Hace mucho tiempo una persona con mucha lucidez dijo que lo que queríamos todos era la cesación del sufrimiento. Si fuéramos capaces de mirar hacia adentro comprobaríamos cuanto de lo que nos ocurre en la vida, antes ya lo preparamos nosotros. Vamos encadenando a las situaciones emociones y a las emociones reacciones, y a las reacciones suposiciones, así hasta que ya no nos queda otra que preguntarnos que nos pasa que siempre cometemos los mismos errores, o caemos en las mismas situaciones.
No parece fácil que el ser humano se pare para observarse. Tomar conciencia de aquello que hace en el día a día, eso que parece tan rutinario. La rutina sólo esta dentro de uno mismo. Si yo la percibo así es porque yo lo pienso así. Alguien me podría decir que es al revés, que al vivir en un ambiente de rutina este te hace ser rutinario. Entonces le preguntaría: ¿Qué entiendes tú por rutina?. Hacemos al cabo del día un buen número de rutinas que no nos resultan rutinarias, y si esto es así ¿por qué entonces percibo el resto de lo que hago como rutinario?.Por la interpretación que yo hago. En la frase “el mapa no es el territorio” queda bien reflejada esta interpretación. Yo tengo un mapa por el que me puedo guiar, pero no es el territorio, este cambia en cuanto me sitúo en el.
El aferrarnos a creencias provoca que confundamos nuestra interpretación con lo que realmente ocurre. A lo largo de la historia se han sucedido miles de interpretaciones de acontecimientos que luego fueron refutados. Lo que hoy puede ser tachado de estupidez, unos años después puede ser considerado como inteligencia o viceversa. Entonces ¿Por qué esa necesidad de imponer la verdad a lo que sólo es pensamiento? Lo que para unos es una aventura para otros puede ser un verdadero quebradero de cabeza. A unos les gusta el cambio a otros les aterra. Y ¿cómo se puede convivir en medio de dos extremos? Pues pienso qué el que tiene más capacidad para los cambios es el que puede comprender mejor la situación y por lo tanto adaptarse. El que no soporta los cambios tendrá la oportunidad de aportar sosiego, aprendiendo de la versatilidad del otro. Lo que nunca va bien es imponerse mutuamente alguna de las dos posturas. Por ello la importancia de comprendernos antes de juzgarnos y juzgar. Me acepto como soy pero no me apego a lo que soy.
...claro...porque si te apegas a lo que eres no dejas oportunidad al cambio, ni para mal ni para bien...y hay que mutar, hay que cambiar, hay que progresar y hay que equivocarse en tantas ocasiones...la rigidez, como los fanatismos, los extremismos, no son buenos compañeros...demasiadas veces para ganar el poder hay que perderlo...
ResponderEliminarTe descubro a través de mimundo, y me ha encantado hacerlo.
ResponderEliminarNada como mirar hacia dentro y así crear lo que de verdad queremos.
Saludos!
Lo has dicho todo... me encanta, mimundo, un beso.
ResponderEliminarBienvenida bahhia, un saludo con alegría de poder compartir. Así es crear, no aquilosarse...Beso también para tí.
... yo me acepto como soy, pero no me apego a ello, todo lo contrario, deseo e intento ir aprendiendo cada día, cada momento de mi vida, pues cada segundo pasa algo que no volverá a repetirse, almenos, no del mismo modo... Besos
ResponderEliminarComo me alegra oir eso, y dices con acierto que nada vuelve a repertirse, que importante es esto para vivir cada instante en toda su plenitud...
ResponderEliminarMuchas gracias por venir y compartir. Besos.