domingo, 19 de julio de 2009

Vuélvase asertivo: las técnicas asertivas (Octava parte)


La oferta de compromiso

Un muchas ocasiones este procedimiento mitiga las tensiones y allana las dificultades. También puede aliviarte cuando se siente culpable (¡aunque sea un poco!) por haber negado algo a alguien.
Esta técnica consiste en acceder a la petición del otro hasta cierto límite, o bien proponer una solución de recambio que le implique personalmente.
Pero hay que tener cuidado: el compromiso debe ser aceptable para ambas partes la solución, satisfactoria, equitativa y realista. No se trata de encontrar un compromiso sólo por quedarse con la conciencia tranquila y en paz; en este caso, tiene muchos números para que el acuerdo se resuelva en detrimento suyo y salga trasquilado. Un equilibrio justo entre dos posiciones evita frustraciones: los que usted gana, el otro no lo pierde forzosamente y viceversa.
Su hermana le pide que cuide al perro el domingo por la tarde. Ya ha rehusado tres veces y se siente vagamente culpable, sobre todo porque el boxer es encantador y le quiere mucho. Si no tiene ninguna obligación a primeras horas de la tarde, puede hacer una oferta de compromiso. "Me quedaré con gusto a Poogy el domingo si te hago un favor, pero cuento con que vendrás a recogerlo a las cinco y media porque tengo un bautizo a las seis".
Otra posibilidad: encuentra una solución de recambio y da a su hermana la dirección de un cuidador de perros excelente, con referencias fenomenales, o incluso pide a su portero, que le encantan los animales que cuide al famoso Poogy.

La información sobre si mismo

Al dar información sobre si mismo nuestra persona, revelamos nuestros sentimientos y problemas con franqueza, lo que nos hace más humanos ante los interlocutores, excepto si tenemos delante a un autócrata pendenciero. Poder hablar de uno mismo con sinceridad, por supuesto sin minusvalorarse, eso nos acerca a los demás. ¿Quién puede presumir de ser perfecto (aparte del pendenciero y autócrata)? ¿Quién no ha sufrido decepciones alguna vez y ha vivido momentos difíciles?
Decirle a una amiga que no puede pasar el fin de semana en casa porque "Tengo que terminar un trabajo urgente; lo siento", o que usted no puede participar en su mudanza porque "Tengo una ciática que me está haciendo sufrir mucho; lo siento en el alma"., o que le apetecería mucho ir al restaurante esta noche porque "Estoy cansada y no tengo muchas ganas de cocinar", es una manera de implicarse, de mostrar que uno tiene límites y, de ese modo, conmover al interlocutor.

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