Cada uno puede desarrollar su manera particular de ser asertivo, pero siempre hay que contar con los ingredientes básicos: sinceridad, claridad y firmeza.
1. Reconoce tus sentimientos
Cuando nos sentimos impelidos a expresar nuestra discrepancia es importante identificar la emoción auténtica que nos motiva. Ser asertivo no significa llevar la contraria por norma, movidos por sentimientos negativos como la rabia o la envidia. La asertividad tiene otra finalidad, es una manera seria de comunicarse para salir de la pasividad, pero huyendo de la agresión y la manipulación.
2. Vence el miedo y la timidez
A menudo, no nos atrevemos a decir las cosas por temor a parecer poco diestros, a no decir las palabras adecuadas, a sentirnos ridículos… En estos casos, debemos pensar que pase lo que pase nada será peor que acallar nuestros pensamientos. Esta postura, además, se retroalimenta, cuanto más callamos, más mengua nuestra autoestima y mayor es la inseguridad. Atrévete a decir lo que piensas una vez y ya habrás dado el primer paso en el camino de la asertividad, tal vez el más importante.
3. Equilibra la balanza
Cuando empezamos a valorarnos a nosotros mismos y consideramos nuestra opinión tan valiosa como las demás, practicar la asertividad resulta sencillo. No obstante, al principio podemos pasar de la pasividad a la vehemencia sin darnos cuenta. Si somos conscientes de esta tendencia y nos esforzamos por corregirla, la balanza se equilibrará y ganaremos destreza.
4. Elige bien los momentos
Ser asertivos es beneficioso para la autoestima y sirve para aumentar el respeto que nos profesamos. De la misma manera, debemos tener en cuenta que nuestra opinión no debe herir los sentimientos de otra persona. Si alguien que nos quiere nos regala algo con toda su ilusión y no nos gusta, no es necesario decírselo de forma asertiva, sencillamente, no es necesario decírselo. Si lo que expresamos puede lastimar a otras personas, es mejor pensarlo dos veces o buscar un momento mejor para expresarnos.
5. Piensa siempre en tu objetivo
Para ser asertivos no debemos de perder de vista el porqué, el motivo de nuestra discrepancia. Esto servirá para no pedernos en vericuetos a la hora de expresar el desacuerdo. Podemos encontrar personas que intenten modificar nuestra discurso para hacer que pierda fuerza. Debemos recordar que no se trata de convencer al otro para que piense igual que nosotros ni para que se ponga en nuestro lugar sino de expresar nuestras razones.
6. No te disculpes por discrepar
Las características fundamentales de una respuesta asertiva son la brevedad, la sinceridad, la claridad y la firmeza. Conviene evitar, en todo momento pedir disculpas por el hecho de decir “no”. Puede ayudarnos incluir en nuestras respuestas un mensaje positivo, pero no para suavizar la negación ni para manipular al otro, sino como un reconocimiento sincero del vínculo que mantenemos y de nuestro respeto por él.
7. Sopesa las consecuencias
Este punto es aplicable especialmente a aquellas situaciones que pueden tener una consecuencia importante en nuestra vida: en el trabajo, en el amor… Puede ocurrir que nuestro interlocutor no muestre la respuesta positiva que esperamos frente a nuestra asertividad. Conviene valorar estas posibles reacciones antes de actuar. En todo caso, si estamos convencidos, nuestro triunfo será habernos mostrado asertivos, al margen del resultado final.
8. Haz balance
Cuando lleves tiempo practicando la asertividad valora los cambios que has experimentado en tus relaciones, en tu día a día, cuándo ha salido bien y en qué casos podrías mejorar. No hay que olvidar que equivocarse forma parte de todo proceso de aprendizaje. Si fallamos en algún momento, en lugar de echarnos la culpa y dañar nuestra autoestima, debemos recordar que existe la posibilidad de rectificar.
1. Reconoce tus sentimientos
Cuando nos sentimos impelidos a expresar nuestra discrepancia es importante identificar la emoción auténtica que nos motiva. Ser asertivo no significa llevar la contraria por norma, movidos por sentimientos negativos como la rabia o la envidia. La asertividad tiene otra finalidad, es una manera seria de comunicarse para salir de la pasividad, pero huyendo de la agresión y la manipulación.
2. Vence el miedo y la timidez
A menudo, no nos atrevemos a decir las cosas por temor a parecer poco diestros, a no decir las palabras adecuadas, a sentirnos ridículos… En estos casos, debemos pensar que pase lo que pase nada será peor que acallar nuestros pensamientos. Esta postura, además, se retroalimenta, cuanto más callamos, más mengua nuestra autoestima y mayor es la inseguridad. Atrévete a decir lo que piensas una vez y ya habrás dado el primer paso en el camino de la asertividad, tal vez el más importante.
3. Equilibra la balanza
Cuando empezamos a valorarnos a nosotros mismos y consideramos nuestra opinión tan valiosa como las demás, practicar la asertividad resulta sencillo. No obstante, al principio podemos pasar de la pasividad a la vehemencia sin darnos cuenta. Si somos conscientes de esta tendencia y nos esforzamos por corregirla, la balanza se equilibrará y ganaremos destreza.
4. Elige bien los momentos
Ser asertivos es beneficioso para la autoestima y sirve para aumentar el respeto que nos profesamos. De la misma manera, debemos tener en cuenta que nuestra opinión no debe herir los sentimientos de otra persona. Si alguien que nos quiere nos regala algo con toda su ilusión y no nos gusta, no es necesario decírselo de forma asertiva, sencillamente, no es necesario decírselo. Si lo que expresamos puede lastimar a otras personas, es mejor pensarlo dos veces o buscar un momento mejor para expresarnos.
5. Piensa siempre en tu objetivo
Para ser asertivos no debemos de perder de vista el porqué, el motivo de nuestra discrepancia. Esto servirá para no pedernos en vericuetos a la hora de expresar el desacuerdo. Podemos encontrar personas que intenten modificar nuestra discurso para hacer que pierda fuerza. Debemos recordar que no se trata de convencer al otro para que piense igual que nosotros ni para que se ponga en nuestro lugar sino de expresar nuestras razones.
6. No te disculpes por discrepar
Las características fundamentales de una respuesta asertiva son la brevedad, la sinceridad, la claridad y la firmeza. Conviene evitar, en todo momento pedir disculpas por el hecho de decir “no”. Puede ayudarnos incluir en nuestras respuestas un mensaje positivo, pero no para suavizar la negación ni para manipular al otro, sino como un reconocimiento sincero del vínculo que mantenemos y de nuestro respeto por él.
7. Sopesa las consecuencias
Este punto es aplicable especialmente a aquellas situaciones que pueden tener una consecuencia importante en nuestra vida: en el trabajo, en el amor… Puede ocurrir que nuestro interlocutor no muestre la respuesta positiva que esperamos frente a nuestra asertividad. Conviene valorar estas posibles reacciones antes de actuar. En todo caso, si estamos convencidos, nuestro triunfo será habernos mostrado asertivos, al margen del resultado final.
8. Haz balance
Cuando lleves tiempo practicando la asertividad valora los cambios que has experimentado en tus relaciones, en tu día a día, cuándo ha salido bien y en qué casos podrías mejorar. No hay que olvidar que equivocarse forma parte de todo proceso de aprendizaje. Si fallamos en algún momento, en lugar de echarnos la culpa y dañar nuestra autoestima, debemos recordar que existe la posibilidad de rectificar.
Creo que el paso 1. es el más dificil...
ResponderEliminarAl final estamos moldeando el comportamiento coherente para socializarnos de una manera adecuada...
Un abrazo.
Estoy segura que esta entrada puede ayudar a mucha gente...solo hay que hacerlo...tal y como cada uno `pueda...todos tenemos capacidades sin límites para ser mejores...
ResponderEliminarLo realmente difícil creo yo que está oculto dentro del paso 1.Me explico:
ResponderEliminarSi reconozco los sentimientos profundos que me mueven,ME CONOZCO y por lo tanto los demás puntos llegan solos,pero si creo conocerme y no sé de emociones ocultas,entro en conflictos que no sé determinar y los demás pasos se vuelven difíciles ya que están condicionados por culpa,resentimiento,envidia,frustracción.
..y un largo etcétera.
¿Cómo hacer entonces para discernir entre sentimientos reales o sentimientos producto de nuestras neurosis?
La verdad es que así conseguiríamos la tan ansiada libertad¿o no?
Gracias por el post y por la ayuda que aporta
Abrazos
<·>
ResponderEliminarHagamos lo que ahagamos, como lo hagamos...
todo es importante.
Decir Si o No en determinados momentos es imprescindible.
Hacer balance es un imperativo. No se puede andar por la vida que hacerlo. Nunca llegaríamos aconocer lo que encerramos.
Abrazos
_______
_______
Aprender a decir las cosas a los demás es una habilidad que evitaría muchísimos conflictos. Personalmente reconozco que muchas veces prefiero callar para no provocar una situación desagradable y sin embargo, no es la actitud adecuada. Se que tengo mucho que caminar en este sentido.
ResponderEliminarGracias por traer este tema tan importante.
Un saludo.
Claves generales geniales.
ResponderEliminarYo incuso he enseñado (o lo en intentado) enseñarlo. Y resulta que algo he conseguido.
Pero, como siempre, una cosa es la teoría y otra la práctica. Eso sí, practicamos bastante y sirve, si señor, sirve.
Aunque he de interiorizarlo más que a veces lo mando todo a la mierda.
Besos
Un buen resumen de la asertividad. Ojalá lo lográramos todos.
ResponderEliminar¡Hola!gabi: ya que vivimos en sociedad... ánimo, el primer paso habla de sinceridad y las demás...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola!carmen: efectivamente, querer cambiar es el primer paso...gracias, mas no soy la única que habla así y sabe que es posible.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola!deva: todo son sentimientos reales ya que se viven así...de ahí la dificultad... la sinceridad es el primer paso, luego la humildad, ya que uno puede estar absolutamente ciego...conseguir la libertad requiere también de esfuerzo...
ResponderEliminarCariños
¡Hola!algial:en definitiva, honestidad y valor para la siceridad...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola!chencho: tanto la pasividad como la impuslividad son malas compañeras de la comunicación, por eso saber que es lo que acontece en nuestro interior antes de nada es vital para poder caminar hacia adelante, y claro así mejorar las interacciones. No importa tanto lo qué diga el otro o cómo lo diga, sino como lo recibimos nosotros, cómo lo interpretamos...gracias a ti por interesarse.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola!ego: es una muy buena herramienta, no todos van a caminar rápido, pero al menos quedan las herramientas para poder ponerlo en práctica. Si, la dualidad, ¿verdad?. Aunar las dos es lo que te hace experto. Pues comenzar otra vez por el primer paso, ¿qué emociones están implicadas y por qué? Ya sabes, ánimo :))
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
¡Hola!juan carlos: los otros no son lo más importante, sino uno. ¿Qué es lo que hace uno que no es capaz de comunicarse bien con todos? De ahí ya vendrá lo demás,si viene. Es el camino, no el resultado, lo más importante.Animo.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo
Qué importante es ser asertivos. Comunicarse sin agresividad, pero dando tu opinión sin timidez, ni ninguna clase de complejos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juan Antonio
¡Hola!juan antonio: si que lo es, mejoraría la comunicación muchisimo entre todos los seres humanos, y por añadidura al resto...
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo.