lunes, 27 de febrero de 2012

Zen y depresión. Mente paternal


Un padre, con independencia de su pobreza o de circunstancias difíciles, ama y cría a su hijo con cariño. ¿Cuán profundo es un amor así? Sólo un padre pude entenderlo. Un padre protege a sus hijos del frío y los cubre del calor del sol sin preocuparse por su bienestar personal. Sólo una persona en la que está presente esa mente puede comprenderlo, y sólo una en quien esa actitud se haya convertido en un hábito my arraigado puede realizarlo completamente. Eso es lo esencial de ser padre. De la misma manera, cuando tratéis con agua, arroz o cualquier otra cosa, debéis tener la consideración y el cariño de un padre que cría a su hijo.
Dogen, instrucciones para el cocinero

En los últimos años se ha hablado mucho sobre encontrar el niño interior. En la depresión no tenemos ninguna dificultad a la hora de encontrar a esa persona dentro de nosotros. De hecho, en muchos sentidos la depresión es un regreso a los modos infantiles. Somos incapaces de cuidar de nosotros mismos. No queremos comer bien; queremos comer tarde; tal vez queramos comer helado por la mañana. No queremos hacernos cargos de las responsabilidades que entraña ser adulto. Nos asusta salir solos al mundo exterior. Si tenemos hijos nos es difícil tratarlos (o a nosotros mismos) con una mente paternal.
Necesitamos un padre o una madre para que nos guíe a tra´ves de la depresión. Necesitamos hallar a nuestro propio adulto interior, lo que podríamos denominar nuestra propia mente paternal.
¿Cuáles son las características de la mente paternal?
Los padres son pacientes y observan progresos en los pasos más pequeños. Los padres practican el amor y la aceptación incondicionales. Los padres se esfuerzan por ser ecuánimes, pero si se enfadan o frustra, la emoción tiene corta duración y no poden en peligro a nadie. Esta rabia desaparece rápidamente y es utilizada como una oportunidad para enseñar y aprender.
Los padres están vigilantes y alerta. Los padres están dispuestos a ceder su sitio. Los padres son siempre conscientes de la impermanencia (y si no lo son, su hijo es un recuerdo viviente). Los padres se dan cuenta de que no pueden controlas sus circunstancias sino sólo tratar de disponerlas de la mejor manera.
Los padres crean las oportunidades para que la alegría se manifieste en cualquier momento y para experimentarla en placeres sencillos y pasajeros, o bien disfrutando de ella en la presencia de otras personas.
Los padres saben que a veces deben adoptar un papel que les viene grande. Los padres siempre están dispuestos a aprender de cualquier situación o persona, incluso de alguien menos experimentado.
Los padres comprenden que los resultados de las acciones no siempre son visibles de una manera inmediata, ni tampoco predecibles. Y por ello los padres siguen adelante gracias a la fe. Pero el acto más verdadero y relacionado con el hecho de ser padres es tener fe, tanto en este momento como en cierto tipo de futuro, con lo que nos depare.
Adoptar ese estado mental mientras se atraviesa una depresión puede resultar de mucha ayuda, tanto para nosotros como para las personas con las que tratamos. De esa manera podemos llegar a comprendernos mejor y de paso a los demás. El resultado es que podemos actuar con mayor atención y compasión hacia todas las personas con las que entramos en contacto.
Los maestros budistas suelen utilizar el término "mente de mono" para describir el constante saltar de pensamiento en pensamiento. El término me recuerda a los libros sobre el personaje del mono George el Curioso que le leía a mi hijo. George es como un niño que empieza a andar, y va rebotando de una experiencia a otra, siempre en busca de emociones y nuevas experiencias. Nunca piensa en las consecuencias de sus actos.
Todos podemos llegar a ser como George el Curioso, pero estamos especialmente inclinados a adoptar la mente de mono cuando nos hallamos en las garras de la depresión. Y, al igual que George el Curioso descubre al final de cada historia, necesitamos una mano firme pero cariñosa que nos ponga firmes, que se mantenga al tanto de lo que hacemos y que nos salve de todo peligro.
Podemos hallar algo así en nosotros mismos cuando descubrimos nuestra propia mente paternal.

Exploración suplementaria

A lo largo del día, trátese a sí mismo del mismo modo que trataría a un niño pequeño del que tuviera que cuidar. Si comete errores o se confunde, o se enfada, o tiene miedo, piense en cómo respondería si ese niño hiciese lo mismo. A continuación, respóndase a si mismo de igual manera.
¿Reñiría a gritos, avergonzaría o chillaría a un niño pequeño? ¿O bien le hablaría con dulzura, paciencia y comprensión? Si el niño cometiese un error, ¿le diría que es un estúpido y un inútil, o bien que aprendemos gracias a cometer errores?
Considere sus necesidades físicas de la misma manera. ¿Permitiría que un niño durmiese poco, o que sólo comiese azúcar, o que no tuviese tiempo para jugar y relajarse? ¿Puede ofrecerse a sí mismo algo de ese mismo cariño y respeto?
También es cierto que necesita marcarle los límites, no permitiéndole las pataletas, o herir a otros, o actuar irrespetuosamente con usted o con los demás. Haga eso con usted mismo.
¿Puede mostrarse cariñoso consigo mismo y saber que cumplirá sus promesas?
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El Buda dujo que todos nosotros deberíamos tratar a los otros seres como si fuesen nuestras madres y nuestros hijos al mismo tiempo /y si cree en la reencarnación, puede que lo haya sido en alguna ocasión)
¿Qué Significa tratar de esa manera a las personas que le rodean? ¿Puede mostrarse comprensivo con las personas difíciles que encuentra en su vida a la vez que marca los límites y sabe decir no? ¿Puede tratar a los seres amados con el tipo de respeto y gratitud que sentiría por alguien que le ha cuidado, alimentado, protegido y enseñado?
¿Cómo le sienta actuar hacia otros de esa manera, incluso en pequeñas dosis? ¿Cómo responden con usted esas personas? ¿Le resulta difícil? ¿Le va resultando más fácil con la práctica? ¿Cómo afecta a su depresión ese comportamiento?
¿Cómo se siente cuando actúa de esa manera consigo mismo? ¿Le resulta más fácil con la práctica? ¿Cómo afecta a su depresión?

Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.

(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)

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