en la roca elegida. Si, porque la elegían. Las que seguían planeando iban y venían evolucionando a merced del aire tan fuerte que las sustentaba violentamente en vuelo. No era por casualidad, pues tenían la posibilidad de alejarse a una zona más protegida, detrás del faro. No, ese era el lugar elegido, elegido para poder disfrutar de la intensidad del viento y de su placer al jugar con el vuelo. Me quedé fascinada viéndolas. En ese momento ya no me importaba el viento, y eso que me dejaba sorda, tal era su intensidad. Me sentí identificada con ellas. Siempre me gustó volar, pero volar como ellas. Lo más parecido es el parapente. Sin más aparato que una tela de la cual dependes para sustentarte, además del viento, claro. Ellas tenían sus alas, que yo en cierta medida envidiaba, como los primeros seres humanos que intentaron volar, yo también quería tener esa posibilidad. Pero como siempre me alimento de la belleza de lo que veo, verlas a ellas me fue suficiente. Qué belleza poder observar a unas aves disfrutar de su actividad. ¡Qué descubrimiento! Esto me sirvió para fijarme más en ellas cada vez que tenía ocasión. Y así descubrí más cosas, no todas buenas. Me quedo en este caso con las buenas.
Aquí, ya en mi tierra, un día tormentoso de invierno y con mucho viento –aunque mucho menos fuerte que en aquel faro-, a la vera de una iglesia, había varias disfrutando del juego. Salían hacia la zona más expuesta al viento y se dejaban ir hacía atrás poco a poco. Dando un rodeo volvían a coger otra vez el frente del viento, donde terminaba la iglesia, repitiendo el paseo. Otra vez fui testigo de su placer, para goce del mío.
En otra ocasión -también aquí en mi tierra-, sentada en una zona donde se encuentra un minúsculo bufón, un saliente al mar, donde, cuando esta bravo el mar, levanta unas olas de tamaño considerable y rompe bramando imponente. Me siento allí cuando quiero coger energía, además de disfrutar de la plenitud de la naturaleza. Bien, pues cuando hay sol más que cuando está nublado, las gaviotas se dedican a hacer “surf”. Lo llamo así porque tiene cierta similitud con los chicos que con sus tablas cogen olas. Cuando comienza a formarse la onda en la superficie del mar ahí están las gaviotas, volando cerca del agua cogiendo la ola en toda su extensión hasta que esta cierra y ya salen hacia arriba describiendo un pequeño giro de despegue. Y vuelven. Vuelven a coger otra tanda, de izquierda a derecha, en este lugar siempre las he visto hacerlo en este sentido. Me sentí fascinada de nuevo. Qué maravilla y todo para disfrutarlo así, sin más. Todo en la naturaleza. Energía, belleza y placer en una misma oportunidad. Este tipo de situaciones me hacen sentir afortunada. Afortunada al poder apreciar lo que la naturaleza tiene para darme. Afortunada de poder sentir todo su esplendor y magnificencia sin mayor necesidad que estar ahí con todos los sentidos para apreciarla. Ella y yo en comunión. Si, soy muy afortunada.
Foto: Haideé Iglesias

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Héroes anónimos

En el mundo hay muchas personas que nos demuestran algo muy importante: el que quiere puede. Tengamos esto presente, es lo que alimentará nuestra vida para hacer algo mejor cada día en este momento que nos tocó vivir. No hace falta ser famoso, con sacar de adentro lo mejor de nosotros mismos cada día es suficiente. Sentirnos bien con nosotros mismos sin esperar recompensas. Las recompensas llegarán por si mismas.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Soles

Hay infinitos soles resplandeciendo en el mundo.
Podemos no verlos, porque al igual que el sol es tapado en ocasiones por las nubes, así caminamos con nuestros soles, esos ojos tan intensos, llevan un velo.
Más cuando alguien se mira con el alma, se le enciende un torbellino interior haciéndole palpitar entero. Dejemos que las nubes sean fugaces para que más seres puedan ver y sentir esa magia vital que todos llevamos dentro, la magia del amor.
En otras ocasiones esos soles se pueblan de estrellas, pequeños brillantes que anegan su luz, pero también si los vemos con el alma, nos inundaran con su fuerza emotiva y nos harán sentir la gran conjunción emocional que nos une a todos los seres, la vida con su dolor, que nos ayuda a comprendernos mejor, naciendo así la compasión.
Aprendamos a no tener miedo de quitarles las nubes a nuestros soles y que titilen las estrellas, dejemos que nos inunde la luz de los otros.

sábado, 6 de septiembre de 2008

No hay nombre

Y todo un llanto sentido desde lo más profundo,
echado afuera por miles de personas, podrá jamás
expresar el terrible sufrimiento denso y tenso
que atisba, y sin avisar surge roto el sentimiento,
que no hubo poeta capaz de expresar.

Este poeta amordazado, torturado y solo, sobrevivió
y preservó lo inviolable, el espíritu de Dios.
Escondido, aterido aún, por gotas de sangre afiladas,
que no podrán poner tangible ese horror, roto, aplastado
pisoteado…

martes, 2 de septiembre de 2008

Estúpido respeto a las formas

Un hombre fue invitado a comer en la mansión de unas personas muy ricas, y llegó al ágape ataviado con ropas modestas. Al instante, advirtió que los anfitriones eludían saludarlo y que los camareros evitaban servirlo. Como vivía cerca, corrió a su casa y se vistió con una túnica muy cara y lujosa. Así volvió al banquete, donde nadie había reparado en su ausencia. A su regreso, los dueños de la casa lo recibieron cortésmente y los criados mostraron ante él grandes ademanes de respeto.
Llegado el momento de la cena, aquel hombre se quitó la túnica y la arrojó en medio de los manjares.
-¿Por qué haces eso?- le preguntaron extrañados los anfitriones.
-Ha sido mi túnica y no yo la que ha recibido vuestro respeto y atenciones. Qué sea ella la que se quede a comer.
Dicho lo cual, aquel hombre abandonó aquella casa.

Con sinceridad, ¿cuántos de nosotros tendríamos el valor de hacer esto? Para hacer esto se requiere valentía, además de la capacidad de quedarse solo, aceptando el hecho de que pensar diferente y actuar con ética supone no ser admirado y gratificado por la mayoría. Difícil ¿verdad?.
Tenemos una gran tendencia a hablar mucho y a actuar poco, poca coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Por eso es fácil llenar las cajas de halagos, pero difícil llenarlas con la verdad (la verdad, por lo general ofende). Las palabras son fáciles de pronunciar, los hechos hay que demostrarlos. Y aquí es donde mayormente te quedas sólo.
Nos ponemos túnicas para que nos halaguen una y otra vez, sin darnos cuenta de que ya nos hemos convertido en esclavos, y luego somos nosotros mismos los que ya no sabemos (o queremos) renunciar a esas túnicas -falsas túnicas- pero que alimentan el ego tanto, que sólo vemos su brillo, sin pararnos a reflexionar en que está ocurriendo. ¿Cuántas personas han quedado ahí enganchadas y se han perdido en esta vorágine perdiendo lo genuino de su talento?
¿Quién está dispuesto a quedarse sólo y ser una persona con ética y honestidad quitándose la túnica que da el prestigio?
Todos los que alguna vez lucharon por mejorar el mundo han hecho esto precisamente, darse cuenta de que valía más la túnica que ellos mismos, quitándosela entonces. No nacieron así, fueron débiles y como todos nosotros, sólo que en algún momento de su vida tomaron conciencia de que era lo más importante, o sea la honestidad y la ética, y por supuesto, sin violencia.

Gentileza de Manu: un link que habla de quitarse la túnica, noticia de prensa. http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080903/gente/bello-easo-20080903.html

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