lunes, 22 de junio de 2009

Primer chakra:la lealtad (IV) Tercera parte


Otro hombre, George, llegó a uno de mis seminarios porque su esposa le convenció que asistiera. No era el participante típico. Se presentó como un "espectador", y desde el comienzo dejó muy claro que todo este "abracadabra" eran cosas de su esposa, no de él.
Comencé el seminario con una introducción al sistema energético humano. George se dedicó a resolver un crucigrama. Se quedó dormido durante la parte de la charla sobre la relación entre las actitudes y la salud física. En el descanso le llevé una taza de café.
- ¿Conseguiré suscitar su interés por la bebida?- le pregunté., con la esperanza de que captara la indirecta de que prefería que mis alumnos tuvieran los ojos abiertos.
Después del descanso volví al primer chakra y a la naturaleza de la influencia tribal. Noté que George estaba un poco más atento. Al principio lo atribuí al efecto del café, pero cuando hablé de la influencia que tiene la primera programación sobre nuestra composición biológica, comentó:
-¿Quiere decir que todavía tengo en el cuerpo todo lo que me dijeron mis padres cuando era pequeño?
Su tono rayaba en el sarcasmo, pero ere evidente que algo del tema le había tocado una cuerda.
Le dije que tal vez no todo lo que le dijeron sus padres estaba todavía en su energía, pero que ciertamente muchas cosas sí.
-Por ejemplo, ¿qué recuerdos tiene de cómo consideraban sus padres el envejecimiento?- le pregunté, porque sabía que él acababa de cumplir sesenta años.
Todos los participantes se quedaron en silencio esperando su respuesta. Tan pronto se dio cuenta de que atención estaba puesta en él, se cohibió y adoptó una actitud de niño.
-No lo sé. Nunca he pensado en eso.
- Bueno, píenselo ahora -le dije, y repetí la pregunta.
La esposa de George estaba al borde del asiento, deseosa de responder por él. Le dirigí una mirada que significaba: "Ni se te ocurra", y ella se echó hacia atrás.
-No sé qué decir -dijo él-. Mis padres siempre me decían que trabajara mucho y ahorrara dinero porque tenía que ser capaz de cuidar de mi mismo en la vejez.
-¿Y cuándo piensa envejecer?
George no supo contestar a esa pregunta, de modo que la planteé de otra manera:
¿Cuándo envejecieron sus padres?
-Cuando llegaron a los sesenta, por supuesto.
-Así que a esa edad ha decidido hacerse viejo usted, cuando llegue a los sesenta.
- Todo el mundo es viejo a partir de los sesenta -contestó él-. Así es la vida. Por eso nos jubilamos a los sesenta. porque somos viejos.
La sesión de la tarde se inició en torno a los comentarios de George. El explicó al grupo que siempre había creído que la vejez comenzaba a los sesenta porque ése fue el mensaje que reforzaron constantemente sus padres, ninguno de los cuales llegó a pasar de los setenta.
Hablamos de lo que significa desconectarse de una creencia que no contiene ninguna verdad pero que, de todos modos, ejerce "poder" sobre nosotros. Ante la sorpresa de todos, incluidas su esposa y yo, George captó el concepto de inmediato, como si le hubieran regalado un nuevo juguete.
-¿Quiere decir que si me desconecto, como dice usted, de una idea, esa idea deja de tener voz en mi vida?
El momento decisivo llegó cuando él miró a su esposa y dijo:
-Yo ya no quiero ser viejo ¿y tú?
Ella se echó a reir y a llorar al mismo tiempo, como hicieron todos los demás asistentes al seminario. Aún no sé explicar por qué la comprensión de George "despegó" tan rápido. Rara vez he visto que alguien comprendiera algo con tanta rapidez y profundidad como él. cuando reconoció que el principal motivo de que estuviera envejeciendo era que creía que tenía que envejecer a los sesenta. Desde entonces George ha disfrutado de la vida y comenzado a respetar su percepción interior de la edad, en lugar de dejarse gobernar por el concepto que tiene de ésta la sociedad.

4 comentarios:

  1. Como siempre, interesante entrada para meditar, Haideé.

    Y para las personas de cierta edad, consuela saber que no todos los tópicos tienen que ser ciertos.

    Un cordial saludo.

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  2. ¡Hola! jota ele: los tópicos nunca, digo nunca son ciertos, por eso son tópicos... vamos construidos con verdades a medias. La mente, esa potente capacidad que tenemos tan abandonada, precisamente por los tópicos que se han hecho circular desde varios ámbitos que damos por ciertos... pues a derrumbarlos :)
    Un abrazo y gracias por tu amable compañía :))

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  3. Con esto q dijo George de” …tengo en el cuerpo lo q dijeron mis padres de pequeño” recordé que hay algunas frases que no se deben decir a los niños, como “No Puedes hacer…” he escuchado q estas palabras pueden generar una idea de que se es incapaz de hacer algo, de que va a fracasar …

    Por ejemplo: cuando el niño va a aprender a usar la bicicleta y la madre o padre sobre protector dice “ no puede porque se va a caer y se va a lastimar” , en vez de esto se debe dar animo y cuidarlo para que logre el objetivo y tenga mas confianza en si mismo

    Es verdad que estas palabras pueden perjudican así?

    Saludos y un abrazo.

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  4. ¡Hola! kandy: si, si pueden perjudicar, aunque hay muchos otros factores que pueden estar implicados. Sobre todo en nuestra infancia que tan vulnerables podemos ser a las influencias de aquellos a los que queremos, sobre todo porque los necesitamos y les admiramos, y por ello les imitamos... es por ello que se generan las creencias, por ese apego y necesidad. En varias ocasiones les he señalado a padres temerosos que confiaran más en sus hijos y dejaran de transmitirles sus miedos, pues no son sino los que ellos mismos han aprendido y/o desarrollado y que a su vez transmiten a los suyos. Por lo general lo hacían sin tener conciencia de que lo hacían por eso, sólo pensaban que los estaban protegiendo, y la cuestión es que no los estaban protegiendo, sino que estaban proyectando sobre sus hijos aquello que ellos temían, vamos que no protegían a los hijos, si no a sí mismos... Y una vez adulto no es fácil deshacerse de esta creencia asumida como parte de la vida, por eso cuesta luego en la vida adulta cambiar. El miedo, como yo lo llamo: el gran carcelero :)) No podemos desligarnos de lo que pensamos: según pensamos así actuamos o dejamos de actuar.
    Un fuerte abrazo y cariñoso también :)

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