lunes, 28 de noviembre de 2011

Zen y depresión. Cerca de la verdad


La verdad os hará libres.

Jesús


Una vez fui a hablar con mi maestro zen, Katagiri Roshi, de un obstáculo que encontré en mi meditación. Le expliqué que no tenía ningún problema en comprometerme con las enseñanzas budistas o con él como maestro. Pero tenía problemas al comprometerme con la idea del Sangha –la comunidad budista zen local–, tal como la tradición budistas insta a hacer.

Katagiri escuchó todo lo que dije. Luego me respondió: ¿Por qué te preocupa tanto ese asunto? ¿Por qué no tomas el voto de comprometerte con la verdad, sea donde sea que la encuentres?

Me sentí aliviado, como si me hubiese dado permiso a mí mismo. Sólo más tarde empecé a comprender la difícil tarea que me había sido otorgada.

Katagiri sabía que por entonces estudiaba aikido. En unas pocas frases expresó las ideas principales de esa práctica, aunque aparentemente daba la impresión de no estar familiarizado conella. Me preguntó: "¿En el aikido no se trata de estar lo más cerca posible de tu oponente, ya que esa es la distancia más segura? Pues lo mismo ocurre con la búsqueda de la verdad". Se paso las manos una por encima de la otra y continuó: ·"Permanecer cerca de la verdad es también el lugar más seguro. La verdad no puede herirte cuando estás ahí".

Unos cuantos años antes tuve una intensa experiencia durante un retiro de meditación, en el que me acerqué mucho a algunas verdades.Pero la experiencia de la verdad me asustó, y después pasé gran parte de mi tiempo tratando de alejarme lo más posible. Por desgracia, lo aterrador –y maravilloso– de ver la verdad es que no puedes olvidarla una vez que la has visto, ni puedes huir de ella. Puedes tratar de correr más, pero la verdad te perseguirá hasta que la aceptes, y lo que es más importante, hay que actuar de acuerdo con ella, si eso es lo que te pide.

En nuestra depresión a veces nos enfrentamos cara a cara con la verdad desnuda. Y puede resultar tentador, dado nuestro estado, tratar de echar a correr. Pero debemos recordar que hacerlo sólo nos causará más dolor y sufrimiento.

Así que sea amable consigo mismo en caso de ocurrírsele retroceder frente a la verdad, y recuerde que el lugar más seguro es estar cerca de ella.


Exploración suplementaria


Probablemente hay unas cuantas verdades en su vida que tiene miedo a reconocer. Empiece desde la simple curiosidad y piense en una de esas verdades. Puede que odie su trabajo y quiera dejarlo; tal vez hay algo que siempre ha soñado hacer pero que nunca ha intentado ni se ha atrevido a contárselo a nadie; puede que no se sienta tan cerca de sus hijos, amigos, compañero o compañera como le gustaría.

Al pensar en esa verdad, observe –y sitúelos aparte– sus pensamientos de autocrítica por no haberse enfrentado con ella antes (fijase en cómo esos pensamientos pueden distraerle a la hora de examinar la situación). Contemple su miedo y reconozca esa verdad. ¿Le preocupa tener que pasar a la ación? ¿Le causa dolor tener que aceptar esa verdad?. No tiene que pensar en lo que esa verdad le pide. Sólo tiene que verla y reconocerla.

Permita que esa verdad se manifieste en su conciencia. Déjela ser loo que es, sin miedos, ni críticas, ni rabia.

Mire directamente la situación que contiene esa verdad. No trate de apartarla, ni tampoco de huir de ella, simplemente quédese quieto y reconózcala. Permanezca con ella y entable amistad, examínela en lugar de tratar de determinar qué debe hacer con respecto a ella.

Dése cuenta de que ha permitido que permanezca en su conciencia, y de que puede regresar a esa verdad para volver a observarla siempre que quiera hacerlo.


Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.


(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

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