Me considero un ser afortunado por escribir de lo que quiero, cuando quiero y como quiero. No necesito decir insensateces o despropósitos para ganarme la vida. No tengo que escribir porque me siento obligado o porque me obligan e ello. No tengo una cantidad de lineas predeterminada de antemano. No tengo que mantener el tipo de buen escritor, o de simpático, o de irónico, o de ácido, o de lo que sea que se supone que tengo que ser. No tengo que enfadarme con nadie porque me critique. No doy explicaciones de nada, sobre todo porque como no escribo para nadie, a nadie le debo ninguna explicación. No tengo que mantener a ningún acólito, porque no necesito admiradores ni seguidores que hablen de mi, para poder seguir escribiendo. No necesito recibir contestación o confirmación de algo. No necesito los halagos que pretenden endulzarme los oídos pero me hacen esclavo. No me pagan por ello con lo cual a nadie me vendo. Y en todo esto, lo mejor es que no necesito menospreciar a nadie. Hablo de mi concepto de la vida, desde lo que no se ve pero se sabe. Este es mi mejor regalo, ser libre.
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