- La autoconfianza y el autorrespeto se obtienen viviendo auténticamente. En esto consiste el coraje de ser quienes somos, preservando la coherencia entre nuestro sí-mismo interior y el sí-mismo que presentamos al mundo. En sentido literal, significa vivir autoafirmativamente: que manifestamos al mundo aquello que pensamos, valoramos y sentimos. Que no nos entregamos al submundo de lo inexpresado y de lo no vivido.
-A medida que aprendo a ser más sincero acerca de lo que pienso y siento...
-A medida que aprendo a ser sincero acerca de mis deseos...
-Cuando pienso en algunas de las mentiras según las cuales he vivido...
-Cuando esté preparado para abordar esas mentiras...
-Si necesito tiempo para aprender a vivir con integridad...
-Si estuviera dispuesto a darme el tiempo que necesito para aprender...
-Si estuviera dispuesto a comunicar a la gente lo que siento por dentro...
-Si estuviera dispuesto a mostrar a la gente quién soy...
-A medida que aprendo a ser sencillamente yo mismo...
- Al apoyar la autoestima de los otros, apoyamos la nuestra. Así, el hecho de vivir con benevolencia es necesario para la autoestima.
-Si trato a los demás con respeto y benevolencia...
-Si ofrezco a los otros la buena voluntad que pretendo de ellos...
-Si me permito comprender lo que he estado leyendo...
-Si acepto que quizás aún no esté preparado para asimilar todos estos conocimientos...
-Si me doy permiso para evolucionar a mi propio ritmo...
-Si éste es el principio de una nueva aventura...
- Necesitamos comprender que, como ideal ético-psicológico, la autoestima implica y presupone el supremo valor de una vida individual. Descansa sobre una visión moral que ve un cada persona un fin en sí misma y -en oposición a la doctrina de la autorrenuncia y el autosacrificio- defiende como principio rector el interés racional por uno mismo.
-Si vivo para servir a los otros...
-Si los otros no viven para servirme...
-Si mi vida me pertenece a mí...
-Su realmente tengo derecho a existir...
-Si el autosacrificio no me brinda la autoestima...
-Si hace falta coraje para ser honradamente egoísta...
-Comienzo a darme cuenta de...
[...] cada una de las conductas que acabo de resumir es a la vez fuente y manifestación de una buena autoestima -causa y consecuencia de ella-. según el principio de la causalidad recíproca.
¿Cómo podemos elevar nuestra autoestima? Practicando estas conductas. Viviendo conscientemente, aceptándonos a nosotros mismos, con responsabilidad, autenticidad, benevolencia e integridad.
Esto proporciona grandes recompensas, pero también exige afrontar desafíos. Cualquiera que sea su nivel actual de autoestima y la vida que haya creado para reflejarlo, quizás en este mismo momento usted esté experimentando la comodidad de lo familiar -la comodidad de lo conocido- y quizá sienta intuitivamente que desarrollar la autoestima es abandonar esa zona confortable y entrar en lo desconocido.
"Si elevo mi autoestima -me dicen los pacientes-, ¿cómo sé qué aspecto tomarán las cosas? ¿Seguiré amando a mi cónyuge? ¿Seguiré soportando mi trabajo? ¿Cambiarán mis intereses? ¿Mis amigos se resentirán conmigo? ¿Me quedaré solo?"
"Quizá no siempre me guste lo que siento - confiesan-, pero es algo familiar. Estoy acostumbrado, incluso a los momentos de angustia y depresión. De algún modo, yo mantengo el control. Pero con una autoestima significativamente más alta, no me conocería a mí mismo. ¿Me sentiría seguro en ese caso?"
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A medida que usted vaya haciendo los ejercicios de este libro y practique en su vida las conductas que reflejan esos ejercicios y el análisis que hemos hecho, experimentará un aumento de sus autoconfianza y su autorrespeto, pero quizás también una cierta desorientación. Siempre sobreviene algo de angustia al efectuar la transición de un viejo a un nuevo concepto de sí mismo. Si persevera en sus nuevos aprendizajes y conductas, pronto se sentirá cómodo con su nuevo sentido de sí mismo, y la ansiedad desaparecerá.
Ahora bien, este proceso se aplica a la autoestima en general y también a cualquiera de las prácticas específicas que la hacen aumentar. Por ejemplo, a medida que aprendamos a vivir más conscientemente, o aceptándonos más a nosotros mismos, podemos disfrutar de la experiencia y a la vez hallarla extraña, como si estuviéramos viviendo en nuestro cuerpo pero con una persona que no estamos seguros de conocer. Ser capaz de aceptar cierto grado de desorientación como un aspecto inevitable del crecimiento, y estar dispuesto a tolerarlo hasta que alcancemos un nuevo sentido de lo "normal", es condición indispensable para obtener un cambio satisfactorio.
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SIGUE SENDO ESTUPENDO ESTOS ESCRITOS!!!!!!!!!!!!!! gracias un abrazo
ResponderEliminar¡Hola! roxana: sigo diciendo lo mismo, aplicarlo, aplicarlo, aplicarlo, un día tras otro, sólo así será posible la transformación.
ResponderEliminarUn abrazo, Gracias a ti :)