En un país lejano vivía un inventor ingenioso que se había vuelto chiflado un poco jugando con la televisión. En el curso de sus experimentos fabricó una especie de espejo mental al que llamó psicoscopio, por medio del cual una persona podía ver su estado mental con la misma claridad con que podía ver su cuerpo físico a través de una lupa.
Una vez fue perfeccionado el instrumento, se abrió una fábrica para producirlo y se dio a conocer en el país con la publicidad adecuada. Pronto hubo un montón de pedidos. Las esposas lo compraban para sus esposos - atención, las esposas lo compraban para sus esposos- y los esposos lo compraban para las esposas y cuñados. Los padres lo compraban para sus hijos, e incluso los hijos lo compraban para sus padres. Los empresarios hicieron grandes pedidos para sus empleados. Se sabe, o quizás es sólo un rumor, que únicamente un individuo en todo el país, confesó haberlo comprado para su propio uso. El alborozado inventor se vio nadando en la abundancia: se vendieron millones de estos artefactos.
Entonces casi con la misma celeridad, las ventas descendieron y sin más cayeron a cero. Los investigadores que se enviaron a recorrer el país informaron de que las casas de empeños estaban abarrotadas de psicoscopios, mientras millares de ellos se habían estropeado accidentalmente o habían ido a parar misteriosamente a la basura.
Desesperado, el inventor se dedicó a una nueva tarea. Le dio un sentido opuesto al funcionamiento del instrumento, a fin de que idealizara el estado mental reflejado. De esta manera las personas se veían a si mismas no como eran, sino como querían aparecer, con sus defectos arreglados y coloreados de rosa, y su fealdad encubierta de inocencia. Al final del año, por lo visto, la compañía declaró dividendos del cincuenta por ciento.
Je, je, je, ...
Historia recogida en un libro de Osho.
Seguramente que eso mismo hariamos, comprarlo para ver a otros, y seguir tapando lo que no queremos ver de nosotros.
ResponderEliminarPero que interesante seria, no? una terapia algo más pictorica, aunque quizas más dificil de superar, digamos, algo abrupta en algunos casos donde hay años de cosas que estan incosciente dentro nuestro.
BESOS ENORMES BONITA!!!!
Ahahahah, non credo che un dispositivo come questo possa mai trovare un mercato al giorno d'oggi, tutti vogliono sempre credere di essere bravi e belli, non piacerebbe qualcosa che mostrasse "il vero"....secondo me, è chiaro :-)))) Grande Haideè, un abbraccio grande!!
ResponderEliminar¡Hola! serhumana: pues es posible que se llevaría más de uno una enorme sorpresa, por no decir un gran disgusto... con lo fácil que es mirar a los demás, mirar hacia adentro no lo es tanto... el dicho "mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio" Así pues mejor no juzgar... ¿no te parece? :))
ResponderEliminarLo que te puedo asegurar es que sería la mar de entretenido :))
Un enorme abrazo!!!
¡Hola! antonio: mi querido amigo :)) me alegra sentir tu risa, tan saludable para todo el organismo... yo tampoco, hay personas que hacen de tal dispositivo, pero ellas mismas lo compran para los otros, si, jajajaja... así andamos...
ResponderEliminarSi, te lo parece a ti y a mi también, pero claro, así estamos juzgando, pero... ay, jajajaja... la naturaleza esta llena de vida cambiante, pues a seguir así, viviendo :)))
Un abrazo, muy grande y tierno!!!
Me gustó esta historia, es cierto, es muy fácil ver y señalar los defectos y errores de los demás y muy difícil ver los propios .Las criticas nos ayudan a crecer, claro q cuando son constructivas, aunque a veces hay quienes ni así las aceptan, aaahhh!! Pero que tal los halagos …
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
¡Hola! kandy: y no tan sólo que no nos guste que nos lo digan, sino que nosotros mismos no estamos por la labor de vernos tan como somos, como si fuéramos a descubrir algo malo, es cuando ahondas cuando descubres que eres excepcional, único... Por esta confusión es por la que nos llenamos de necesidad de ser halagados, ay...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti también :))