miércoles, 20 de mayo de 2009

El primer chakra: cultura tribal (II)


Nadie comienza su vida teniendo la conciencia de ser un "individuo" y de poseer poder o fuerza de voluntad. Esa identidad viene mucho después y se desarrolla en fases que van de la infancia a toda la edad adulta. Comenzamos a vivir como partes de una tribu y nos conectamos con nuestra conciencia tribal y voluntad colectiva asimismo sus fuerzas, debilidades, creencias, supersticiones y temores.
Mediante las interacciones con la familia y otros grupos aprendemos el poder de compartir una creencia con otras personas. También nos enteramos de lo doloroso que es ser excluido de un grupo y de su energía. En el grupo aprendemos el poder de compartir un código moral y ético que se transmite como legado de generación en generación. Este código de conducta guía a los niños de la tribu durante sus años de desarrollo, proporcionándoles un sentido de dignidad y pertenencia.
Si las experiencias tribales nos interconectan energéticamente, también lo hacen las actitudes tribales, sean éstas percepciones complejas como "Todos somos hermanos y hermanas" o supersticiones como "El número  13 trae mala suerte".
El poder tribal, y todos los asuntos relacionados con él, está conectado energéticamente a la salud del sistema inmunitario, así como a las piernas, los huesos, los pies y el recto. En sentido simbólico, el sistema inmunitario hace por nuestro cuerpo exactamente lo que hace el poder tribal por el grupo: lo protege de influencias externas potencialmente dañinas. Las debilidades en los asuntos tribales personales activan energéticamente trastornos relacionados con el sistema inmunitario, los dolores crónicos y otros problemas del esqueleto.
Los retos tribales difíciles nos causan pérdidas de poder, principalmente en el primer chakra, y si entrañan un estrés extremo nos hacen propensos a enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario, desde el resfriado común al lupus. 
El chakra tribal representa nuestra conexión con experiencias de grupo tanto positivas como negativas. Las epidemias son una experiencia de grupo negativa, a la cual nos hacemos energéticamente propensos si los temores y actitudes personales de nuestro primer chakra son similares a los del "primer chakra" global de la cultura. Las epidemias virales y de otro tipo son un reflejo tanto de los problemas sociales actuales de la tribu cultural como de la salud del "sistema inmunitario" de la tribu social. Es importante señalar este punto porque, a través de las actitudes de nuestro primer chakra, todos estamos conectados con nuestra cultura y sus actitudes.
Un ejemplo elocuente de la capacidad energética de la tribu social para manifestar una enfermedad es la epidemia de polio de los años treinta y cuarenta. En octubre de 1929 se desplomó la economía estadounidense y comenzó la Gran Depresión, que afectó a toda la nación. Para explicar cómo se sentía la gente, periodistas y políticos, empresarios y trabajadores, hombres y mujeres, todos se describían a si mismos como si el desastre económico los hubiera dejado "lisiados".
A comienzos de los años treinta surgió una epidemia de polio, que representaba simbólicamente el espíritu lisiado de la nación como comunidad. Las personas que se sentían más lisiadas económicamente, ya fuera por le experiencia real o por el miedo de tenerla, fueron las más vulnerables al virus de la poliomielitis. Dado que los niños absorben la energía de su tribu, los niños estadounidenses fueron tan vulnerables a la enfermedad viral como al malestar económico. Todos somos uno: cuando toda una tribu se contagia del miedo, esa energía se propaga a sus hijos. 
Esta sensación de estar lisiados se tejió tan rápidamente en la psiquis tribal que los votantes incluso eligieron a un presidente lisiado por la poliomielitis, Franklin D. Roosevelt, símbolo viviente a la vez de debilidad física y de indómita resistencia. Fue necesario un acontecimiento tribal físico y una experiencia de fuerza física, la Segunda Guerra Mundial, para sanar el espíritu tribal estadounidense. La sensación de heroísmo y unidad tribal, respaldada por el repentino aumento de puestos de trabajo, restableció el orgullo y el honor de cada miembro de la tribu. 
Al final de la guerra, la nación estadounidense ya había vuelto a asumir el liderazgo mundial. De hecho, Estados Unidos se convirtió en el líder del mundo libre porque produjo armas nucleares, posición que inyectó un enorme orgullo y poder en el chakra tribal de la cultura. También aquí, esta preocupación se reflejó en el lenguaje de los portavoces de la nación, que para describir su recién sanada cultura utilizaron la expresión "de nuevo un pie" (económicamente). Ese cambio de conciencia, que reflejaba un espíritu tribal sanado, permitió derrotar el virus de la polio. El espíritu y la actitud de la tribu fue en última instancia más fuerte que el virus. No es una coincidencia que Jonas Salk descubriera la vacuna para la poliomielitis a comienzos de los años cincuenta. 
Un ejemplo más contemporáneo de esta misma dinámica es el virus del sida. En Estados Unidos este virus predomina más entre la población gay. En otros países, como Rusia y algunos africanos, el virus medra entre las personas cuya calidad de vida escasamente les permite sobrevivir. En algunas regiones de Latinoamérica el virus medra entre mujeres de clase media cuyos maridos, aunque no son homosexuales, mantienen relaciones con otros hombres a modo de ejercicio "machista".  Al margen de cómo contraen el virus, todas estas personas comparten la sensación común de ser víctimas de su cultura tribal. 
Si bien todo el mundo ha sido víctima de algo o alguien, esta conciencia de víctima refleja un sentimiento de impotencia dentro de la cultura tribal, ya sea debido a una preferencia sexual, o la falta de dinero o de posición social. Esas mujeres seropositivas latinoamericanas creen que carecen de los medios para protegerse, incluso las que están casadas con hombres ricos no pueden enfrentarse a sus maridos por su comportamiento porque su cultura aún no valora la voz femenina. Contemplando simbólicamente, el virus del sida apareció en la cultura estadounidense precisamente cuando se generalizó la tendencia a la victimización. La energía cultural de nuestro país se está agotando debido a la necesidad que tienen algunos de sentirse poderosos a expensas de otras personas, consideradas menos valiosas, lo que produce trastornos en al inmunidad biológica. 
Mantener la salud de nuestro primer chakra individual exige tratar nuestros problemas tribales personales. Si nos sentimos víctimas de la sociedad, por ejemplo, deberíamos tratar esa percepción negativa para que no cause fugas de energía. Podemos, por ejemplo, buscar una ayuda terapéutica, especializarnos en un trabajo, buscar una visión más simbólica de nuestra situación o participar activamente en la política para cambiar las actitudes de la sociedad. Alimentar la amargura hacia la tribu cultural embrolla nuestra energía en un constante conflicto interior que impide el acceso al poder sanador de la verdad sagrada Todos somos uno. Nuestras respectivas tribus nos introducen en la vida "del mundo". Nos enseñan que el mundo es seguro o peligroso, abundante o plagado de pobreza, educado o peligroso, abundante o plagado de pobreza, educado o ignorante, un lugar del cual coger o al cual dar. Y nos transmiten sus percepciones sobre la naturaleza de la realidad; por ejemplo, que esta vida es sólo una de muchas o que esta vida es lo único que existe. De nuestras tribus heredamos sus actitudes hacia otras religiones, etnias y grupos raciales. Nuestras tribus "activan" nuestros procesos de pensamiento.
Todos hemos oído generalizaciones del estilo "Todos los alemanes son muy organizados", "Todos los irlandeses son unos narradores estupendos", etc.  A todos nos han dado explicaciones sobre Dios y el mundo invisible, y sobre la relación de éste con nosotros, como por ejemplo en las frases: "No le desees el mal a nadie porque se volverá en tu contra", "Nunca te rías de nadie porque Dios puede castigarte" y otras similares. También asimilamos numerosas ideas relativas a los sexos, como: "Los hombres son más inteligentes que las mujeres", "A todos los niños les gustan los juegos deportivos y a todas las niñas les gusta jugar con muñecas", etc.
Las creencias tribales que heredamos con una combinación de verdad y ficción. Muchas de ellas tienen un valor eterno, como "Está prohibido matar". Otras, que carecen de esa cualidad de verdad eterna y son de miras más estrechas, tienen por finalidad mantener a las tribus separadas entre ellas, violando la verdad sagrada Todos somos uno. El proceso de desarrollo espiritual nos presenta el desafío de retener las influencias tribales positivas y descartar las que no los son. 
Nuestro poder espiritual aumenta cuando somos capaces de ver más allá de las contradicciones contenidas en las enseñanzas tribales y aspirar a un grado de verdad más profundo. Cada vez que damos un giro hacia la conciencia simbólica influimos positivamente en nuestros sistemas energético y biológico, y contribuimos a aumentar la energía positiva del cuerpo colectivo de la vida, la tribu mundial. Imagínese este proceso de maduración espiritual como una "homeopatía espiritual" 

4 comentarios:

  1. Con la mirada en tu pensamiento

    Entre dos ausencias, la pasada y la que va a llegar enseguida, encuentro un hueco…
    Haces bien en dusculparte, porque es largo largo, pero no te disculpes ya que es interesante interesante. Le he dado dos vueltas se precisa más tiempo.

    ...ramitas de acebo rojo.

    CR & LMA.
    ____________________________

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  2. ¡Hola! algial: esto es importante para entender lo que hace tiempo llevo diciendo. Tomar conciencia de como nuestros actos perjudican o benefician, tanto a uno mismo como a todos.
    Un abrazo con florecitas de acebo :)

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  3. Este post si que esta para desmenuzar.
    Por un lado, necesitamos de esa tribu para sentirnos seguros al crecer, por el otro, muchos de esos precptos inculcados nos haran las cosas más dificiles más adelante y habra que reordenar conceptos. Ademas, tenemos que vivir siendo induviduales pero a la vez, no perder la conciencia de que somos humanidad.
    Me recordaste los bebés, que cuando nacen sienten que la mamá y ellos son la misma persona. Y determinados momentos en la etapa de crecimiento, cuando empiezan a notar que esto no es asi, suele generar angustia en los bebes. Le dicen la angustia del octavo mes. Y tal cual que pasa. Es angustia, y es que se estan dando cuenta que no son uno con la mamá. Aunque lo sean, pero en otra esfera.
    Interesantisimo tambien, la relacion que le das a las enfermedades grupales!! Todo tu post es para analizar mucho!!!!
    BESOS ENORMES!!!!!!!!!!!
    P.D.: 5:21 hs aqui, vos seguramente te estaras despertando, yo me voy a dormir despues de semejante trasnochada!! ;-))))

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  4. Si, fue un poco extenso pero muy importantes e interesantes cada dato y cada ejemplo que diste.
    Cada vez que lo leo creo q voy comprendiendo mejor.

    Un abrazo

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