haideé iglesias
Nada es más valioso en la naturaleza humana que la benevolencia; nada más urgente que la sabiduría. La benevolencia es la base; la sabiduría el medio de llevarla a la práctica. Con ambas cualidades como fundamento, se realiza todo lo que es beneficioso, con el añadido de la valentía, la fuerza, la inteligencia, la rapidez, la diligencia, la astucia, la agudeza, la brillantez y la perspicacia.
Pero si alguien no está desarrollado personalmente y goza de destrezas técnicas sin que éstas se vean acompañadas de sabiduría, es como si cabalgaran en una montura rápida sin saber que camino tomar.
Aunque uno tenga talentos y habilidades, si los usa de manera impropia y los maneja inadecuadamente, ello sólo puede producir falsedad y error. En este caso es mejor tener pocas habilidades técnicas que el tener muchas.
Por tanto, al ambicioso no se le debe dar un poder práctico; al loco no se le deben proporcionar instrumentos afilados.
El Tao de la política. Sobre la guerra.
Me han gustado mucho tus palabras, mucho, mucho.
ResponderEliminarMe reafirman en algo a lo que le doy vueltas en éstos días.
Un beso, Haideé.
`Hola! alas: no son mis palabras... y si lo son... :)
ResponderEliminarhas desaparecido entre el nombre de la isla... dos palabras... y uno desaparece...
Un abrazo