El amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada; por el contrario, la felicidad sexual –y el conocimiento de la llamada técnica sexual– es el resultado del amor. Si aparte de la observación diaria fueran necesarias pruebas en apoyo de esa tesis, podrían encontrarse en el vasto material de los datos psicoanalíticos. El estudio de los problemas sexuales más frecuentes–frigidez en las mujeres y las formas más o menos serías de impotencia de los hombres–, demuestra que la causa no radica en una falta de conocimiento de la técnica adecuada, sino en las inhibiciones que impiden amar. El temor o el odio al otro sexo están en la raíz de las dificultades que impiden a una persona entregarse por completo, actuar espontáneamente, confiar en el compañero sexual, en lo inmediato y directo de la unión sexual. Si una persona sexualmente inhibida puede dejar de temer u odiar, y tornarse entonces capaz de amar, sus problemas sexuales están resueltos. Si no, ningún conocimiento sobre técnicas sexuales le servirá de ayuda.
Pero si bien los datos de la terapia psicoanalítica señalan la falacia de la idea de que el conocimiento de la técnica sexual apropiada conduce a la felicidad sexual y al amor, la suposición subyacente de que el amor es el concomitante de la mutua satisfacción ssexual está determinada en alto grado por la teorías de Freud. Para Freud, el amor es básicamente un fenómeno sexual. "El hombre, al descubrir por experiencia que el amor sexual (genital) le proporciona su gratificación máxima, de modo que se convirtió en realidad de un prototipo de todo felicidad para él, debió, en consecuencia, haberse visto impelido a buscar su felicidad por el camino de las relaciones sexuales, a hacer de su erotismo genital el punto central de su vida". Para Freud, la experiencia del amor fraterno es un producto del amor sexual, pero en el cual el instinto sexual se transforma en un impulso con "finalidad inhibida". "Originariamente, el amor con una finalidad inhibida estaba sin duda lleno de amor sensual, y lo sigue estando aún en el inconsciente del hombre". En lo que atañe al sentimiento de fusión, de unidad ("sentimiento oceánico"), que constituye la esencia de la experiencia mística y la raíz de la más intensa sensación de unión con otra persona o con nuestros semejantes, Freud lo interpreta como un fenómeno patológico, como una regresión a un estado de temprano "narcisismo ilimitado".
Freud está sólo a un paso de afirmar que el amor es en sí mismo un fenómeno irracional. Para él no existe diferencia entre el amor irracional y el amor como una expresión de la personalidad madura. En un trabajo sobre el amor transferencial, señaló que éste no difiere esencialmente del fenómeno "normal" del amor. Enamorarse linda siempre con lo anormal, siempre se acompaña de ceguera a la realidad, compulsividad, y constituye una transferencia de los objetos amorosos de la infancia. El amor como fenómeno racional como máximo logro de madurez, no es para Freud, materia de investigación, puesto que no tiene existencia real.
Estoy de acuerdo en que las inhibiciones son las que producen alteraciones en la conducta sexual.
ResponderEliminarTambién en que el enamoramiento linda en lo irracional...aunque es hermoso, claro.
Un abrazo.
Juan Antonio
Haideé, sabes, los hombres nos enamoramos por el planteamiento que hace la mujer en cada situación...
ResponderEliminarSi, han cambiado mucho las cosas. Te juro que no hablo de psicología.
Ellas sabrán, las jóvenes...
Un beso
¡Hola! juan antonio: siempre el ego :)) Si no somos capaces de salirnos de él siempre será irracional el enamorarse. Hermoso es cuando comprendes y ves que sientes, entonces no es irracional, porque comprendes y no te dejas engañar por estados dpendientes o de apego que son a los que se refería Freud, y no del amor del que habla Fromm.
ResponderEliminarSigamos adentrándonos en nosotros mismos y comprenderemos lo que es amar.
Un abrazo. Me alegra saber de ti :)
¡Hola! chupi: es psicología, o filosofía, o vida... sólo etiquetas para poder entendernos en este mundo tan desconfiado e inseguro.
ResponderEliminarPues uno a de preguntarse porque deja en manos de otra persona sus sentimientos. Así lo entiendo yo. Es posible que me estés hablando de que buscas (o buscáis) afinidades, pero entonces buscas algo que se asemeje a ti, entonces no buscas lo que es la otra persona, sino un espejo en el que reflejarte. Y cuando este espejo te devuelve aquello que no te gusta de ti mismo todo se vuelve enrarecido, pero, no es más que lo que tú sientes, pero que no quieres reconocer ( o no sabes como, que también puede ser, de hecho la mayoría de las veces es que no se sabe como) y proyectas hacia el otro.
¿Parece complejo? Pues si,así será mientras sigamos desconociendonos y asumiendo que son los otros los que nos provocan esto y lo otro...
Te acuerdas de lo que siempre digo: cambio yo, cambia el mundo.
Un abrazo. Ánimo, que tú puedes y sabes :)