Los diccionarios etimológicos repasan la evolución de este término, derivado del latín confidentia, que conserva cierta analogía con la esperanza. En el siglo XIX adquiere el matiz de seguridad, concretamente con la expresión "confianza en uno mismo".
En la actualidad, la definición de confianza en uno mismo no suscita unanimidad. Algunos insisten en su carácter innato y la asimilan a un rasgo de personalidad, un don del temperamento; otros insisten en su carácter adquirido y hacen de ella una buena respuesta aprendida a raíz de experiencias consumadas; otros la consideran una de las consecuencias de la fuerza del yo.
El debate entre lo innato y lo adquirido está lejos de concluir. La hipótesis de un umbral de vulnerabilidad, determinado por nuestro patrimonio genético y variable de un sujeto a otro, participa de las teorías actuales. Parece ser que los individuos que disfrutan de un umbral máximo soportan mejor las dificultades y no se sienten abrumados. En cambio, los que disponen de un umbral mínimo pierden confianza y claudican con más facilidad.
Por desgracia (o por suerte), esta predisposición no parece "mantenerse" toda la vida. En ciertos momentos de la existencia los más fuertes se desmoronan y los más débiles logran proezas increíbles, lo que deja la mejor parte a las influencias de la educación y el entorno. En numerosas ocasiones se ha comprobado que los niños queridos y educados en buenas condiciones poseen un potencial de confianza en sí mismos mayor que el de los niños rechazados, expulsados de casa en casa, abandonados o maltratados.
En su origen, la confianza en uno mismo es producto de un narcisismo positivo, que se podría resumir del modo siguiente: "Quiérete y apréciate lo suficiente tal y como eres"; esto constituye una base sólida para el desarrollo personal y, sencillamente, para existir. Implica creer en uno mismo, en los recursos propios, reconocer los límites de uno, evaluarse en su justa medida, aceptar los puntos débiles y perfeccionarse. Estar contento de existir como uno es y apreciarse proporciona un equilibrio interior que contribuye a una mayor calidad en nuestra relación con los demás y el mundo. Cuando alguien se quiere de esta manera, es capaz de sentir amor y recibirlo.
Como resultado, la confianza en sí mismo garantiza la libertad de pensar y actuar. También quiere decir contar con uno mismo para enfrentarse a las situaciones nuevas, lo que aumenta la capacidad de correr riesgos con una cierta seguridad y resistir ante los fracasos. La confianza en uno mismo se fundamenta en una representación sana del éxito, de nuestras actuaciones y realizaciones; nos autoriza a respetar nuestros proyectos y a dedicarles tiempo y energía. Permite evaluar a los demás con mayor objetividad y afirmarse sin vergüenza, ni miedo, ni agresividad con respecto a ellos.
Un individuo confiado posee un yo fuerte y equilibrado que percibe sus límites, asume sus contradicciones, sus dudas, sus carencias, al tiempo que es consciente de sus recursos, sus convicciones, sus esperanzas, su determinación, su serenidad.
En estos tiempos llega a confundirse el termino confianza en uno mismo por el de conformismo. Incluso la gente que siente conformismo lo niegan y dicen tener confianza en si mismos, pero son terminos contradictorios. Una persona con confianza en si misma se intenta superar una y otra vez aunque fracase mil veces y una persona conformista prefiere dejar las cosas tal y como estan por temor a lo que pueda venir, incluso si es para bien.
ResponderEliminarEn el mundo la confianza en uno mismo escasea y los que no la poseen parecen practicar el deporte de haber quien hunde moralmente al que la tiene. Lo que no saben es que el que realmente confia en si mismo (no el que dice confiar en si mismo) nunca se dejará guiar por comentarios maliciosos porque la propia confianza en si mismo hace que el argumento mas valido (incluso cuando es equivocado) sea el suyo propio.
Mucho mas prodriamos decir sobre ese simple termino "CONFIANZA" pero por hoy ya he dicho bastante. Gran debate el que nos muestras Haideé, un debate seguramente sin fin, ya que trata sobre la propia mentalidad del ser humano, algo que puede ser tan reducido y extenso a la misma vez.
¡Hola! soseki: como ya irás leyendo más adelante existe mucho desconocimiento de lo que es ser uno mismo, y pienso que por este motivo se llegan a hacer afirmaciones como la que comentas sin profundizar mucho más.
ResponderEliminarRespecto a lo que dices del que siente verdadera confianza en si mismo: "el argumento más válido sea el suyo propio". Reflexiona sobre esto con más detenimiento, por favor. Es necesaria la duda, ponerse en cuestión a uno mismo. Defender una postura (aun estando equivocada, pienso que no es confianza en uno mismo, sino apegarse a una creencia.
A través de mi experiencia cuantas veces cometí ese error. Defender a capa y espada algo convencida de que era la verdad, jijiji... ay, cuán ignorante era, si :)). Así poco a poco fui cediendo terreno a las opiniones de los otros, escuchando, y cuando podía cuestionarlas, lo hacía, pero siempre hablando desde mi conocimiento, añadía, no como dogma de fe. Si no tenía conocimiento de eso no fuera así, me mantenía, y mantengo sencillamente sin opinión. Puede ser o puede que no. Otra cosa es que yo en mi fuero interno pueda sentir que es posible o que no, mas no para afirmar o negar nada. Y, aún teniendo confirmación, sería mi verdad, nada más.
Me gustaría que esto te pudiera aportar algo. Sé que no andas-mos lejos de pensar lo mismo, pero quizá en tu razonamiento lo has dejado de mencionar. Y si no fuera así, también sé que lo puedes transformar a través de una mente abierta.
Ah, y por supuesto, me puedes cuestionar cuanto quieras :)))
Un fuerte abrazo :)