No puedes conseguirlo pensando; no puedes buscarlo sin pensar.
Poema Zen
A menudo, cuando iniciamos nuestra andadura en el camino espiritual, pensamos que seguirlo es sólo cuestión de hacer lo correcto. Esperamos que si simplemente nos decidimos a seguir las reglas o cierto código de comportamiento, podremos encontrar alegría, iluminación o paz.
Eso puede convertirse en un problema específico durante la depresión. A menudo estamos tan desesperados, con tanto dolor, que seguiríamos a cualquiera o cualquier cosa que nos ofreciera respuestas fáciles y resultados predeterminados.
Pero la verdad es que el camino espiritual nunca es tan simple como eso. No es lo que creemos que es. En su esencia nunca puede ser sencillamente cuestión de seguir las formas externas adecuadas. De hecho, la verdad no va a encontrarse por pensar en ella de una forma en particular, o por actuar de una cierta manera. No se encuentra por vestir un tipo particular de vestimenta, o por afeitarse la cabeza, o por dejarse el pelo largo.
No se trata de dejar de sentirse perturbado o fastidiado por el sufrimiento o las decepciones de la vida. No se encuentra en el hecho de colocarse una máscara de calma a todas horas. No se encuentra en no pensar en uno mismo y dedicarse a de manera incansable a hacer cosas para los demás. Ni tampoco se encuentra pensando sólo en uno mismo. De hecho, no se encuentra en nada de lo que se piensa.
Por el contrario, se encuentra al aceptar a todos y todo con compasión y atención. Se encuentra en el estar presente encuentra en el estar presente en nuestra vida junto con todo nuestro corazón y nuestra mente. Y, en lugar de en un conjunto de creencias o acciones –cualquier cosa que creemos saber–, se encuentra en la disposición a no saber, en mantener esa apertura y curiosidad con las que nacimos.
Exploración complementaria
¿De qué maneras ha tratado de hallar la verdad, la paz y la felicidad que busca? La mayoría de esos intentos han acabado en fracasos. Ha descubierto que la esperanza y las promesas que creyó haber hallado le han conducido a otro callejón sin salida.
Pero ha habido ocasiones en las que ha sentido que todo en el mundo estaba bien, cuando se ha sentido totalmente a gusto en su vida, una parte de todo lo que le rodea. Se ha sentido en paz, y ha sentido alegría en su vida, y se ha sentido agradecido de estar vivo.
Tal vez fue en una ocasión en que jugaba con su hijo, o cuando se hallaba sentado con una migo íntimo, o al mirar la luna llena. O tal vez no estaba haciendo nada. O puede que estuviese atravesando una temporada dolorosa, pero en la que todo pareciese ser exactamente como debía ser en esos momentos.
Piense en una o dos de esas ocasiones. Mire más allá de los detalles particulares de la situación, a lo que sintió que estaba más allá de esos detalles. ¿Puede identificar qué es lo que le permitió ver y sentir esa intimidad con usted mismo y con su vida? En eso es donde empezará a hallar su camino.
Realizar la exploración sólo si te sientes cómodo haciéndola. Recomendación del propio autor.
(Extraído del libro "El camino del Zen para vencer la depresión". Autor Philip Martin)
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