Ese niño que se empeña en ser in-pertinente, in-aguantable, in-soportable,…
Me pone a prueba una y otra vez.
No da tregua, quiere confirmar una y otra vez que le quiero, que no le dejaré, que siempre estaré ahí para protegerlo.
Niño desamparado que flaquea en su goce de la vida.
Niño travieso que no se entiende a si mismo.
Niño confundido por el temor de su fuego.
Niño altanero que ve a través de su maltrecho ego.
Niño tan huidizo que da miedo hasta cogerlo.
-¿Qué monstruo te atormenta?
-¿Qué fantasma te asusta?
Ya no está el hombre del saco debajo de la cama.
Sal pronto del cobijo, sal corriendo al cantarín jardín, que te espera el más grande árbol que puedas encontrar.
Sus ramas son mandarinas, sus raíces sarmiento, para aferrarse al corazón con fuerte aliento.
Sus hojas abanican tan frescamente que dan ganas de salir al viento.
Volar es vivir.
¡Corre!, ¡corre!, te espera un gran acontecimiento, no temas sentir el aroma fresco del amor verdadero, almas gemelas que se reconocerán en un dulce balanceo.
¡Mece!, ¡mece!, mecedora de sueños, tráeme al lucero, para que se cobije en mi valientemente y no tema al héroe que lleva dentro.
Me pone a prueba una y otra vez.
No da tregua, quiere confirmar una y otra vez que le quiero, que no le dejaré, que siempre estaré ahí para protegerlo.
Niño desamparado que flaquea en su goce de la vida.
Niño travieso que no se entiende a si mismo.
Niño confundido por el temor de su fuego.
Niño altanero que ve a través de su maltrecho ego.
Niño tan huidizo que da miedo hasta cogerlo.
-¿Qué monstruo te atormenta?
-¿Qué fantasma te asusta?
Ya no está el hombre del saco debajo de la cama.
Sal pronto del cobijo, sal corriendo al cantarín jardín, que te espera el más grande árbol que puedas encontrar.
Sus ramas son mandarinas, sus raíces sarmiento, para aferrarse al corazón con fuerte aliento.
Sus hojas abanican tan frescamente que dan ganas de salir al viento.
Volar es vivir.
¡Corre!, ¡corre!, te espera un gran acontecimiento, no temas sentir el aroma fresco del amor verdadero, almas gemelas que se reconocerán en un dulce balanceo.
¡Mece!, ¡mece!, mecedora de sueños, tráeme al lucero, para que se cobije en mi valientemente y no tema al héroe que lleva dentro.
...niña...t'as pasao...que precioso...no temas al héroe que llevas dentro...
ResponderEliminar...hoy estás inspirada...que suerte que ya se venir sola aqui...un abrazo...
Precioso post!!! Es una suerte tener a alguien que sienta eso por uno y que te proteja como describes!!!! un besazo!!!!
ResponderEliminarGracias a los dos, gracias, gracias, gracias,...
ResponderEliminarSalió, iba a decir que no sabía de donde, pero yo ya no puedo decir eso, salió del alma,está ahí siempre, siempre,...
Y lo más importante para mí, que ya no tengo miedo, no,no,no,...
Otra vez gracias. Un enorme abrazo para los dos, grande, grande, grande,...