miércoles, 17 de agosto de 2011

El miedo al fracaso


Una mañana, Nasrudín envolvió un huevo en un pañuelo, se fue al centro de la plaza de su ciudad y comenzó a gritar:

–¡hoy tendremos un concurso, quien descubra lo que está envuelto en este pañuelo recibirá de regalo el huevo que está dentro!

–¡Lo que está dentro de este pañuelo tiene el centro amarillo como una yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está dentro de una cáscara que se rompe fácilmente!

La gente seguía mirándole con sorpresa y él no paraba de gritar:

–¡Lo que está dentro de este pañuelo es un símbolo de la fertilidad y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos! ¿Quien es capaz de decirme de qué se trata?

Evidentemente, todos pensaban que Nasrudín tenía en sus manos un huevo, pero la respuesta era tan obvia que nadie quiso pasar vergüenza equivocándose delante de los demás.

Nasrudín preguntó dos veces más y nadie se arriesgó a decir algo equivocado. Entonces, abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo.

–Todos conocíais la respuesta –afirmó– y nadie se atrevió a decirla.

Así es la vida de los cobardes, que no tienen el valor de arriesgarse.

Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo al fracaso.

2 comentarios:

  1. Una constante en la vida humana, si señora. Buen relato,

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  2. He leído que este maestro del sufismo Nasrudín era conocido por sus historias cortas que hacen reflexionar a quien las lee y oye, como una fábula y además suelen ser humorísticas, con el humor simple de lo cotidiano, a veces con contrasentidos y aparentes absurdos.
    El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.

    saludos

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