Desafío al poder tribal tóxico
De nuestra tribu aprendemos cosas relativas a la lealtad, al honor y la justicia morales que son esenciales para nuestro bienestar y sentido de responsabilidad personal y grupal.[...] Cada una de estas actitudes puede volverse destructiva o tóxica si se interpreta con un criterio estrecho.
La lealtad es un instinto, una ley no escrita de la que pueden fiarse los miembros de la tribu, particularmente en periodos de crisis. Así pues, forma parte del sistema de poder tribal y suele tener más influencia incluso que el amor. Se puede sentir lealtad hacia un familiar al que no se ama, o hacia personas de la misma etnia aunque no se las conozca personalmente. La expectativa de lealtad por parte del grupo ejerce un enorme poder sobre la persona individual, sobre todo cuando ésta se siente en conflicto respecto a su lealtad hacia alguien o hacia alguna causa que tiene grandes valores para la persona.
En una evaluación que hice a un joven afectado de cansancio crónico recibí la impresión de que sus piernas estaban simbólicamente en su ciudad natal; su primer chakra estaba literalmente trasladando a su ciudad natal el poder de la parte inferior de su cuerpo y su espíritu. El resto del cuerpo seguía con él, por así decirlo, en el lugar donde residía, y esa división era lo que le causaba el cansancio crónico. Cuando le comuniqué mi impresión me dijo que nunca había querido marcharse de su ciudad porque su familia dependía mucho de él, pero que su empresa lo trasladó. Le pregunté si le gustaba su trabajo. "Hummm..., regular", fue su repuesta. Le sugerí que dejara su trabajo y volviera a casa, dad que su ocupación le interesaba muy poco. Dos meses después recibí una carta de él. Me decía que a los pocos días de nuestra conversación había presentado la dimisión y vuelto a su ciudad esa misma semana. Estaba curado de su cansancio y, aunque aún no había encontrado otro trabajo, se sentía estupendamente.
La lealtad es una hermosa cualidad tribal, en especial cuando es consciente, cuando es un compromiso que sirve a la persona y a su grupo. No obstante, las lealtades extremas, que dañan la capacidad de la persona para protegerse a si misma, equivale a una creencia de la que es necesario librarse. El siguiente caso, en el que intervino una violación tribal primaria, ilustra el sentido simbólico del sacramente del bautismo.
Tony, actualmente de treinta y dos años, pertenece a una familia de inmigrantes de la Europa del Este con siete hijos. Tenía cinco años cuando su familia se trasladó a Estados Unidos. Durante los primeros años de lucha por establecer un hogar en este país, a sus padres les resultó dificilísimo proveer las necesidades básicas de sus hijos. A los ocho años, Tony encontró trabajo en una tienda de caramelos de la localidad para hacer pequeños servicios.
Su familia le agradecía muchísimo los diez dólares extra que aportaba semanalmente. A los dos meses el niño ya llevaba a casi veinte dólares a la semana y se sentía orgulloso de sí mismo, veía lo mucho que valoraban sus padres su contribución a los fondos familiares. Pero cuando ya estaba establecida esa dinámica de valoración, el dueño de la tienda comenzó a hacerla insinuaciones sexuales. El asunto comenzó por sutiles contactos físicos, que finalmente desembocaron en una situación en la que el pederasta dominaba totalmente al niño. Muy pronto, Tony se sintió tan dominado que todas las noches tenía que llamar al dueño de la tienda para decirle que su relación seguía siendo un "secreto entre ellos".
Tony continuó llevando esa doble vida y, comprensiblemente, su estado psíquico se fue debilitando. Sabia que esos frecuentes contactos sexuales con el "hombre de los caramelos" eran inmorales, pero su familia ya contaba con su contribución de casi cien dólares mensuales. Finalmente reunió el valor para contarle a su madre, con mínimos detalles, lo que tenía que hacer para ganar ese salario mensual. La reacción de su madre fue prohibirle que volviera a hablar de esas cosas. La familia contaba con que conservara ese trabajo, le dijo.
Interesante entrada, Haideé.
ResponderEliminarPersonalmente, no estoy muy seguro que la lealtad sea un instinto. Mas bien entiendo que es un sentimiento positivo emanado de otros sentimientos más altos, como el amor en todas sus expresiones, la amistad, etc.
La lealtad ha de estar siempre basada en sentimientos positivos porque, si no es así, no es lealtad sino sevidumbre.
Es, por ejemplo, el caso del niño de la "tienda de caramelos".
Un abrazo.
¡Hola!jota ele: yo tampoco sé si es un instinto, pero si sé que lo sentimos desde bien pequeñitos, sobre todo por una necesidad de supervivencia...
ResponderEliminarEn ese momento era un niño, no se le puede juzgar, se convirtió para él en una servidumbre en el mismo momento en el que no fue escuchado por aquellos a los que les daba su lealtad, con lo que la lealtad que se ha de dar en reciprocidad para llegar a dar lo mejor de si aquí quedo truncada, entonces aparecen los estados de desequilibrio píiquico, pero bueno, eso será lo que ponga a continuación.
Un abrazo
Estoy de acuerdo. Pero a mi solo me preocupa
ResponderEliminarcualquier problema dentro del contexto:
entorno/ecologia/medioambiente/naturaleza.
Como padezco de disfuncion social, las relaciones humanas me parecen innecesarias o
facilmente evitables.
Suerte y exito en sus proyectos.
¡Hola! antigonum: osea todo, porque yo no puedo separarme de la naturaleza, ya que eso es lo que somos...
ResponderEliminarSiento que digas: padeces, es una expresión limitante y además has añadido disfunción social: desconozco que puede ser, pero el alejarse de los seres humanos en cuanto a realcionarse con ellos, hay tantos que lo han hecho y lo hacen y lo harán, y no por ello se les ha poner ninguna etiqueta., aunque esa es una costumbre muy arraigada... de nuevo el primer chakra, pero al más bajo nivel de su evolución.
Si tu vives bien así, es lo que importa.
Gracias por tu visita y palabras y por compartir, eres bienvenido.
Un cordial saludo