lunes, 19 de noviembre de 2012

En busca del ego (V) y último


Fuentes de inspiración

"Las memorias pasadas que surgen en el espíritu han cesado definitivamente. Los pensamientos que conciernen al futuro todavía no han adquirido la menor realidad. El espíritu que se mantiene en el presente no se puede cercar: carece de forma y de color; como el espacio, es insustancial e irreal. Así pues, es posible comprender que el espíritu carece de toda clase de existencia sólida."

Atisha Dipamkara 

"Cuando aparece el arco iris, luminoso en el cielo, usted puede contemplar sus hermosos colores, pero no puede cogerlo y llevárselo como si fuera un traje. El arco iris nace de la conjunción de diferentes factores, pero es imposible coger nada de él. Lo mismo ocurre con los pensamientos. Se manifiestan en el espíritu, pero carecen de la realidad tangible o de solidez intrínseca. Ninguna razón lógica justifica, pues, que los pensamientos –que son insustanciales– dispongan de tanto poder sobre usted; no hay ninguna razón para que usted sea su esclavo. 
"La infinita sucesión de pensamientos pasados, presentes y futuros nos lleva a pensar que debería de existir algo que está ahí de manera inherente y permanente. A eso lo denominamos espíritu. Pero, de hecho, los pensamientos pasados están más muertos que los cadáveres, y los pensamientos futuros todavía no han sobrevenido. Entonces, ¿cómo es posible que estas dos categorías de pensamientos que no existen constituyan una entidad que si exista? ¿Y cómo es posible que el pensamiento presente pueda apoyarse en dos cosas que no existen? 
"Sin embargo, la vacuidad de los pensamientos no es simplemente el vacío, como se podría decir del espacio, sino que hay una conciencia espontánea, una claridad comparable a la de sol que ilumina los paisajes y permite ver las montañas, los caminos y los precipicios. 
"Pero aunque el espíritu posea esa conciencia intrínseca, afirmar que hay un espíritu es como colocar una etiqueta con el calificativo de real sobre algo que no lo es, es un nombre que se da a una sucesión de acontecimientos. Podemos llamar "collar" a un objeto formado por perlas ensartadas, pero dicho "collar" no es una entidad dotada de existencia intrínseca. Cuando el hilo se rompa, ¿qué quedará del collar?". 

Khyentsé Rimpoché

"Poco a poco, empecé a reconocer la fragilidad y el carácter efímero de los pensamientos y de las emociones que me habían perturbado durante años, y a comprender cómo, centrando mi atención en los pequeños contratiempos, los había transformado en enormes problemas. Por el mero hecho de mantenerme sentado observando a qué velocidad, bajo que formas y con cuánta incongruencia iban y venían mis pensamientos y mis emociones, comencé a ver que éstos no eran tan sólidos y efectivos como parecían. Luego, en cuanto empecé a dejar de hacer caso a la historia que parecían contarme, poco a poco fui percibiendo al "autor" que se escondía detrás: la conciencia infinitamente vasta e infinitamente abierta, que constituye la propia naturaleza del espíritu.
"Cualquier tentativa de describir mediante palabras la experiencia directa de la naturaleza del espíritu está  condenada al fracaso. Todo lo que se puede decir sobre ello es que se trata de una experiencia infinitamente apacible, una vez que la hayamos estabilizado por medio de una práctica repetida y casi inquebrantable. Es una experiencia de bienestar absoluto que impregna todos los estados físicos y mentales, incluyendo aquello que normalmente se consideran poco placenteros. Este sentimiento de bienestar, independientemente de la fluctuación de las sensaciones que nos llegan del interior o del exterior, es una de las maneras más claras de comprender lo que el budismo entiende por "felicidad"."

Yongey Mingyur Rimpoché 

"La naturaleza del espíritu es comparable al océano y al cielo. El movimiento incesante de las olas en la superficie del océano nos impide ver las profundidades. Si nos sumergimos, ya no hay olas, sólo la inmensa serenidad del fondo... La naturaleza del océano es inmutable.
"Miremos el cielo. Unas veces es claro y límpido, pero otras veces los nubarrones se acumulan, modificando la percepción que tenemos de él. Sin embargo, las nubes no han cambiado la naturaleza del cielo. […] El espíritu no es nada, tan sólo la naturaleza completamente libre... Mantengámonos en la sencillez natural del espíritu que está más allá de todo concepto.

Pema Wangyal Rimpoché 


Matthieu Ricard
Extractos del libro "El arte de la meditación"

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