Una tribu está unida no sólo por los lazos de lealtad sino también de honor. El código de honor de cada tribu es una combinación de tradiciones y ritos religiosos y étnicos. Los ritos como el bautismo u otras ceremonias tribales de bendición vinculan energéticamente a los nuevos miembros con el poder espiritual del grupo. Ese sentido del honor nos transmite fuerzas, nos pone de parte de nuestras relaciones de sangre y raciales, y nos enseña lo que significa cumplir la palabra y actuar con integridad.
Si bien normalmente el honor no se considera un componente de la salud, yo he llegado a creer que bien podría estar entre sus componentes más esenciales, incluso en el mismo plano que el amor. El sentido del honor aporta una energía muy potente y positiva al sistema espiritual, biológico e inmunitario, a los huesos y a las piernas. Sin honor es muy difícil, si no imposible, que una persona permanezca erguida con orgullo y dignidad, porque carece de un marco de referencias para su comportamiento y decisiones, y así no puede confiar en sí mismo ni el los demás.
El sentido del honor forma parte de lo que la tribu enseña a sus miembros acerca del rito tribal fundamental del matrimonio. Una mujer, que era la última de un tronco familiar, lo expresaba así: << "Cuándo se estaba muriendo, mi padre me hizo prometerle que tendría un hijo. Yo le dije que no había encontrado a ningún hombre con el que me apeteciese casarme. Sus últimas palabras fueron: "Cásate con cualquiera, pero continúa la familia">>
La forma en que los cónyuges se comportan enseña los criterios éticos a la siguiente generación. El adulterio está prohibido; sin embargo, los mayores de una tribu que cometen adulterio dan permiso a sus hijos para quebrantar esa norma cuando sean adultos. El padre mantiene a la familia; sin embargo, un padre que abandona esa responsabilidad deja a sus hijos un significado muy distorsionado del compromiso y la responsabilidad. Se nos enseña a tratar con respeto a los demás; sin embargo, los progenitores que no se respetan a si mismos y mutuamente crían hijos que serán adultos no respetuosos. Sin la estabilidad moral de un código de conducta honrada, los niños se convierten en adultos incapaces de crearse una vida estable.
Hay que ser capaz de dar la palabra y atenerse a ella, sea a otra persona o a sí mismo. Hay que ser capaz de confiar en que uno va a terminar las cosas que comienza y a cumplir con sus compromisos. Cuando no confiamos en nosotros mismos, todos y todo nos parece temporal y frágil, porque así es como nos sentimos por dentro. Un hombre me dijo: "No quiero vivir como vivían mis padres, siempre mintiéndose uno a otro. Pero vivo pensando que en cierto modo he heredado esa característica y que si se presentan las circunstancias me comportaré igual" Esa carencia de honor individual trasciende las fronteras de las tribus personales y pasa a la sociedad en general.
Siempre y cuando esa palabra dada al cumplirla se haga desde la honestidad, pues mentir para cumplir una palabra dada es más nefasto para la salud que no cumplirla, ya que se estará mintiendo, tanto a uno mismo como a los demás. Vale más decir la verdad aunque los otros se decepciones que no seguir la mentira (esto mismo ya es un acto de honor), pues ésta acabará por traducirse en el comportamiento, quedando en peor lugar que si se reconoce de antemano que no se puede cumplir con la palabra dada, ya sea por haber cambiado las circunstancias o haber cambiado uno mismo. La rigidez acaba generando también estados emocionales desequilibrados, con lo que también se perjudica la salud.
El honor y la honestidad siempre que no sea una atadura obligatoria.
ResponderEliminarTe sigo, Haideé, pero a veces no me entran los comentarios, un beso
'Hola! virginia: pienso que mas que una atadura, mejor que no sea una fachada...
ResponderEliminarGracias bonita, te lo agradezco, ya he puesto algo al respecto del explorador. Siéntete libre, lo eres :))
Un abrazo y un beso.
Matrimonios donde existe mentiras y aun peor donde no hay amor, que se casan por que “es lo que se debe hacer a cierta edad”, por despecho, etc. ,hacen mucho daño al hijo porque entonces no creerá en el matrimonio o tendrá miedo a relacionarse con alguien y tal vez el si quiera casarse pero estas herencias tal vez sean inconscientes como se mencionaba en la entrada anterior, lo q se queda en el cuerpo en la infancia o también como el ejemplo del hombre q piensa q en cierto modo se heredan esas características..
ResponderEliminarSe que primero q nada, la persona tiene que poner de su parte y confiar en si misma pero….¿ se puede ayudar a la persona de alguna forma para q se libere de esas herencias o miedos ?
Un calido abrazo
¡Hola! kandy: si, claro que se puede ayudar, partiendo de algo muy importante, que ella misma quiera ser ayudada; uno no es sino un instrumento, una herramienta que se pone a disposición del otro con su conocimiento, cada uno el suyo. Hay muchos modos y terapias, aquí se habla desde la medicina holística, y desde los sensitivos, pero hay otros muchos que pueden ser válidos. Considero que es muy importante que la persona se sienta cómoda con el método elegido.
ResponderEliminarSe está comprobando cada vez más la eficacia de las terapias hasta ahora llamadas alternativas, ahora ya se las llama complementarias, entre ellas: el reiki que es también medicina energética; las flores de Bach también, la meditación,... en fin, te comento algunas de las que yo conozco bien.
Teniendo en cuenta que en el cuerpo queda grabado tal como si fuera de cristal liquido, la información, esta aflorará en cuanto se comienza a trabajar con hechos del pasado, y no todos están dispuestos a afrontarlos. Pero como irás viendo, si uno quiere, aunque sea inconscientemente le llegará la ayuda que sea necesaria para él.
Y algo muy importante, al menos así lo entiendo yo: primero de todo conocerse bien uno a sí mismo, el mejor modo de poder conocer y comprender a todos los demás :))
Un cariñoso abrazo!