Era un gurú de "masas", de esos que afirman su ego desmedido, coleccionan cientos de devotos ciegos y acumulan riquezas. Su fama era tal que decidió hacer un recorrido por varias ciudades de la India, con la idea de trasladarse en palanquín dando charlas espirituales y bendiciones a cambio de donaciones. Pero como los seguidores eran numerosos, los organizadores del viaje le calcularon que éste duraría doce años; sólo así sería posible llegar hasta el último rincón del país.
Comenzó la gira triunfal. Ni que decir tiene que el gurú estaba henchido de vanidad. Un día, mientras se desplazaban de una a otra localidad, el cortejo fue detenido en el camino por un hombre empeñado en hablar con el gurú. Era tonto, mas no parecía fácil hacerle renunciar a sus propósitos. El gurú, de muy mala gana, pero a fin de que el hombre se apartase y el cortejo pudiera proseguir la marcha, accedió a hablar con aquel simple.
-No tengo tiempo que perder, así que dime en seguida lo que quieres -le dijo con todo el tono despótico de que fue capaz.
-Quiero ir al cielo -dijo el tonto, sin dudarlo un instante-.
Como tú eres un maestro muy importante, debes reconocer el camino hacia él y deseo que me lo indiques cuanto antes.
El gurú soltó una gran carcajada.
-O sea, que quieres ir el cielo -dijo-. Pues es bien fácil. Permanece aquí todo el tiempo con las manos levantadas hacia el cielo y lograrás llegar.
Con un gesto despectivo, el gurú volvió al palanquín y siguieron la marcha. Durante doce años recorrió aldeas, pueblos y ciudades. Fue aclamado, devotamente escuchado y bien retribuido en donaciones. En el camino de vuelta a su ciudad, se encontró con el tonto que dejara allí doce años atrás. Su aspecto era calamitoso, muy delgado, pero en su mirada había fe. Entonces, y ante la estupefacción del gurú y de todos los asistentes, comenzó a ascender lentamente hacia el cielo. En la densa bruma de codicia de la mente del gurú brotó en ese instante un rayo de luz y comprensión. Se abalanzó sobre el tonto y se asió desesperadamente de su tobillo. No podía perder esa oportunidad. El tonto y el gurú iban directos al cielo. El maestro sintió mucho agradecimiento hacia el tonto ya que había hecho posible su única oportunidad para ir al paraíso. A medida que ascendía, el otrora desdeñoso gurú fue tomando conciencia de sus errores, de su ambición desmedida e injustificable, de su afán de poder desproporcionado y de su innoble codicia. Entró en el cielo detrás del tonto, sencillamente porque el había sido infinitamente más tonto.
Esta vez el gurú encontró al único ser que estaba realmente lleno de convicción y fe. Todos los demás devotos tan sólo buscaban que les sacaran del aburrimiento. No es el gurú, este tipo de gurú, el que te abrirá las puertas del entendimiento, sino tu propia sabiduría interior; esta será la que te hará comprender más allá de vanas palabras, por muy bien manejadas que estén por aquellos que necesitan del poder y la fama para engrandecer su disminuida autoestima. Por esto lo único que conseguirán serán acólitos ciegos, mucho más que él, ya que de otro modo es imposible dejarse arrastrar por tales gurús.
Espero que aquellos que se han erigido en gurús, y también aquellos que les han prestado su apoyo desde puestos de poder (así es como consideran ellos sus cátedras universitarias), despierten del espejismo en el que viven y dejen de causar más daño del que ya se está causando en el mundo.
Para luchar por la justicia, primero yo mismo he de saber lo que es, sintiéndola como parte de mi esencia, inseparable. No hay otro modo. Lo demás: lo demás es falsa bondad y pura parafernalia llena de ambición desmedida.
Estas personas acabarán cayendo del pedestal en el que se han subido, y les han subido. Me alegraría que pudieran ser como esté gurú, ya que al menos camino del cielo se dio cuenta de cuán equivocado vivió.
(Imagen de autor desconocido para mi)
• Sólo tenemos dos alternativas, ser tontos, ser simples, en sentido evangélico, y veremos la luz. O buscarnos un tonto que nos eleve.
• Me quedo con la primera opción. Espero tener la paciencia necesaria.
• ramitas de acebo recién cortadas con 'mi tijera de podar'
CristalRasgado ____________________________________
LaMiradaAusente
Haidee, magnifiscent image! Just amazing! And as always .. your expressions and always sensitive to the heart!
ResponderEliminarHaidée, por um lado tens razão, por outro...a boa via é a via do meio, e tenho encontrado muita gente (e o que dela resulta, livros, poesia, exemplos), que me tem apontado vias que eu não via. Entre o guru e o tonto, ha muita gente, muito boa gente.
ResponderEliminarUm beijinho. ☼ ☼ ☼
La ley natural es inexorable....dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces. Realmente en estos tiempos de "profetismo y "expertises" de todo tipo la lectura de este cuento bien vale la reflexión....you get what you give.... y a otra cosa.
ResponderEliminarComo siempre, estupenda reflexión.
¡Hola! algial: alternativas hay muchas, desde afuera, dentro sólo hay una, escuchar con más atención lo que nos dice nuestro inconsciente, para mi es muy importante, es ahí donde radica la sabiduría. Ahí también encontraras la paciencia :)
ResponderEliminarUn abrazo con muchas florecitas de acebo, sin tijera de podar, aunque sea la tuya :)
¡Hola! kyungmee: me alegra que te haya gustado la imagen, no es de mi autoria y desconozco quien es su autor... te doy la gracias en su nombre :)
ResponderEliminarGracias por compartir tu tiempo :)
Un abrazo
¡Hola! margaridaa: cierto, siempre están, mas estas personas no las quieren cerca, ni las quieren escuchar... es más si pueden procuraran hacerles la vida difícil... algo que por supuesto ellos no entenderán así :)
ResponderEliminarEl tonto es el que no tiene ego... el más libre de todos :)
Sigamos por donde pensamos que debemos ir, todo llegará, si es que así tiene que ser :)
Un abrazo y gracias :)
¡Hola! josé: karma=acción... así haces así recibes :) si :) Eso si, no todos saben esto :) y mucho menos lo quieren escuchar :))
ResponderEliminarGracias por compartir :)
Un abrazo
Hola Haideé un bonito relato y lleno de enseñanza, como siempre.
ResponderEliminarPienso sobre él que la fe mueve montañas. Si tienes fe y estás convencido, puedes obtener todo aquello que desees. Un abrazo. Mari Cruz
¡Hola! mary cruz: cierto, la energía va allí donde se focaliza... estemos atentos para ver en que dirección enviamos la nuestra.
ResponderEliminarUn abrazo :)