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Cuando aceptamos nuestras experiencias, sin que por ello tengan que gustarnos necesariamente nos convertiremos en aliados de la realidad y, por consiguiente, nos fortalecemos. Cuando no lo hacemos, nos ponemos en contra de la verdad y nos volvemos más débiles.
Desgraciadamente, cuando éramos niños, a muchos de nosotros nos enseñaron, de formas más o menos sutiles, a fingir que no pensábamos lo que pensábamos o que no sentíamos lo que sentíamos, porque lo que pensábamos o que no sentíamos les resultaba molesto a los adultos. (Y cuando hablas de adulto con otros que no lo son, y se comportan aún como niños, también) :) Nos premiaban con "amor" y aprobación por sacrificar partes de nosotros mismos. Negábamos tener miedo, evitábamos dar nuestra opinión, sepultábamos nuestra ira, rechazábamos nuestra sexualidad y renunciábamos a nuestras aspiraciones a fin de "ser buenos". Después de adquirir este hábito de autorrechazo, continuamos llevándolo a cabo a lo largo de nuestra vida para ganar el favor a nuestros propios ojos. Nuestro objetivo es la autoprotección, pero el resultado es la autoalienación.
Éste es el hábito que debemos perder. Debemos dejar de creer que autorrepudiarse es una virtud. La autoestima está íntimamente ligada al respeto impecable de los hechos, incluyendo los hechos que tienen que ver con nosotros mismos. Por este motivo es tan importante la autoaceptación.
He visto a muchas mujeres (y hombres) sufrir por sus problemas personales y progresar de un modo agonizantemente lento, o quedarse bloqueados, porque en el nivel más profundo de su psique se niegan y rechazan profundamente a sí mismos. Si no se enfrentan a este modo de conducta, la autocuración es casi imposible. Son personas que parecen incapaces de aprender, y sus aparentes avances acaban siendo transitorios y temporales.
La autoaceptación es negarse a tener una relación de enfrentamiento con uno mismo. Es uno de los fundamentos indispensables para construir una autoestima saludable.
He aquí un ejercicio básico de completar frases para favorecer la autoaceptación. Cada día, durante una o dos semanas, escriba de seis a diez finales para cada una de las siguientes oraciones:
Si tuviera un cinco por ciento más de autoaceptación...
Si aceptase un cinco por ciento más mis pensamientos...
Si aceptase un cinco por ciento más mis sentimientos y emociones...
Si aceptase un cinco por ciento más mis errores del pasado...
Si me tratase a mí misma-o de una forma más compasiva...
Cuando me trato a mí misma con rechazo...
Me estoy dando cuenta de que...
Comprender nuestro potencial
"Si pudiera ejercer mi inteligencia plenamente", dijo una mujer en uno de mis grupos de terapia, "mi familia me repudiaría." Estábamos analizando algunas de las dificultades de practicar la autoaceptación a pesar de su importancia para la autoestima.
Otra mujer dijo: "Si experimentara y admitiera mi emoción plenamente, debería enfrentarme a la soledad de ver que nadie comparte mis sentimientos."
"Si admitiera plenamente mis capacidades", dijo otra, "acabaría teniendo que asumir todavía más responsabilidades de las que tengo ahora."
"Si tomara plenamente consciencia de mi pasión", dijo otra, "debería admitir que mi matrimonio es aburrido. Y entonces, ¿qué tendría que hacer?"
"Si quisiera disfrutar plenamente de mi sexualidad", dijo otra, "mi marido se asustaría."
"Si aceptase mi espiritualidad", dijo otra, "no sé dónde podría acabar, porque es un territorio desconocido y me sentiría completamente aislada."
"Si admitiera lo mucho que me gusto a mí misma en secreto", dijo otra, "me convertiría automáticamente en una huérfana, porque mi madre no podría soportarlo."
La autoaceptación es esencial para la autoestima. "Aceptar" es experimentar la realidad plenamente en lugar de negarla y rechazarla. Es fácil comprender por qué hay tantas personas a las que les resulta difícil aceptar sus pensamientos, sentimientos y acciones negativos. Pero, como hemos visto en las afirmaciones citadas, el desafío de la autoaceptación es igualemnte aplicable a los aspectos positivos, al potencial y las virtudes que sentimos la tentación de negar o ignorar porque provocan ansiedad y desasosiego. Para algunos de nosotros, aceptar lo mejor de nosotros mismos pude ser un desafío más difícil que aceptar nuestro "lado oscuro".
Reflejado en http://unbosqueinterior.blogspot.com/2012/06/la-batalla-interna.html
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