martes, 9 de diciembre de 2008

Tu verdadero valor

-Vengo maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo ganas de hacer nada. Me dicen que no valgo absolutamente nada. Me gritan que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que los demás me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo: “Cuánto lo siento, muchacho. No puedo ayudarte, ya que debo resolver mi propio problema. Quizá después…” Y, haciendo una pausa, agregó: Si quisieras ayudarme tú a mi, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar”.
-E… encantado, maestro- titubeó el joven, sintiendo que de nuevo era desvalorizado y sus necesidades, postergadas.
-Bien –continuó el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, añadió- : Toma el caballo que está ahí fuera y ve al mercado. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, y no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido posible que puedas.
El joven cogíó el anillo y se fue. Apenas llegó al mercado, empezó a ofrecérselo a los mercaderes que lo miraban con algo de interés hasta que el joven decía lo que pedía por él.
Cuando el muchacho mencionaba la moneda de oro algunos se reían otros le giraban la cara y tan sólo un anciano fue lo bastante amable como para tomarse al molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa para entregarla a cambio de un anillo. Alguien le ofreció una moneda de plata y un recipiente de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
Después de ofrecer la joya a todas las personas que se cruzaban con él, que fueron más de cien, y abatido por su fracaso, montó en su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado tener una moneda de oro para entregársela al maestro y liberarlo de su preocupación y recibir al fin su consejo y ayuda.
El joven entró en la habitación del maestro, -Maestro –dijo-, lo siento. No es posible conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que nadie pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Eso que has dicho es muy importante, joven –contestó sonriendo el maestro-. Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo? Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca: no lo vendas. Vuelve aquí con el anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo al chico:
-Dile al maestro, joven, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más de cincuenta y ocho monedas de oro.
-¿Cincuenta y ocho monedas de oro? –exclamó el muchacho.
-Si –replicó el joyero-. Yo sé que con el tiempo podríamos obtener por él cerca de setenta monedas, pero si la venta es urgente…
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate –dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.
Cuantas veces somos pasto de las opiniones de los demás, que queriendo ser expertos sólo son personas que no nos quieren bien o están más interesadas egoístamente en sus valoraciones. Caer y levantarse, hasta que una vez descubierto nuestro autentico valor, nadie pueda hacernos dudar de cuan valiosos somos. Sin perder de vista que no somos perfectos, porque si no se cae en el otro extremo, la arrogancia y la soberbia, tanto como la falsa modestia, todas, malas compañeras en el viaje del autoconocimiento.

6 comentarios:

  1. no en vano era maestro... quien si no podía mostrarle tal y como son las personas, la vida en sí mas que alguien que sabe de que está hablando... besos

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  2. ¡Hola!hawkelle: por eso es esencial la experiencia, aquel que sabe puede enseñar, porque sabrá hacer lo oportuno para cada momento. Sabiduría, algo que esta dentro de nosotros mismos, sólo hay que despertarla.Cada uno en su momento.
    Besos y un abrazo :)

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  3. Supongo que la palabra equilibrio es... esencial...

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  4. ¡Hola!gabi: eso es, equilibrio... liberarse del miedo es el mejor camino para encontrarlo...es el miedo el que nos condiciona para pensar equivocadamente, y por ello no encontrar el equilibrio...
    Gracias por acompañarme, muchas gracias...
    Un abrazo

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  5. Una simple y sincera mirada hacia nuestro interior nos diría la verdad... si nos atrevemos a realizar tan simple y complicada operación.

    Abrazos
    _______
    _______

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  6. ¡Hola!algial: si nos atrevemos... comenzando por saber que es mirar en nuestro interior... ¿alguien nos enseña? Todos dan ordenes, todos dicen lo que tienes que hacer, pero no te enseñan a ser tu mismo, porque ni ellos mismos saben lo que es eso...
    Una rueda que gira sobre si misma...y cuando sales despedido de ella te siente perdido, pero es la única manera que yo conozco de acercarse a ese interior...
    Un abrazo

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