Las dificultades que acabamos de comentar pueden cristalizar, sobre todo a causa de repetidos contratiempos, y llegar a provocar parálisis. Los sujetos más sólidos son susceptibles de desanimarse y resquebrajarse momentáneamente cuando se enfrentan a situaciones traumáticas (paro, divorcio, luto, enfermedad grave). ¿Qué decir de los individuos que carecen de confianza en sí mismos? La mayoría de las veces se derrumban, incapaces de soportar un acontecimiento que, una vez más, pone en tela de juicio una imagen debilitada.
Pasamos entonces de una simple desventaja a una enfermedad, que puede ser sólo un episodio doloroso, pero también hacerse crónica.
La ansiedad generalizada
Este trastorno, frecuente en los dos sexos por igual, se caracteriza por la presencia constante de temores y preocupaciones injustificadas o exageradas. La ansiedad es difusa, fluctuante y se anticipa a los peligros. La aprensión por una amenaza permanente involucra tanto a los allegados como a uno mismo. El sujeto se inquieta y espera enfrentarse a pruebas diversas (enfermedades, accidentes, problemas sentimentales, profesionales o económicos). Sin ninguna razón aceptable, se preocupa por una desgracia que podría sobrevenir a uno de sus hijos o por una catástrofe que podría afectar a su empresa, o incluso por un conflicto que podría destruir su matrimonio.
Este problema se acompaña de una miríada de síntomas:
–Una desorganización del sistema neurovegetativo que produce sensaciones de opresión (respiración entrecortada, ahogo, nudo en la garganta), malestar (mareos), palpitaciones cardíacas, problemas abdominales, náuseas, diarreas), sudores fríos, etc.
–Alteraciones motrices que se manifiestan en una tensión muscular intensa con temblores, escalofríos, y provocan contracciones y dolores musculares.
–Trastornos del sueño, de la concentración, de la memoria, gran fatigabilidad, un sentimiento constante de nerviosismo, irritabilidad.
Tras su nombramiento como director de la agencia, un paciente nos cuenta que tiembla continuamente. Siempre tiene miedo de lo que pueda ocurrir. Hace uso y abuso de expresiones como "Me preocupo en exceso". "Tengo el miedo en el cuerpo". "Tengo un nudo en el estómago", para describir lo que siente casi de modo cotidiano. "Estoy en tensión de la mañana a la noche. Cuando me levanto pienso en todo lo que podría salir mal en el trabajo, tengo miedo de llegar tarde a las citas, de perder clientes.. Si oigo toser a mis hijos, pienso que han cogido una neumonía y telefoneo veinte veces para tranquilizarme. Si mi mujer me dice adiós con un tono cansino, temo que ya no me quiera. Si la moto no se enciende a los tres segundos, estoy seguro de que se va a averiar. Si mi secretaria no está en su puesto cuando llego el despacho, estoy convencido de que ha perdido un informe importante, etc."
Una buena síntesis que ayuda a reflexionar y a conocerse más a uno mismo, paso imprescindible porque no se puede amar lo que no se conoce y no se puede hacer frente a las distintas dificultades que tan bien se describen en estos artículos. En fin una herramienta útil.
ResponderEliminar¡Hola! misticapianista: ponerse manos a la obra pues :)
ResponderEliminarPerdemos mucho tiempo como si lo tuviéramos siempre y paradójicamente luego nos quejamos de que no lo tenemos para asuntos menos vitales... y lo peor que decimos aburrirnos... En mi caso hace mucho tiempo que no se lo que es el aburrimiento.
Un abrazo :)