haideé iglesias
Ilusos perseguidores
paralizados en baldosas
no ven la luz en el fondo
de sus corazones.
Los ciegos frustrados
ignorantes conocedores
la vida pierden
en loores.
Y un rugido
que se pierde en
el fragor del silencio
sus coherencias
con coherencias
platos infames
rebañados con sangre
de dolores que no conocen.
Al latigazo lanzado
sobre espaldas ajenas
le infieren la fuerza
de la que no disponen
para enfrentarse a la
zozobra que les hiere.
Dudando y simulando
pierden energía
palabreando...
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